El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev, afirma que el Occidente colectivo conserva la ilusión de que habiendo destruido la Unión Soviética sin disparar un tiro podrán enterrar a la Rusia actual sin problemas para ellos, pero se trata de delirios peligrosos.
En un artículo elaborado para el diario ruso Izvestia, Medvédev explicó que las razones de lo que está ocurriendose buscan en el legado de una historia larga y relativamente nueva. "La tragedia que ahora se desarrolla en Ucrania comenzó a finales del siglo pasado. Concretamente, en el momento en que se derrumbó la Unión Soviética", postuló.
"El mundo occidental miraba todo esto con el altivo estrabismo de un vencedor y un sentimiento de pura superioridad. Solo les preocupaba satisfacer sus propios intereses creados. Y con todas sus fuerzas, siguió empujando a nuestro país al abismo para eliminar por completo a su antiguo rival".
"Toda la dulce palabrería sobre una asociación igualitaria, un mundo nuevo y valiente sin líneas divisorias y demás galimatías de bella inspiración, solo pretendía distraer. Resultaron no ser más que fórmulas sin sentido que enmascaraban los retorcidos designios de nuestros eternos adversarios. Los políticos que tomaron el poder en la nueva Rusia no pudieron hacer frente a la amenaza emergente. Algunos por ignorancia, falta de cultura política y experiencia; mientras que otros estaban sinceramente equivocados sobre las intenciones de nuestros nuevos amigos", señala.
El vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso habló también de dos fechas que pueden considerarse puntos de no retorno.
"La primera fue en el otoño de 2008, cuando el mundo occidental apoyó la agresión de Georgia contra el pueblo osetio y elogió a un imbécil, drogadicto y aventurero, que más tarde fue rechazado no solo por su propio país, sino también por otros, a los que cobardemente huyó. El agresor fue entonces rechazado con rapidez y firmeza".
"El segundo punto de inflexión", avanza, "fue la primavera de 2014, cuando el pueblo de Crimea expresó su voluntad en un referéndum legal, regresando definitivamente a su patria histórica. En el mundo occidental esto provocó una histeria frenética e impotente que dura hasta hoy".
"Sus convulsiones [del mundo occidental] están alimentadas por una rusofobia cavernícola y el deseo de crear un nuevo Frankenstein en forma de Ucrania, una 'anti-Rusia' especial sobre la que ha escrito nuestro presidente. ¿Qué más hay que decir? Solo hay una cosa que decir: ya lo decían los sabios predecesores de los actuales descerebrados políticos occidentales: Deus quos vult perdere dementat prius — Cuando Dios quiere perder a alguien, primero lo enloquece".
Según las palabras del funcionario, el deseo obsesivo de hacer pedazos a Rusia ha conducido a la operación especial en Ucrania.
"Parece que los que primero destruyeron la URSS y ahora intentan destruir la Federación Rusa no quieren comprenderlo. Tienen ilusiones delirantes de que, habiendo enviado a la Unión Soviética al otro mundo sin un solo disparo, podrán enterrar a la Rusia actual sin problemas significativos para ellos, echando al horno las vidas de miles de personas implicadas en el conflicto. Estos son conceptos erróneos, extremadamente peligrosos. No funcionará como con la URSS", advirtió Medvédev.
Sobre el tema de si Rusia se enfrentara directamente a Occidente, Medvédev hizo una grave advertencia.
"Si se plantea seriamente la cuestión de la existencia de la propia Rusia, no se decidirá en el frente ucraniano, sino junto con la cuestión de la existencia ulterior de toda la civilización humana. Y aquí no debe haber ambigüedades. No necesitamos un mundo sin Rusia", escribió Medvédev.
"Los países occidentales con sus satélites son sólo el 15% de la población del planeta. Somos muchos más y mucho más fuertes. El poder sereno de nuestro gran país y la autoridad de sus socios son la clave para preservar el futuro de todo nuestro mundo", añadió.
""Nuestros enemigos están haciendo precisamente eso, sin querer entender que sus objetivos están conduciendo, a sabiendas, a un fiasco total. Una pérdida para todos. Colapso. Apocalipsis. [...] Rusia no permitirá que eso ocurra. Y no estamos solos en esta aspiración".
Erróneamente, muchos creen que la derrota del gobierno de Kiev en Donetsk y Lugansk, así como en Jerson y Zaporiyia, marcará el fin de los combates. Ante la resistencia a la aplicación de la resolución 2202 del Consejo de Seguridad de la ONU, el presidente Putin ha señalado que quedan por liberar las regiones de Odesa y Transnistria, enfrentamiento que el Pentágono ha venido preparando desde 2019. Estados Unidos ya prepara el “segundo round” en Moldavia. Pero no porque Washington quiera defender a los ucranianos ni a los moldavos sino porque le interesa seguir debilitando a sus propios aliados para hacerlos todavía más dependientes de Estados Unidos.
Las cifras de la guerra en Ucrania según el Mosad israelí, publicadas en el sitio web turco “Hürseda Haber”.
Las cifras de la OTAN sobre la guerra en Ucrania –constantemente repetidas por las agencias de prensa occidentales– hacen pensar que el pueblo ucraniano está unido, junto al gobierno de Kiev, y que resiste gracias al armamento occidental.
Pero las cifras del Mosad israelí, publicadas por el sitio web turco Hürseda Haber, demuestran que la realidad es muy diferente.
Y no es nuevo este fenómeno. Durante la guerra en Kosovo, yo mismo editaba un boletín diario donde “cruzaba” los despachos de las agencias de prensa occidentales con los de las agencias de prensa de los Balcanes, así que no me sorprende el abismo existente entre las cifras de la OTAN y las del Mosad. La OTAN tiene una larga experiencia en el “arte” de mentir a la opinión pública occidental. Y es que la OTAN no divulgaba simples exageraciones sino mentiras descaradas. Los lectores más veteranos seguramente recuerdan que aquellas mentiras conquistaron los corazones de la ciudadanía de las potencias occidentales, incluyendo a los mismos que las inventaban. Y que al final de aquel conflicto, cuando la alianza atlántica aceptó “generosamente” que lo que quedaba del ejército serbio –en aquella época se decía “yugoslavo”– se replegara bajo la protección del ejército ruso, todos pudieron ver con estupefacción cantidades de tanques y aviones salir intactos de sus refugios subterráneos.
Es que en plena guerra resulta imposible saber con precisión todo lo que sucede en el campo de batalla. Cada ejército contabiliza sus bajas pero no sabe si todos los hombres que faltan están muertos o heridos, prisioneros o en fuga. Los oficiales se ven obligados a tomar decisiones en medio de la “bruma de guerra”, sin disponer nunca de estadísticas precisas, como las que pueden existir en tiempo de paz.
En todo caso, mientras que los gobiernos ya saben –todos– que Rusia ha ganado la guerra y que seguirá avanzando para liberar la Novorossiya hasta alcanzar la región de Transnistria, algunos fingen creer que los rusos ahora quieren invadir Moldavia… como hicieron en Ucrania. Nadie quiere recordar que cuando la URSS se disolvió, la población de Transnistria proclamó su independencia… como la de Crimea. Lo que importa es seguir presentando a Rusia como una tiranía que ha iniciado una guerra de conquista y que aplasta todo lo que encuentra a su paso.
La franja de territorio señalada en rojo, entre Moldavia y Ucrania, es la república autoproclamada en la región de Transnistria.
También hay que recordar que cuando Moldavia proclamó su propia independencia también reconoció como nulas las consecuencias del Pacto germano-soviético de 1939, principalmente… la inclusión de Transnistria en la entidad política moldava [1]. Pero, poco después, Moldavia reclamó Transnistria como su territorio. En junio de 1992, el coronel Howard J. T. Steers, oficial de la inteligencia militar de Estados Unidos y consejero de la OTAN, coordinó una operación para conquistar Transnistria. Y no se limitó a movilizar el pequeño ejército de Moldavia sino que también movilizó el ejército de Rumania y numerosos delincuentes comunes rumanos sacados de las cárceles.
La región llamada Transnistria es un pequeño valle dotado de un microclima que propició que se instalara allí una base secreta del complejo militaro-industrial soviético. Por consiguiente, la población de Transnistria se componía simultáneamente de los pobladores originales de esa región y de numerosas familias de científicos soviéticos y contaba con la protección de una pequeña base, sede del 14º Ejército de las fuerzas armadas de la URSS. El presidente ruso Boris Yeltsin se negó a defender Transnistria, como también rechazó el regreso de Crimea a la Federación Rusa.
Cuando Moldavia, alentada por el coronel estadounidense Howard J. T. Steers, quiso ocupar Transnistria, el 14º Ejército, que ya no era soviético sino ruso y contaba con más de 1 000 hombres, recibió de Moscú la orden de no intervenir. Pero miles de mujeres de la población local rodearon la base militar rusa. Los soldados rusos no dispararon sobre aquellas mujeres sino que, desobedeciendo las órdenes del presidente Yeltsin, las dejaron entrar en la base.
Aquellas mujeres se apoderaron así de 1 000 fusiles Kalachnikov, de un millón y medio de cartuchos y 1 300 granadas y el pueblo armado de Transnistria rechazó la embestida del ejército rumano, que seguía las órdenes del coronel Steers.
Esa derrota de la OTAN nunca llegó a mencionarse en Europa. Sólo pudimos conocerla los que viajamos a Transnistria [2]. Fue un hecho tan impresionante y conmovió tanto a quienes lo vivieron que algunos incluso cambiaron de bando. Ese fue el caso del jefe de la estación de la CIA, Harold James Nicholson, quien meses después de lo sucedido en Transnistria se puso al servicio del KGB ruso.
Transnistria se presenta hoy como la única verdadera heredera de la Unión Soviética e incluso conserva lo mejor del sistema soviético, sin sus aspectos autoritarios y burocráticos.
Cuando la RAND Corporation planificó la actual guerra en Ucrania, procedió a explicar los pormenores a la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense. Eso ocurrió el 5 de septiembre de 2019 y la RAND Corporation se apoyó para ello en 2 informes [3]. En esos informes, la RAND Corporation explica que el objetivo de la operación es hacer que Rusia se ve obligada a desplegarse más allá de sus ya muy extensas fronteras. Para eso es necesario que Rusia tenga que entrar en Ucrania y, después, en Transnistria.
Para entender lo que está haciendo el Pentágono hay que ir más allá de las fábulas que cuentan las agencias de prensa occidentales y ver la situación desde el punto de vista de la RAND Corporation, la cual prevé un “segundo round” que ya no sería ni siquiera alrededor de la Novorossiya sino de Transnistria.
Hace años que la Unión Europea venía organizando el bloqueo contra Transnistria, apoyándose para ello en Ucrania y Moldavia, dos países que ni siquiera son miembros de la UE.
El secretario de Defensa estadounidense, el general Lloyd Austin, sigue instando a sus aliados a que entreguen su armamento y sus municiones… para que se sientan todavía más dependientes de la protección de Estados Unidos. Al mismo tiempo, ahora acaba de obligarlos a aceptar que se modifique el funcionamiento de la OTAN. Con las modificaciones –ya aceptadas– la alianza atlántica puede convertirse en una “coalición de voluntarios” para la realización de operaciones militares que nada tendrían que ver con el famoso Artículo 5, o sea sin que haya existido una agresión contra alguno de los miembros de la OTAN.
Eso no es nada nuevo. De hecho, eso fue lo que sucedió con la operación de la OTAN contra Libia, cuando los países miembros de la alianza que se oponían a la guerra simplemente fueron mantenidos al margen mientras que otros, no miembros de la OTAN, como Qatar, participaban en la agresión. En aquel momento, la OTAN violó sus propios estatutos… pero ya no tendrá que hacerlo porque acaba de modificarlos.
En la práctica, eso quiere decir que el Consejo Atlántico ha perdido todo su poder. Ya ningún miembro de la OTAN podrá oponerse a que la alianza entre en guerra y Estados Unidos utilizará de todas maneras los medios de la alianza, en una “coalición de voluntarios”.
Por consiguiente, la derrota de Ucrania –que ya ha perdido el Donbass y 4 oblast– no significa el fin de la guerra. El Kremlin ha explicado que todavía le queda por liberar Odesa y conectar con Transnistria las regiones liberadas y la OTAN ya pule su retórica. Se trata de confundir a la opinión occidental haciéndole creer que Transnistria –hoy denominada República Moldava del Dniéster– es parte de Moldavia y que el “oso ruso” arremete también contra esta última.
El Instituto de Sismología de Damasco, la capital siria, señaló que el relámpago azul que se vio en Turquía y en el norte de Siria justo antes del terremoto que afectó ambos países no corresponde a nada que se haya observado antes en situaciones similares.
Esta observación viene a reforzar la hipótesis según la cual el violento terremoto del 6 de febrero, que causó cientos de miles de víctimas (41 000 muertos en Turquía y al menos 6 000 muertos en el norte de Siria), no fue de origen natural sino provocado.
Después de los experimentos soviéticos consistentes en provocar pequeños temblores de tierra para prevenir grandes sismos y de las experiencias estadounidenses para provocar tempestades, la URSS y Estados Unidos firmaron, en 1976, una Convención sobre la Prohibición del Uso de Técnicas de Modificación del Medioambiente con Fines Militares o con cualquier otro Fin Hostil (ENMOD). Desde entonces, otros 48 Estados han firmado y ratificado esa Convención.
Sin embargo, al disolverse la URSS –en diciembre de 1991–, Estados Unidos reclutó a los científicos rusos que habían participado en el proyecto soviético, denominado Pamir, para incorporarlos al proyecto estadounidense HAARP (High frequency active auroral research program).
El 24 de febrero, Beijing compartió su plan para la solución del conflicto militar en Ucrania. El Ministerio de Relaciones Exteriores de China lo publicó en su sitio web en el año de aniversario de la operación militar especial rusa en Ucrania.
El plan incluía 12 puntos:
1. Respetar la soberanía de todos los países. Debe observarse estrictamente el derecho internacional universalmente reconocido, incluidos los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas. La soberanía, la independencia y la integridad territorial de todos los países deben ser defendidas de manera efectiva. Todos los países, grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres, son miembros iguales de la comunidad internacional. Todas las partes deben defender conjuntamente las normas básicas que rigen las relaciones internacionales y defender la equidad y la justicia internacionales. Debe promoverse la aplicación igualitaria y uniforme del derecho internacional, al mismo tiempo que debe rechazarse el doble rasero.
2. Abandonar la mentalidad de Guerra Fría. La seguridad de un país no debe buscarse a expensas de otros. La seguridad de una región no debe lograrse fortaleciendo o ampliando bloques militares. Los intereses y preocupaciones de seguridad legítimos de todos los países deben tomarse en serio y abordarse adecuadamente. No existe una solución simple para un problema complejo. Todas las partes deberían, siguiendo la visión de una seguridad común, integral, cooperativa y sostenible y teniendo en cuenta la paz y la estabilidad a largo plazo del mundo, ayudar a forjar una arquitectura de seguridad europea equilibrada, eficaz y sostenible. Todas las partes deben oponerse a la búsqueda de la propia seguridad a costa de la seguridad de los demás, evitar la confrontación entre bloques y trabajar juntos por la paz y la estabilidad en el continente euroasiático.
3. Cese de hostilidades. El conflicto y la guerra no benefician a nadie. Todas las partes deben ser racionales y actuar con moderación, evitar avivar las llamas y agravar las tensiones, y evitar que la crisis se deteriore aún más o incluso que se salga de control. Todas las partes deben apoyar a Rusia y Ucrania para que trabajen en la misma dirección y reanuden el diálogo directo lo más rápido posible, a fin de reducir gradualmente la situación y, en última instancia, alcanzar un alto el fuego integral.
4. Reanudación de las conversaciones de paz. El diálogo y la negociación son la única solución viable a la crisis de Ucrania. Deben alentarse y apoyarse todos los esfuerzos que conduzcan al arreglo pacífico de la crisis. La comunidad internacional debe seguir comprometida con el enfoque correcto de promover conversaciones por la paz, ayudar a las partes en conflicto a abrir la puerta a un arreglo político lo antes posible y crear condiciones y plataformas para la reanudación de la negociación. China seguirá desempeñando un papel constructivo en este sentido.
5. Resolver la crisis humanitaria. Deben alentarse y apoyarse todas las medidas conducentes a aliviar la crisis humanitaria. Las operaciones humanitarias deben seguir los principios de neutralidad e imparcialidad, y las cuestiones humanitarias no deben politizarse. La seguridad de los civiles debe protegerse de manera efectiva y deben establecerse corredores humanitarios para la evacuación de civiles de las zonas de conflicto. Se necesitan esfuerzos para aumentar la asistencia humanitaria a las áreas pertinentes, mejorar las condiciones humanitarias y proporcionar un acceso humanitario rápido, seguro y sin trabas, con miras a prevenir una crisis humanitaria a mayor escala. Se debe apoyar a la ONU para que desempeñe un papel de coordinación en la canalización de la ayuda humanitaria a las zonas de conflicto.
6. Protección de civiles y prisioneros de guerra (POW). Las partes en conflicto deben cumplir estrictamente el derecho internacional humanitario, evitar atacar a civiles o instalaciones civiles, proteger a mujeres, niños y otras víctimas del conflicto y respetar los derechos básicos de los prisioneros de guerra. China apoya el intercambio de prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania y pide a todas las partes que creen condiciones más favorables para este fin.
7. Mantener seguras las centrales nucleares. China se opone a los ataques armados contra plantas de energía nuclear u otras instalaciones nucleares pacíficas, y pide a todas las partes que cumplan con el derecho internacional, incluida la Convención sobre Seguridad Nuclear (CNS), y eviten resueltamente los accidentes nucleares provocados por el hombre. China apoya al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) para que desempeñe un papel constructivo en la promoción de la seguridad de las instalaciones nucleares pacíficas.
8. Reducción de riesgos estratégicos. No se deben usar armas nucleares y no se deben librar guerras nucleares. Se debe oponerse a la amenaza o al uso de armas nucleares. Se debe prevenir la proliferación nuclear y evitar la crisis nuclear. China se opone a la investigación, el desarrollo y el uso de armas químicas y biológicas por parte de cualquier país bajo cualquier circunstancia.
9. Facilitar las exportaciones de cereales. Todas las partes deben implementar la Iniciativa de Granos del Mar Negro firmada por Rusia, Turquía, Ucrania y la ONU de manera completa y efectiva de manera equilibrada, y apoyar a la ONU para que desempeñe un papel importante en este sentido. La iniciativa de cooperación sobre seguridad alimentaria mundial propuesta por China proporciona una solución factible a la crisis alimentaria mundial.
10. Detener las sanciones unilaterales. Las sanciones unilaterales y la máxima presión no pueden resolver el problema; solo crean nuevos problemas. China se opone a sanciones unilaterales no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. Los países relevantes deben dejar de abusar de las sanciones unilaterales y la "jurisdicción de brazo largo" contra otros países, a fin de hacer su parte en la reducción de la crisis de Ucrania y crear condiciones para que los países en desarrollo hagan crecer sus economías y mejoren las vidas de sus pueblos.
11. Mantener estables las cadenas industriales y de suministro. Todas las partes deben mantener con seriedad el sistema económico mundial existente y oponerse al uso de la economía mundial como herramienta o arma con fines políticos. Se necesitan esfuerzos conjuntos para mitigar los efectos secundarios de la crisis y evitar que interrumpa la cooperación internacional en energía, finanzas, comercio de alimentos y transporte y socave la recuperación económica mundial.
12. Promoción de la reconstrucción posconflicto. La comunidad internacional debe tomar medidas para apoyar la reconstrucción posconflicto en las zonas de conflicto. China está lista para brindar asistencia y desempeñar un papel constructivo en este esfuerzo.
El plan propuesto por la República Popular China es bastante neutral y refleja la posición equilibrada hacia los intereses de las partes en conflicto. Destaca el compromiso de Pekín con su política encaminada a la desescalada del conflicto militar.
A su vez, Washington dejó claro que rechazaría el plan chino incluso antes de que fuera publicado.
El 24 de febrero solo quedaba una pregunta, qué tipo de retórica elegiría la Casa Blanca para rechazar otro plan de paz sin declarar abiertamente su voluntad de instigar y prolongar la guerra tanto como sea posible.
La reacción de Estados Unidos fue expresada por el asesor de seguridad nacional del presidente Joe Biden, Jake Sullivan. Probablemente hizo una de sus declaraciones más hipócritas. Años después de la guerra a gran escala en los territorios ucranianos que fue lanzada y coordinada de facto por Washington, Sullivan recordó la “soberanía” de Ucrania tan pronto como se habla del alto el fuego.
Declaró que Estados Unidos supuestamente no dictaría a Ucrania las condiciones para el fin de este conflicto. Sullivan aconsejó a China que se centre en el primer punto del plan, que es el respeto por la soberanía de otros estados. Según el funcionario estadounidense, los propios ucranianos son los únicos que toman decisiones sobre su futuro.
El dulce discurso de Sullivan se pronunció poco después de que la subsecretaria de Estado de EE. UU., Victoria Nuland, comentara sobre la iniciativa de paz china, afirmando que la Casa Blanca está en contra de un "alto el fuego cínico", demostrando una vez más que las vidas de las personas en Washington no significan nada.
No sorprende que Zelensky, quien es presidente del país que ha estado sufriendo la agresión militar y no tiene medios para defender su territorio sin el apoyo extranjero multimillonario, rechazó el plan de paz chino.
Hasta el momento, no hay una reacción oficial de Kiev a las propuestas de Beijing, pero el día anterior, Zelensky descartó la posibilidad de implementar un plan de paz del presidente chino, antes de que el plan fuera publicado en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de China.
A pesar de que el plan de paz chino es demasiado conceptual y no contiene requisitos estrictos ni amenazas para ninguna de las partes en conflicto, reveló la disposición de China para convertirse en un mediador leal a Rusia, así como a Ucrania.
El hecho mismo de que se presentara este plan y el reciente aumento de los contactos entre los altos funcionarios rusos y chinos confirman que China está “harta” de la impunidad de Occidente. Pekín finalmente ha decidido de qué lado debe estar, al menos a nivel diplomático, aunque no hable de ello oficialmente.
La negativa de Occidente a aceptar el plan unirá los esfuerzos de Beijing para acusar a Estados Unidos y sus títeres de rechazar unilateralmente cualquier solución pacífica en el país devastado por la guerra. Esto puede conducir a un apoyo chino más activo a Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha manifestado que Rusia seguirá prestando mayor atención al aumento de sus fuerzas nucleares después de que declaró su decisión de suspender la participación del país en un tratado de control de armas con EEUU.
En un discurso con motivo de una fiesta nacional el miércoles, Putin aseguró que su país seguirá equipando a sus fuerzas armadas con equipos avanzados.
“Prestaremos mayor atención al fortalecimiento de la tríada nuclear”, dijo el presidente.
Putin dijo que, por primera vez, este año se desplegarán misiles balísticos intercontinentales Sarmat, un arma capaz de transportar múltiples ojivas nucleares.
“Continuaremos con la producción en masa de sistemas Kinzhal hipersónicos basados en el aire y comenzaremos con el suministro masivo de misiles hipersónicos Zircon basados en el mar”, agregó.
El presidente anunció el martes que suspendía la participación de Rusia en el tratado de reducción de armas nucleares New START con EEUU.
La decisión generó preocupación en Washington y el presidente Joe Biden describió la medida como un “gran error”. Su secretario de Estado, Antony Blinken, también calificó la decisión de “profundamente desafortunada e irresponsable”.
Blinken dijo que la administración de Biden sigue lista para hablar sobre el tratado de armas nucleares “en cualquier momento con Rusia, independientemente de cualquier otra cosa que suceda en el mundo”.
Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia dijo que la decisión de suspender la participación en el tratado es “reversible” siempre y cuando se produzca un cambio de política por parte de EEUU.
“Washington debe mostrar voluntad política, hacer esfuerzos conscientes para una desescalada general y crear las condiciones para la reanudación del pleno funcionamiento del Tratado y, en consecuencia, garantizar de manera integral su viabilidad”, dijo.
“El lado estadounidense debe hacer precisamente eso. Hasta entonces, cualquiera de nuestros pasos hacia Washington en el contexto de START está absolutamente fuera de discusión”.
El tratado, firmado en 2010, pone límites al número de armas nucleares de alcance intercontinental desplegadas que pueden tener los dos arsenales nucleares más grandes del mundo. Se extendió por última vez a principios de 2021 por cinco años.
Inmediatamente después de los informes de que la administración Biden está considerando hacer pública la inteligencia que, según dice, muestra que China está lista para comenzar a proporcionar ayuda letal a Rusia (mientras que al mismo tiempo reconoce que no se ha tomado una decisión final), Estados Unidos está se dispuso a más que cuadruplicar su presencia de tropas en la isla autónoma de Taiwán.
El aumento de tropas se haría en nombre de un "programa de entrenamiento" limitado existente para las fuerzas asociadas taiwanesas, pero las fuentes en The Wall Street Journal citan la "amenaza creciente de China" . Una vez más, el momento en que los dos informes surgen uno tras otro en The Wall Street Journal es interesante, lo que sugiere una conexión a medida que las dos partes chocan y prueban líneas rojas en una variedad de problemas de seguridad que se cruzan.
En primer lugar, los funcionarios de inteligencia de EE. UU. lanzaron una clara advertencia en contra de que Beijing considerara enviar armas a Moscú, y en el seguimiento se revela una mayor presencia militar de EE. UU. en Taiwán. Ciertamente, China se erizará ante la nueva presión de Washington proveniente de ambos ángulos. Las tensiones también se han disparado por la saga del derribo del 'globo espía' de principios de este mes.
Y el jueves, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, sumó su voz y dijo que la alianza militar occidental ve señales de que “China está considerando y puede estar planeando enviar armas a Rusia”.
El WSJ detalla la cuestión de más tropas posicionadas en Taiwán: " Estados Unidos planea desplegar entre 100 y 200 tropas en la isla en los próximos meses, en comparación con aproximadamente 30 hace un año , según funcionarios estadounidenses".
Continúa: “La fuerza más grande ampliará un programa de entrenamiento que el Pentágono se ha esforzado por no publicitar mientras Estados Unidos trabaja para proporcionar a Taipei las capacidades que necesita para defenderse sin provocar a Beijing”. Pero pasar repentinamente de docenas de tropas a cientos sin duda provocará la ira de Beijing, también después de los simulacros de cerco de islas sin precedentes de agosto pasado en respuesta al viaje de Nancy Pelosi a Taipei.
El número de tropas estadounidenses, que ha incluido fuerzas de operaciones especiales e infantes de marina estadounidenses , ha fluctuado un puñado durante los últimos años, según datos del Departamento de Defensa. El aumento planificado sería el mayor despliegue de fuerzas en décadas por parte de EE. UU. en Taiwán, a medida que los dos se acercan para contrarrestar el creciente poder militar de China.
Mientras tanto, China se unió a Rusia para acusar a Estados Unidos y la OTAN de frustrar los esfuerzos para resolver la crisis de Ucrania de manera pacífica . La visita de esta semana a Moscú del principal diplomático de China, Wang Yi, enfatizó precisamente que Beijing ve su papel como un intermediario de la paz, al tiempo que declaró que China y Rusia son "socios de ideas afines" .
Los analistas citados en Financial Times dicen sobre la estrategia de China para impulsar un plan para un futuro acuerdo negociado :
“Sí, quieren mejores relaciones con Europa, pero tampoco quieren que esta guerra vaya en una dirección en la que Rusia sea completamente derrotada”, dijo Yun Sun, un experto en China del centro de estudios Stimson Center en Washington.
Si bien Beijing no ha presentado ningún detalle firme sobre su propuesta de paz, el Ministerio de Relaciones Exteriores ha dicho que reafirmará los llamados anteriores de Xi de respetar la soberanía y la integridad territorial, “tomar en serio las preocupaciones legítimas de seguridad de todos los países”, defender la Carta de la ONU y evitar la energía nuclear. guerra.
* * *
También en esta nota, Rabobank escribe lo siguiente en vista previa de los eventos esperados el viernes...
Mañana ve el plan de paz de China para Ucrania. En ese sentido, mire esta cita del Global Times: “ Dado que Kiev está profundamente influenciada por Washington, que no está interesado en un alto el fuego inmediato sino que prefiere un conflicto prolongado para seguir socavando a Moscú y cambiar el statu quo por la fuerza, Es realmente difícil ver una fórmula factible para la paz que ambas partes puedan aceptar. La paz puede llegar solo después de que más bajas y daños en los campos de batalla hagan que al menos un bando cambie de opinión ”. ¿Es eso una amenaza implícita para ayudar a Rusia o una renuncia? El ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, acaba de subrayar que los lazos entre China y Rusia son " sólidos como una roca " y "no importa cómo cambie la situación internacional, China está dispuesta a mantener el sólido impulso de desarrollo en el nuevo modelo de relación de país importante con Rusia ”. Los rusos dijeron que los dos países están a favor de construir “ un orden mundial más justo y dan la bienvenida al aumento del número de estados que eligen el camino del desarrollo libre y soberano basado en su identidad y tradiciones ”.
Escrito por Maxim Nikolenko . Publicado originalmente por GlobalResearch
Era el 23 de febrero de 2022. Para entonces, la élite ucraniana sabía que el ataque militar de Rusia era inminente. Los magnates y políticos ricos, incluido el secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Oleksiy Danilov, ya hicieron arreglos para asegurarse de que sus hijos en edad militar estuvieran fuera del país. Lo único que quedaba era preparar las agencias gubernamentales para la guerra. Hubo “una gran reunión de magnates ucranianos con el presidente Zelensky” y su gabinete el 23 de febrero, comentó Taras Berezovets, analista y presentador de televisión ucraniano. “Todos declararon su disposición a” estar con el régimen y, por lo tanto, movilizar al resto de la población para luchar por su causa. La élite ucraniana estaba preparada para defender sus intereses a toda costa, al igual que sus aliados de la OTAN y sus opositores en Moscú.
Ha pasado un año desde que se tomaron decisiones irreversibles. Cientos de miles de hogares son destruidos y decenas de miles de personas pierden la vida, pero las partes en conflicto están más lejos que nunca de terminar con este infierno sin sentido. “Hacia un hermoso futuro, empiezo mi camino”, dice una popular canción soviética, que recuerda dolorosamente al oyente el contraste entre las expectativas pasadas y la realidad presente en el espacio postsoviético. Una vez unidos bajo el techo de la Unión Soviética, representando el núcleo científico y manufacturero de la segunda potencia industrial del mundo, con aspiraciones de superar económicamente y en la carrera espacial al Occidente capitalista, los pueblos de Ucrania y Rusia ahora luchan entre sí en el conflicto más destructivo que ha golpeado a Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Cada catástrofe tiene condiciones previas materiales, y la guerra en Ucrania no es una excepción. Lo que motiva a la élite ucraniana a luchar es algo que Rusia tuvo que aprender por las malas, ya que su operación de cambio de régimen fracasó drásticamente y se transformó en una guerra a gran escala, con una línea de frente de más de 1000 kilómetros de longitud. Mientras movilizan a la población y la arman con armas y opio nacionalista, “los oligarcas de Ucrania han dejado de lado sus diferencias con el gobierno de Volodymyr Zelensky y cualquier sentimiento pro-ruso persistente para cerrar filas con las autoridades en Kiev”, informó Forbes el 24 de febrero . .
O vuélvete contra Rusia e inclínate hacia Occidente en busca de ayuda o ponte del lado de Rusia y conviértete en un objetivo de Occidente. Esta simple lección se le enseñó a la élite ucraniana en 2014 cuando el séquito de políticos y oligarcas detrás del presidente Victor Yanukovich , cuya administración impulsó lazos más fuertes con Rusia que una coalición pro-occidental que lo derrocó, fue castigado por tomar el lado equivocado. Después de que las protestas en Maidan se convirtieran en una masacre y Yanukovich escapara a Rusia, los países occidentales dispararon rondas de artillería de sanciones y congelación de activos contra los principales miembros de su gabinete y patrocinadores adinerados, incluidos representantes tan destacados de la élite como los hermanos Klyuyev y un multimillonario Serhiy Kurchenko, clasificada como la séptima persona más rica de Ucrania.
La burguesía y los políticos que fueron objeto de sanciones perdieron su influencia en Ucrania y huyeron del país o, como sucedió con el bastión político de Yanukovich en Donbas, se llevaron una parte del país con ellos, transformando el descontento popular generalizado con la política de Kiev en un movimiento armado para la secesión de Ucrania. Los oligarcas que se quedaron y se alinearon con el régimen pro-occidental respaldaron las sanciones y felizmente ocuparon el lugar de la élite expulsada. Uno de ellos, el magnate multimillonario Petro Poroshenko , no solo se puso del lado del nuevo régimen sino que se convirtió en el presidente para dirigirlo.
Que la mayoría de los oligarcas aceptaran o apoyaran las protestas contra Yanukovich en Maidan y un golpe político contra su régimen no debería sorprender. Desde el colapso de la Unión Soviética, el vínculo económico entre Ucrania y Rusia se desvanecía año tras año. La mayoría de sus exportaciones fueron a Occidente, y los rescates económicos también provinieron de Occidente. Tras transformarse desde 1991 de uno de los países más industrializados de Europa en uno de los más pobres, Ucrania se estaba volviendo cada vez más dependiente de Occidente y cada vez más independiente de Rusia y otros estados postsoviéticos. La proporción de sus exportaciones a Rusia se redujo del 38,5 por ciento en 1996 al 23,8 por ciento en 2013 y alcanzó tan solo el 5,1 por ciento . en 2021. Lo que cambió desde 2014 es que Ucrania no solo aceleró la disociación económica de Rusia, sino que reforzó las fuerzas armadas para defender el statu quo.
Si este desacoplamiento económico con Rusia fue la condición previa para la erupción separatista en Donbass, una región oriental muy dependiente de las exportaciones a ese mercado, esta última fue la condición previa necesaria para la militarización de la sociedad ucraniana contra Rusia. Recurriendo a la movilización para la guerra con los separatistas y recibiendo apoyo en forma de estímulo presupuestario, Humvees, sistemas de contra-radar y otros equipos militares de Occidente, Ucrania rápidamente logró establecer el segundo ejército terrestre más grande de Europa . El conflicto de Donbas proporcionó una excusa perfecta para impulsar el gasto militar, que pasó del 1,6 % del producto interior bruto (PIB) en 2013 al 3,3 % en 2015 y al 3,2 % en 2021.
Después de ocho años de construir las fuerzas armadas y fortalecer los lazos militares y económicos con Occidente, la burguesía ucraniana tenía tanto el interés material en el statu quo como los medios para defenderlo a toda costa. De ahí la unidad desplegada frente al ataque ruso del 24 de febrero, el desmoronamiento total del plan de Moscú de cambiar de régimen sin luchar mucho. Y al recibir miles de vehículos militares, más de dos millones de proyectiles de artillería y miles de millones de dólares en asistencia financiera de los países de la OTAN, la élite del país se animó a rechazar las negociaciones con la esperanza de ganar a Rusia en el campo de batalla.
“Ahora la economía de Ucrania depende directamente del apoyo de Occidente”, admitió el hombre más rico de Ucrania, Rinat Akhmetov , cuyo negocio ya estaba vinculado a los mercados occidentales antes de la guerra y cuyos activos en Occidente incluyen la lujosa Villa Les Cèdres de Francia, también conocida como la la casa más cara del mundo. Este oligarca 'patriótico' se encuentra entre los que se oponen a las conversaciones de paz a favor de la victoria en el campo de batalla, declarando que Ucrania "debe ante todo restaurar la soberanía territorial: devolver los territorios incautados por el régimen de Putin".
Según el Secretario de Estado de los Estados Unidos , Antony Blinken , “Si Rusia deja de luchar , la guerra termina. Si Ucrania deja de luchar, Ucrania termina”. Si hay algo de verdad en este planteamiento es que Ucrania no sería lo mismo para su hombre más rico, que ni quiere unirse a los oligarcas rusos sancionados por Occidente ni perder la influencia que acumuló durante la guerra. Y acumulado lo hizo. El llamado impulso de desoligarquización desde el 24 de febrero no fue más que un esfuerzo de los oligarcas más fuertemente alineados con el partido gobernante de Zelensky y Occidente para eliminar a los oligarcas que tenían vínculos con la oposición y Rusia.
Uno de los objetivos de la campaña de desoligarquización fue Vadim Novinsky , un magnate multimillonario y miembro del parlamento del Bloque de Oposición. Calificado como el “más prorruso de los oligarcas de Ucrania” por Forbes , “se comportó como un patriota ucraniano” justo antes del ataque de Rusia, comentó Berezovets. El buen comportamiento salvó a Novinsky en los primeros meses de la guerra, pero su año terminó con sanciones del gobierno de Zelensky. Coincidentemente, el oligarca sancionado tiene una participación minoritaria (23,76 por ciento) en la empresa minera y siderúrgica Metinvest, cuyo propietario mayoritario (71,24 por ciento) no es otro que Rinat Akhmetov. Y no es otro que el oligarca más rico de Ucrania quien elogia la línea política del estado, afirmando que la guerra y el apoyo occidental brindan una oportunidad “para realmente deshacerse de la oligarquía. No tendremos otra oportunidad. Es nuestra responsabilidad histórica hacerlo ahora. Confío en que esto es exactamente lo que sucederá”.
Los oligarcas como Akhmetov tienen un interés personal en la supervivencia del régimen, y seguirán apostando a favor de la guerra mientras los países de la OTAN proporcionen suficiente asistencia financiera y armas para que Ucrania luche. Y no importa cuántas ciudades más serán destruidas, cuántas personas más perecerán en un país cuya población ya se estaba reduciendo antes de la guerra.
Al mismo tiempo, envalentonada por ese apoyo de Occidente, la élite gobernante avanza cada vez más para hacer que la supervivencia de su statu quo dependa de la derrota total de Rusia. Desde institucionalizar la movilización continua para ganar la guerra en el campo de batalla hasta albergar la Liga de Naciones Libres que representa las voces secesionistas de las minorías étnicas dentro de Rusia, Ucrania está haciendo todo lo posible para demostrar que sus necesidades estratégicas inevitablemente presuponen el debilitamiento y la posible desintegración de su vecino.
Esta realidad es reconocida y expresada sin disculpas en el gobierno. En palabras del asesor de Zelensky, Mikhail Podolyak ,
“Lo que ciertamente debería suceder es que la Federación Rusa debería dejar de existir en su forma política actual... [I]no importa si tendrá elecciones democráticas o si Rusia se desintegrará en estados étnicos... Esto no importaría para una vez que demostremos militarmente su importancia”. El secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, Danilov, a quien mencionamos anteriormente, fue aún más lejos. Tenía esto que decir a la audiencia televisiva el 16 de febrero: “Puedo decir con confianza que fueron los ucranianos quienes disolvieron la Unión Soviética…. Lo mismo ocurrirá en Rusia. Occidente necesita prepararse para esto. Piensan que Rusia debería permanecer dentro de las mismas fronteras. Este es un gran error. Ciertamente lo romperemos…”
Lo que Podolyak articuló representa el día del juicio final que la clase dominante de Rusia está desesperada por evitar. Este último tiene una idea general de lo que está en juego si se pierde la guerra, así como los motivos detrás de la despiadada determinación de la élite ucraniana de ganar la guerra en el campo de batalla. Aludiendo a ellos, así es como el presidente Putin describió la “elección civilizatoria” de Ucrania de unirse al bloque occidental. “Perdón por mi lenguaje”, respondió . en el foro económico de San Petersburgo el 17 de junio, “pero ¿sobre qué tipo de elección civilizatoria están parloteando? Le robaron dinero al pueblo ucraniano, lo escondieron en los bancos [europeos] y solo quieren protegerlo. Y la mejor manera de protegerlo es decir que esta es una elección civilizatoria. Comenzaron a seguir una política antirrusa con la esperanza de que, hicieran lo que hicieran, su dinero estaría protegido allí”.
Putin habla de esta manera solo de los oligarcas ucranianos y nunca usaría el mismo lenguaje con los oligarcas en casa, los explotadores burgueses arrogantes y despiadados del pueblo ruso que, durante treinta años, hicieron todo lo posible para llevar al país a “un estado muerto ” . terminar” y hacer del choque militar una inevitabilidad histórica.
La disociación económica entre Ucrania y Rusia no fue un asunto unilateral; era algo que ambos países perseguían, conscientemente o no. Siendo nada más que una imagen especular de sus contrapartes ucranianas, los capitalistas rusos se beneficiaron del caos y la desindustrialización que siguió al colapso de la Unión Soviética, la evisceración de los vínculos económicos que unieron a las repúblicas y formaron la base material para cualquier proyecto de reintegración pacífica. en el espacio postsoviético.
Al volverse próspera gracias a las exportaciones de materias primas y la inundación del mercado interno con importaciones terminadas, la creciente élite burguesa estaba haciendo a Rusia cada vez más dependiente del comercio con países avanzados en Europa occidental y Asia oriental en lugar de vecinos dentro del espacio postsoviético. , que, sin embargo, Rusia consideraba su esfera natural de influencia y el único lugar en el que, tras perder el estatus de gran potencia mundial, tenía potencial real para empezar a restablecerlo. Ya en 1996, solo alrededor del 20 por ciento de las exportaciones rusas iban a las repúblicas de la antigua Unión Soviética, y eso disminuyó. a menos del 15 por ciento en 2013. A pesar de esto, la élite rusa se opuso firmemente a la incorporación de los estados postsoviéticos al bloque económico y militar de Occidente, la institucionalización formal de algo que ya era una realidad material.
Occidente, a su vez, solo estaba feliz de usar su influencia para exacerbar la fragmentación económica dentro del antiguo espacio soviético, condicionando el desarrollo de las relaciones con países como Ucrania a su negativa a participar en los esfuerzos de reintegración de Rusia. En solo un ejemplo sobre Ucrania, un cable del Departamento de Estado del 10 de octubre de 2006 afirmaba claramente que el turno del país de unirse a la unión aduanera SES [Espacio Económico Único] iniciada por Rusia complicaría la adhesión a la OMC y sería incompatible con las aspiraciones de un acuerdo de libre comercio con Rusia. Los Estados unidos." Tal era la condición previa para expandir la cooperación económica con Occidente para un país que ya dependía de las exportaciones de materias primas a los mercados occidentales. Como era de esperar, los oligarcas de Ucrania tomaron la decisión de civilización que tomaron.
Rusia nunca aceptó esta elección civilizatoria, sino la elección civilizatoria de su propia élite de comerciar con Occidente y almacenar el capital extraído de la fuerza de trabajo del pueblo ruso en acciones extranjeras: esto es lo que impidió que Moscú aplicara las tácticas del 24 de febrero en Ucrania. durante mucho tiempo, incluso durante la crisis de 2014. El miedo a las sanciones occidentales y las restricciones comerciales explica por qué Rusia respondió a estas últimas con medidas a medias miopes, como apoderarse de Crimea y ayudar a los separatistas de Donbas sin reconocer formalmente su legitimidad, renunciando así al resto. de Ucrania a Occidente, proporcionando a este último una excusa para construir el segundo ejército terrestre más grande de Europa y cimentando el callejón sin salida político que podría conducir a nada más que a la guerra.
El tiempo de la guerra llegó ocho años después. Y durante estos ocho años, Rusia trabajó para reducir su dependencia de Occidente nada más que profundizando los lazos comerciales y políticos con su principal rival geopolítico , China .
Este giro para exportar más materias primas a China en lugar de a Occidente resultó exitoso. Para 2021, China tenía una sólida ventaja como principal socio comercial de Rusia, y los dos países estaban trabajando para expandir su “asociación sin fronteras”. En los meses previos al 24 de febrero, el cambio económico de Rusia hacia China se consolidó aún más. El New York Times hizo un buen resumen de ello en un artículo del 26 de febrero de 2022: “Las compras chinas de petróleo a Rusia en diciembre superaron sus compras a Arabia Saudita. Seis días antes de que comenzara la campaña militar, Rusia anunció un acuerdo de un año para vender 100 millones de toneladas de carbón a China, un contrato por valor de más de $ 20 mil millones. Y horas antes de que Rusia comenzara a bombardear Ucrania, China acordó comprar trigo ruso…” De ese modo, Rusia estableció suficiente espacio para maniobrar que se sintió envalentonada para actuar.
Y así, funcionó. Al declarar la neutralidad en el conflicto, China suavizó significativamente las restricciones punitivas que Occidente desató sobre Rusia, desde aumentar las importaciones de crudo ruso hasta proporcionar a Moscú los componentes para fabricar armas y misiles. Pero todas las señales de que China tomaría esta posición y socavaría las sanciones occidentales no les impidieron ni impidieron que sus arquitectos lanzaran ciegamente una ronda de sanciones tras otra para solo demostrar con cada ronda sucesiva su ineficacia.
Las sanciones fracasaron a pesar de que EE. UU. y sus aliados comenzaron a desarrollar el mecanismo para implementarlas meses antes de que Rusia atacara a Ucrania. Como reveló la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en la Conferencia de Múnich de 2023 el 18 de febrero,
“Mi gabinete y la comisión comenzaron a trabajar con la Casa Blanca y el Tesoro ya en diciembre [2021] sobre posibles sanciones en caso de que Rusia invadiera Ucrania… Fue un trabajo tedioso día y noche alinear nuestros muy diferentes sistemas comerciales para desarrollar sanciones dirigidas a tecnologías avanzadas y bienes que son insustituibles para Rusia”.
Si bien las sanciones no dieron el resultado deseado, Occidente sigue obstinadamente obsesionado con maximizar su posición de fuerza con las armas. En palabras del secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg , la alianza “apoyará a Ucrania todo el tiempo que sea necesario” para derrotar a Rusia. Hablando el 17 de febrero de 2023, afirmó que
“Esta guerra puede terminar en la mesa de negociación. Pero sabemos que lo que sucede alrededor de la mesa de negociaciones depende totalmente de la fuerza en el campo de batalla”, y esto es todo lo que preocupa a la alianza occidental. Para decirlo de otra manera, como hizo Stoltenberg el 30 de diciembre, aunque “puede parecer una paradoja, pero el apoyo militar a Ucrania es el camino más rápido hacia la paz”.
Hasta ahora, nada más que viejas fórmulas y conceptos flotaban en la visión de paz que las potencias occidentales aspiran a lograr. Una "paz duradera" para Europa, según el secretario Blinken, solo es posible si los aliados "ponen a Ucrania en la posición más fuerte posible en el futuro... para que podamos evitar que se repita esta agresión rusa o... que Ucrania esté en una una posición muy fuerte para lidiar con eso”. Por lo tanto, un escenario de paz es una Ucrania militarizada que actúa como un estado tapón entre Rusia y Europa Occidental. En esto, Blinken repitió la vieja fórmula que las potencias de la OTAN adelantaron desde la desaparición de la Unión Soviética, y que la puso en curso de colisión con Rusia. Ucrania tuvo que elegir entre Rusia y Occidente, lo que suponía inevitablemente que consideraría al primero como un enemigo para que el segundo pudiera ser su amigo.
Un escenario alternativo para la paz, que las élites de Kiev articulan abiertamente, es aquel en el que Rusia sigue el destino de la Unión Soviética. Entonces Rusia dejaría de ser una amenaza para Ucrania porque ya no existiría como país. Si bien ninguna potencia importante indicó públicamente una preferencia por este resultado, no hay señales de que Occidente iría muy lejos para evitar que suceda. En 1991, EE. UU. y Europa occidental ya demostraron que la estructura de su orden mundial no puede acomodar el sistema posterior a la Guerra Fría en el que la Unión Soviética tenía la oportunidad de sobrevivir en la forma de un estado unificado, donde podría seguir siendo un país industrial. superpotencia y no desmoronarse en quince países separados que exportan materias primas y hacen guerras entre sí.
La fragmentación de Rusia crearía más estados, más fronteras aduaneras, ejércitos nacionales y contradicciones por disputas regionales y conflictos armados. Nada menos que Henry Kissinger describió gráficamente lo que significaría tal resultado. Escribiendo el 19 de diciembre de 2022, advirtió que
“La disolución de Rusia o la destrucción de su capacidad para la política estratégica podría convertir su territorio que abarca 11 zonas horarias en un vacío disputado. Sus sociedades competidoras podrían decidir resolver sus disputas por medio de la violencia. Otros países podrían buscar expandir sus reclamos por la fuerza. Todos estos peligros se verían agravados por la presencia de miles de armas nucleares…”
Ya sea que las potencias occidentales aspiren a mantener a Ucrania como un estado tapón contra Rusia o vean el colapso de este último, ninguna de estas opciones sería aceptable para Moscú. Mientras China proporcione una salida para sus exportaciones y formas de evadir las restricciones a la importación, Rusia tendrá los medios para continuar resistiéndolas en el campo de batalla. Continuará manteniéndose firme en un punto muerto con Occidente, para el cual este último no tiene otra respuesta que comprometer más y más recursos militares y financieros para Ucrania y apostar su reputación global al éxito del estado cliente. Y así, las clases dominantes de Ucrania, Rusia y Occidente están en guerra, y cada una ve la victoria en la pérdida de la otra.
Observando en silencio esta contienda autodestructiva desde la distancia está China, el único país con la capacidad económica y política para hacerlo. La voluntad de EE. UU. de comprometerse tan a fondo con la guerra con Rusia brinda una oportunidad única en la vida para que la burguesía china supere y agote al principal rival geopolítico. Es un regalo de Dios para su búsqueda de la hegemonía global. Hablando en los primeros días de la guerra, un ex asesor de altos funcionarios chinos, Zheng Yongnian , proclamó con orgullo : “China tendrá una capacidad y una voluntad aún mayores para desempeñar un papel más importante en la construcción de un nuevo orden internacional”.
En preparación para el aniversario del 24 de febrero, el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Qin Gang , siguió adelante con eso, anunciando al mundo que Beijing “brindará la sabiduría china para la solución política de la crisis de Ucrania…” Y los beligerantes más profundos se entierran unos contra otros, más importante será el papel que jugará la sabiduría.
Maxim Nikolenko es un investigador independiente. Se le puede contactar en maximnikolenko@yahoo.com .
Aunque han pasado solo 16 años desde el histórico discurso del presidente Putin en la Conferencia de Munich de 2007, ese evento ahora parece un pasado lejano de un mundo perdido hace mucho tiempo. En ese entonces, Rusia estaba advirtiendo al Occidente político que una mayor expansión de la OTAN conduciría inevitablemente al resurgimiento de la Guerra Fría.
Sin embargo, Washington DC y Bruselas parecen haber querido exactamente eso. El Occidente político ha tratado de presentar la Conferencia de Seguridad de Munich de 2023 como una especie de evento global innovador que “envió una señal fuerte” y mostró “cuán aislada” está Rusia. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la verdad, dados los comentarios de algunos de los participantes más destacados, incluidos los estados miembros de la OTAN y la UE.
Por ejemplo, durante una reunión del sábado con el secretario de Estado de EEUU Anthony Blinken, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, declaró que Pekín considera que los intentos de Washington DC de amenazar las relaciones entre China y Rusia son completamente inaceptables, y enfatizó que la relación entre las dos superpotencias es su derecho soberano y que no está dirigida contra ningún tercero.
“Nunca aceptaremos las instrucciones de EEUU e incluso las amenazas de ejercer presión sobre las relaciones ruso-chinas”, dijo Wang en un comunicado publicado el domingo por el Ministerio de Relaciones Exteriores de China. “Las relaciones chino-rusas de asociación integral y cooperación estratégica se basan en la no alineación, la no confrontación y la ausencia de ataques contra terceros. Están en el marco de la soberanía de dos estados independientes”, agregó.
Los comentarios se hicieron en respuesta a las acusaciones de EEUU de que China “aumentará su apoyo a Rusia”. Wang también advirtió a su homólogo estadounidense contra la continua reacción melodramática a la “controversia del globo”, de la que EEUU ha estado abusando últimamente para garantizar que la distensión entre los dos países sea prácticamente imposible. Pekín dijo que los globos de gran altitud estadounidenses han ingresado ilegalmente al espacio aéreo de China muchas veces durante las últimas décadas, pero el gobierno optó por no causar pánico y simplemente utilizó los canales diplomáticos existentes para comunicarse con sus homólogos estadounidenses.
“Si EEUU continúa usando esto como una excusa para promover una mayor escalada y agravar la situación, entonces China definitivamente llegará hasta el final. Todas las consecuencias de esto serán asumidas por el lado estadounidense”, dijo Wang.
China también pidió a EEUU que deje de intensificar la crisis de Ucrania y comience a promover una solución pacífica. Wang dijo que “Washington debería dejar de echarle leña al fuego”. Señaló que la posición de China es constructiva y pidió que continúe el proceso de negociación.
“Siendo una gran potencia, EEUU debe contribuir a la solución política de la crisis, y no echar leña al fuego y buscar oportunidades para extraer sus propios beneficios”, dijo Wang.
Hungría también pidió la desescalada de la crisis e insistió en mantener las relaciones económicas con Rusia. Durante el tradicional discurso anual a sus conciudadanos, el primer ministro Viktor Orban afirmó que “la única manera de que Hungría viva en paz es manteniéndose al margen del conflicto, ya que no es nuestra guerra”.
“Mantendremos nuestras relaciones económicas con Rusia y aconsejamos a todo el mundo occidental que haga lo mismo, porque sin relaciones no habrá alto el fuego ni conversaciones de paz”, dijo Orban.
Por otro lado, la Unión Europea está haciendo exactamente lo contrario. El máximo diplomático del bloque, Josep Borrell, calificó a Rusia de “amenaza existencial” e instó a todos los estados miembros a no solo seguir apoyando al régimen de Kiev, sino a “ayudar más”. También insistió en que “la UE debería iniciar una tecno-blitzkrieg industrial para producir más armas”, anulando efectivamente la afirmación de que el bloque era una unión económica. Borrell agregó que los estados miembros gastarán 70.000 millones de euros adicionales en defensa para 2025.
“En los próximos dos años, los países de la UE tienen la intención de gastar 70.000 millones de euros adicionales en defensa. Francia aumentará el gasto en defensa en un 40%, mientras que Polonia lo duplicará”, afirmó.
Curiosamente, India también fue objetivo. George Soros, un controvertido oligarca infame por brindar respaldo financiero a varios grupos responsables de la desestabilización y el socavamiento de países que el Occidente político considera “no cooperativos”, declaró lo siguiente:
“India es un caso interesante. Es una democracia, pero su líder Narendra Modi no es un demócrata. Modi mantiene estrechas relaciones con sociedades abiertas y cerradas. India es miembro del Quad (que también incluye a Australia, EEUU y Japón), pero compra una gran cantidad de petróleo ruso con un gran descuento y gana mucho dinero con él… Modi y el magnate de los negocios Adani son aliados cercanos; su destino está entrelazado.
En respuesta a las acusaciones, el ministro de Relaciones Exteriores de la India, Subrahmanyam Jaishankar, criticó a Soros y (con bastante precisión) lo describió como “viejo rico, testarudo y peligroso”. Teniendo en cuenta que Soros tiene un historial de colaboración nazi, se puede argumentar que su ataque podría incluso considerarse una especie de cumplido para el primer ministro Modi y la India en general.
En esencia, la Conferencia de Munich no solo no produjo los resultados deseados (el aislamiento de Rusia), sino que incluso fortaleció el mundo multipolar, ya que ni India ni China demostraron ser maleables de ninguna manera, mostrando que su soberanía no ha sido tocada por la presión política de Occidente.
Por otro lado, muchos europeos están extremadamente descontentos con la militarización de la UE. Según diversas estimaciones, la gran multitud de manifestantes contra la conferencia en Munich ascendió a 50.000 personas, que vienen a sumarse a otras manifestaciones recientes en París y en Berlín. En conclusión, si bien existen grandes diferencias entre Munich 2007 y Munich 2023, la última conferencia fue algo similar al Acuerdo de Munich de 1938 entre la Alemania nazi y los aliados occidentales. Teniendo en cuenta cómo terminó eso (junto con cualquier otra invasión de Rusia), las perspectivas políticas de Occidente contra Moscú parecen bastante sombrías, por decir lo menos.
El Centro de Salvamento y Buceo de la Marina de los EE. UU. se encuentra en un lugar tan oscuro como su nombre, en lo que alguna vez fue un camino rural en la zona rural de la ciudad de Panamá, una ciudad turística que ahora está en auge en el extremo suroeste de Florida, 70 millas al sur de Alabama. borde. El complejo del centro es tan anodino como su ubicación: una monótona estructura de hormigón posterior a la Segunda Guerra Mundial que tiene el aspecto de una escuela secundaria vocacional en el lado oeste de Chicago. Una lavandería que funciona con monedas y una escuela de baile se encuentran al otro lado de lo que ahora es una calle de cuatro carriles.
El centro ha estado entrenando buzos de aguas profundas altamente calificados durante décadas que, una vez asignados a unidades militares estadounidenses en todo el mundo, son capaces de realizar buceo técnico para hacer el bien, usando explosivos C4 para limpiar puertos y playas de escombros y artefactos explosivos sin detonar, así como los malos, como volar plataformas petroleras extranjeras, obstruir las válvulas de admisión de las centrales eléctricas submarinas, destruir las esclusas de canales de navegación cruciales. El centro de la ciudad de Panamá, que cuenta con la segunda piscina cubierta más grande de América, fue el lugar perfecto para reclutar a los mejores y más taciturnos graduados de la escuela de buceo que lograron con éxito el verano pasado lo que tenían autorizado a hacer a 260 pies bajo la superficie. del Mar Báltico.
En junio pasado, los buzos de la Marina, que operaban bajo la cobertura de un ejercicio de la OTAN de mediados de verano ampliamente publicitado conocido como BALTOPS 22BALTOPS 22 , colocaron los explosivos activados de forma remota que, tres meses después, destruyeron tres de los cuatro oleoductos Nord Stream, según una fuente con conocimiento directo de la planificación operativa.
Dos de los gasoductos, que se conocían colectivamente como Nord Stream 1, habían estado proporcionando a Alemania y gran parte de Europa occidental gas natural ruso barato durante más de una década. Se había construido un segundo par de tuberías, llamadas Nord Stream 2, pero aún no estaban operativas. Ahora, con las tropas rusas reunidas en la frontera con Ucrania y la guerra más sangrienta en Europa desde 1945 a la vista, el presidente Joseph Biden vio los oleoductos como un vehículo para que Vladimir Putin usara el gas natural como arma para sus ambiciones políticas y territoriales.
”Cuando se le pidió un comentario, Adrienne Watson, una portavoz de la Casa Blanca, dijo en un correo electrónico: “Esto es una ficción falsa y completa”. Tammy Thorp, portavoz de la Agencia Central de Inteligencia, escribió de manera similar: “Esta afirmación es total y absolutamente falsa”.
La decisión de Biden de sabotear los oleoductos se produjo después de más de nueve meses de debates altamente secretos dentro de la comunidad de seguridad nacional de Washington sobre la mejor manera de lograr ese objetivo. Durante gran parte de ese tiempo, el problema no era si hacer la misión, sino cómo hacerla sin tener una idea clara de quién era el responsable.
There was a vital bureaucratic reason for relying on the graduates of the center’s hardcore diving school in Panama City. The divers were Navy only, and not members of America’s Special Operations Command, whose covert operations must be reported to Congress and briefed in advance to the Senate and House leadership—the so-called
Había una razón burocrática vital para confiar en los graduados de la escuela de buceo hardcore del centro en la ciudad de Panamá. Los buzos eran solo de la Marina, y no miembros del Comando de Operaciones Especiales de Estados Unidos, cuyas operaciones encubiertas deben ser informadas al Congreso e informadas con anticipación a los líderes del Senado y la Cámara, la llamada Gang of Eight Banda de los Ocho . La Administración Biden estaba haciendo todo lo posible para evitar filtraciones, ya que la planificación se llevó a cabo a fines de 2021 y en los primeros meses de 2022.
El presidente Biden y su equipo de política exterior —el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan, el secretario de Estado Tony Blinken y Victoria Nuland, la subsecretaria de Estado para Políticas— expresaron su hostilidad hacia los dos oleoductos, que funcionaron uno al lado del otro durante 750 millas bajo el Mar Báltico desde dos puertos diferentes en el noreste de Rusia cerca de la frontera con Estonia, pasando cerca de la isla danesa de Bornholm antes de terminar en el norte de Alemania.
La ruta directa, que eludió cualquier necesidad de transitar por Ucrania, había sido una bendición para la economía alemana, que disfrutó de una abundancia de gas natural ruso barato, suficiente para hacer funcionar sus fábricas y calentar sus hogares, al tiempo que permitía a los distribuidores alemanes vender el exceso de gas, a un precio razonable. un beneficio, en toda Europa Occidental. Una acción que podría atribuirse a la administración violaría las promesas de EE. UU. de minimizar el conflicto directo con Rusia. El secreto era esencial.
Desde sus primeros días, Washington y sus socios antirrusos de la OTAN vieron Nord Stream 1 como una amenaza para el dominio occidental. El holding detrás de esto, Nord Stream AG, se incorporó en Suiza en 2005 en sociedad con Gazprom, una empresa rusa que cotiza en bolsa que produce enormes ganancias para los accionistas y que está dominada por oligarcas que se sabe que están esclavizados por Putin. Gazprom controlaba el 51 por ciento de la empresa, con cuatro empresas energéticas europeas, una en Francia, una en los Países Bajos y dos en Alemania, que compartían el 49 por ciento restante de las acciones y tenían derecho a controlar las ventas posteriores del gas natural de bajo costo a locales. distribuidores en Alemania y Europa Occidental. Las ganancias de Gazprom se compartieron con el gobierno ruso, y se estimó que los ingresos estatales de gas y petróleo en algunos años ascenderían hasta el 45 por ciento del presupuesto anual de Rusia.
Los temores políticos de Estados Unidos eran reales: Putin ahora tendría una importante fuente de ingresos adicional y muy necesaria, y Alemania y el resto de Europa occidental se volverían adictos al gas natural de bajo costo suministrado por Rusia, al tiempo que disminuiría la dependencia europea de Estados Unidos. De hecho, eso es exactamente lo que sucedió. Muchos alemanes vieron Nord Stream 1 como parte de la liberación de la famosa teoría Ostpolitik del ex canciller Willy Brandt, que permitiría a la Alemania de la posguerra rehabilitarse a sí misma y a otras naciones europeas destruidas en la Segunda Guerra Mundial, entre otras iniciativas, utilizando gas ruso barato para alimentar un próspera economía comercial y de mercado de Europa Occidental.
Nord Stream 1 era lo suficientemente peligroso, en opinión de la OTAN y Washington, pero Nord Stream 2, cuya construcción se completó en septiembre de 2021 , si los reguladores alemanes lo aprueban, duplicaría la cantidad de gas barato que estaría disponible para Alemania y Europa Oriental. El segundo gasoducto también proporcionaría suficiente gas para más del 50 por ciento del consumo anual de Alemania. Las tensiones aumentaban constantemente entre Rusia y la OTAN, respaldadas por la política exterior agresiva de la Administración Biden.
La oposición a Nord Stream 2 estalló en la víspera de la toma de posesión de Biden en enero de 2021, cuando los republicanos del Senado, encabezados por Ted Cruz de Texas, plantearon repetidamente la amenaza política del gas natural ruso barato durante la audiencia de confirmación de Blinken como Secretario de Estado. Para entonces, un Senado unificado había aprobado con éxito una ley que, como dijo Cruz a Blinken, “detuvo [el oleoducto] en seco”. Habría una enorme presión política y económica por parte del gobierno alemán, entonces encabezado por Angela Merkel, para poner en funcionamiento el segundo oleoducto.
¿Biden se enfrentaría a los alemanes? Blinken dijo que sí, pero agregó que no había discutido los puntos de vista específicos del presidente entrante. “Conozco su fuerte convicción de que esto es una mala idea, el Nord Stream 2”, dijo. “Sé que nos haría usar todas las herramientas persuasivas que tenemos para convencer a nuestros amigos y socios, incluida Alemania, de que no sigan adelante”.
Unos meses más tarde, cuando la construcción del segundo oleoducto estaba casi terminada, Biden parpadeó. Ese mayo, en un cambio sorprendente , la administración renunció a las sanciones contra Nord Stream AG, y un funcionario del Departamento de Estado admitió que tratar de detener el oleoducto a través de sanciones y diplomacia “siempre había sido una posibilidad remota”. Detrás de escena, los funcionarios de la administración supuestamente instaron al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, que para entonces enfrentaba una amenaza de invasión rusa, a no criticar la medida.
Hubo consecuencias inmediatas. Los republicanos del Senado, encabezados por Cruz, anunciaron un bloqueo inmediato de todos los candidatos de política exterior de Biden y retrasaron la aprobación del proyecto de ley anual de defensa durante meses, hasta bien entrado el otoño. Más tarde, Politico describió el giro de Biden en el segundo oleoducto ruso como “la única decisión, posiblemente más que la caótica retirada militar de Afganistán, que ha puesto en peligro la agenda de Biden”.
La administración se tambaleaba, a pesar de obtener un respiro de la crisis a mediados de noviembre, cuando los reguladores de energía de Alemania suspendieron la aprobación del segundo gasoducto Nord Stream. Los precios del gas natural aumentaron un 8 % en cuestión de días , en medio de los crecientes temores en Alemania y Europa de que la suspensión del gasoducto y la creciente posibilidad de una guerra entre Rusia y Ucrania conducirían a un invierno frío muy no deseado. Washington no tenía claro cuál era la posición de Olaf Scholz, el recién nombrado canciller de Alemania. Meses antes, después de la caída de Afganistán, Scholtz había respaldado públicamente el llamado del presidente francés Emmanuel Macron a una política exterior europea más autónoma en un discurso en Praga, lo que claramente sugería menos confianza en Washington y sus acciones volubles.
A lo largo de todo esto, las tropas rusas se habían ido acumulando de manera constante y siniestra en las fronteras de Ucrania y, a finales de diciembre, más de 100.000 soldados estaban en posición de atacar desde Bielorrusia y Crimea. La alarma crecía en Washington, incluida una evaluación de Blinken de que ese número de tropas podría “duplicarse en poco tiempo”.
La atención de la administración se centró una vez más en Nord Stream. Mientras Europa siguiera dependiendo de los oleoductos para obtener gas natural barato, Washington temía que países como Alemania fueran reacios a suministrar a Ucrania el dinero y las armas que necesitaba para derrotar a Rusia.
Fue en este momento inestable que Biden autorizó a Jake Sullivan a reunir a un grupo interinstitucional para idear un plan.
Todas las opciones estaban sobre la mesa. Pero sólo uno saldría.
PLANIFICACIÓN
En diciembre de 2021, dos meses antes de que los primeros tanques rusos entraran en Ucrania, Jake Sullivan convocó una reunión de un grupo de trabajo recién formado (hombres y mujeres del Estado Mayor Conjunto, la CIA y los Departamentos de Estado y del Tesoro) y preguntó para recomendaciones sobre cómo responder a la inminente invasión de Putin.
Sería la primera de una serie de reuniones de alto secreto, en una sala segura en un piso superior del Antiguo Edificio de Oficinas Ejecutivas, adyacente a la Casa Blanca, que también fue el hogar de la Junta Asesora de Inteligencia Extranjera del Presidente (PFIAB) . Hubo la charla habitual de ida y vuelta que finalmente condujo a una pregunta preliminar crucial: ¿La recomendación enviada por el grupo al presidente sería reversible, como otra capa de sanciones y restricciones monetarias, o irreversible, es decir, acciones cinéticas, que no se puede deshacer?
Lo que quedó claro para los participantes, según la fuente con conocimiento directo del proceso, es que Sullivan tenía la intención de que el grupo presentara un plan para la destrucción de los dos oleoductos Nord Stream, y que estaba cumpliendo con los deseos de los Presidente.
LOS JUGADORES De izquierda a derecha: Victoria Nuland, Anthony Blinken y Jake Sullivan.
Durante las próximas reuniones, los participantes debatieron opciones para un ataque. La Armada propuso utilizar un submarino recién comisionado para asaltar el oleoducto directamente. La Fuerza Aérea discutió el lanzamiento de bombas con fusibles retardados que podrían activarse de forma remota. La CIA argumentó que cualquier cosa que se hiciera, tendría que ser encubierta. Todos los involucrados entendieron lo que estaba en juego. “Esto no es cosa de niños”, dijo la fuente. Si el ataque fuera rastreable hasta Estados Unidos, “es un acto de guerra”.
En ese momento, la CIA estaba dirigida por William Burns, un exembajador en Rusia de buenos modales que se había desempeñado como subsecretario de Estado en la administración Obama. Burns autorizó rápidamente un grupo de trabajo de la Agencia cuyos miembros ad hoc incluían, por casualidad, a alguien que estaba familiarizado con las capacidades de los buzos de aguas profundas de la Armada en la ciudad de Panamá. Durante las próximas semanas, los miembros del grupo de trabajo de la CIA comenzaron a elaborar un plan para una operación encubierta que utilizaría buzos de aguas profundas para provocar una explosión a lo largo del oleoducto.
Algo así se había hecho antes. En 1971, la comunidad de inteligencia estadounidense se enteró de fuentes aún no reveladas que dos unidades importantes de la Armada rusa se comunicaban a través de un cable submarino enterrado en el Mar de Okhotsk, en la costa del Lejano Oriente de Rusia. El cable vinculaba un comando regional de la Armada con el cuartel general continental en Vladivostok.
Un equipo cuidadosamente seleccionado de agentes de la Agencia Central de Inteligencia y la Agencia de Seguridad Nacional se reunió en algún lugar del área de Washington, bajo una cubierta profunda, y elaboró un plan, utilizando buzos de la Armada, submarinos modificados y un vehículo de rescate submarino profundo, que tuvo éxito, después de mucho ensayo y error, en la localización del cable ruso. Los buzos colocaron un sofisticado dispositivo de escucha en el cable que interceptó con éxito el tráfico ruso y lo registró en un sistema de grabación.
La NSA se enteró de que altos oficiales de la marina rusa, convencidos de la seguridad de su enlace de comunicación, charlaban con sus compañeros sin encriptación. El dispositivo de grabación y su cinta tuvieron que ser reemplazados mensualmente y el proyecto siguió adelante alegremente durante una década hasta que se vio comprometido por un técnico civil de la NSA de cuarenta y cuatro años llamado Ronald Pelton que hablaba ruso con fluidez . Pelton fue traicionado por un desertor ruso en 1985 y condenado a prisión. Los rusos le pagaron solo $ 5,000 por sus revelaciones sobre la operación, junto con $ 35,000 por otros datos operativos rusos que proporcionó y que nunca se hicieron públicos.
Ese éxito submarino, cuyo nombre en código es Ivy Bells, fue innovador y arriesgado, y produjo inteligencia invaluable sobre las intenciones y la planificación de la Armada rusa.
Aún así, el grupo interinstitucional inicialmente se mostró escéptico sobre el entusiasmo de la CIA por un ataque encubierto en aguas profundas. Había demasiadas preguntas sin respuesta. Las aguas del mar Báltico estaban fuertemente patrulladas por la armada rusa y no había plataformas petrolíferas que pudieran usarse como cobertura para una operación de buceo. ¿Tendrían que ir los buzos a Estonia, justo al otro lado de la frontera de los muelles de carga de gas natural de Rusia, para entrenarse para la misión? “Sería una mierda de cabra”, le dijeron a la Agencia.
A lo largo de “todas estas intrigas”, dijo la fuente, “algunos trabajadores de la CIA y del Departamento de Estado decían: 'No hagas esto. Es estúpido y será una pesadilla política si sale a la luz'”.
Sin embargo, a principios de 2022, el grupo de trabajo de la CIA informó al grupo interinstitucional de Sullivan: “Tenemos una forma de volar los oleoductos”.
Lo que vino después fue impresionante. El 7 de febrero, menos de tres semanas antes de la aparentemente inevitable invasión rusa de Ucrania, Biden se reunió en su oficina de la Casa Blanca con el canciller alemán Olaf Scholz, quien, después de algunos vacilaciones, ahora estaba firmemente en el equipo estadounidense. En la conferencia de prensa que siguió, Biden dijo desafiante: “ Si Rusia invade. . . ya no habrá un Nord Stream 2. Le pondremos fin ”.
Veinte días antes, el subsecretario Nuland había entregado esencialmente el mismo mensaje en una sesión informativa del Departamento de Estado, con poca cobertura de prensa. “Quiero ser muy clara con ustedes hoy”, dijo en respuesta a una pregunta. “Si Rusia invade Ucrania, de una forma u otraNord Stream 2 no avanzará ”.
Varios de los involucrados en la planificación de la misión del oleoducto quedaron consternados por lo que vieron como referencias indirectas al ataque.
“Fue como poner una bomba atómica en el suelo de Tokio y decirles a los japoneses que la vamos a detonar”, dijo la fuente. “El plan era que las opciones se ejecutaran después de la invasión y no se anunciaran públicamente. Biden simplemente no lo entendió o lo ignoró”.
La indiscreción de Biden y Nuland, si eso es lo que fue, podría haber frustrado a algunos de los planificadores. Pero también creó una oportunidad. Según la fuente, algunos de los altos funcionarios de la CIA determinaron que volar el oleoducto “ya no podía considerarse una opción encubierta porque el presidente acaba de anunciar que sabíamos cómo hacerlo”.
El plan para hacer estallar Nord Stream 1 y 2 fue repentinamente degradado de una operación encubierta que requería que se informara al Congreso a una que se consideró como una operación de inteligencia altamente clasificada con apoyo militar de EE. UU. Según la ley, explicó la fuente, “ya no existía el requisito legal de informar la operación al Congreso. Todo lo que tenían que hacer ahora era simplemente hacerlo, pero aún así tenía que ser secreto. Los rusos tienen una vigilancia superlativa del Mar Báltico”.
Los miembros del grupo de trabajo de la Agencia no tenían contacto directo con la Casa Blanca y estaban ansiosos por saber si el presidente quería decir lo que había dicho, es decir, si la misión estaba ahora en marcha. La fuente recordó: "Bill Burns regresa y dice: 'Hazlo'".
“La marina noruega no tardó en encontrar el lugar adecuado, en aguas poco profundas a unas pocas millas de la isla de Bornholm en Dinamarca. . .”
LA OPERACION
Noruega fue el lugar perfecto para la base de la misión.
En los últimos años de la crisis Este-Oeste, el ejército estadounidense ha ampliado enormemente su presencia dentro de Noruega, cuya frontera occidental se extiende a lo largo de 1.400 millas a lo largo del Océano Atlántico norte y se fusiona con Rusia sobre el Círculo Polar Ártico. El Pentágono ha creado empleos y contratos bien remunerados, en medio de cierta controversia local, al invertir cientos de millones de dólares para mejorar y expandir las instalaciones de la Armada y la Fuerza Aérea estadounidenses en Noruega. Los nuevos trabajos incluían, lo que es más importante, un radar avanzado de apertura sintética en el norte que era capaz de penetrar profundamente en Rusia y se puso en línea justo cuando la comunidad de inteligencia estadounidense perdió el acceso a una serie de sitios de escucha de largo alcance dentro de China.
A cambio, el gobierno noruego enfureció a los liberales y algunos moderados en su parlamento en noviembre pasado al aprobar el Acuerdo de Cooperación de Defensa Suplementario (SDCA). Según el nuevo acuerdo, el sistema legal estadounidense tendría jurisdicción en ciertas "áreas acordadas " en el norte sobre los soldados estadounidenses acusados de delitos fuera de la base, así como sobre los ciudadanos noruegos acusados o sospechosos de interferir con el trabajo en la base.
Noruega fue uno de los signatarios originales del Tratado de la OTAN en 1949, en los primeros días de la Guerra Fría. Hoy, el secretario general de la OTAN es Jens Stoltenberg, un anticomunista comprometido, que se desempeñó como primer ministro de Noruega durante ocho años antes de pasar a su alto puesto en la OTAN, con el respaldo de Estados Unidos, en 2014. Era de línea dura en todo lo relacionado con Putin y Rusia, que había cooperado con la comunidad de inteligencia estadounidense desde la guerra de Vietnam. Se ha confiado en él completamente desde entonces. “Él es el guante que se adapta a la mano estadounidense”, dijo la fuente.
De vuelta en Washington, los planificadores sabían que tenían que ir a Noruega. “Odiaban a los rusos, y la armada noruega estaba llena de magníficos marineros y buzos que tenían generaciones de experiencia en la exploración altamente rentable de petróleo y gas en aguas profundas”, dijo la fuente. También se podía confiar en ellos para mantener la misión en secreto. (Los noruegos también pueden haber tenido otros intereses. La destrucción de Nord Stream, si los estadounidenses pudieran lograrlo, permitiría a Noruega vender mucho más de su propio gas natural a Europa).
En algún momento de marzo, algunos miembros del equipo volaron a Noruega para reunirse con el Servicio Secreto y la Armada de Noruega. Una de las preguntas clave era dónde exactamente en el Mar Báltico era el mejor lugar para colocar los explosivos. Nord Stream 1 y 2, cada uno con dos conjuntos de tuberías, estaban separados en gran parte por poco más de una milla mientras se dirigían al puerto de Greifswald en el extremo noreste de Alemania.
La armada noruega no tardó en encontrar el lugar adecuado, en las aguas poco profundas del mar Báltico, a unas pocas millas de la isla de Bornholm en Dinamarca. Los oleoductos se extendían a más de una milla de distancia a lo largo de un fondo marino que tenía solo 260 pies de profundidad. Eso estaría dentro del alcance de los buzos, quienes, operando desde un cazaminas de clase Alta noruego, bucearían con una mezcla de oxígeno, nitrógeno y helio saliendo de sus tanques, y colocarían cargas de C4 en forma de planta en las cuatro tuberías con protección de concreto. cubre Sería un trabajo tedioso, lento y peligroso, pero las aguas de Bornholm tenían otra ventaja: no había grandes corrientes de marea, lo que habría dificultado mucho la tarea de bucear.
Después de un poco de investigación, los estadounidenses estaban todos adentro.
En este punto, el oscuro grupo de buceo profundo de la Marina en la ciudad de Panamá entró en juego una vez más. Las escuelas de aguas profundas en la Ciudad de Panamá, cuyos alumnos participaron en Ivy Bells, son vistas como un remanso no deseado por los graduados de élite de la Academia Naval en Annapolis, quienes generalmente buscan la gloria de ser asignados como Seal, piloto de combate o submarinista. . Si uno debe convertirse en un "zapato negro", es decir, un miembro del mando de la nave de superficie menos deseable, siempre hay al menos un deber en un destructor, crucero o barco anfibio. La menos glamorosa de todas es la guerra de minas. Sus buzos nunca aparecen en las películas de Hollywood, ni en la portada de revistas populares.
“Los mejores buzos con calificaciones de buceo profundo son una comunidad compacta, y solo los mejores son reclutados para la operación y se les dice que estén preparados para ser llamados a la CIA en Washington”, dijo la fuente.
Los noruegos y los estadounidenses tenían una ubicación y los operativos, pero había otra preocupación: cualquier actividad submarina inusual en las aguas de Bornholm podría llamar la atención de las armadas sueca o danesa, que podrían informarla.
Dinamarca también había sido uno de los signatarios originales de la OTAN y era conocida en la comunidad de inteligencia por sus vínculos especiales con el Reino Unido. Suecia había solicitado ser miembro de la OTAN y había demostrado su gran habilidad en el manejo de sus sistemas de sensores magnéticos y de sonido submarinos que rastreaban con éxito los submarinos rusos que ocasionalmente aparecían en aguas remotas del archipiélago sueco y se veían obligados a salir a la superficie.
Los noruegos se unieron a los estadounidenses para insistir en que algunos altos funcionarios de Dinamarca y Suecia debían ser informados en términos generales sobre la posible actividad de buceo en la zona. De esa forma, alguien superior podría intervenir y mantener un informe fuera de la cadena de mando, aislando así la operación del oleoducto. “Lo que les dijeron y lo que sabían era diferente a propósito”, me dijo la fuente. (La embajada noruega, a la que se le pidió que comentara sobre esta historia, no respondió).
Los noruegos fueron clave para resolver otros obstáculos. Se sabía que la armada rusa poseía tecnología de vigilancia capaz de detectar y activar minas submarinas. Los artefactos explosivos estadounidenses debían camuflarse de manera que parecieran ante el sistema ruso como parte del fondo natural, algo que requería adaptarse a la salinidad específica del agua. Los noruegos tenían una solución.
Los noruegos también tenían una solución a la cuestión crucial de cuándo debería llevarse a cabo la operación. Cada junio, durante los últimos 21 años, la Sexta Flota estadounidense, cuyo buque insignia tiene su sede en Gaeta, Italia, al sur de Roma, ha patrocinado un importante ejercicio de la OTAN en el Mar Báltico en el que participaron decenas de barcos aliados de toda la región. El ejercicio actual, realizado en junio, se conocería como Baltic Operations 22 o BALTOPS 22 . Los noruegos propusieron que esta sería la cubierta ideal para plantar las minas.
Los estadounidenses proporcionaron un elemento vital: convencieron a los planificadores de la Sexta Flota para que agregaran un ejercicio de investigación y desarrollo al programa. El ejercicio, como lo hizo público la Marina , involucró a la Sexta Flota en colaboración con los "centros de investigación y guerra" de la Marina. El evento en el mar se llevaría a cabo frente a la costa de la isla de Bornholm e involucraría a equipos de buzos de la OTAN que plantarían minas, con equipos competidores que utilizarían la última tecnología submarina para encontrarlas y destruirlas.
Era a la vez un ejercicio útil y una tapadera ingeniosa. Los muchachos de la ciudad de Panamá harían lo suyo y los explosivos C4 estarían en su lugar al final de BALTOPS22, con un temporizador de 48 horas adjunto. Todos los estadounidenses y noruegos se habrían ido hace mucho tiempo con la primera explosión.
Los días estaban contando. “El tiempo corría y nos acercábamos a la misión cumplida”, dijo la fuente.
Y entonces: Washington tuvo dudas. Las bombas aún se colocarían durante BALTOPS, pero a la Casa Blanca le preocupaba que la ventana de dos días para su detonación estuviera demasiado cerca del final del ejercicio, y sería obvio que Estados Unidos había estado involucrado.
En cambio, la Casa Blanca tenía una nueva solicitud: "¿Pueden los muchachos en el campo encontrar alguna forma de volar las tuberías más tarde cuando se les ordene?"
Algunos miembros del equipo de planificación estaban enojados y frustrados por la aparente indecisión del presidente. Los buzos de la ciudad de Panamá habían practicado repetidamente la colocación del C4 en tuberías, como lo harían durante BALTOPS, pero ahora el equipo de Noruega tenía que idear una manera de darle a Biden lo que quería: la capacidad de emitir una orden de ejecución exitosa a la vez. de su elección.
Encargarse de un cambio arbitrario de última hora era algo que la CIA estaba acostumbrada a manejar. Pero también renovó las preocupaciones que algunos compartían sobre la necesidad y la legalidad de toda la operación.
Las órdenes secretas del presidente también evocaron el dilema de la CIA en los días de la guerra de Vietnam, cuando el presidente Johnson, confrontado por un creciente sentimiento contra la guerra de Vietnam, ordenó a la agencia que violara sus estatutos, que específicamente le prohibían operar dentro de Estados Unidos, espiando a los líderes contra la guerra. para determinar si estaban siendo controlados por la Rusia comunista.
La agencia finalmente accedió y, a lo largo de la década de 1970, quedó claro hasta dónde había estado dispuesta a llegar. Hubo revelaciones posteriores en los periódicos después de los escándalos de Watergate sobre el espionaje de la Agencia a ciudadanos estadounidenses, su participación en el asesinato de líderes extranjeros y su socavación del gobierno socialista de Salvador Allende.
Esas revelaciones llevaron a una serie dramática de audiencias a mediados de la década de 1970 en el Senado, dirigida por Frank Church de Idaho, que dejó en claro que Richard Helms, el director de la Agencia en ese momento, aceptó que tenía la obligación de hacer lo que el Presidente quería, incluso si eso significaba violar la ley.
En un testimonio inédito a puerta cerrada, Helms explicó con pesar que “casi tienes una Inmaculada Concepción cuando haces algo” bajo órdenes secretas de un presidente. “Ya sea que esté bien que lo tengas, o que esté mal que lo tengas, [la CIA] trabaja bajo diferentes reglas y reglas básicas que cualquier otra parte del gobierno”. Básicamente, les estaba diciendo a los senadores que él, como jefe de la CIA, entendía que había estado trabajando para la Corona, y no para la Constitución.
Los estadounidenses que trabajaban en Noruega operaron bajo la misma dinámica y diligentemente comenzaron a trabajar en el nuevo problema: cómo detonar de forma remota los explosivos C4 por orden de Biden. Era una tarea mucho más exigente de lo que entendían los de Washington. No había forma de que el equipo en Noruega supiera cuándo el presidente podría presionar el botón. ¿Sería en unas pocas semanas, en muchos meses o en medio año o más?
El C4 conectado a las tuberías sería activado por una boya de sonar lanzada por un avión con poca antelación, pero el procedimiento involucró la tecnología de procesamiento de señales más avanzada. Una vez instalados, los dispositivos de temporización retrasados conectados a cualquiera de los cuatro oleoductos podrían activarse accidentalmente debido a la compleja combinación de ruidos de fondo del océano en todo el mar Báltico, que está muy transitado: barcos cercanos y distantes, perforaciones submarinas, eventos sísmicos, olas e incluso mar. criaturas Para evitar esto, la boya de sonar, una vez colocada, emitiría una secuencia de sonidos tonales únicos de baja frecuencia, muy parecidos a los emitidos por una flauta o un piano, que serían reconocidos por el dispositivo de tiempo y, después de unas horas preestablecidas. de retraso, disparar los explosivos.
El 26 de septiembre de 2022, un avión de vigilancia P8 de la Armada de Noruega realizó un vuelo aparentemente de rutina y dejó caer una boya de sonar. La señal se extendió bajo el agua, inicialmente a Nord Stream 2 y luego a Nord Stream 1. Unas horas más tarde, se activaron los explosivos C4 de alta potencia y tres de las cuatro tuberías quedaron fuera de servicio. En unos pocos minutos, los charcos de gas metano que permanecían en las tuberías cerradas se podían ver extendiéndose en la superficie del agua y el mundo se enteró de que algo irreversible había sucedido.
CAER
Inmediatamente después del bombardeo del oleoducto, los medios estadounidenses lo trataron como un misterio sin resolver. Rusia fue repetidamente citada como probable culpable , impulsada por filtraciones calculadas de la Casa Blanca, pero sin nunca establecer un motivo claro para tal acto de autosabotaje, más allá de la simple retribución. Unos meses más tarde, cuando se supo que las autoridades rusas habían estado obteniendo discretamente estimaciones del costo de reparación de los oleoductos, el New York Times describió la noticia como "teorías complicadas sobre quién estaba detrás" del ataque. Ningún periódico estadounidense importante profundizó en las amenazas anteriores a los oleoductos hechas por Biden y el subsecretario de Estado Nuland.
Si bien nunca estuvo claro por qué Rusia buscaría destruir su propio oleoducto lucrativo, una justificación más reveladora para la acción del presidente provino del secretario de Estado Blinken.
Cuando se le preguntó en una conferencia de prensa en septiembre pasado sobre las consecuencias del empeoramiento de la crisis energética en Europa Occidental,
”“Es una gran oportunidad para eliminar de una vez por todas la dependencia de la energía rusa y así quitarle a Vladimir Putin el uso de armas como medio para avanzar en sus diseños imperiales. Eso es muy significativo y ofrece una gran oportunidad estratégica para los años venideros, pero mientras tanto estamos decididos a hacer todo lo posible para asegurarnos de que las consecuencias de todo esto no recaigan sobre los ciudadanos de nuestros países o, para el caso, alrededor del mundo."
”Más recientemente, Victoria Nuland expresó su satisfacción por la desaparición del más nuevo de los oleoductos. Al testificar en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado a fines de enero, le dijo al Senador Ted Cruz: “Al igual que usted, estoy, y creo que la Administración está muy satisfecha de saber que Nord Stream 2 es ahora, como le gusta decir, un trozo de metal en el fondo del mar.”
”La fuente tenía una visión mucho más callejera de la decisión de Biden de sabotear más de 1500 millas del oleoducto Gazprom a medida que se acercaba el invierno. “Bueno”, dijo, hablando del presidente, “debo admitir que el tipo tiene un par de cojones. Dijo que lo iba a hacer y lo hizo”.
Cuando se le preguntó por qué pensaba que los rusos no respondieron, dijo cínicamente: “Tal vez quieren la capacidad de hacer las mismas cosas que hizo Estados Unidos.
“Fue una hermosa historia de portada”, continuó. “Detrás había una operación encubierta que colocó expertos en el campo y equipos que operaban con una señal encubierta.