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miércoles, 7 de marzo de 2012

Manipulación de la opinión pública: Los periodistas que contribuyen a legitimar las masacres de niños palestinos


Por: Silvia Cattori, www.silviacattori.net

Nuestro mundo está en pleno proceso de volverse salvaje. Cada día nos trae imágenes atroces de niños y de adultos cortados en pedazos, quemados, desmembrados por terroríficas estas armas de guerra utilizadas Iraq, en Afganistán, en Palestina. Nadie puede aceptar estas imágenes de niños bañados en su propia sangre, amputados, que gimen en las camas de un hospital que no tiene recursos para curarlos. Y, sin embargo, parece que muchos corresponsales extranjeros presentes sobre el terreno no tienen problema alguno en aceptar estas imágenes. Prácticamente no hablan de ello. Por lo demás, cuando lo hacen, nuestras sociedades « civilizadas» parecen conformarse.


Para estos medios, como para el ejército que se autoproclama «el más moral del mundo», estos niños masacrados parecen formar parte de la rutina.El 29 de agosto de 2007 un tanque israelí mató salvajemente a tres niños de 9, 10 y 12 años lanzando deliberadamente un misil contra ellos. Por supuesto, los medios de comunicación dominantes no destacaron este nuevo asesinato de niños.
Todos los días Israel mata o hiere gravemente a niños palestinos con armas de guerra. Esto es algo que conmociona. Nos sentimos aterrados ante estas masacres de inocentes y nos sentimos aún más indignados por el silencio y la complicidad de nuestros gobernantes.
Igualmente indignante es la actitud de quienes en su apoyo incondicional a Israel se esfuerzan por describir a los árabes como fanáticos peligrosos para impedir que la opinión pública sienta ternura por ellos y por presentarlos como los responsables de lo que les ocurre. No podemos permanecer sin reaccionar ante esta situación porque eso equivale a dejar vía libre a los impostores que en cada país se esfuerzan por desnaturalizar los hechos para encubrir los crímenes de Israel. Como vimos en el pasado en el caso de Alain Finkielkraut cuando se produjo el asesinato de Mohamed Al-Dura, de 12 años, y como se ve en el de Stephanie Zenati con el asesinato que ha pasado desapercibido de Sarah, Mahmoud y Yehya Abu Ghazal que estamos analizando aquí.
Recordemos los hechos. El 29 de agosto los hermanos Mahmoud, Yehya Abu Ghazal y su prima Sarah jugaban cerca de su pobre casa en el norte de Gaza cuando unos soldados [israelíes] escondidos dentro de su tanque dispararon deliberadamente contra ellos con el cañón del tanque.
Como es habitual, para cortar en seco cualquier acusación y hacer creer que los soldados no tenían nada que ver, unos oficiales israelíes mintieron diciendo que “habían disparado contra quienes lanzaban cohetes contra Israel” y que “no se excluía que, una vez más, los niños hubieran sido alcanzados por la explosión de los Qassams (cohetes artesanos) palestinos”.
¡La madre de la niña y la madre de los dos niños, cuyo padre está preso en una cárcel israelí desde septiembre de 2006, son tajantes!: en los últimos nueve meses no se había disparado ningún cohete desde este sector desértico donde Israel ha arrasado todo y en toda esta zona no había lanzadores de cohetes.
Ésta es la forma escandalosa que tiene Stephanie Zenati de contar esta masacre de niños : « La semana pasada dos niños palestinos murieron bajo los tiros del Tsahal. Ya van tres esta semana. A cambio de algunos shekels, si dudarlo un momento los terrorista palestinos exponen a los niños a las respuestas israelíes».
Stéphanie Zenati retoma, pues, a su manera la propaganda del ejército israelí, que como sabemos siempre hace responsables a las víctimas palestinas de sus crímenes, y así deja entender que « se identificó a un grupo de cinco terroristas que habían orientado sus lanza-cohetes en dirección a Israel» y que « Jerusalén ha acusado explícitamente a las organizaciones terroristas ?de utilizar cínicamente a estos niños. Los únicos a quienes se puede echar la culpa son quienes lo ordenaron? ».
Hay que señalar que el título del artículo, «Tres niños palestinos muertos por el Tsahal», reconoce algo que Israel no podía discutir. Esto es lo habilidoso de la propaganda: jugar con la verdad, el origen del crimen, para a continuación pasar a lo falso, convertir a los criminales en inocentes.
Stephanie Zenati siempre puede exponer sus contra-verdades y dejar entender que el ejército israelí tiene derecho a defenderse. No puede ignorar que el ejército israelí no es en absoluto un ejército defensivo sino, efectivamente, un ejército ofensivo, un ejército de colonizadores creado en 1948 no para luchar contra otro ejército, sino para combatir contra un pueblo desarmado, para aterrorizarlo y expulsarlo para poder instalarse en su tierra.
Los padres de estos niños los querían. Es escandaloso querer hacer creer que los palestinos se sirven de sus niños para atraer ?voluntariamente a los soldados a las zonas habitadas de manera que los civiles resulten alcanzados y que se considere una falta la legitimidad israelí de defenderse”. Como sus padres, estos niños son víctimas de un ejército ofensivo extraordinariamente brutal que tras haberlos expulsado de sus hogares en 1948, hoy quiere expulsarlos de los lugares en los que él mismo los ha arrinconado.
Así es como desde finales de 2000 unidades terroristas del ejército israelí han matado deliberadamente a más de niños palestinos en esos trozos de territorio que Israel les ha dejado y que ha devastado completamente. Además de esto, los soldados del ejército israelí han herido a más de 20.000 niños, muchos de los cuales han quedado inválidos de por vida. Sthéphanie Zenati no puede ignorar estos datos. No puede ignorar que los soldados de Israel tiene orden de matar niños como reconoció en octubre de 2003 el coronel del ejército del aire, Yiftah Sepctor.
Contribuyendo a hacer que recaiga sobre las víctimas palestinas la responsabilidad de los crímenes cometidos por el Tsahal para tratar de preservar la imagen de Israel, Sthéphanie Zenati está participando en la limpieza étnica programada y practicada sin cesar por los colonos judíos que se han instalado en las tierras robadas a los palestinos. Es una actitud inaceptable moralmente.
Cuando pensamos que todos los días personas y organizaciones judías piden que se reconozca a las víctimas judías del nazismo, aunque este reconocimiento ya se haga, y que, al mismo tiempo, estas mismas personas o organizaciones se niegan a reconocer el estatuto de víctimas a los palestinos perseguidos por el Estado de Israel, podemos plantearnos dudas acerca de su sinceridad y de sus verdaderas intenciones cuando pretenden hablar en nombre de las víctimas judías.

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