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jueves, 26 de abril de 2012

Natalicio y vigencia de Benjamín Carrión



Jaime Galarza Zavala

Jaime Galarza Zavala

El reciente 20 de abril se cumplieron 125 años del nacimiento de Benjamín Carrión, ocurrido en la ciudad de Loja. Un acontecimiento histórico de trascendencia internacional, además de ecuatoriana, dada la fundación de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, inspirada y promovida por él, así como las huellas que dejara en varios países latinoamericanos, como México y Cuba. Pese a ello, los grandes medios nacionales ignoraron el suceso. En cuanto a la Casa, que lleva su nombre, casi lo olvidó, salvo el Ballet Nacional del Ecuador, que efectuó en su homenaje la presentación de “Carmen”, con un lleno completo -cerca de dos mil personas- en el teatro de la institución, donde el director del Ballet, maestro Rubén Guarderas, y el escritor Jaime Galarza, vicepresidente de la Casa, recuperaron en sus alocuciones la memoria del grande hombre y creador.
Galarza hizo un recuento de la vida y la obra de Carrión, situándolo en su claro pensamiento socialista y en su adhesión a los procesos revolucionarios del Ecuador y el continente, desde que en 1944 fuera uno de los impulsores de la Revolución del 28 de Mayo, La Gloriosa, traicionada y frustrada luego, pero que dejó legados imborrables como la fundación de la Casa de la Cultura. Más adelante, en 1959,  a la vez que se adhirió a la Revolución Cubana, proclamó abiertamente la necesidad de la Segunda Independencia frente al imperialismo norteamericano, y propició una activa oposición al gobierno despótico de Camilo Ponce Enríquez, primer tiranuelo socialcristiano, al punto que participó en las elecciones de 1960 como candidato a la Vicepresidencia junto con el patriota y maestro de juventudes Antonio Parra Velasco, propuesto para la Presidencia de la República por la Unidad Anticonservadora formada por CFP (Concentración de Fuerzas Populares), el Partido Comunista del Ecuador y el Partido Socialista Ecuatoriano. La entonces existente URJE (Unión Revolucionaria de Juventudes Ecuatorianas) fue el alma de las movilizaciones.
Tres años después, tras el golpe de Estado del 11 de julio de 1963, gestado por la CIA y la embajada norteamericana, la Casa de la Cultura fue tomada por asalto por los dictadores y Benjamín Carrión, junto con centenares de escritores, artistas, estudiantes, líderes de toda clase apresados, perseguidos o exiliados. Al caer la dictadura en 1966, Carrión volvió a dirigir la Casa que le era propia. Un capítulo más de su fervor político fue el llamado que hiciera para formar el Frente Amplio de Izquierda, FADI, en 1977, dándose las primeras reuniones en su domicilio, para salir  de la malamente recordada dictadura militar de los triunviros. (La suerte del FADI es otra historia).
He allí, en síntesis, la figura política de Benjamín Carrión visualizada por Galarza, quien por otra parte, y en otros momentos, ha señalado que el Maestro cometió sus propios errores en el campo político, como fuera el entendimiento, a través de la Casa de la Cultura, con el presidente Otto Arosemena Gómez, gobernante oligárquico y corrupto, para auspiciar la candidatura de Galo Plaza Lasso a la Secretaría General de la OEA, conforme lo requería el gobierno de Washington, lo que motivó la renuncia pública a la Casa, en su condición de miembros, de numerosos escritores, como Nela Martínez, Agustín Cueva, Ulises Estrella, Juan Andrade Heyman, Francisco Proaño, Raúl Arias, Rafael Larrea, Egbert Espinosa, Jaime Galarza Zavala. Renuncia cuyo texto íntegro, suscrito el 8 de enero de 1968, apareció el 11 del mismo mes en el Nº 225 de la revista Mañana, dirigida por Pedro Jorge Vera. Estos errores, como ha sostenido Galarza, no le restan mérito alguno a la gran figura de Benjamín Carrión. Simplemente demuestran que hasta los mejores se equivocan.

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