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martes, 25 de septiembre de 2012

CRISIS EN ESPAÑA



Rescate bancario, pero ¿a qué precio?


Ante a una deuda privada de las instituciones financieras (principalmente de bancos), extremadamente peligrosa en la medida que proviene de la acumulación de créditos hipotecarios de riesgo y por tanto con una fuerte probabilidad de impago, el reino de España, siguiendo los consejos de varias firmas privadas, ha decidido transferir dicho riesgo a las instituciones públicas. Pero ¿quiénes son estas firmas privadas y a qué intereses sirven?
RED VOLTAIRE 

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El Estado español paga 2 millones de euros por el asesoramiento que recibe de firmas privadas con dudoso balance en la materia
El 21 de junio de 2012, los auditores Oliver Wyman y Roland Berger, contratados por el gobierno de Rajoy, entregan sus tan esperados informes y confirman lo que todo el mundo sabía: el sector bancario español necesita ser saneado. Precisan, sin embargo, que el monto necesario podría llegar hasta los 62 000 millones de euros. Estas sociedades privadas se han embolsado la bagatela de 2 millones de euros a costa del contribuyente por este trabajo «de expertos». Pero ¿quiénes son estos auditores que se supone asesorarán adecuadamente? Y ¿a quién beneficia este asesoramiento?
Oliver Wyman es una asesoría que emplea 2 900 consultores repartidos en 25 países del mundo. Pertenece en su totalidad al corredor de seguros estadounidense Marsh.
En 2006, Oliver Wyman clasifica al Anglo Irish Bank como «mejor banco del mundo», tres años antes de que esa entidad revelara pérdidas por valor de 17 600 millones de euros y tuviera que ser rescatada por el Estado irlandés. Las consecuencias han sido catastróficas para Irlanda, ya que este país cayó así en las redes de la troika (Unión Europea, FMI y BCE) que inyecta fondos con intereses bajo austeras condiciones. Fue el Financial Times el que publicó en 2011 la mencionada clasificación mundial de bancas establecido por esta auditora, ya que el informe que concedía esta distinción fatídica había desaparecido misteriosamente de la web de Oliver Wyman [1].
Pero eso no es todo. Los consultores de Oliver Wyman aconsejaron a Citigroup que comprara productos dudosos, los mismos que ahora se encuentran en el origen de la crisis de las hipotecas basura («subprimes»). Resultado, dichas inversiones ocasionaron pérdidas cercanas a los 50 000 millones de dólares (37 000 millones de euros) [2], arrastrando a la quiebra al primer banco estadounidense. Citigroup recibiría seguidamente casi 2 500 000 000 000 de dólares de la Reserva Federal (FED) [3].
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Roland Berger, fundador y presidente honorario de Roland Berger Strategy Consultants.
No podemos esperar nada mejor de la segunda auditora privada llamada a diagnosticar el sector bancario español; especializada en asesorar multinacionales, tanto del sector financiero como del no financiero, y cercano a gobiernos e instituciones,Roland Berger Strategy Consultants fue creado en Alemania por el universitario Roland Berger en 1967. A los 75 años, el influyente Berger, confidente de los grandes patrones alemanes, asesora a la canciller Angela Merkel y al presidente portugués Aníbal Cavaco Silva. Con 2 000 consultores repartidos en 24 países (Europa, Asia y América), el grupo se ha convertido en uno de los principales gabinetes de asesoría de estrategia y proyecta la creación de una agencia de calificación europea.
En octubre de 2011, Roland Berger Strategy Consultants y su presidente director, Martin Wittig, asesoran a Angela Merkel para resolver el sobreendeudamiento de Grecia. El plan, bautizado como «Eureca», está calcado del sistema implementado en Alemania en el momento de la reunificación en 1990 para reestructurar y privatizar cerca de 8.500 empresas de la ex RDA [4]. Pretende reagrupar un conjunto de activos públicos tasados en 125 millones de euros (autopistas, aeropuertos, puertos, propiedad inmobiliaria, telefonía…) en una estructura común comprada por una institución europea y «financiada por los Estados, cuya sede podría situarse en Luxemburgo» para pilotear la cesión de dichos activos, con un vencimiento fijado en 2025. Los honorarios de gestión incumben pues a los Estados. Los 125 000 millones recolectados deberían servir a Grecia para desendeudarse comprando sus obligaciones al BCE (Banco Central Europeo) y al FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera). Hablando claro, los Estados europeos toman a su cargo la venta a buen precio para el sector privado de lo que queda público en Grecia y el dinero de la venta no queda en la caja del Estado sino que se va al BCE con el pretexto de cancelar los créditos que supuestamente salvarían a Grecia. Por tanto, según sus creadores, este plan permitiría a Atenas, que ya no puede financiarse (lo que significa no poder endeudarse vendiendo bonos u obligaciones a largo plazo), regresar a los mercados (es decir, endeudarse vendiendo estos famosos bonos, por ejemplo a 10 años.) [5].
Endeudarse para pagar antiguas deudas con la pretensión de resolver el problema, tiene un aire de déjà vu: los países del sur han pagado ya muchas veces la deuda que tenían en el momento de la crisis de la deuda de los años 1980, pero siguen endeudándose para seguir pagando… Con el juego de los intereses, este círculo vicioso del endeudamiento se ha cerrado sobre ellos y los acreedores tienen la última palabra para cualquier cambio político de importancia. En suma, un verdadero regalo envenenado para los griegos y además, para los pueblos europeos.
En una tribuna del diario Le Monde [6], Bernard de Montferrand, miembro del gabinete Roland Berger Strategy Consultants y ex embajador de Francia en Berlín, se lamenta de que el plan no haya sido conservado y sugiere una privatización a escala continental: «Pero una nueva forma de Eureca europeo, destinado primero a los países del sur de Europa que están asfixiados por su endeudamiento y por la reducción acelerada de sus déficits tendría un efecto de desmultiplicación y abriría una perspectiva política sin equivalente y sobre todo más rápida.»
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Además, el proyecto de una agencia de calificación europea no está muerto, tal y como anunció la prensa a mediados de abril de 2012. Markus Krall (Ver foto), el padre del concepto, dimitió de sus funciones en Roland Berger a principio de mayo de 2012 para convertirse en el presidente director de la fundación encargada de tal agencia de calificación [7]. Sabiendo que las agencias de calificación han acelerado y agravado la crisis, cuando hubieran debido anticiparla, tenemos todos los motivos para estar escépticos.
Tras desembolsar cerca de 2 millones de euros para pagar los servicios de Oliver Wyman y Roland Berger, cargados de tests de stress a los bancos, el Estado paga a la sociedad Álvarez & Marsal más de 2 millones de euros por su trabajo de gestión del «banco malo», entidad que aglutinará todos los activos tóxicos de los bancos nacionalizados. Eso suma ya 4 millones de euros gastados en poco tiempo por el Estado en 3 sociedades privadas, que supuestamente trabajan por el bien público. ¡Ojalá supiera el Estado mostrarse tan generoso en el financiamiento de la protección social y los servicios públicos!

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