La mayoría de los habitantes de Alepo se oponen ferozmente a la revuelta en Siria. La constatación proviene de la agencia de noticias Reuters, que cita el testimonio de Abu Ahmad, un líder de una milicia de 35 individuos afiliada a la Brigada del Tawhid. Abu Ahmad ha estado lucha en la batalla de Alepo desde el pasado mes de julio y es originario de una pequeña localidad próxima a la frontera turca.
“La mayoría de los habitantes de Alepo no tienen ningún entusiasmo por la revolución siria...”, señaló, estimando esta mayoría en más del 70% de los residentes. Abu Ahmad atribuye esta aversión de los habitantes de la ciudad a las milicias a los saqueos y otros abusos cometidos por estas últimas. Sin embargo, afirma que la responsabilidad de estos actos recae, sobre todo, al Ejército Sirio Libre (ASL), el cual sufre, según él, una fuerte caída de popularidad.
La corresponsal de la agencia señala que conoció a un par de sirios en un mercado atestado de la ciudad y que le expresaron su descontento. “Vivíamos en paz y seguridad hasta el día donde esta maldita revolución vino a nosotros... Rogamos a Dios para que ayude al régimen en su lucha contra el ESL y el terrorismo... Apoyamos a Su Excelencia, el presidente Bashar el-Assad para la eternidad”, escribieron en la hoja que deslizaron en su mano, en lo que parece ser el método más en boga que utilizan los sirios en las zonas ocupadas por los grupos armados (“liberadas”, según el lenguaje de muchos medios occidentales) para expresar su opinión sin temer por sus vidas.
La corresponsal señala que esos sentimientos están “lejos de ser raros” en lo que fue una ciudad próspera, donde conviven diferentes comunidades y la vida debe ahora “enfrentarse a las dificultades y el caos causado por los diferentes grupos de combatientes procedentes de las zonas rurales”. Ella añade que en este sexto mes de lucha, la ira aumenta entre los habitantes de los barrios contra la indisciplina de los insurgentes, los saqueos y la sensación general de inseguridad, sin mencionar por supuesto la falta de agua corriente, electricidad y pan.
Cabe señalar que más de 1.000 fábricas y talleres de la que fuera la capital económica del país fueron saqueados y destruidos por rebeldes, que han vendido sus materiales y los bienes producidos en ellos en Turquía. Los milicianos han saqueado las instalaciones eléctricas e hidráulicas y las relacionadas con los servicios de salud de la ciudad.
En su entrevista, Abu Ahmad se esfuerza para diferenciarse del ESL indicando que su grupo, la Brigada de Tauhid, intenta remediar esta impopularidad proporcionando servicios a los habitantes, como la restauración de la energía eléctrica o el reparto de pan. Fuentes periodísticas sirias han señalado, sin embargo, que miles de toneladas de harina han sido robados de las tiendas sirias y se venden también en Turquía.
Por otro lado, el artículo señala que los rebeldes atraviesan una difícil situación ante las crecientes presiones del Ejército sirio. Las bandas han creado, en las zonas que controlan de Alepo, un “ministerio de Defensa”, que no es más que un grupo de coordinación de las mismas que celebra reuniones semanales.
El principal problema, señalan los rebeldes, es que les falta dinero, armas y municiones. Afortunadamente, creían, existen algunos mecenas “amigos de la libertad”. Hace un mes y medio, estuvo en Alepo un “hombre de negocios” kuwaití, que visitó diferentes “frentes” en la ciudad y al que dejaron incluso hacer varios disparos con un fusil. El kuwaití partió, según los rebeldes, muy contento y asegurando que resolvería todos sus problemas, pero “nunca más hemos oído hablar de él”.
Al final de su artículo, Bayumi se refiere de nuevo a los verdaderos habitantes de Alepo. Ella entrevista a Abu Mayid, un obrero de 48 años, que trabajaba en una fábrica textil de la ciudad y carece ahora de empleo. “Queremos sólo que vuelvan la paz y la seguridad”, señaló. Y para él son los rebeldes los que constituyen el verdadero obstáculo para este retorno a la normalidad. “Hemos vuelto a la Edad de Piedra,” indicó.
De todos modos, la periodista de Reuters, Yara Bayumi, olvida señalar que numerosos habitantes de Alepo eran hostiles a la insurgencia desde sus inicios y presenta su actual rechazo como una reacción a los saqueos de los milicianos. También evita llegar a las mismas conclusiones de muchos analistas, que señalan que la milicia ha actuado en Alepo en venganza porque sus habitantes se negaron a unirse a la insurgencia y organizaron grandes manifestaciones de apoyo al presidente sirio.
Fuente:
http://www.almanar.com.lb/spanish/main.php
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"La Sociedad entera tiene que pensar en un modelo Social Alternativo, que satisfaga las necesidades de la mayoría Social Trabajadora
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