Comandante Camilo Cienfuegos |
El 31 de diciembre de 1958 fue muy distinto para los pobladores de Yaguajay, en la antigua provincia de Las Villas y hoy perteneciente a la de Sancti Spíritus.
Ese día, tropas al mando del Comandante Camilo Cienfuegos tomaron el cuartel de la tiranía para liberar al poblado, después de 11 jornadas de duros combates.
Desde el 21 de ese mes, menos de 200 combatientes de la columna invasora Antonio Maceo y del Destacamento Máximo Gómez, asediaron la más importante plaza de la zona.
Los batistianos, por su parte, además del cuartel ocupaban la alcaldía, la planta eléctrica, el hotel Plaza, lugares que desde sus alturas dificultaban el ataque y el movimiento de los guerrilleros.
Camilo decidió liberar primero el área urbana. Así, el 24 de diciembre cesó la resistencia dentro del poblado. En esas acciones parte de los “casquitos” allí atrincherados huyeron hacia la fortaleza militar y la mayoría son capturados.
La solidez de la construcción del cuartel, por demás ubicado en un área totalmente llana, despejada de edificaciones, arbustos u otros obstáculos, dificultó el ataque de Camilo y sus hombres.
El jefe del Frente Norte de Las Villas buscó la alternativa para conquistarlo y preservar la vida de sus combatientes.
Surge así la idea de construir un blindado para incendiar la guarida batistiana con un lanzallamas improvisado. De inmediato, obreros del entonces central Narcisa acometieron los trabajos.
Con rapidez adaptaron un buldózer, que fue cubierto con planchas de acero; el propio Camilo probó con disparos de variadas armas la resistencia del blindaje. Así nació Dragón I.
El vehículo realizó tres ataques, que posiblemente también impactaron psicológicamente a un enemigo bien resguardado tras los anchos muros de la edificación.
El último día del año 1958 la situación era insostenible para los sitiados, quienes acabaron por rendirse.
A los avances de la lucha en la Sierra, los llanos del Cauto, la invasión y sus acciones en Las Villas, se sumó la toma del poblado que proclamó a Camilo como su héroe.
La zona, de arraigada rebeldía, con su liberación rindió homenaje a aquellos que resistieron los desalojos campesinos de la década de los años 30, a quienes llevaron a su alcaldía a un militante del Partido Socialista Popular, a los que apoyaron o integraron las huestes guerrilleras.
Comenzaba entonces una nueva etapa que eliminaría la explotación, la desigualdad social y en la que nacería una red de instalaciones de salud y educación.
Como símbolo de los cambios, el odiado cuartel donde se torturaba y asesinaba, fue convertido en hospital, para perpetuar y homenajear a Joaquín Paneca, único mártir revolucionario durante la toma de Yaguajay.
Pero los hombres de pueblo respetan la historia y a sus protagonistas. En el área desde donde el Señor de la Vanguardia y sus hombres arremetieron contra la fortaleza de las fuerzas de la dictadura en Yaguajay, un hermoso mausoleo guarda los restos de quienes codo a codo con Camilo liberaron a esa comunidad rural.
Y presidiendo la plaza que forma parte del complejo histórico monumentario, la estatua de Camilo, fusil en ristre y con sombrero alón, convoca a los vecinos de Yaguajay a ser fieles a su historia.
(Agencia Cubana de Noticias)
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