Los saudíes han llevado a cabo un proyecto para promover la ideología wahabí en el mundo entero. Basada en una interpretación extremista y desviada de los textos islámicos, esta ideología mantiene una actitud beligerante hacia los miembros de otras religiones, como los cristianos, y los musulmanes de otras escuelas de pensamiento y sostiene la necesidad de erradicarlos.
Durante las dos últimas décadas, Arabia ha gastado la suma colosal de 87.000 millones de dólares para propagar el wahabismo en el mundo, asegura un estudio académico realizado por el experto sobre religiones Alex Alexiev y publicado en la revista Middle East Monitor. Esta cifra fue hecha pública durante una sesión del Senado de EEUU.
Según el analista petrolero de la sociedad Hess de comercio de petróleo, Edward Mors, el ex rey saudí Fahd Bin Abdel Aziz dedicó una suma de 1.800 millones de dólares al año de los ingresos petrolíferos para favorecer el proselitismo del wahabismo.
Cabe señalar que no son sólo los países árabes y musulmanes que han sido los objetivos de esta propaganda. Europa también se convirtió en un objetivo de dicha campaña, que ha llevado a que una parte, eso sí relativamente pequeña, de la comunidad musulmana de continente, que está cifrada en unos 44 millones de personas, haya sufrido un proceso de radicalización, como estamos viendo en el desplazamiento hacia Siria e Iraq de miles de jóvenes europeos para unirse a grupos terroristas como el EI y Al Qaida.
El régimen saudí no trata de ocultar todo este proceso. Muy al contrario, se jacta de sus esfuerzos en este sentido. Según el diario pro saudí Asharq al Ausat, el régimen saudí ha edificado centros religiosos en Europa en una superficie de 3.842 m2 con un coste de unos 5 millones de dólares. Entre ellos están el centro de la M-30 en Madrid (donde el EI llevaba a cabo actividades de reclutamiento), el de Marbella y el de Málaga. Los saudíes planean otros en Córdoba y Granada, también en España. A ellos hay que sumar, un centro en Ginebra, otro en Londres, otro en Escocia, otro en Viena, otro en Lisboa, otro en Bruselas (cercano al barrio de Molenbeek, presentado por los medios como el bastión de los yihadistas en Europa), otro en Roma y el de Nantes-La-Jolie en Francia.
Según el diario pro-saudí, Arabia está construyendo unas 1.359 mezquitas en todo el mundo, donde se difundirá la ideología wahabí.
Al mismo tiempo, el reino ha construido institutos académicos que han sido fundados para “promover los vínculos entre los jóvenes de las minorías musulmanas, su religión y su doctrina a través de cursos teóricos y prácticos”. A la cabeza, figuran las dos academias del Rey Fahd en Londres y Bonn, las cuales imparten enseñanzas oficiales primarias y secundarias.
Cabe señalar que el Instituto del Mundo Árabe en París forma parte también de esos proyectos.
La campaña wahabí no ha ignorado las universidades, donde ha buscando conseguir cátedras de renombre como la Cátedra del Rey Fahd para los Estudios Universitarios en el seno del Instituto de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, la Cátedra Rey Abdul Aziz para los Estudios Islámicos en la Universidad de California y la Cátedra Rey Fahd para los Estudios sobre Legislación Islámica en la Facultad de Derecho de la Universidad de Harvard.
El espectro de la Revolución Islámica de Irán
Cabe señalar que esta expansión se realizó en su mayor parte durante los 20 años que precedieron a los atentados del 11-S, durante el reinado del rey Fahd.
Aquella época estuvo presidida por el espectro de la influencia de la Revolución Islámica de Irán y sus repercusiones culturales y religiosas.
Hay que creer que los países occidentales tenían las mismas aprensiones hacia Irán que el régimen saudí y, por ello, permitieron a éste llevar a cabo tal infiltración del wahabismo en Europa y EEUU. Hoy en día, muchos años después, el resultado de estas políticas está a la vista.
Sin embargo, y curiosamente, Occidente, a pesar de pagar la factura en términos de radicalismo y terrorismo en su propio territorio, prosigue tales políticas con conocimiento de causa.
“Fueron los diplomados de las escuelas wahabíes los que estuvieron detrás de los atentados en Londres en Julio de 2005”, dijo Alex Alexiev durante su intervención delante de los miembros del Senado estadounidense.
En abril de 2008, una responsable del Tesoro, Rachel Ehrenfeld, dijo lo mismo ante el Congreso: “Una gran parte del dinero que reciben los grupos terroristas y los talibanes procede de Arabia Saudí”.
Otros expertos han reiterado sus advertencias tras los últimos atentados y Alemania ha señalado ya que no permitirá más financiación saudí para sus centros islámicos.
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