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viernes, 13 de octubre de 2017

La situación se hará incontrolable si Turquía invade el Kurdistán iraquí

Por :Savvas Kalèndéridès

Los gobiernos de Turquía e Irak tienen un acuerdo secreto para crear una nueva vía de comunicación entre ellos y cortar los ingresos aduanales del gobierno regional kurdo de Erbil. A partir del 12 de octubre, Irak desplegará 13 000 hombres para garantizar el control de esa vía, cuya seguridad quedará en manos del ejército turco en noviembre. Turquía tendrá la posibilidad de invadir el Kurdistán iraquí. 

El referéndum de independencia de los kurdos del Kurdistán iraquí crea nuevas situaciones y, aparentemente, nuevos objetivos, además de acelerar la evolución del problema kurdo y la redefinición de las fronteras en esa parte del mundo. En función de lo anterior y de la dinámica de las cosas, las fronteras van a cambiar primeramente en Irak. Lo mismo sucederá después en Siria y, más tarde, en Turquía e Irán.
Esa es la dinámica de los acontecimientos, que tienen su origen en la historia de los kurdos y en la voluntad de Estados Unidos y Rusia de estar presentes en la repartición del pastel energético –y también de otras cosas– en la región.
Una guerra se desarrolla en esa región desde hace 27 años, desde que Saddam Hussein invadió Kuwait, y puede prolongarse por ese mismo periodo de tiempo. Es una guerra que se desarrolla en 3 niveles:
En primer lugar, Washington se enfrenta fundamentalmente a Moscú. Pero no es una guerra directa sino a través de otras fuerzas.

El objetivo es la repartición del pastel geoenergético y geopolítico.

En el segundo nivel, Teherán se enfrenta a Tel Aviv, se trata de Irán contra Israel.
Irán trata de crear un corredor en el eje Teherán-Bagdad-Damasco, lo cual le permitirá apoyar al Hezbollah libanés con el envío de armas –y también de otras cosas– y, por supuesto, le permitirá mantener una presencia geopolítica en el Mediterráneo, gracias a sus sólidos vínculos con el gobierno del presidente sirio Bachar al-Assad. Irán lucha junto a Assad, con el Hezbollah y Rusia, para alcanzar ese objetivo estratégico.
Israel, por su parte, trata de crear una zona intermedia para impedir la creación del corredor, realiza ataques aéreos contra objetivos del Hezbollah en territorio sirio mientras que utiliza sus alianzas con Estados Unidos, los kurdos y árabes sunnitas para impedir la creación del «corredor chiita».

En el nivel inferior, la guerra tiene lugar en 2 campos de batalla: 

Uno es Irak, donde Estados Unidos, los kurdos y el ejército iraquí –con apoyo de Irán– luchan contra el llamado Estado Islámico (Daesh). 
El otro campo de batalla es el territorio de Siria, donde las cosas son muy complicadas. Rusia, Siria e Irán luchan en 3 frentes, contra el Estado Islámico, contra la oposición siria y contra el Frente al-Nusra (filial de al-Qaeda). 
Al mismo tiempo, Estados Unidos apoya a los kurdos y las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en la lucha contra el Estado Islámico, lo cual se ha convertido en una carrera para determinar quién –Estados Unidos o Rusia– controlará más territorios con yacimientos de hidrocarburos en el este de Siria.
Simultáneamente, Estados Unidos sigue apoyando una parte de la oposición siria en el sur y el sureste de Siria en contra del gobierno de Assad, el Hezbollah y los iraníes, mientras prepara operaciones contra el Frente al-Nusra en la región siria de Idlib.
En este panorama no hemos mencionado a Turquía, cuya política se derrumbó como un castillo de naipes cuando pasó, de ser un apoyo de la oposición siria –junto a Estados Unidos e Israel– a convertirse en aliado del Estado Islámico, al que posteriormente utilizó contra los kurdos. Y cuando los kurdos aplastaron el Estado Islámico, Erdogan se puso a favor de todo aquel que estaba contra los kurdos.
Ya lo dijimos, la situación es tan complicada que habría que organizar todo un seminario, incluso con mapas, para entender con exactitud lo que sucede. Pero usted puede observar los siguientes elementos: Turquía está en dificultades, tratando de encontrar aliados por todos lados, para modificar la evolución del tema kurdo que mencionábamos al principio de este artículo.
La lógica, pero también los kurdos de Turquía, millones de electores de Erdogan y del AKP, le dicen que no debe optar por una operación militar contra los kurdos en el Kurdistán, en vías de proclamar su independencia.

Washington también se lo dice.

Pero la cólera y la desesperación son malas consejeras, así que tenemos que estar preparados porque, si a pesar de esas advertencias Turquía invade el Kurdistán iraquí y el cantón de Afrin, entonces tendremos una guerra y nadie sabe cómo terminará. 

Savvas Kalèndéridès



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