Los discursos valientes que se escuchan en Washington sobre las nuevas y "devastadoras" sanciones contra Moscú pueden crear la ilusión de que alguien sabe cómo poner trabas a la economía rusa. Una afirmación audaz, según un economista ruso.
La realidad es que Rusia ya desarrolló una inmunidad contra las sanciones estadounidenses y estas no pueden afectar los cálculos del Kremlin, afirma el economista del Centro Carnegie de Moscú, Andréi Movchan.
Así, gracias a un modelo tradicional de la política monetaria y al crecimiento de los precios de los carburos, las reservas de divisas del país euroasiático se han recuperado después de su caída en 2014 y ahora están en su punto más álgido, señala Movchan en su artículo para Foreign Policy.
De hecho, la actual reserva de divisas asciende al medio billón de dólares, lo cual equivale a un tercio del PIB de Rusia y puede cubrir las importaciones al país durante 17 meses, explica el experto.
"A los políticos occidentales les gusta hablar de la desvalorización del rublo. En realidad es beneficiosa para el presupuesto estatal. (…) Las exportaciones de hidrocarburos traen dólares, mientras que los gastos sociales del Estado y sus propios proyectos se evalúan en rublos", agrega Movchan.
De acuerdo con el economista, la deuda nacional constituye tan solo el 17% del PIB a fecha del año 2017, lo cual es aproximadamente la mitad de las reservas del país. Con ello, algunos partidarios de las sanciones quieren que Rusia deje de emitir títulos de deuda.
Sin embargo, Movchan señala que Moscú no muestra muchas ansias por prestar dinero, puesto que sus arcas ya están llenas del dinero proveniente de la exportación de hidrocarburos.
El experto destaca otro factor que protege a Rusia de las sanciones: el fuerte control sobre la economía del que goza el Gobierno y el gran porcentaje de la población empleada por el Estado.
"Esto significa, que la prosperidad de la mayoría de los rusos no depende de las fluctuaciones del mercado, sino de la disposición del Gobierno a redistribuir parte de las ganancias generadas por la exportación de hidrocarburos", explica.
Por su parte, las sanciones individuales ayudan a repatriar los activos de los multimillonarios rusos. Dichas medidas contra ellos "simplemente los acerca más al Kremlin"
Además, las tarifas impuestas contra algunas industrias tienen que verse desde otra perspectiva para entender su verdadero impacto. Como ejemplo de ello, Movchan recuerda los efectos que tuvieron las tarifas al aluminio sobre la compañía rusa fabricante de este metal, Rusal.
Según explica el experto, las acciones de esta compañía efectivamente bajaron, pero su capitalización de mercado y sus ingresos son en realidad "míseros" en comparación con los gigantes de la industria del gas y petróleo rusos.
En realidad, las exportaciones del aluminio ruso no sufrieron, puesto que la Administración Trump "estaba ocupada emitiendo licencias y exenciones de estas mismas tarifas que acababa de imponer".
"Lo que ocurre, es que no hay nadie en la administración que se sienta cómodo destruyendo la red global de suministros o echando a los trabajadores estadounidenses o europeos a la calle", añade Movchan.
De acuerdo con el investigador, la principal vulnerabilidad de la economía rusa es la dependencia de la exportación de hidrocarburos y otras materias primas a Europa.
No obstante, el economista cree que el Gobierno ruso apuesta por el hecho de que Europa no limitará estas ventas, puesto que las consecuencias negativas de estas acciones recaerían ante todo sobre los consumidores europeos.
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