Un reciente reporte del Pentágono, poco publicitado, expone la conocida miseria de la manufactura en EEUU que ha puesto en riesgo su seguridad nacional frente a sus "adversarios estratégicos" Rusia y China. Situación que puede desembocar implícitamente en una guerra total, lo cual ha causado polémica entre dos portales 'socialistas' trasatlánticos.
El reporte de septiembre de 2018, de 146 páginas, 'Evaluando y Fortaleciendo la Manufactura y la Base Industrial y la Resiliencia de la Cadena de Suministro de EEUU', fue redactado para el presidente Trump por la Fuerza de Tarea de las Interagencias (Interagency Task Force), en cumplimiento a la Orden Ejecutiva 13.806.
El cataclismo manufacturero de EEUU no es ningún secreto y ya desde su campaña, Trump había anunciado su proyecto de invertir un billón en ese rubro averiado que además ha obliterado gran cantidad de empleos y cuyos afectados forman su base electoral.
El reporte admite que "la base industrial enfrenta un conjunto de desafíos sin precedente: secuestro (sic) e incertidumbre del gasto gubernamental; declive de abastecedores y mercados críticos; consecuencias inesperadas de la conducta adquisitiva del Gobierno de EEUU; políticas industriales agresivas de países competidores; y pérdida de habilidades vitales de la fuerza laboral doméstica", lo que en su conjunto "erosiona las capacidades de manufactura y de la base industrial de defensa y amenaza la capacidad del Pentágono para estar lista para la batalla de hoy y el reequipamiento para la competencia con las superpotencias".
Andre Damon, del portal trotskista WSWS, causó gran revuelo trasatlántico entre 'socialistas' al definir el reporte como una declaración de "guerra total" del Pentágono contra China y Rusia: en fechas recientes y "casi sin cobertura mediática, EEUU se ha movido en forma sustancial más cerca de una abierta confrontación militar tanto con Rusia como con China, segunda y tercera potencias nucleares del mundo, respectivamente".
El reporte opera "preparaciones serias de largo plazo para reestructurar la economía de EEUU con el fin de librar una gran guerra contra un adversario similar", lo que obliga a "cambios radicales en la vida económica, social y política estadounidense", bajo condiciones de una "potencial autarquía nacional".
Cabe señalar que en términos económicos, la autarquía define la autosuficiencia idílica de un país, que es sumamente difícil de conseguir, aún en la etapa presente de la desglobalización.
El reporte (re)clama la participación "compleja" no solamente del Gobierno, sino también del "sector privado, las organizaciones de I&D" y hasta de las "instituciones académicas", lo que subsume un estado de guerra de la sociedad en plena movilización.
El talón de Aquiles de EEUU es "la erosión de su manufactura en las pasadas dos décadas (…) que amenaza socavar la capacidad de los manufactureros de EEUU para lograr los requerimientos de seguridad nacional" ya que "hoy, EEUU depende de unas fuentes domésticas para algunos productos y cadenas foráneas de suministros para otros", por lo que EEUU "enfrenta la posibilidad de no ser capaz de producir componentes especializados para su rubro militar en el frente doméstico".
El reporte coloca en la picota las "estrategias económicas de China", combinadas con los "impactos adversos de las políticas industriales de otros países que significan amenazas a la base industrial de EEUU y constituyen un creciente riesgo a la seguridad nacional de EEUU".
El autor André Damon deduce que "la promoción del dominio manufacturero de EEUU es vital para promover su dominio militar", que va de la mano para defender el sector 'high-tech', fuente de una amplia porción de ganancias de EEUU.
El reporte arremete contra el proyecto 'Made in China 2025' que "abarca la inteligencia artificial, la computación cuántica, la robótica, los nuevos vehículos de energía autónomos, dispositivos médicos de alto desempeño, componentes 'high-tech' de los barcos, y otras industrias emergentes críticas para la defensa nacional" cuando el "gasto de I&D chino converge rápidamente con el de EEUU", como ha sucedido con el "dominio comercial aéreo del mercado de los drones por el manufacturero chino DJI".
El reporte llega hasta exhortar el límite de admisión de estudiantes chinos en las universidades de EEUU, donde forman parte del 25% de STEM —Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, por sus siglas en inglés—.
En forma asombrosa, la réplica a la interpretación que hizo WSWS, portal trotskista con sede en EEUU, vino de una autora francesa Pauline Moullot en el periódico socialista galo Libération, quien desecha su hermenéutica apocalíptica al comentar que "existe una guerra comercial entre China y EEUU", pero que el reporte del Pentágono no dice que EEUU se prepara para una "guerra total".
La autora critica el artículo de WSWS porque "mezcla muchas informaciones auténticas para concluir con un titulo engañoso".
Llama la atención que quienes se empiezan a retractar de sus amenazas de guerra total —lo mismo sucedió con las declaraciones, luego escamoteadas, de la embajadora de EEUU en la OTAN, Kay Bailey Hutchison, quien había advertido eliminar por la fuerza los misiles rusos— hayan seleccionado al rotativo galo del partido Socialista que tuvo un pésimo desempeño en las recientes elecciones presidenciales.
Así las cosas, existen dos interpretaciones 'socialistas' trasatlánticas sobre la guerra total del Pentágono contra China y Rusia, según WSWS. Para el periódico Libération no lo es y simplemente 'epitomiza' una vulgar "guerra comercial de EEUU y China".
La autora admite que "tres días después de que un barco de guerra chino" estuvo a punto de tener un encontronazo con un 'destroyer' estadounidense, "EEUU amenazó, por primera vez después de la Guerra Fría, atacar directamente a Rusia".
Para la autora de Libération una cosa es que EEUU califique a China de "adversario estratégico" y otra cosa es evocar una "guerra total" que nunca fue pronunciada.
Otro rotativo galo, Le Monde, reportóque el 30 de septiembre un barco de guerra estadounidense que cruzaba el Mar del Sur de China fue obligado a desviar su ruta después de que un barco chino se acercara "en forma peligrosa".
El rotativo Libération comenta en forma relevante que "Rusia es citada solamente una vez" —como si ello significase garantía alguna—, mientras que "varias páginas son consagradas a China" y a su "expansión militar y su modernización", así como a su "estrategia de agresión económica".
Libération pone en relieve que "China representa un riesgo significativo" debido a su "elevado abastecimiento de materiales y tecnologías consideradas como estratégicas y críticas para la seguridad nacional de EEUU; un desafío compartido por aliados principales como Alemania y Australia". Hoy "China es el único abastecedor para un cierto número de productos químicos utilizados en las municiones y los misiles", lo que ha llevado a EEUU a ser "dependiente" de China en varios rubros industriales y de defensa.
Cabe señalar que en fechas recientes Peter Navarro, el halcón 'sinófobo', comentó a Fox News que "el equipo de Trump protege de grandes riesgos a la manufactura vital y la base industrial de defensa de EEUU".
El vicepresidente, Mike Pence, se ha subido al 'ring' de la ultrajante sinofobia y, ante el 'think tank' ultraconservador Hudson Institute, acusó a China de todos los pecados posibles, lo cual ha sido interpretado como la declaración de "una nueva Guerra Fría", que, en última instancia, es mejor que una "guerra total".
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