Fuentes diversas basadas en países diferentes nos señalan que la OTAN está preparando una ola de atentados en varios países de la Unión Europea.
Durante los «años de plomo» –denominación atribuida en Europa al periodo entre finales de los años 1960 y finales de los años 1980– los servicios secretos de la OTAN recurrieron a la «estrategia de la tensión», con la realización de sangrientos atentados atribuidos a grupos de extrema izquierda o de extrema derecha. En aquel momento, el objetivo era sembrar el pánico para impedir la formación de coaliciones gubernamentales de unión nacional con la participación de comunistas.
Al mismo tiempo, la OTAN –supuestamente defensora de la «democracia»– organizó golpes de Estado o intentonas golpistas en Grecia, Italia y Portugal.
Los servicios secretos de la OTAN habían sido creados por Estados Unidos y el Reino Unido a partir del Buró de Coordinación Política de la CIA y sólo rendían cuentas a Washington y Berlín, sin referir sus actividades a los demás miembros de la alianza atlántica.
Estos servicios o redes secretas eran denominados «stay-behind», ya que supuestamente iban a actuar en territorios ocupados por las tropas soviéticas si la URSS invadía los países de Europa occidental. Aquellas redes secretas de la OTAN contaban en sus filas a los mejores “especialistas” en lucha anticomunista de la Alemania nazi.
Los anglosajones organizaron en todo el mundo redes secretas similares cuyos miembros eran presentados como consejeros de los gobiernos proestadounidenses o actuaban clandestinamente en la URSS y en los países asociados a las autoridades soviéticas. La coordinación entre estas redes se realizaba a través de la Liga Anticomunista Mundial.
No fue hasta 1975 que 3 comisiones investigadoras estadounidenses –la comisión Church del Senado, la comisión Pike en el Congreso y la comisión Rockefeller de la Casa Blanca– comenzaron a revelar parte de estas prácticas.
En 1977, el presidente estadounidense James Carter puso al almirante Stanfield Turner a la cabeza de la CIA, para realizar una limpieza en los servicios de inteligencia, y en 1990 el primer ministro de Italia, Giulio Andreotti, dio a conocer la existencia del Gladio –la rama italiana de los servicios secretos de la OTAN–, lo cual abrió paso a una oleada de revelaciones en toda Europa, a la creación de comisiones investigadoras en Alemania, Bélgica e Italia, y a la disolución de todo el sistema.
Sin embargo, años más tarde hemos podido hallar indicios que demuestran la responsabilidad de la OTAN en los atentados perpetrados el 11 de marzo de 2004 en Madrid y el 7 de julio de 2005 en Londres.
En fecha tan reciente como el 23 de diciembre de 2018, un gendarme francés ex miembro de la Legión Extranjera francesa fue arrestado en París –en la céntrica terminal de trenes Gare de Lyon– cuando transportaba explosivos y fue puesto bajo investigación después de 96 horas de detención.
http://www.voltairenet.org/article204576.html
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