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lunes, 15 de noviembre de 2021

Ansarallah desbloquea Bab el-Mandeb



Todas las señales de advertencia apoyan la idea de una derrota saudí-emiratí en la guerra de Yemen.

Después de los notables avances de Ansarallah en la estratégica provincia de Maarib y la caída del último bastión de la coalición de agresión saudita en Yemen, la liberación de Hudaydah ocupó los titulares de los medios de comunicación que cubrían la guerra en Yemen.
El sur evacuado por los mercenarios
Arabia Saudita ha retirado a sus mercenarios de la mayoría de los campos militares en el sur, especialmente en la provincia de al-Mahra. Al mismo tiempo, es cada vez más difícil encontrar mercenarios proemiratíes en esta región.

Aunque a los Emiratos Árabes Unidos le preocupa que Ansarallah tome el control de la provincia de al-Mahra, no obstante se está concentrando en las costas del sur, en particular las provincias de Adén y las regiones al oeste del Estrecho de Bab el-Mandeb.

En Maarib, las fuerzas de Sana'a y varias tribus ya se han sentado a la mesa de diálogo con la esperanza de llegar a un acuerdo. Por otro lado, todos los representantes de Arabia Saudita que prevean que no serán bien recibidos por los residentes de Maarib, deberían abandonar la región.

Los residentes de Maarib, por su parte, optarán por una solución que podría salvarlos a ellos y a su ciudad por igual.
Riad en modo pánico
Arabia Saudita está más decepcionada y frustrada que nunca; ninguna de las fuerzas y tribus que han colaborado con los saudíes durante los últimos seis meses ha podido hacer nada para detener o incluso frenar los avances de los combatientes de Ansarallah. Incluso, cuando los británicos bloquearon la ruta por la que los combatientes de Ansarallah avanzaban hacia Chabwa, este último terminó dirigiéndose hacia el sur, donde registraron hazañas aún mayores.

Además, gracias a estas hazañas, los combatientes de Ansarallah lograron cercar todos los cruces sur y este que permitían el acceso a Maarib, lo que empujó a los mercenarios a sueldo de Arabia Saudita, así como a las fuerzas del Consejo de Transición del Sur a someterse a una retirada forzada.

Los estadounidenses tampoco pudieron hacer nada para ayudar a su aliado saudí: ni los aviones de combate F-16 de la fuerza aérea estadounidense ni los drones de reconocimiento de Estados Unidos pudieron repeler los ataques. Lo mismo ocurre con los ataques aéreos llevados a cabo por la Fuerza Aérea Al-Saud.

Por otro lado, Ansarallah ha anunciado explícitamente su decisión de llegar a los campos petroleros de Safer, ubicados a unos sesenta kilómetros de Maarib. Todas las señales muestran actualmente que el movimiento es capaz de ello.
Las cartas de Riad se quemaron
Arabia Saudita confía en que cualquier ataque a las instalaciones petroleras de Safer será seguido por una serie de ataques de Ansarallah contra puertos, campos petroleros y refinerías sauditas.

Por otro lado, la mala situación económica en el sur de Yemen ha provocado ira entre los residentes contra las políticas de Riad, especialmente a medida que las condiciones económicas mejoran cada vez más en las regiones del norte liberadas por Ansarallah.

Pero no se detiene ahí. Arabia Saudita es muy consciente de que Ansarallah tiene bajo su mando una célula de operaciones que está preparando una operación rápida para retomar Bab el-Mandeb. En otras palabras, la operación para liberar a Bab el-Mandeb seguirá a la de Maarib.

En el proceso, las fuerzas especiales de Ansarallah, cuya misión será llegar a Bab el-Mandeb a través de las montañas que rodean Hudaydah, ya han sido equipadas y armadas.

Lo que más preocupa a Estados Unidos, Israel, Reino Unido, Francia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos es que Ansarallah puede impedir el movimiento de barcos en el Mar Rojo sin la necesidad de ningún cazador. Tenga en cuenta que Ansarallah probó recientemente misiles tierra-mar cuyo alcance les permite alcanzar cualquier objetivo en el Mar Rojo.
Abu Dhabi pide un diálogo
Ya no se oculta a nadie que será Ansarallah quien determinará el destino de la guerra. En esta situación, los Emiratos Árabes Unidos no escatiman esfuerzos para suplicar un diálogo con Ansarallah y para ello se han puesto en contacto con todas las partes, incluida Siria, con la esperanza de que puedan jugar a ser mediadores.

A los Emiratos Árabes Unidos también les preocupa que Ansarallah se establezca en las fronteras de la provincia de al-Mahra con Omán, que están a solo decenas de kilómetros del territorio emiratí.

El portavoz de las Fuerzas Armadas de Yemen, el general Yahya Saree, dijo recientemente que Yemen había hecho una lista de docenas de lugares en los Emiratos que podrían ser los próximos objetivos de los ataques de Ansarallah.

Todos estos acontecimientos asustan a la parte emiratí y la empujan cada vez más a sentarse en la mesa de diálogo con Ansarallah a riesgo de incluso enfurecer a su aliado saudí.

Sin embargo, Abu Dhabi sabe, en el fondo, que lo único que podría calmar un poco a Ansarallah es que los emiratíes se retiren de Yemen, que pongan fin a su cooperación con Israel en el Mar Rojo y que se comprometan a contribuir a la reconstrucción de Yemen.


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