Los cálculos de Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) para afectar a Rusia en su economía y comercio por medio de sanciones están colapsando y ahora cambió el guion.
La estrategia occidental buscaba en un principio imponer sanciones, como la reducción en las importaciones de suministros rusos crudos, junto con petróleo, gasolina, artículos agrícolas y paladio, lo cual proyectaba reducir el Producto Interno Bruto de Rusia en un 15%, que, según el plan occidental, obligaría al presidente de Rusia, Vladímir Putin, a retirarse de Ucrania o generaría un golpe interno para derrocarlo, indica un artículo de The Economist Times.
Nada de esto ha pasado, en cambio todas las sanciones de la OTAN y Europa se han vuelto en su contra llevando "a las propias economías europeas en un desastre de vitalidad sin precedentes, las ha obligado a una profunda recesión y las ha obligado a ofrecer a grandes clientes subsidios para la energía eléctrica y la gasolina de calefacción que pueden arruinar sus cálculos fiscales. Europa y el Reino Unido se enfrentan a un largo invierno de descontento", señala el autor del texto.
Enfatiza que el sistema financiero ruso ha resistido la embestida de las sanciones y la estrategia occidental de buscar que Rusia dejara de exportar petróleo y gasolina, pero ahora las naciones europeas, debido a su dependencia de los energéticos rusos, tienen ante sí un negro panorama de cara al fin de año, época en que consumen más gasolina y gas.
"Las sanciones rusas demuestran ser eficientes, mientras que las aplicadas por la OTAN parecen ser débiles y soportables", señala el articulista. Según su opinión, los cálculos erraron y ahora las empresas europeas de servicios públicos de electricidad se ven obligadas a aumentar sus cargos, y los gobiernos exigen límites a los costos de la energía eléctrica. "Pero al final de todo, los compradores europeos deben desembolsar sumas monumentales en pagos adicionales de gasolina y energía eléctrica", indica.
En el artículo se advierte que las posturas políticas asumidas por las partes conducen a que por el momento no se pueda vislumbrar un arreglo y el diferendo pueda persistir hasta 2024, lo cual afectaría al sistema financiero mundial.
Lo más grave, se menciona, es que las sanciones impuestas a Rusia tarde o temprano conducirán a una recesión económica mundial y prolongada; sin embargo, ya no hay un riesgo de desastre humanitario, como lo presagiaron analistas occidentales, quienes hablaban de hambruna mundial y escasez de alimentos por el aumento en los costos de los productos básicos, que en la actualidad han disminuido a niveles anteriores a la operación militar rusa en Ucrania.
No hay comentarios:
Publicar un comentario