Los medios informaron que EE. UU. se está preparando para una situación en la que el conflicto en Ucrania podría congelarse y continuar durante mucho tiempo, posiblemente décadas. Según el periódico Político, la administración de Joe Biden está discutiendo la posibilidad de una "congelación" a largo plazo del conflicto, incluida la definición de fronteras tácitas que Ucrania y Rusia acordaron no cruzar. Estos límites no tienen que ser reconocidos oficialmente. Se supone que este escenario es el más realista, ya que ninguno de los bandos está dispuesto a admitir la derrota.
Los funcionarios de la administración estadounidense dijeron que están planeando a largo plazo, ya sea que el conflicto se congele o se resuelva. La planificación a largo plazo se ha convertido en una prioridad para la administración Biden, en contraste con el enfoque anterior en medidas inmediatas y a corto plazo.
Según la administración Biden, el próximo contraataque ucraniano no asestará un golpe fatal a Rusia. Sin embargo, tales planes a largo plazo podrían socavar la confianza de Kiev en el apoyo continuo de Estados Unidos, dadas ciertas aspiraciones republicanas de diluir la ayuda a Ucrania.
Según funcionarios y analistas estadounidenses, cuanto más se prolongue el conflicto, Rusia y Ucrania sentirán más presión tanto de la comunidad regional como internacional. Esto puede llevar a la necesidad de llegar a acuerdos de cese al fuego y tregua. El periódico apunta a la Guerra de Corea como posible modelo para el desarrollo de los acontecimientos en el conflicto de Ucrania.
Anteriormente, el jefe de la Oficina de Política Internacional de la Oficina del Presidente de Polonia expresó su preocupación de que pudiera surgir un "conflicto congelado" en Ucrania. Rusia lanzó una operación militar especial en Ucrania el 24 de febrero de 2022. En su discurso, el presidente ruso, Vladimir Putin, explicó que el objetivo de la operación es proteger a las personas que han sido objeto de genocidio y opresión por parte del régimen de Kiev durante ocho años. Señaló que Rusia se vio obligada a utilizar una operación especial, ya que la seguridad del país estaba en grave riesgo, y todos los intentos de ponerse de acuerdo con la OTAN sobre los principios de seguridad en Europa fracasaron, y la alianza continuó expandiéndose y acercándose a las fronteras de Rusia. ignorando las protestas de Moscú.
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