El Reino Unido ha estado proporcionando entrenamiento a comandos ucranianos para preparar una invasión a Crimea, según la prensa occidental. ¿Funcionará el plan?
El Ejército británico está entrenando a unos 2.000 soldados ucranianos de élite en un lugar remoto de Dartmoor para una operación que prevé ataques desde aire, tierra y mar para intentar paralizar a las fuerzas rusas en la península de Crimea.
Con todo, es poco probable que el plan prospere, según Michael Maloof, exanalista de política de seguridad en la Oficina del Secretario de Defensa de Estados Unidos.
"Las fuerzas rusas están demasiado atrincheradas en Crimea", dijo Maloof a Sputnik. "Simplemente no va a suceder. Y si estamos hablando de estos 2.000 soldados entrenados por Occidente, podrían ser diezmados muy, muy rápidamente en cualquier lucha sostenida. Con 2.000 soldados no vas a avanzar, no vas a recuperar una península entera; eso simplemente no va a suceder", añadió.
De acuerdo con el experto, el tren para garantizar que las tropas de Kiev tengan suministros y atención adecuados es tan escaso ahora que, en condiciones reales de lucha, "podría llegar a ser incluso menor, especialmente cuando se cortan los trenes de suministros".
Debido al número de efectivos de parte de Ucrania, esta estrategia no supondrá una gran diferencia en la nueva contraofensiva que planea llevar a cabo el Ejército de Zelenski, sostiene Maloof.
"Yo no lo llamaría una contraofensiva. Una vez más, van a tener suerte de mantener defensivamente sus propias posiciones en lugar de avanzar mucho más", observa el analista.
Además, es demasiado tarde para aportar una nueva cara fresca al conflicto, dice Paul E. Vallely, general de división retirado del Ejército estadounidense y presidente de la Fundación Stand Up America US.
"No va a funcionar", afirma Vallely a Sputnik. "Creo que todo esto es más propaganda occidental".
¿Es eficaz la formación que brinda la OTAN?
Mientras tanto, surgen informes que afirman que las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no son tan eficaces como muchos creen. Soldados ucranianos rendidos, que fueron entrenados en países de la Alianza, cuestionaron la eficacia del entrenamiento y se quejaron de que era insuficiente y no garantizaba una ventaja en el campo de batalla.
Los países occidentales no han participado en conflictos de alta intensidad desde la guerra de Vietnam; en su mayoría se han entrenado siguiendo los patrones de las guerras de Irak, Afganistán y Siria.
Para complicar aún más las cosas, las tropas ucranianas están siendo entrenadas por diferentes Estados miembros de la OTAN, dijo el veterano de la CIA, Larry Johnson, a Sputnik el mes pasado, añadiendo que este enfoque socava el principio de uniformidad del Ejército. Según Johnson, un soldado suele recibir las nociones básicas durante 13 semanas de entrenamiento y luego debe someterse a al menos dos o tres meses de formación especializada para aprender a manejar las armas de grado OTAN.
No obstante, la mayoría de las fuerzas ucranianas que han sido entrenadas por el Reino Unido han pasado por cinco semanas de campo de entrenamiento.
"El campo de entrenamiento es solo la primera fase de la formación de los soldados", explicó Vallely. "Estados Unidos exige que los soldados del campo de entrenamiento vayan a un adiestramiento avanzado durante otras cuatro semanas para especializarse y ser más competentes. También hay que poner a prueba la moral de los soldados. Luego hay que poner a prueba el liderazgo de las pequeñas unidades a nivel de pelotón, compañía y batallón".
Evidentemente, cinco semanas no es tiempo suficiente para enseñar a los soldados la doctrina militar occidental, especialmente para complicadas operaciones de armas combinadas, reiteró Maloof.
"Los ucranianos saben cómo luchar defensivamente, pero no ofensivamente, y creo que aquí es donde no pueden recibir suficiente entrenamiento sobre cómo lanzar realmente una contraofensiva de tropas para tomar realmente ese territorio", dijo.
"En primer lugar, no tienen tropas suficientes. Y en segundo lugar, los suministros de equipo no son constantes. No se puede confiar regularmente en ellos. La tasa de desgaste del equipo que sí tienen es tan alta que Estados Unidos no puede suministrarlo lo suficientemente rápido".
Según Maloof, otro elemento que falta por completo para que los ucranianos puedan lanzar una contraofensiva eficaz es el poder aéreo.
"Washington ni siquiera pensaría en lanzar una ofensiva sin poder aéreo para neutralizar las comunicaciones, el control de mando, todos esos elementos antes de introducir tropas. Y lo que estamos viendo aquí es casi una repetición de la Primera Guerra Mundial: prácticamente la guerra de trincheras. Es increíble cómo se empantanan en el lugar. Quiero decir que eso no es una receta para una contraofensiva eficaz", subraya el analista de políticas de seguridad.
A pesar de las declaraciones de la cúpula militar occidental sobre las próximas entregas de F-16 y M1 Abrams, así como el creciente número de unidades ucranianas que están siendo entrenadas según los estándares de la OTAN, hay muchos problemas con la eficacia de la ayuda militar occidental.
Simultáneamente, la Casa Blanca y sus aliados se niegan a considerar un acuerdo de paz, insistiendo en que el Gobierno de Zelenski debe obtener ventaja en el campo de batalla. Mientras tanto, las Fuerzas Armadas ucranianas han sufrido grandes pérdidas sobre el terreno.
Desde el comienzo de la contraofensiva, el Ejército de Kiev ha perdido más de 26.000 soldados, así como 21 aviones, cinco helicópteros, unos 1.244 tanques y vehículos blindados, incluidos 17 tanques Leopard, cinco tanques de ruedas franceses AMX, 914 unidades de vehículos especiales, dos sistemas de defensa antiaérea y 25 vehículos MLRS, según declaró en julio pasado el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú.
En estas condiciones, no parece posible ni un ataque "relámpago" ucraniano contra Crimea ni una contraofensiva a gran escala, según los interlocutores de Sputnik.
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