Sergio Pintado
En la misma semana, el presidente argentino, Javier Milei, rezó junto a judíos en Israel y con el papa Francisco en el Vaticano y aseguró ser "católico pero casi practicante del judaísmo". En diálogo con Sputnik, el analista Gonzalo Fiore consideró que el mandatario recurre a la Iglesia Católica por su influencia "ante un posible estallido social".
Si bien los gestos religiosos, especialmente hacia el judaísmo, no son nuevos en el presidente argentino, Javier Milei, su reciente gira por Israel y el Vaticano sirvió para que el mandatario sudamericano se mostrar cumpliendo diferentes ritos judíos y católicos por igual.
Durante su viaje a Israel, Milei no solo apoyó al Gobierno de Benjamín Netanyahu contra Hamás y anunció su intención de mudar la embajada argentina a Jerusalén, sino que tuvo tiempo para participar de ritos religiosos judíos: visitó el Muro de las Lamentaciones donde rezó y, emocionado, leyó La Torá en los túneles del Kotel.
Utilizando la tradicional kipá judía, Milei también participó de una ceremonia en la que volvió a rezar y bailó junto a varios rabinos junto al Muro de las Lamentaciones.
Días después, ya en el Vaticano y luego de entrevistarse con el papa Francisco, el presidente argentino volvió a rezar y participar de una ceremonia religiosa, pero esta vez católica: la canonización de la primera santa argentina, conocida como Mama Antula, en la Basílica de San Pedro de la Santa Sede.
Para terminar su gira, Milei dio una entrevista a la televisión italiana en la que, consultado por su religión, respondió: "Soy católico pero soy casi un practicante del judaísmo". La aseveración del presidente argentino volvió a sembrar dudas sobre sus posicionamientos religiosos, ya que es oficialmente católico pero con crecientes guiños hacia el judaísmo.
En diálogo con Sputnik, el politólogo argentino Gonzalo Fiore consideró que la participación en actividades religiosas durante su gira tiene que ver "más con expresiones personales" del mandatario que con un posicionamiento concreto de la política exterior del actual Gobierno argentino.
"Milei tiene ese costado bastante espiritual, o por lo menos ha buscado mostrar eso desde que asumió. Hay sobre todo muchos guiños a la comunidad judía, aunque ahora también hacia los católicos por la distensión que hubo con el papa", aseveró el analista.
Fiore advirtió que, si bien los posicionamientos religiosos del presidente obedecen a posturas personales, son varios los líderes mundiales que apuestan cada vez más por la religión. "Se ve cómo muchos líderes del mundo buscan reforzar sus identidades religiosas", apuntó.
Para el experto, si bien es cierto que podría identificarse cierta "contradicción" entre la religiosidad mostrada por Milei y su carácter de libertario, "mucho de Milei es contradictorio", por lo que no debería sorprender. "No es que tenga un cuerpo ideológico tan coherente y todo el tiempo muchas cosas de él son contradictorias, por lo que termina siendo coherente dentro de su contradicción", comentó, enfatizando que "no es sorprendente que tenga ese costado místico o mesiánico".
El politólogo desestimó que la religiosidad de Milei pueda "meter en problemas" a la política exterior argentina, a excepción de la intención de trasladar la embajada argentina en Israel hacia Jerusalén. Para Fiore, concretar esa idea sería, efectivamente, "meterse en un conflicto ajeno en el que Argentina históricamente no tuvo una postura".
De todas maneras, sí consideró que el presidente argentino podría encontrarse con "sectores de comunidades ortodoxas judías" que estén "en contra de mezclar el judaísmo con la política", algo que podría resultar no menor teniendo en cuenta que Argentina cuenta con la sexta colectividad judía en el mundo y la más grande de habla hispana.
Diferente es el caso del vínculo con la colectividad católica, mayoritaria en el país y muy pendiente del intento de reconstrucción del vínculo entre Milei y el papa Francisco, a quien el presidente había agraviado durante la campaña electoral.
"Milei necesita ese vínculo con Francisco por lo que representa la Iglesia Católica en un contexto de crisis en Argentina y la inserción que tiene la Iglesia en los sectores populares y su capacidad de freno a una fragmentación o un potencial estallido social", subrayó el analista.
De todos modos, Fiore consideró que la extensa entrevista que el pontífice brindó a Milei deba ser entendido como una señal de apoyo a su gestión. "No creo que necesariamente le represente el apoyo de la Iglesia. No creo que la Iglesia vaya a cambiar su postura, especialmente mientras sigan estas políticas económicas", reflexionó.
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