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miércoles, 28 de agosto de 2024

¿La respuesta iraní a Israel será limitada o extensa? La grave amenaza de Netanyahu de recurrir al arma nuclear

por Alfredo Jalife-Rahme

Irán busca una respuesta adecuada al asesinato, perpetrado por Israel, de un dirigente extranjero –el palestino Ismail Hanniyeh– en suelo iraní. La respuesta iraní tendrá que demostrar que Teherán está firmemente decidido a hacer respetar la soberanía de Irán… pero sin proporcionar a los sionistas revisionistas de Tel Aviv el pretexto que buscan para arrastrar a Washington en una agresión nuclear contra la República Islámica.                                                                                                                                         


Irán, más que el Hezbollah, sopesa el alcance de su legítima defensa, que también tendrá que observar ciertos límites para no dar a Netanyahu el pretexto que busca para empujar Estados Unidos a destruir la República Islámica [1].

Irán tampoco desea favorecer una victoria electoral de Donald Trump, gran aliado de Netanyahu, y negocia entre bambalinas con el equipo Biden, al extremo que el secretario de Estado estadounidense, el jázaro Antony Blinken, tenía programada una espectacular escala en Irán [2], escala que en definitiva pospuso, en medio de la Cumbre sobre el Alto al Fuego y los Rehenes [3], promovido por el equipo Biden.

El ex diplomático británico Alastair Crooke expone [4] que existen 2 etapas en el escenario de la nueva respuesta de Irán contra Israel:
1) El uso del disuasivo arsenal misilístico de Irán y la profundidad de su daño [5];
2) la reacción de Netanyahu: incitar Estados Unidos a destruir Irán, incluso mediante el uso de armas nucleares tácticas, como explicó claramente el ex coronel [estadounidense] Douglas Macgregor [6].

La respuesta de Irán tendrá que ser de altísima precisión para que Netanyahu no pueda incitar a Estados Unidos.

A 83 días de la elección presidencial en Estados Unidos, ninguna de las 3 superpotencias geoestratégicas (Estados Unidos, Rusia y China) debe verse implicada en una guerra nuclear.

Tampoco desean una guerra regional las potencias regionales del Medio Oriente (Egipto, Turquía y Arabia Saudita). El único cañón suelto parece ser el primer ministro israelí, quien, después de su discurso del 24 de julio ante el Congreso de Estados Unidos, obtuvo la luz verde para confrontar a Irán y, guste o disguste, dispone de la ominosa carta apocalíptica [7] con sus aliados irredentistas, el ministro de Finanzas Bezalel Smotrich –quien no vacila en poner a 2 millones de palestinos de Gaza al borde de una hambruna mortal [8]– y el ministro de Seguridad Nacional Itamar Ben Gvir, quien acaba de lucirse en Jerusalén con su enésima provocación penetrando en el área de la mezquita Al-Aqsa [9].

Hoy el problema no es detener a Irán sino controlar a Netanyahu y su opción Sansón [10].

El portal chino no oficial Global Times analiza la difícil opción de Irán ante la necesidad de evitar que Estados Unidos caiga en la trampa de Netanyahu [11].

Y parece que sí se está negociando, por ejemplo el precio del petróleo, que había aumentado un 5%, bajó un 2,14%.

El embajador de Irán en la ONU envió señales inequívocas de que su país no desea una guerra regional y precisó que apoyaría un acuerdo de alto al fuego y liberación de rehenes si lo aceptara el Hamas [12], que nombró como sustituto del negociador palestino asesinado, Ismail Hanniyeh, al icónico guerrillero Yahya Sinwar, quien, junto al presuntamente liquidado Mohammed Deif [13], operó el ataque palestino del 7 de octubre, poniendo en aprietos a Israel.

El nuevo presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, se entrevistó con el belga Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, con el fin de resucitar la negociación nuclear, impulsada en su momento por la administración Obama y abolida por Trump. A mi juicio, eso significaría, además del levantamiento de las asfixiantes sanciones por parte de Estados Unidos, un quid pro quo destinado a calibrar, limitar o hasta posponer la respuesta de Irán [14].

El secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, lleva 5 veces en una semana hablando con el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, para reiterarle su apoyo sin límites [15]. Además de enviar el portaviones USS Theodore Roosevelt en apoyo a Israel, Austin ordenó acelerar la travesía del portaviones USS Abraham Lincoln hacia las costas de Israel. Este último portaviones estadounidense lleva bombarderos F-35C y encabeza un grupo aeronaval que incluye el submarino nuclear USS Georgia, portador de 154 misiles crucero Tomahawk [16].

¿Logrará Irán modular su respuesta sin que Netanyahu recurra a su “opción Sansón” o ponga a Estados Unidos en una posición embarazosa en pleno periodo electoral?

Alfredo Jalife-Rahme 

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