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jueves, 1 de agosto de 2024

¿Qué buscaba Israel con el asesinato de Ismail Haniya en Irán?


Jefe del Buró Político del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), Ismail Haniya El jefe político de HAMAS, Ismail Haniya, ha sido asesinado en Teherán a los 62 años. Murió a las 2:00 AM hora local mientras se alojaba en una casa de huéspedes para veteranos de guerra en el norte de la ciudad.

El jefe político de HAMAS, Ismail Haniya, ha sido asesinado en Teherán a los 62 años. Murió a las 2:00 AM hora local mientras se alojaba en una casa de huéspedes para veteranos de guerra en el norte de la ciudad. Según algunos medios locales, su residencia fue impactada por un proyectil.

Este asesinato ocurre casi 10 meses después del inicio de la geurra genocida del régimen sionista en Gaza. Haniya había llegado a Teherán el martes para asistir a la inauguración del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian.

Su martirio se suma a una serie de eliminaciones de altos líderes de HAMAS. Recientemente, Saleh al-Arouri, un prominente dirigente de la organización, fue abatido en un ataque con dron israelí en Beirut.

El Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei, emitió una declaración pública horas después del asesinato, afirmando que “el régimen sionista, criminal y terrorista, ha asesinado a nuestro querido huésped en nuestro propio país, causando un profundo dolor y abriendo el camino para una severa represalia en su contra.”

Por su parte, el presidente iraní Masud Pezeshkian comentó: “El vínculo entre las orgullosas naciones de Irán y Palestina se fortalecerá más que nunca, y el camino de resistencia y defensa de los oprimidos continuará con mayor firmeza.” Añadió: “La República Islámica de Irán defenderá su integridad territorial, honor, dignidad y orgullo, y se asegurará de que los ocupantes terroristas se arrepientan de sus cobardes acciones.”

El asesinato de Haniya se produce justo un día después de la muerte de Fuad Shukr en Beirut, considerado uno de los principales comandantes de Hezbolá.

Con esta eliminación, se refuerza la teoría de que Israel busca una confrontación regional total. Por un lado, intenta desviar la atención de su conflicto en Gaza y, por otro, forzar a Estados Unidos a adoptar una postura aún más pro-israelí. La actitud de Estados Unidos, al dejarse arrastrar por la estrategia de caos regional de Israel, contribuye a la actual escalada de tensiones en la región. Estados Unidos e Israel están llevando a la zona hacia una guerra devastadora.

Desde el punto de vista iraní, el hecho de que el asesinato haya ocurrido en su territorio tiene implicaciones significativas. Es un ataque directo a la imagen del país, y la respuesta iraní, sin duda, será diferente a las anteriores. Como afirmó el Líder Supremo, Ayatolá Ali Khamenei: “Consideramos un deber vengar la sangre de Haniya derramada en el santuario de la República Islámica.”

En abril de 2024, tras el ataque israelí contra una misión iraní que resultó en la muerte de varios miembros de la IRGC-QF, el ayatolá Jamenei declaró: “Israel cometió un error, debe ser castigado y lo será”. Menos de dos semanas después, se lanzó la operación “Promesa Verdadera” contra Israel.

Desde un punto de vista estratégico, Irán abandonó su política tradicional de “paciencia estratégica” con esta operación, que fue la respuesta al ataque israelí contra el consulado iraní en Damasco el 1 de abril. Esta operación marcó el inicio de una nueva fase estratégica, conocida como “disuasión activa”, que implica una respuesta directa a cualquier ataque israelí contra territorio iraní, su personal o instalaciones militares.

Se espera que Irán coordine con el resto del Eje de Resistencia para diseñar la respuesta conjunta más adecuada. Sin embargo, parece que, al igual que durante la operación “Promesa Verdadera”, Irán asumirá el papel principal en términos estratégicos y militares.

El asesinato del líder político de Hamas añade otras dimensiones a la situación. El ataque busca socavar la afirmación de Irán de haber restaurado la disuasión frente a Israel tras el bombardeo del consulado en Damasco. Además, envía un mensaje a los aliados del Eje de Resistencia, indicando que no están seguros, ni siquiera en Teherán. Por ello, la respuesta iraní es crucial no solo para restablecer el equilibrio de disuasión, sino también para reforzar la sensación de seguridad regional y poner fin a la impunidad israelí.

Netanyahu ha desencadenado probablemente una espiral de escalada que podría llevar a una guerra regional a gran escala, posiblemente arrastrando a Estados Unidos, algo que Israel ha intentado desde el inicio del conflicto en Gaza. El objetivo sionista detrás de esta estrategia de “caos regional” es establecer un nuevo equilibrio en la región que reafirme la supremacía de Israel y amplíe su libertad de maniobra. Esta es otra razón que obliga a Irán a responder para evitar ese escenario.

Con el asesinato también se pone de manifiesto que Israel nunca ha pretendido un alto el fuego ni muestra preocupación por la vida de los israelíes en manos de Hamas. Esta situación no debe confundirse con la idea de que Netanyahu estaría dispuesto a desatar una guerra para mantener su cargo como primer ministro. La cuestión no es la voluntad individual de Netanyahu, capaz de influir en el poder político estadounidense y europeo, sino la confluencia de agendas entre Israel, Estados Unidos y, en menor medida, la UE.

El supuesto derecho de Israel a defenderse, un mantra respaldado tanto por demócratas como por republicanos, será recordado como uno de los lemas políticos más oscuros del siglo XXI.

Cabe recordar que, en los últimos 25 años, Israel ha asesinado a varios líderes de Hamas: Yahya Ayyash en Gaza (enero 1996), Sheikh Ahmed Yasin en Gaza (marzo 2004), Abdel Aziz al-Rantisi en Gaza (abril 2004), Mahmoud Al Mabhouh en Dubái (enero 2010), Saleh al-Arouri en Beirut (enero 2024) e Ismail Haniya en Teherán (julio 2024). Lo mismo ha ocurrido con Hezbolá, sin que estas muertes hayan significado el fin de la resistencia palestina o libanesa.

HAMAS, al igual que Hezbolá, no es solo una fuerza de combate, sino también una ideología profundamente arraigada en la lucha palestina por la liberación nacional, en el marco del concepto islámico de yihad. La fuerza de este movimiento anticolonial y su profunda popularidad entre el pueblo palestino hacen que erradicarlo sea una tarea casi imposible.

 XAVIER VILLAR

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