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domingo, 15 de diciembre de 2024

Israel en Siria: Ocupación, Control y el Futuro de la Región

Soldados israelíes se encuentran en el Monte Hermón, en Siria, después de que el primer ministro Benjamín Netanyahu ordenó a los militares retomar una zona desmilitarizada.

Tras la caída de Bashar al-Asad el pasado domingo, las fuerzas israelíes han intensificado su ofensiva en Siria.

Por Xavier Villar

El vacío de poder dejado por el colapso del gobierno sirio ha desatado una serie de movimientos estratégicos en la región, entre los que destaca la entrada de tropas israelíes en áreas clave.

El Ejército israelí cruzó la zona desmilitarizada establecida en 1974, que separa los territorios controlados por Siria de los ocupados por Israel en los Altos del Golán. En este contexto, las tropas israelíes han ocupado nuevas posiciones tanto en los Altos del Golán como en el estratégico Monte Al-Sheikh, consolidando así su presencia en Siria.

El ministro de asuntos militares israelí, Yisrael Katz, anunció que las fuerzas de su país permanecerán en el Monte Al-Sheikh durante todo el invierno. Según informó la agencia IRNA, citando a la cadena Al Jazeera, Katz subrayó que ha ordenado al ejército estar preparado para mantener su posición en esta zona clave durante la temporada invernal.

“El control de Al-Sheikh, dada la situación actual en Siria, tiene una gran importancia estratégica en términos de seguridad”, afirmó Katz. La montaña, también conocida como Monte Hermón, otorga a Israel una posición privilegiada con vistas hacia el sur de Siria, consolidando su capacidad de vigilancia y control en una región marcada por tensiones históricas y conflictos recientes.

En las últimas horas, las fuerzas israelíes han intensificado su ofensiva en Siria, ocupando nueve localidades en los Altos del Golán. Según informaciones de fuentes locales, las tropas israelíes han obligado a los habitantes de estas localidades a abandonar sus hogares y trasladarse hacia zonas más interiores del país, lo que ha incrementado el éxodo de civiles en medio del conflicto.

El avance militar, respaldado por unidades blindadas, ha penetrado hasta 18 kilómetros dentro del territorio sirio, alcanzando posiciones cercanas a la autopista internacional que conecta Damasco con Beirut. Este movimiento sitúa a las fuerzas israelíes a solo 23 kilómetros de la capital siria.

El ejército israelí ha informado que su fuerza aérea y naval ha llevado a cabo más de 350 ataques, dirigidos a instalaciones militares en Damasco y Latakia. Según las autoridades israelíes, estos ataques han resultado en la destrucción de entre el 70 % y el 80 % de las propiedades y activos militares estratégicos de Siria en ambas ciudades.

Entre los activos destruidos se incluyen aviones de combate, radares, sistemas de defensa aérea, barcos de guerra y almacenes de municiones, según el ejército israelí.

El régimen de Israel ha afirmado que el objetivo de su ofensiva en Siria es evitar que las armas que pertenecían al ejército sirio “caigan en manos de facciones extremistas sirias o de Hezbolá”.

Durante varios días, los líderes de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), anteriormente conocido como Frente al-Nusra, afiliado a Al-Qaeda en Siria y respaldado por Turquía, se abstuvieron de condenar la invasión israelí de su país ni la consiguiente pérdida de soberanía que esta implica para Siria. Este silencio, en medio de los recientes desarrollos militares en la región, ha generado especulaciones sobre la postura del grupo, uno de los más influyentes en la Siria post-Asad.

Hace apenas unos días, Obeida Arnaout, portavoz de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), se negó a responder a las preguntas del entrevistador sobre los más de 300 ataques israelíes contra Siria, durante una entrevista concedida a la cadena británica Channel 4. El mismo portavoz había mantenido una reunión con un grupo de expertos proisraelíes solo unos días antes de su entrevista con Channel 4.

Finalmente, el líder de Hayat Tahrir al-Sham, Abu Mohammad al-Golani, se pronunció el sábado 14 de diciembre sobre la invasión israelí de Siria, calificándola de “escalada injustificada”. Al-Golani advirtió que Siria “no puede ser arrastrada a conflictos que solo traigan más destrucción”. Además, hizo un llamado a la comunidad internacional para que intervenga y “asuma sus responsabilidades” frente a los acontecimientos en curso.

A pesar de estas declaraciones, las relaciones entre HTS e Israel siguen siendo objeto de especulaciones. En este contexto, la revista Foreign Policy informó que Israel habría proporcionado armas y asistencia financiera, de manera secreta, a al menos 12 grupos rebeldes sirios. Además del apoyo israelí a los grupos armados sirios contra Bashar al-Asad, la declaración de Ehud Olmert, primer ministro israelí en ese entonces, quien afirmó: “Si Al-Asad hubiera hecho la paz con Israel en 2008, los sirios no habrían sufrido la guerra civil, porque habría abierto las puertas de Washington y Europa para Al-Asad, lo que habría prevenido la guerra civil”, subraya aún más el papel del régimen israelí en los desarrollos en Siria.

Según varios expertos iraníes, como Jamileh Kadivar, Hayat Tahrir al-Sham se define actualmente como una organización salafista con una orientación interna flexible, capaz de adaptarse a los cambios. A lo largo de los años, el grupo ha empleado principios salafistas para gestionar la provincia de Idlib, bajo su control, conocida como el “Gobierno de Salvación de Siria”. Desde 2016, la organización ha mencionado en diversas ocasiones el concepto de “zona suní” y la creación de una entidad suní, lo que pone de manifiesto una visión político-teológica claramente sectaria y anti-chií.

Bassem Sayyoni, uno de los fundadores del Gobierno de Salvación en Idlib, explicó que “cuando Al-Golani necesitaba las fatwas de takfir (excomunión), recurría a aquellos que podían declarar a los grupos como takfiríes bajo el pretexto de colaborar con extranjeros. Cuando los intereses cambian, la estrategia también lo hace, orientándose hacia una que requiere apertura”. Según Sayyoni, es posible que Al-Golani recurra nuevamente al takfir contra personas o grupos específicos, especialmente chiíes, si los intereses lo exigen.

En este contexto, Al-Golani también calificó la guerra de Israel en Gaza y Líbano como una guerra de Irán y la región, un comentario que algunos analistas iraníes interpretan como una manifestación clara de su postura anti-República Islámica.

Irán percibe lo que está sucediendo en Siria como parte del plan israelí para redibujar la región conforme a sus propios intereses políticos. A este respecto, varios expertos iraníes han comenzado a plantear posibles alternativas para contrarrestar esos planes. En primer lugar, las probabilidades de que Irán cruce el umbral nuclear son cada vez mayores. En segundo lugar, los líderes políticos iraníes consideran que el plan israelí de un “nuevo Medio Oriente (Asia Occidental)” representa un riesgo no solo para la República Islámica, sino también para Arabia Saudí. A ello se suma el creciente papel de Turquía en la nueva ecuación regional. Por lo tanto, la estrategia iraní se orienta a construir una alianza temporal con los saudíes y también con los Emiratos Árabes Unidos, con el objetivo de contrarrestar el eje Ankara-Tel Aviv.


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