El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el piloto presidencial, Bitner Villegas.
Washington intentó, sin éxito, ejecutar un plan sofisticado para reclutar al piloto del presidente venezolano en un intento de arrestar a Maduro, revela AP.
La agencia estadounidense de noticias Associated Press (AP) ha revelado este martes que la operación se centraba en el piloto personal de Nicolás Maduro, el general de brigada Bitner Villegas, quien debía encargarse de desviar el avión presidencial a un lugar donde las autoridades estadounidenses pudieran arrestarlo.
Según AP, la información proviene de tres funcionarios estadounidenses —actuales y retirados— y de un opositor de Maduro, además de mensajes supuestamente intercambiados entre Villegas y el agente Edwin López, responsable de la operación.
Cómo pretendían captar al piloto
El agente de Seguridad Nacional Edwin López habría sido autorizado por sus superiores y por las autoridades dominicanas para mantener conversaciones con los pilotos venezolanos de las aeronaves, poniendo especial atención en Villegas.
El medio afirmó que el agente federal estadounidense se reunió con el piloto de Maduro en República Dominicana en 2024 y presuntamente ofreció a Villegas dinero y protección a cambio de desviar el avión de Maduro.
Al finalizar la conversación, López habría hecho su propuesta: prometió a Villegas una recompensa económica significativa y la posibilidad de ganarse “el cariño de millones de sus compatriotas”. Entre los posibles destinos para la captura de Maduro se mencionaron República Dominicana, Puerto Rico y la base de Guantánamo, en Cuba. Según las fuentes, el piloto se marchó sin comprometerse, pero le dio al agente su número de celular.
Insistencia inútil
López concentró sus esfuerzos en contactar telefónicamente al piloto, pero según AP, a pesar de haber intercambiado mensajes una docena de veces, la conversación no producía los resultados que el agente estadounidense esperaba.
En julio de 2025, López se jubiló, pero continuó con el plan, contactando a políticos de la oposición venezolana en el extranjero, quienes accedieron a colaborar.
López citó un anuncio del Departamento de Justicia de Estados Unidos que duplicaba la recompensa por la captura de Maduro a 50 millones de dólares, instando a Villegas a “ser el héroe de Venezuela”.
En el último contacto realizado por el agente el pasado 18 de septiembre, el piloto finalmente se negó, tildó a López de “cobarde” y escribió, “los venezolanos somos de otra calaña. Lo último que somos es traidores”. Como última estrategia, López le envió una foto de ambos tomada durante su conversación en República Dominicana y mencionó por nombre y apellido a los hijos de Villegas, sugiriendo que les esperaba un mejor futuro en EE.UU. Ante esto, Villegas bloqueó su número.
Al ver que el piloto no se sumaría al plan, los organizadores intentaron amedrentarlo con la difusión de mensajes presuntamente comprometedores en redes sociales en una operación dirigida por Marshal Billingslea, exfuncionario de seguridad nacional de EE.UU., descrito por AP como “un aliado cercano de la oposición venezolana” y conocido por enviar mensajes denigrantes contra Maduro.
Aquí no hay deserción
Un video publicado en septiembre por el ministro de Defensa venezolano, Padrino López, sugiere que el plan estadounidense para captar al piloto presidencial Bitner Villegas fracasó. Durante un acto en la base de Fuerte Tiuna, el ministro afirmó que “el compromiso de los comandantes venezolanos está más fuerte que nunca” y denunció la “guerra cognitiva” de EE.UU. contra la Fuerza Armada y la democracia.
Villegas también apareció en el programa Con el Mazo Dando, donde el ministro Diosdado Cabello desmintió rumores sobre su supuesta deserción, calificándolo a él y a otro general como “patriotas vergatarios, a toda prueba” y mostrando que seguían trabajando junto al pueblo.
Desde su regreso a la Casa Blanca, el mandatario estadounidense, Donald Trump, ha adoptado una postura más dura hacia Venezuela.
Desde septiembre pasado, Estados Unidos ha atacado pequeñas embarcaciones en el Caribe cercanas a Venezuela, alegando sospechas de narcotráfico. Bajo este pretexto, Trump también autorizó a la CIA a llevar a cabo operaciones encubiertas en Venezuela.
Estos ataques se producen en un contexto de creciente tensión, mientras Trump refuerza la presencia militar estadounidense en el Caribe, incluyendo destructores de misiles guiados, aviones de combate F-35, un submarino nuclear y alrededor de 6500 soldados.
Caracas denuncia estas acciones como “una agresión armada para imponer un cambio de régimen” y advierte que buscan “apoderarse del petróleo, el gas, el oro y todos los recursos naturales” de Venezuela.
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