Lunes, 05 de Diciembre de 2011 01:50 |
Publico.es
Los meses posteriores a la salida del poder suelen ser difíciles para la mayoría de mandatarios. Acostumbrados al ajetreo diario y a la constante toma de decisiones, de golpe se encuentran alejados de los focos mediáticos y con la dificultad de ocupar una infinidad de tiempo libre.
La mayoría se van alejando con el tiempo de sus partidos políticos y van ideando proyectos propios. El ex primer ministro británico Tony Blair es una excepción a esta regla, sobre todo en la celeridad con la que ha asumido nuevas responsabilidades, muchas de ellas rodeadas de polémica.
El 27 de junio de 2007, el mismo día en que dejaba de ser primer ministro y miembro del Parlamento británico, Blair aceptó el cargo de enviado especial del Cuarteto para Oriente Próximo, integrado por EEUU, Rusia, la Unión Europea y la ONU. Su objetivo era mediar para ayudar a resolver el conflicto entre palestinos e israelíes, pero su papel ha sido muy secundario y ha llegado a ser criticado por funcionarios palestinos, que le acusan de favorecer a Israel.
Paralelamente a su rol diplomático, Blair ha impulsado, desde su salida de Downing Street, varias iniciativas filantrópicas y ha ido sumando una amplia cartera de contratos como asesor de empresas y gobiernos, como una firma petrolera surcoreana con intereses en Irak, la aseguradora suiza Zurich y un fondo de inversiones de los Emiratos Árabes.
El Gobierno de Kazajistán ha sido el último en engrosar una lista que no ha dejado de crecer en los últimos años. El expremier percibirá unos 9,3 millones de euros por asesorar en reformas económicas al régimen autoritario de Nursultán Nazarbayev, famoso por silenciar a la oposición en sus 20 años como presidente.
“Conseguir a políticos como él [Blair] nos aporta resultados prácticos muy importantes para mejorar el atractivo de Kazajistán para los inversores y adoptar una legislación moderna para el futuro desarrollo del país”, aseguró recientemente un portavoz del antiguo satélite soviético.
Con este nuevo asesoramiento, ya son al menos ocho los lucrativos contratos de asesoría que ha logrado Blair en sus cuatro años fuera del Gobierno. La suma de siete de ellos (se desconoce el valor del restante) asciende a 17,1 millones de euros, según datos oficiales publicados por medios británicos. La cifra puede llegar casi a duplicarse, ya que algunos contratos anuales han sido renovados, pero la opacidad con la que opera el político a través de la consultora Tony Blair Associatesimpide verificarlo.
Una auténtica fortuna que ha ido amasando al mismo tiempo que recibe un sueldo vitalicio de 74.000 euros al año como ex primer ministro. A todo ello hay que sumar los alrededor de 233.000 euros que gana por cada conferencia que imparte y los casi cinco millones de euros que recibió como adelanto por su libro de memorias, publicado en 2010.
Según una investigación del rotativo The Telegraph, la fortuna personal de Blair oscila entre los 23 y los 70 millones de euros. Se estima, por ejemplo, que el valor de sus propiedades inmobiliarias alcanza los 16 millones. Todo esto sin contar el presupuesto no revelado del que goza como enviado del Cuarteto.
El político laborista asegura “no cobrar” por su labor diplomática pero ha sido acusado frecuentemente de llevar una vida lujosa en Jerusalén, donde dice pasar una semana al mes. Hasta este verano, Blair y una docena de sus colaboradores ocupaban toda una planta del American Colony, el hotel más caro de la ciudad santa, a un coste de cerca de 1,1 millones de euros al año. Ahora están instalados en un moderno edificio en Sheik Jarrah, uno de los barrios más exclusivos de Jerusalén, por un alquiler anual de unos 800.000 euros.
Más allá del valor de los asesoramientos de Blair, la polémica surge en si son legal y moralmente compatibles con su cargo en el Cuarteto y los principios democráticos. “Es ante todo una cuestión moral. Hay un claro conflicto de intereses porque es un representante público que trabaja a la vez para regímenes”, denuncia a Público Robert Palmer de la ONG británica Global Witness, que lucha contra la corrupción.
Varias investigaciones periodísticas han revelado que el expremier ha aprovechado sus viajes diplomáticos para obtener contratos para su consultora, cuyo objetivo es proporcionar “asesoramiento estratégico en tendencias políticas y económicas”. Blair se va poniendo la chaqueta que más le conviene en cada momento: la del Cuarteto, la de su fundación o la de su consultora. Los ejemplos son abundantes.
Según The Telegraph, Blair se reunió en enero de 2009 con el emir de Kuwait en su calidad de enviado del Cuarteto. Casualmente, se le ofreció, al poco tiempo, un contrato de 1,1 millones de euros para asesorar sobre la economía del país.
Los casos son aún más evidentes con el banco JP Morgan, que le paga 2,3 millones al año desde 2008 como consultor senior. Uno de los mayores logros de Blair en el Cuarteto fue conseguir en 2009 que Israel permitiera la apertura de frecuencias de móvil en Gaza para que pudiera operar la compañía de telefonía qatarí Wataniya. Un acuerdo que se vendió como un beneficio económico para la Franja pero del que se lucró alguien más. Casualmente, JP Morgan había concedido dos años antes un crédito de 1.480 millones de euros a Qatar Telecom para que adquiriera parte de Wataniya.
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