miércoles, 16 de octubre de 2024

Informe revela el rol de EEUU en asesinato de líderes de Hezbolá

La embajada de Estados Unidos en Beirut, capital del Líbano.

Un informe revela el papel de Estados Unidos y su agencia de espionaje, CIA, en los asesinatos de los líderes de Hezbolá, perpetrados por Israel, en Líbano.

Tres altos funcionarios de los servicios de seguridad libaneses reconocieron que los países occidentales, encabezados por Estados Unidos, han tenido una intensa comunicación diaria con todas las fuerzas militares y de seguridad de Líbano para “recopilar información y estimaciones” sobre el Movimiento de Resistencia Islámica de Líbano (Hezbolá), informa este lunes el diario Al-Akhbar.

“Lo que más les interesa a los occidentales es obtener estimaciones de las agencias oficiales libanesas y datos sobre la situación del liderazgo en Hezbolá después del asesinato de su secretario general, el mártir Seyed Hasan Nasralá, y están recopilando información sobre los cambios en la situación del liderazgo y la estructura militar”, precisa.

Revelaron a Al-Akhbar que el pasado jueves 10 de octubre, un equipo de seguridad estadounidense, compuesto por 15 agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), llegó al aeropuerto de Beirut y luego fue trasladado en un convoy de vehículos blindados sin matrícula a la embajada de Estados Unidos en la capital libanesa.



Este equipo se adhirió a una unidad operativa ya estacionada en la embajada, que incluye a 12 oficiales clave y otros con funciones especializadas como reclutar y gestionar a espías, reunir inteligencia técnica y analizar datos solicitados por la embajada a las agencias del Gobierno libanés, con el pretexto de esfuerzos antiterroristas, antinarcóticos y antilavado de dinero, según las fuentes.

En el marco de este plan, se detalla el nombramiento de una nueva jefa de la estación en Beirut, llamada Sherry Baker, que antes había participado en reuniones con funcionarios de seguridad libaneses en sus visitas oficiales a Washington.

Además, se mencionó cinco misiones de trabajo realizadas por oficiales libaneses de diversos rangos a Estados Unidos, donde se reunieron con funcionarios de inteligencia norteamericanos en la sede de la CIA en Langley.

En un reciente y alarmante acontecimiento que pone de manifiesto la participación de EE.UU. en el asesinato de los líderes de la Resistencia libanesa, uno de los tres funcionarios reveló que la dirección de Hezbolá recientemente dio instrucciones a Wafiq Safa, como jefe de la unidad de coordinación y enlace del movimiento, quien es responsable de trabajar con las agencias de seguridad libanesas, para que se comunicara con los funcionarios de esas entidades sobre asuntos relacionados con la guerra en curso.

Explicó que esas comunicaciones se produjeron, a pesar de que Hezbolá sabía que el simple hecho de hacer una llamada telefónica de ese tipo supondría un riesgo para la seguridad de Safa.

Esas preocupaciones se confirmaron cuando Israel llevó a cabo el jueves un “ataque aéreo urgente” en el centro de Beirut con el objetivo de eliminar a Safa. El ataque mortífero dejó 22 muertos y más de 117 heridos, pero Safa salió ileso.

La fuente dijo que las sospechas de Hezbolá sobre la participación de Estados Unidos en la guerra aumentaron después de este ataque, y el grupo cree que la CIA jugó un papel directo en el intento de asesinato de Safa.

Según el funcionario de seguridad libanés, esta operación parece impulsada por la inteligencia estadounidense, con el objetivo de cortar los vínculos de Hezbolá con los funcionarios militares y de seguridad del Líbano.

El mismo funcionario advirtió de que Estados Unidos podría estar apoyando operaciones israelíes para atacar o asesinar a figuras no militares de Hezbolá en un intento por socavar la Resistencia desde dentro y reducir su influencia en el Líbano.

El uso de las bombas antibúnker —incluidas las municiones de 5000 libras proporcionadas por EE.UU. para asesinar a los líderes de la Resistencia, incluido Nasralá, es un claro ejemplo de la implicación de Washington en los crímenes de Israel, han denunciado las autoridades iraníes.

Fantasía Sionista: Entre la Hiperconfianza y la Realidad


Israel, junto con EE.UU., considera que la situación en la región es propicia para una reconfiguración política que elimine todos los obstáculos a su hegemonía, explica el experto portugués en relaciones internacionales Bruno Maçaes.

Maçaes describe este momento como "líquido", sugiriendo que Israel ve paralelismos con 1967, cuando logró derrotar a las tropas árabes y anexionarse partes de Palestina, como Jerusalén Este.

En lugar de enfrentarse a una coalición de estados árabes, Israel se halla actualmente ante el Eje de Resistencia, una alianza de estados, movimientos y milicias que comparten el objetivo común de reducir la influencia de Estados Unidos e Israel en la región. Este deseo de reconfigurar políticamente la región no es nuevo. Desde 1979, con la fundación de la República Islámica de Irán, tanto Israel como Estados Unidos han buscado, mediante diversos métodos, un cambio de régimen en Teherán. Además de este objetivo, ambos países han intentado mantener a Irán aislado y debilitado a través de sanciones económicas. En este marco de “contención”, también han tratado de oponerse al desarrollo nuclear iraní, considerándolo una amenaza a sus intereses.

La política de contención, aislamiento y cambio de régimen en Irán se intensificó hace un año, justo después de la operación "Inundación de Al Aqsa" de Hamas. Esta campaña se basa en un enfoque de revanchismo colonial que parece no tener fin ni límite.

Durante el verano, Israel, respaldado por el apoyo estadounidense, redirigió su atención hacia el Líbano y Hezbolá. En este contexto, en julio, asesinó a Fouad Shukur, una figura clave dentro del grupo libanés, y llevó a cabo varios ataques de carácter terrorista utilizando buscas, walkie talkies y otros dispositivos electrónicos. Esta hiperconfianza llevó a Israel a creer que, tras los golpes asestados a Hezbolá, el grupo había sido debilitado hasta el punto de dejar de ser una amenaza para el proyecto colonial sionista. En esta misma visión, el supuesto debilitamiento de Hezbolá se consideraba un paso previo a un enfrentamiento directo con Irán.

El nombre que los militares iraníes dieron a la operación contra el grupo libanés, “Operación Nuevo Orden”, resalta la intención de reconfigurar la región y eliminar todos los obstáculos que impiden dicha reconfiguración.

Dentro de esta estrategia se encuentra también el video del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dirigiéndose supuestamente a los iraníes, en el que aseguraba que el cambio de régimen en la República Islámica estaba a punto de llegar. Todo lo anterior ejemplifica la hiperconfianza israelí al considerar la región como un terreno maduro para sus intenciones político-estratégicas de modificar su estructura. Por su parte, Estados Unidos, como apuntan varios expertos, incluido Mouin Rabbani, comparte esta visión y considera que este “momento líquido” regional puede resultarles beneficioso. Lo que antes era una posibilidad remota ahora se presenta como una realidad al alcance de la mano.

En esta estrategia, también es importante mencionar la figura de Netanyahu y su deseo de no ser recordado como el responsable del mayor fracaso en términos de inteligencia en la historia de la colonia sionista (el 7 de octubre), sino como el líder que reconfiguró la región en beneficio de Israel. Sin embargo, esto no implica que Netanyahu esté solo en su campaña genocida, ni que la mayoría de la población israelí no apoye la expansión colonial a expensas de las vidas de palestinos y libaneses.

Dicho esto, cabe preguntarse: ¿cómo sería la región reconfigurada de acuerdo a las fantasías coloniales sionistas? En primer lugar, como se ha señalado, el Eje de Resistencia sería desmantelado. Hamas sería eliminado, y Hezbolá, si continuara existiendo, quedaría reducido a un papel testimonial. El grupo yemení Ansarallah perdería toda su influencia, e Irán sería transformado siguiendo el ejemplo de Irak.

Otro resultado de esta reconfiguración sería la completa normalización entre Israel y los países árabes. La cuestión palestina dejaría de ser relevante en una región donde el Eje de Resistencia no tendría la influencia que posee actualmente. Sin la presencia activa de la resistencia palestina, Israel podría anexionarse toda Palestina y forzar una expulsión masiva, en medio de un constante genocidio, de la población palestina superviviente.

Ahora bien, esta visión política es una fantasía que se basa en el rechazo a cualquier forma de "goce político" que amenace la identidad sionista. En otras palabras, detrás de esta fantasía de reconfiguración se encuentra la pulsión inicial de eliminar, literalmente, aquellas formas políticas que se oponen a este disfrute, que en este caso es colonial y, por lo tanto, expansionista.

A pesar de esta pulsión genocida, Israel no ha logrado eliminar a Hamás; el grupo continúa luchando contra la ocupación en Gaza e infligiendo daños considerables a las tropas coloniales. Asimismo, no ha debilitado a Hezbolá, que sigue manteniendo y ampliando sus operaciones militares. La estrategia israelí tampoco ha sometido a Irán mediante amenazas; la operación "Promesa Verdadera II" es un claro ejemplo de esta incapacidad. Ansarallah, por su parte, también permanece fuerte, y su presencia en el Mar Rojo sigue causando múltiples problemas a Israel y a sus aliados.

Es evidente que, a pesar de la intención israelí de debilitar o derrotar al Eje de Resistencia para lograr la tan deseada reconfiguración regional, no ha conseguido nada tras más de un año de violencia genocida, y es poco probable que lo logre en el futuro. En este sentido, la fantasía sionista se convierte en una neurosis obsesiva que intenta rehacer una situación que se le escapa y que no controla, impulsada por su colonialismo y genocidio.

El deseo de reconfiguración regional de Israel es, por tanto, un anhelo inalcanzable que se reproduce en cada matanza y en cada acto de muerte y opresión. Las imágenes de muerte y destrucción son, a pesar de todo, un reflejo del pánico sionista al confrontarse con una región que no solo no responde a sus deseos, sino que está dispuesta a negárselos. Esta incapacidad sionista se transforma en pánico ante la posibilidad de su propio desmantelamiento.


Las brasas bajo las cenizas se avivan en el norte de Siria


Parece que el norte de Siria vive bajo una tensión constante, una región que alguna vez fue el centro de una feroz lucha entre grupos terroristas y el ejército sirio, ahora permanece en una frágil calma marcada por acuerdos temporales.

Las cenizas de lo que fue un conflicto abierto se avivan con ataques lanzados por los terroristas liderados por Hayat Tahrir Al-Sham, y respuestas esporádicas de las fuerzas sirias y sus aliados, en especial los rusos.

A pesar de los esfuerzos diplomáticos, los ecos de lo que era una guerra total siguen latentes, mientras ambos bandos se preparan para lo que podría ser una nueva confrontación.

La región es ahora un campo minado de intereses cruzados, donde las cenizas de antiguas batallas se mezclan con la desconfianza actual, y cualquier movimiento en falso podría desatar una escalada que nadie parece querer, pero que parece cada vez más inevitable.

Las consecuencias de esta escalada afectarán no solo a Siria, sino también a Turquía, que apoya a los llamados rebeldes y teme una nueva ola de desplazados y un impacto en sus intereses estratégicos en la región. Además, este conflicto supone un nuevo desafío para los acuerdos entre Moscú y Ankara que han mantenido la estabilidad en la región desde 2020 que ahora pende de un hilo.

Acuerdos ruso-turcos en riesgo

Desde hace tiempo, el Gobierno sirio ha intentado tomar el control de la estratégica carretera M4, que conecta Alepo con Latakia, cruzando zonas controladas por los aliados de Turquía, es decir la oposición. No obstante, los acuerdos ruso-turcos han evitado hasta ahora este avance.

Aunque estos convenios se mantienen, son frágiles, y un colapso tendría graves consecuencias tanto para Rusia como para Turquía, ya que podría socavar los esfuerzos de Moscú para restablecer las relaciones entre Ankara y Damasco, que actualmente se encuentran en un punto muerto debido a la escalada regional.

El investigador Abbas Sharifa destacó que los recientes ataques en el noroeste son una advertencia de Rusia a Turquía y a las facciones de la oposición, disuadiéndolos de aprovechar las tensiones en la Franja de Gaza para abrir nuevos frentes en el norte de Siria.

Este aumento de la presión también parece estar relacionado con el fracaso del esperado encuentro entre el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo sirio, Bashar al-Asad, lo que podría estar llevando a Moscú a presionar a Ankara para que haga concesiones sobre la retirada de sus tropas del norte de Siria.

Últimos ataques aéreos rusos

En los últimos acontecimientos, aviones de combate rusos, partiendo de la base de Hmeimim, lanzaron ataques sobre posiciones terroristas en la zona de Tal al-Tabaana, en el noreste de la provincia de Latakia, cerca de la frontera turco-siria.

También bombardearon el lado oeste de la ciudad de Idlib y los alrededores de Bsenqul, cerca de la autopista internacional que conecta Alepo con Latakia.

Refuerzos en el noroeste de Siria

Simultáneamente, se han intensificado los intercambios de artillería entre las fuerzas gubernamentales sirias y Hayat Tahrir al-Sham en las provincias de Idlib y Hama, según el denominado Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Las fuerzas sirias bombardearon varias aldeas en la región de Sahl al-Ghab, en el noroeste de Hama.

Damasco ha reforzado sus posiciones en el noroeste de Siria, especialmente en el oeste de Alepo, ante el temor de que las facciones extremistas lancen una ofensiva hacia las principales ciudades del norte del país, incluida la capital económica, Alepo.

El ejército sirio asimismo ha enviado refuerzos militares a la región occidental de Alepo, provenientes de la Cuarta División, la 25ª División de Fuerzas Especiales, el Quinto Cuerpo y la Guardia Republicana, en preparación para un posible ataque de las facciones opositoras.

También ha levantado nuevas fortificaciones y barreras de tierra en las líneas del frente, en un estado de máxima alerta, realizando continuamente operaciones de reconocimiento a lo largo de las líneas de contacto en el noroeste de Siria.

En respuesta, Turquía ha enviado refuerzos militares a sus posiciones en el sur de Idlib, particularmente en Jabal al-Zawiya, donde ha desplegado convoyes con equipos logísticos y militares, incluidos más de 190 vehículos en las últimas semanas. Además, ha instalado radares avanzados y ha activado sistemas de interferencia para aviones en la región de Idlib.

Por otro lado, la Sala de Operaciones de los terroristas, que agrupa a varias facciones, incluidas Hayat Tahrir Al-Sham en Idlib, ha declarado su preparación para cualquier desarrollo o escalada en el noroeste de Siria.

El portavoz del grupo extremista “Jaysh al-Izza”, Mustafa Bakur, confirmó que la intención de reanudar operaciones militares sigue presente desde que cesaron los combates en 2020, y que la fase de preparación ha avanzado significativamente a lo largo de las líneas del frente.

Explicó que el escenario previsto es una ofensiva coordinada, simultánea y meticulosamente organizada en varios frentes, con el objetivo de infligir una derrota considerable al ejército sirio, liberar la mayor cantidad de territorio posible y asegurar un retorno seguro y digno para los desplazados.

El contexto regional

El conflicto en el noroeste de Siria no puede verse de manera aislada, ya que está vinculado al aumento de tensiones en toda la región, incluidas las recientes hostilidades del régimen de Israel en Gaza y el Líbano.

Los terroristas creen que las tensiones actuales en Asia Occidental, incluidas las incursiones israelíes en la capital siria, Damasco, podrían debilitar al régimen sirio, afectando su capacidad militar en el norte del país.

Las agrupaciones terroristas sirias apoyadas por Turquía, parecen ver en este momento una oportunidad para alterar las líneas de control que no han cambiado desde 2020, cuando sufrieron derrotas que las llevaron a replegarse en una limitada franja territorial.

No obstante, estos grupos armados no lanzarán ninguna operación militar sin coordinarse con Ankara, que no parece priorizar cambios significativos en el equilibrio militar en Idlib. Pero, Turquía es consciente de que cualquier alteración de este equilibrio podría dañar su relación con Moscú.

Por Mohsen Khalif


martes, 15 de octubre de 2024

EEUU teme la cooperación entre los países independientes en pro de la creación de un nuevo orden internacional



Yusuf Fernández

Durante la última cumbre de Putin y Pezeshkian en Ashgabat la agencia TASS citó al presidente ruso, Vladimir Putin, quien dijo que Irán y Rusia son “activos en el escenario internacional” y que sus “enfoques de los acontecimientos” en ese ámbito son a menudo muy similares. El presidente ruso también señaló que “Rusia apoya el debate internacional más amplio posible sobre las normas de interacción en el mundo multipolar emergente”, y agregó que Moscú está “abierta a discutir temas de construcción de un nuevo orden mundial con todos nuestros amigos, socios y personas de ideas afines, incluyendo dentro de la CEI, la Unión Económica Euroasiática, la Organización de Cooperación de Shanghai y el grupo BRICS”. Agregó que “la paz mundial y el desarrollo pueden garantizarse solo teniendo en cuenta las opiniones de cada estado y pueblo y respetando su soberanía”. Según la agencia rusa, al final de la reunión, Putin invitó al presidente iraní a visitar Rusia.

Se espera que la próxima visita de Pezeshkian sirva para firmar el acuerdo de asociación estratégica de 20 años, que Rusia e Irán han estado negociando para elevar sus relaciones a una nueva fase. Este acuerdo viene a consolidar la asociación de Irán con las grandes potencias de las mencionadas en los bloques anteriores, en especial la Organización de Cooperación de Shanghai y el bloque BRICS a los que Irán se incorporó hace unos pocos meses. Cabe recordar la firma también por parte de Irán de un acuerdo similar de 25 años con China, que es actualmente el primer socio comercial de aquel país.

Es natural que los responsables políticos y los observadores de las potencias occidentales sigan de cerca estos encuentros, sobre todo porque la relación entre Moscú y Teherán, junto con la recién aproximación entre Pekín y Pyongyang y la alianza de este último con Moscú, está provocando una creciente preocupación entre ellos, lo que ha llevado a algunos de ellos a advertir que Washington se enfrenta a su “momento más difícil” desde la Guerra Fría.

En este contexto, un informe de la fundación estadounidense Carnegie Endowment for International Peace indica que las nuevas alianzas geopolíticas plantean un serio desafío a la “al orden global” impuesto por EEUU tras la Guerra Fría y añade que el vínculo actual entre ambas partes no se “romperá fácilmente”, porque ambos consideran que el orden global liderado por EEUU es “débil y cuestionable”.

Según el informe, uno de los pilares más importantes de esta asociación son las preocupaciones comunes ruso-iraníes sobre los intentos estadounidenses de socavar la estabilidad de estos países y sus aliados y amigos, especialmente mediante revoluciones de colores. Los partidarios de este punto de vista recuerdan que Moscú y Teherán han expresado claramente sus aspiraciones a un “mundo postamericano”, en referencia a un mundo en el que el poder político, económico y militar estadounidense se haya reducido significativamente.

Por su parte, el periódico estadounidense “The Washington Post” informó recientemente que, con la escalada de tensiones en Oriente Medio, hay que tener en cuenta que esta región es sólo uno de los tres escenarios del mundo en los que “los adversarios de EEUU están tratando de derrocar el actual orden internacional”, refiriéndose a la guerra en Europa y al ascenso de China en Asia.

Si eso no fuera “suficientemente preocupante”, continúan los defensores de esta visión, “hay indicios crecientes de que el “eje de potencias revisionistas” está en constante coordinación y se ayuda mutuamente”, citando un informe de The Economist que dice que el “Cuarteto” (China, Irán, Corea del Norte y Rusia) está intercambiando armas, suministros y, lo más importante, conocimientos técnicos y tecnología.

El informe afirma que Teherán y Pyongyang están suministrando armas a Moscú, algo que estos dos han negado, mientras que Rusia está compartiendo información con Irán sobre cómo bloquear drones y desactivar sistemas GPS, y está “enviando equipo militar occidental confiscado a Teherán para que los iraníes puedan analizarlo”. El gobierno de EEUU también estima que el 90 por ciento de las importaciones de microelectrónica de Rusia y el 70 por ciento de sus máquinas herramienta provienen ahora de China, gran parte de ellas de “doble uso”, lo que significa que pueden usarse en la “industria de las armas”.

Estos informes, que exponen el punto de vista de los círculos gobernantes occidentales, rezuman de una clara hipocresía. Según tales apreciaciones, los países occidentales tienen derecho a enviar armas a quien quieran, incluyendo el régimen genocida israelí, que comete miles de asesinatos, incluyendo de mujeres y niños, con ellas. Sin embargo, tratan de presentar cualquier transferencia de armas de los países rivales como una “amenaza” sobre todo porque tales armas servirán para fortalecer la defensa y seguridad de las naciones independientes y ayudarles a neutralizar las amenazas procedentes de los países occidentales y sus aliados.


https://spanish.almanar.com.lb/1083238

Petro: EEUU, Europa e Israel experimentan en Gaza dominio del mundo

El Presidente de Colombia, Gustavo Petro (foto: AP)

El presidente de Colombia asegura que “en Gaza hay un experimento” que busca mostrar el poder militar de Israel, EE.UU. y Europa ante los países del Sur Global.

Gustavo Petro, en un mensaje publicado el lunes en X, afirmó que los actuales acontecimientos en la Franja Gaza no derivan solo de “un conflicto de décadas entre palestinos, los dueños del territorio, y los israelíes que los europeos ingleses llevaron a su colonia”.

En esa región palestina, agregó el mandatario colombiano, lo que hay es “un experimento del poder mundial contra un pueblo del sur. El experimento trata de demostrar que el poder militar de Estados Unidos, Europa e Israel pueden dominar cualquier rebeldía del mundo pobre”, precisó.

Petro, que ha advertido en varias ocasiones sobre el uso de hidrocarburos y sus efectos en el medio ambiente mundial, dijo que las consecuencias se verán en particular en el sur del mundo.

“Saben que la crisis climática insurreccionará todo el sur, porque no es producida por el sur, pero sufrirán peor las consecuencias, y se alistan a una barbarie global donde morirá la democracia. Es la barbarie de la plutocracia global que se niega a frenar la economía fósil donde basa su riqueza”, explicó el jefe de Estado.

Con todo, Petro sostuvo que la única manera de evitar un futuro apocalíptico a nivel global es garantizar la “unión de todos los pueblos excluidos y los pueblos progresistas del norte”.



El presidente de Colombia mantiene una postura crítica en relación a las acciones militares de Israel en Palestina y en otras partes de Asia Occidental. En este contexto, ha cargado contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, comparándolo con Hitler y tildándolo de genocida.


Además de sumarse a la demanda de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para condenar a los líderes israelíes por genocidio, Colombia rompió en mayo las relaciones diplomáticas con el régimen de Tel Aviv y también suspendió las ventas de carbón.