lunes, 3 de noviembre de 2025

El genocidio invisible de Sudán: la matanza de El Fasher pone el foco en el nexo EAU-Israel


El genocidio silenciado en Sudán revela una red de poder regional donde Israel y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) aprovechan el caos para ampliar su influencia.

Por: Iqbal Jassat *

Las impactantes imágenes de asesinatos brutales y masacres de miles de civiles en El Fasher, al oeste de Sudán, hacia finales de octubre, parecen haber despertado al mundo ante un genocidio en gran medida silenciado, que se ha prolongado por más de dos años.

La horrenda realidad de una guerra cada vez más atroz se hizo evidente cuando imágenes satelitales revelaron la magnitud de las atrocidades. Entre las víctimas se encontraban mujeres, niños y ancianos.

Aunque Sudán ha estado sumido desde abril de 2023 en una de las guerras más sangrientas de África, gran parte del mundo —incluidos los propios países africanos— ha optado por permanecer indiferente.

Esa pasividad ha permitido que el sufrimiento de millones se prolongue, mientras la guerra librada por las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), dirigidas por Mohamed Hamdan Dagalo (Hemedti), ha convertido al país en un infierno de muerte y devastación.

Según los informes, hacia finales de 2025, la guerra en Sudán ha cobrado decenas de miles de vidas y desplazado a más de 12,6 millones de sudaneses, constituyendo hoy la mayor crisis de desplazamiento del mundo.

Trágicamente, los sistemas sanitario y económico han colapsado por completo, y la capital, Jartum, permanece dividida entre fuerzas rivales.

Las milicias dominan Darfur y Kordofán, mientras el ejército apenas logra mantener el control en el este y en los puertos del mar Rojo.

Sin embargo, al despojar la información de sus capas de propaganda, se revela que tras este sombrío panorama operan actores regionales e internacionales que buscan redibujar la arquitectura del poder y la gobernanza.

Esta reconfiguración se extiende al equilibrio de fuerzas en el Cuerno de África y, como era de esperarse, involucra a Israel y a los EAU.



El diario Haaretz señalaba en agosto de 2025 que Israel estaba aprovechando la guerra de Sudán para justificar su expansión militar en el mar Rojo bajo el pretexto de “proteger las rutas marítimas globales de las amenazas hutíes”.

El mismo medio informó además que Israel ha utilizado la crisis para profundizar su influencia política en Etiopía y Eritrea, como parte de un plan más amplio para contener la influencia iraní que se extiende desde Teherán hasta Saná y Jartum.

Según un estudio publicado en el Tehran Times, el creciente involucramiento de Tel Aviv en Sudán no puede separarse de su creciente ansiedad por la situación en Yemen. Desde que el gobierno yemení, liderado por el movimiento de resistencia Ansarolá, tomó el control de la costa occidental del país, el equilibrio de disuasión en el mar Rojo se ha desplazado de manera decisiva.

El estudio cita un informe del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional de Israel (INSS, por sus siglas en inglés), que sostiene que el control hutí del estrecho de Bab El-Mandeb desde 2021 ha “redefinido la amenaza marítima israelí”, ya que misiles y drones yemeníes han alcanzado Eilat y perturbado las rutas comerciales del canal de Suez.

Israel ha comenzado a tratar el mar Rojo como un escenario prioritario de seguridad, solo superado por el Mediterráneo. Dentro de esta estrategia en evolución, Sudán funciona como una zona de amortiguamiento avanzada.

“Con Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos activos en África Oriental, Tel Aviv ha encontrado un pretexto conveniente para su expansión, encubriendo su acumulación militar bajo la retórica de la seguridad marítima internacional. El caos en Sudán se ha convertido tanto en una justificación como en una cortina de humo para la creciente presencia israelí en el mar Rojo.”

En este contexto, la reciente oleada de masacres perpetradas por las FAR coincide con la revelación de que documentos en poder de la ONU muestran que equipamiento militar británico exportado a los EAU ha sido hallado en manos de las FAR.



Informes de la organización Campaña contra el Comercio de Armas (CAAT, por sus siglas en inglés) confirman que durante los últimos dos años ha habido abundante evidencia del suministro de armas de los EAU a las FAR, pero esta es la primera vez que se detecta equipo británico en Sudán a través de los Emiratos.

Estos hallazgos han vuelto a suscitar el escrutinio sobre las exportaciones de armas del Reino Unido a los Emiratos Árabes Unidos, país que ha sido reiteradamente acusado de proveer armamento a las fuerzas paramilitares de las RSF en Sudán, según reportes de los medios.

En abril de 2025, Sudán albergaba la esperanza de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) emitiera un fallo contra los Emiratos Árabes Unidos, a los que acusaba de ser cómplices de actos de genocidio por armar y asistir a las Fuerzas de Apoyo Rápido.

El caso, titulado formalmente Aplicación de la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio en Sudán (Sudán contra Emiratos Árabes Unidos), fue iniciado cuando Sudán presentó una demanda contra los EAU.

Sin embargo, la CIJ rechazó la solicitud, alegando que “manifiestamente carecía de jurisdicción” para pronunciarse sobre el caso y lo desestimó.

El fracaso de los líderes y las instituciones africanas, junto con la impotencia de foros internacionales como la ONU y la CIJ, ha derivado en la muerte de al menos 150 000 personas, el desplazamiento de más de 12 millones y la condena de casi 25 millones a una situación de hambre aguda.

* Iqbal Jassat es miembro ejecutivo de la Media Review Network (Red de Revisión de Medios), Johannesburgo, Sudáfrica.

Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.


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