jueves, 10 de marzo de 2022

Putin contra la "ruleta sionista"!



En Ankara, donde se encuentra el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Lavrov se reunió este jueves con su homólogo ucraniano bajo los auspicios de Turquía, tiene una frase muy significativa que no puede dejar de intrigar al oyente: si Rusia se vio obligada a atacar a Ucrania es porque se vio obligado a... es porque su seguridad nacional estaba en peligro".

¿Cuál es exactamente este peligro contra el cual Rusia ha procedido, un poco como los estadounidenses, con una acción militar preventiva? Obviamente, está el eje EE. UU./OTAN que, sin la poderosa intervención armada rusa, nunca habría renunciado a lo que acaba de renunciar, a saber, la creación de una zona de exclusión aérea por encima no realmente de Ucrania, sino de Rusia, o incluso de una zona aérea de Europa del Este. coalición formada por unos 77 MiG búlgaros, rumanos, polacos y Sukhoi con la misión de entrenar MiG y Sus rusos en sangrientas batallas aéreas fratricidas en el cielo de Ucrania. Digamos que en 15 días de operación, no quedan radares ucranianos ni sitios de comunicación en las principales ciudades como Kharkov, Knotop, Sumy, Chernihiv, Kiev, los misiles tácticos y de alta precisión rusos los han estropeado por completo. Entonces, ¿cómo resisten aún el régimen de Zelensky y su creciente ejército internacional de mercenarios?

Aquí es donde aparece una de las razones militares de la Operación Z de Putin: la plena integración del ejército ucraniano en el mecanismo militar ofensivo de la OTAN. Por cierto, incluso si las fuerzas aéreas y los radares ucranianos fueron neutralizados en D+15 de la operación, todavía hay misiles AA y piezas de artillería que no fueron neutralizados porque no fueron detectados o porque fueron colocados en centros urbanos. cerca de edificios residenciales.

¿Por qué? porque el ejército ucraniano ya no usa su propio sistema de radar, sino que recibe constantemente las coordenadas de los objetivos aéreos rusos directamente de los aviones de reconocimiento y los AWACS de la OTAN. Se hizo una experiencia similar en octubre de 2021 cuando la OTAN lanzó la guerra de 44 días entre Ereván y Bakú en el Cáucaso y hubo drones Bayraktar que se beneficiaron de este sistema de reconocimiento para destruir el fuego antiaéreo prorruso de Armenia. Por cierto, gracias a la red de la OTAN, esta información también llega a mercenarios aislados equipados con misiles Stinger o Javelins, lo que les hace incluso capaces de emboscar helicópteros de ataque y pilotar aviones de asalto a baja altura o en picado. Pero tarde o temprano esta columna blindada rusa, de 64 km de largo,

Tratándose de una acción preventiva encaminada a conjurar un peligro existencial que amenaza a Rusia, una acción que ha costado una desconexión casi total de las finanzas occidentales, no puede reducirse a este solo aspecto, siendo prueba de ello la curiosa noticia turco-israelí: Por cierto el verdadero falso diálogo ruso-ucraniano se celebró este jueves en Ankara a pesar de que el triángulo Turquía/Israel/EE. de la UE a ella, ya que es ella y sólo ella la que podría transportar el gas israelí al viejo continente en lugar del gas ruso y de un Hertzog que derramaba lágrimas por el destino de Ucrania.

¿No proviene más bien el peligro real para la seguridad nacional rusa de una red progresiva de sionismo internacional a la que Erdogan acaba de volver a comprometerse y que busca derrocar a Putin por obstinado y convertirlo en el sucesor de un Zelensky ruso? Si además tenemos en cuenta que en puestos clave en Ucrania se han asentado algunas personalidades judías, no por casualidad, la respuesta es sí. Con Volodymyr Zelenski, (presidente), Denys Shmyhal, (Primer Ministro) y Alexey Reznikov, (Ministro de Defensa), el lobby sionista controla Ucrania con puño de hierro. Y casualmente la persona que lo apoyó financieramente y en los medios y llevó al comediante Zelensky a la cabeza del estado es el oligarca judío Igor Kolomoiski.

Y lo que es particularmente revelador en este contexto es que la mayor parte de la deuda soberana de Ucrania está en manos del fondo de inversión estadounidense Franklin Templeton, que está vinculado al clan Rothschild desde 2015. Además, las grandes finanzas internacionales, habiendo tomado completamente el control de Ucrania, instalaron allí a sus representantes en todas las funciones importantes del Estado y, al hacerlo, tomaron el control de la economía y los medios de comunicación dominantes. En una lógica de ampliar su esfera de influencia, el próximo gran objetivo de esta mafia es Rusia.

Si bien en las últimas tres décadas las redes de influencia extranjera se han desarrollado con fuerza en Rusia, logrando imponer una influencia considerable en una serie de instituciones estatales, en la economía, los medios y el espectáculo, la colonización definitiva de este país aún permanece inconclusa. En este contexto, a Ucrania se le ha asignado el papel de punta de lanza en la guerra total librada contra Rusia. Esta élite financiera no está satisfecha con las medias tintas y está empeñada en obtener interminables concesiones de Moscú; dirigida a la capitulación final del Kremlin y la transformación de Rusia en una colonia, un objeto de dominación extranjera, desprovista de cualquier vocación o capacidad para volver jamás al estatus de sujeto de la política internacional.

Algo reacia al inicio del conflicto ruso-occidental, la entidad sionista acabó condenando a Rusia en la Asamblea General de Naciones Unidas por ponerse del lado de Ucrania, en contra de lo que afirmaba. El régimen de Tel Aviv culpó a Moscú por la 'guerra' y 'sus repercusiones en el pueblo ucraniano', víctimas de la política estadounidense y de la persecución de las agendas occidentales por parte del presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, declarando su 'apoyo' a la 'sirización' de Ucrania ahora que Putin se niega a capitular. E incluso llegó a movilizar a su ejército junto a los terroristas que la Turquía de Erdogan empieza a canalizar hacia Ucrania siguiendo el mismo modus operandi que en Idlib. ¿Que hacer? la respuesta parece clara.


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