El primer ministro del régimen israelí, Benjamin Netanyahu
El primer ministro del régimen israelí, Benjamin Netanyahu, ha dicho que Tel Aviv se reserva el llamado "derecho" de reanudar su guerra genocida contra la Franja de Gaza, que ya dura 15 meses, en cualquier momento que lo considere oportuno, tras la probable implementación de un acuerdo de alto el fuego entre el régimen y los movimientos de resistencia del territorio.
Netanyahu hizo estas declaraciones el sábado, a pesar de la aprobación del acuerdo por parte del gabinete en pleno del régimen y de las severas advertencias del movimiento de resistencia palestino contra la reanudación del brutal ataque militar por parte de Tel Aviv.
"Ambos presidentes [estadounidenses], [Donald] Trump y [Joe] Biden, nos han asegurado que tenemos derecho a volver a la guerra después o durante el acuerdo, cuando sea necesario", dijo, refiriéndose a los presidentes entrante y actual de Estados Unidos.
Washington ha brindado un generoso apoyo político, militar y de inteligencia a la guerra que hasta ahora ha cobrado las vidas de al menos 46.788 palestinos, en su mayoría mujeres y niños.
"La batalla aún no ha terminado. Todavía nos queda un largo camino por recorrer", afirmó el funcionario israelí, y añadió: "Prometo que alcanzaremos todos nuestros objetivos bélicos".
A lo largo de sus inventadas décadas de existencia en la región, incluido el inicio de la guerra, el régimen ha estado afirmando que “eliminaría” a los grupos de resistencia palestinos, incluido Hamás.
Sin embargo, el régimen ha quedado muy lejos de alcanzar ese objetivo y sus demás metas en tiempos de guerra.
Una vez que se inicie su posible implementación más tarde el domingo, el acuerdo gradual comenzaría con una tregua de seis semanas y eventualmente podría poner fin al feroz asalto militar.
Hamás ya aprobó el acuerdo, elogiando a los combatientes y civiles palestinos por haber superado la agresión del régimen y lo impulsó a no lograr ninguno de sus objetivos en tiempos de guerra, incluido forzar el posible éxodo de toda la población de la franja costera hacia Egipto.
Sin embargo, Netanyahu alegó que el régimen no podría avanzar con el marco del acuerdo hasta que reciba una lista de los cautivos, que potencialmente serían liberados, y a menos que Tel Aviv apruebe la lista.
"Israel no tolerará violaciones del acuerdo. Hamas es el único responsable", afirmó, obligando a que la pelota recaiga en el campo del movimiento.
Mientras tanto, el primer ministro israelí desestimó la victoria verificable de los palestinos durante la guerra, que ha sido elogiada por grupos palestinos y numerosas naciones regionales e internacionales.
“Todo el mundo puede ver los grandes logros que hemos alcanzado”, afirmó.
Netanyahu reiteró las acusaciones del régimen sobre la existencia de un vínculo entre Irán y los movimientos de resistencia autónomos de la región, una afirmación que la República Islámica ha rechazado invariable y rotundamente, afirmando que los grupos actuaron por iniciativa propia en todas las ocasiones.
"Hemos dañado severamente el eje de Irán y podemos causar más daño", afirmó, refiriéndose al asesinato de varios líderes de la resistencia por parte del régimen.
Los grupos, sin embargo, han prometido persistir en sus esfuerzos contra la ocupación y la agresión, afirmando que el martirio de sus líderes sólo sirve para reforzar aún más sus ya sólidas bases.
El primer ministro finalmente rechazó los informes sobre la posible retirada del ejército israelí del corredor vital de Gaza, el “Corredor Filadelfia”.
A lo largo de la guerra, el régimen reforzó aún más su control sobre la franja de tierra como medio de imponer hambruna y otros crímenes de guerra y crímenes de humanidad a los palestinos.
"El ejército [israelí] seguirá controlando el Corredor de Filadelfia y el número de nuestras fuerzas allí aumentará".
Los observadores han interpretado la insistencia de Netanyahu en el supuesto derecho del régimen a relanzar la ofensiva como un intento de evitar parte de la vergüenza que ha afrontado debido al fracaso del régimen en la realización de sus objetivos de guerra.
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