El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Un informe de New York Times indica que el primer ministro israelí prolongó la guerra en Gaza e incluso atacó a Irán solo para garantizar su supervivencia política.
El informe, publicado el viernes, señala que Benjamín Netanyahu tenía la posibilidad de alcanzar un alto el fuego permanente con el movimiento de Resistencia palestino HAMAS seis meses después del inicio de la guerra en la Franja de Gaza, pero optó por prolongar el conflicto devastador por la oposición de sus ministros extremistas, entre ellos el de finanzas, Bezalel Smotrich, y el de seguridad interna, Itamar Ben-Gvir, quienes amenazaron con derrumbar el gabinete si terminaba la guerra.
Los ministros de extrema derecha del gabinete israelí querían ocupar toda la Franja de Gaza, no retirarse de ella y desplazar forzosamente toda su población palestina, para luego restablecer los asentamientos ilegales judíos allí.
Según el informe, si un alto el fuego llegaba demasiado pronto, estos ministros podrían decidir acabar con la coalición gobernante, lo que provocaría elecciones anticipadas que, según las encuestas, el derechista Netanyahu perdería.
Al dejar el cargo, Netanyahu era vulnerable, porque desde 2020, había sido juzgado por corrupción y él intentaba permanecer en el cargo para poder expulsar al fiscal general que supervisó su procesamiento.
Por tanto, el primer ministro se vio obligado a elegir entre la posibilidad de acabar de una vez por todas con la guerra en Gaza —y devolver a casa a los retenidos israelíes— y su supervivencia política, y Netanyahu optó por la supervivencia, agrega NYT.
Para comprender el papel que desempeñaron los propios cálculos de Netanyahu en la prolongación de la guerra, el diario NYT entrevistó con más de 110 funcionarios israelíes, estadounidenses y del mundo árabe, y todos—tanto partidarios como críticos— coincidieron en que el premier israelí “prolongó la guerra en Gaza para su propio beneficio político”.
Expansión del conflicto al Líbano, Siria e Irán ha sido beneficiosa para Netanyahu
Según los entrevistados, la continuación de la guerra en la Franja —donde han muertos hasta ahora casi 58 000 palestinos, muchos de ellos niños— e incluso la extensión y expansión del conflicto al Líbano, Siria y luego Irán ha sido beneficiosa para Netanyahu.
De hecho, el verdadero objetivo del premier no era ‘destruir a HAMAS’, o al movimiento de Resistencia libanés Hezbolá, ni tampoco acabar con la supuesta ‘amenaza nuclear iraní’, sino mantenerse en el cargo.
El informe indica que la continuación de la guerra en Gaza fortaleció la coalición gobernante y permitió a Netanyahu programar y realizar el ataque a Irán, lo que lo mantuvo en el poder. Pero ya todos se han dado cuenta de que Bibi ha logrado garantizar su supervivencia política con engaños y políticas guerristas, agrega NYT.
Antes de atacar a Irán, varios legisladores judíos ultraortodoxos —conocidos en hebreo como haredim— de la frágil coalición de Netanyahu, ignorantes de los planes secretos del régimen, se disponían a derrocar al gabinete de Bibi. Estaban furiosos por las propuestas de poner fin a la exención del servicio militar para la minoría ultraortodoxa. Planeaban unirse a la oposición en una votación para disolver el parlamento, lo que desencadenaría nuevas elecciones, y la votación parecía estar a punto de aprobarse. Como primer ministro interino, Netanyahu aún podía ordenar el ataque a Irán, pero su legitimidad se vería socavada.
Mientras los líderes ultraortodoxos consideraban derrocar al gabinete, Mike Huckabee, embajador de Estados Unidos en los territorios ocupados, acudió en ayuda de Netanyahu. Invitó a políticos ultraortodoxos a la embajada de Estados Unidos en Al-Quds (Jerusalén), advirtiéndoles en términos generales que sus maniobras podían poner en peligro el plan de Bibi contra Irán. Por tanto, el premier volvió a recurrir a la guerra, esta vez contra Irán, como herramienta política, para mantenerse en el cargo.
El conflicto de 12 días entre Irán e Israel estalló el 13 de junio, cuando el régimen sionista lanzó una agresión sin motivo contra el país persa, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades, lo que dejó 1100 muertos, entre ellos varios altos comandantes y científicos. A los ataques israelíes se unió una semana después Estados Unidos, bombardeando tres sitios nucleares iraníes.
Irán respondió la agresión con fuerza lanzando cientos de misiles balísticos y drones contra objetivos estratégicos israelíes en los territorios ocupados en el marco de la operación sin precedentes ‘Verdadera Promesa III’, lo que logró detener el asalto ilegal e imponer un alto el fuego a los agresores el 24 de junio.
Etiquetas
No hay comentarios:
Publicar un comentario