domingo, 30 de noviembre de 2025

Venezuela denuncia "ejecuciones" de sus ciudadanos por militares de EE.UU. en el Caribe

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, informó que convocará una sesión extraordinaria para proponer la creación de una comisión para investigar esos hechos.
El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge RodríguezPedro Rances Mattey / Legion-Media

El presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Jorge Rodríguez, anunció este domingo la creación de una comisión especial que investigará el asesinato de venezolanos en aguas del mar Caribe a manos de las fuerzas militares estadounidenses.

"Les informamos que, para el día de mañana, lunes, convocaremos una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional con el fin de proponer que se conforme una comisión especial de diputadas y diputados para investigar los graves hechos que condujeron al asesinato de venezolanos en aguas del mar Caribe", declaró Rodríguez luego de una reunión con los familiares de las víctimas.

El pasado 2 de septiembre, Washington efectuó el primer ataque a lo que calificó como "narcolancha", dejando más de una decena de muertos. A partir de entonces, múltiples ofensivas contra embarcaciones se han ejecutado en el área, prácticamente todas dejando víctimas mortales.

The Washington Post informó esta semana, citando a fuentes, que el secretario de Guerra, Pete Hegseth, dio una orden verbal de "matarlos a todos" en ese primer ataque.

Durante minutos, los comandantes observaron cómo ardía la embarcación en una transmisión en vivo de un dron. Al disiparse el humo, recibieron una descarga: dos supervivientes se aferraban a los restos humeantes. El comandante de Operaciones Especiales que supervisó la ofensiva ordenó un segundo ataque para cumplir con las instrucciones de Hegseth, apuntaron los interlocutores, añadiendo que los dos hombres volaron en pedazos en el agua.


Claves de la agresión de EE.UU. Despliegue militar: desde agosto pasado, EE.UU. mantiene desplegada una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, justificándola como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció posteriormente la operación 'Lanza del Sur', con el propósito oficial de "eliminar a los narcoterroristas" del hemisferio occidental y "proteger" a EE.UU. "de las drogas que están matando" a sus ciudadanos.

Operativos letales: como parte de estas operaciones se han realizado bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes, con un saldo de más de 70 personas muertas y sin evidencia de que realmente traficaran con estupefacientes.

Acusaciones y recompensa: Washington ha acusado sin pruebas a Maduro de liderar un cártel de narcotráfico y ha duplicado la recompensa por su captura.

Postura venezolana: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un "cambio de régimen" para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela.

Falta de sustento: organismos como la ONU y la propia DEA señalan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia EE.UU., ya que más de 80 % de las drogas que circulan en la región, lo hacen a través de la ruta del Pacífico.

Condena internacional: Rusia, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como "ejecuciones sumarias" que violan el derecho internacional.


¿Lucha antidroga? Trump defiende a un presidente narco en plena agresión a Venezuela en su 'operación antinarcóticos'

El mandatario tachó de "un montaje de Biden" las acusaciones contra el exmandatario hondureño, Juan Orlando Hernández, quien fue condenado a más de 45 años de prisión en EE.UU.
El expresidente de Honduras, Juan Orlando HernándezAlan Diaz / AP

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó su decisión de indultar al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, calificando su detención como "un montaje de Biden".

"Me lo pidieron desde Honduras, mucha gente de Honduras, dijeron que era un montaje de Biden", declaró a los periodistas este domingo, justificando su decisión de indultar al antiguo mandatario centroamericano, que cumple una condena de 45 años en una prisión estadounidense.


El año pasado, Hernández fue condenado en los tribunales estadounidenses por aceptar millones de dólares en sobornos para proteger envíos de cocaína con destino a Estados Unidos, pertenecientes a traficantes a los que en su día se había comprometido a combatir públicamente.

"Era el presidente del país y básicamente dijeron que era un narcotraficante porque era el presidente del país y dijeron que era un montaje de la administración Biden, y yo examiné los hechos y estuve de acuerdo con ellos", añadió.

Los periodistas pidieron a Trump que demostrara sus afirmaciones, a lo que el mandatario respondió: "Quiero decir, podrían decir que se toma cualquier país que se quiera. Si alguien vende drogas en ese país, eso no significa que se arreste al presidente y se le encarcele de por vida".
¿Doble rasero?

Las declaraciones del presidente estadounidense se producen en un contexto de agresión injustificada de su país en el Caribe y el asesinato de 83 personas a bordo de lo que Washington denomina "narcolanchas".

Además, Estados Unidos ha acusado sin pruebas al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de liderar un cártel del narcotráfico y ha duplicado la recompensa por su captura.


Maduro denuncia que el objetivo real de Washington es un "cambio de régimen" para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela. El mandatario declara que su país es víctima de "una guerra multiforme" orquestada desde EE.UU.

El 24 de noviembre, el Departamento de Estado reconoció al llamado 'Cártel de los Soles', que Washington vincula con Maduro, como organización terrorista. Esta catalogación fue rechazada por Caracas, que la tachó de "ridícula patraña", al tiempo que reiteró la inexistencia de esa organización y advirtió que se trata de "una infame y vil mentira para justificar una intervención ilegítima e ilegal contra Venezuela, bajo el clásico formato estadounidense de cambio de régimen".


A nivel internacional, organizaciones como la ONU y la DEA señalan que Venezuela no es una ruta principal para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos, ya que más del 80 % de los estupefacientes llegan por la ruta del Pacífico.

Rusia, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como "ejecuciones sumarias" que violan el derecho internacional.

Por su parte, Venezuela calificó los asesinatos de ciudadanos en el Caribe como "ejecuciones" y anunció la creación de una comisión especial para investigar estos hechos.



Trump afirma que habló por teléfono con Maduro en medio de las agresiones de EE.UU.

Anteriormente, el líder estadounidense había expresado su disposición para conversar con su homólogo venezolano.
El presidente de Estados Unidos, Donald TrumpAlex Brandon / AP

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que mantuvo una conversación telefónica con su homólogo venezolano, Nicolás Maduro, en medio de la creciente agresión estadounidense en el Caribe.

Al ser preguntado por una periodista a bordo del Air Force One sobre la llamada, el inquilino de la Casa Blanca respondió este domingo: "No quiero comentar al respecto. La respuesta es sí".

Asimismo, Trump indicó que no diría que la conversación "salió bien ni mal". "Fue una llamada telefónica. Sí", concluyó.

Los medios estadounidenses reportaron el viernes, citando a fuentes, que los mandatarios hablaron la semana pasada. Al referirse a los motivos del diálogo esta semana, a pesar de que Washington considere —sin presentar pruebas— a Maduro como el líder de una organización criminal, Trump aseguró que trataba de "salvar vidas". "Si podemos salvar vidas, si podemos hacer las cosas por las buenas, está bien. Y si tenemos que hacerlo por las malas, también está bien", indicó.

"Se hablará cara a cara, sin ningún problema"


Por su lado, Maduro se mostró abierto a sostener una conversación franca con Trump, pero descartó ceder ante las pretensiones de EE.UU. que atenten contra la soberanía, la autodeterminación y la independencia de su país.

"El que quiera dialogar, encontrará siempre en nosotros gente de palabra, gente decente y gente con experiencia para dirigir a Venezuela […]. Así que, en EE.UU., el que quiera hablar con Venezuela, se hablará 'face to face', cara a cara, sin ningún problema. Lo que no se puede permitir es que se bombardee y se masacre a un pueblo", manifestó semanas atrás en su programa Con Maduro+.

Amenazas de Trump

La llamada tuvo lugar en medio de las crecientes amenazas por parte del presidente estadounidense. Trump publicó el sábado en redes sociales una advertencia a "todas las aerolíneas, pilotos, narcotraficantes y traficantes de personas", para que "consideren que el espacio aéreo sobre y alrededor de Venezuela está cerrado en su totalidad".

Días antes, el mandatario estadounidense aseveró que "pronto" extenderá a tierra firme las supuestas operaciones antinarcóticos que lleva a cabo su país, que tienen como blanco preferente a Venezuela.


Por su parte, desde Caracas han exigido respeto irrestricto al espacio aéreo de su país tras las declaraciones de Trump. "Venezuela exige respeto irrestricto a su espacio aéreo, protegido bajo las normas de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y reafirmado en el Convenio de Chicago de 1944, cuyo Artículo 1 reconoce de manera categórica que 'cada Estado tiene soberanía exclusiva y absoluta sobre la zona aérea que abarca su territorio'", reza el comunicado, publicado por el ministro de Exteriores, Yván Gil Pinto.

Asimismo, el Gobierno venezolano subrayó que Caracas "no aceptará órdenes, amenazas ni injerencias provenientes de ningún poder extranjero". "Ninguna autoridad ajena a la institucionalidad venezolana tiene facultad para interferir, bloquear o condicionar el uso del espacio aéreo nacional", enfatizaron.

Claves de la agresión de EE.UU. 

Despliegue militar: desde agosto pasado, EE.UU. mantiene desplegada una fuerza militar significativa frente a las costas de Venezuela, justificándola como parte de la lucha antidrogas. Washington anunció posteriormente la operación Lanza del Sur, con el propósito oficial de "eliminar a los narcoterroristas" del hemisferio occidental y "proteger" a EE.UU. "de las drogas que están matando" a sus ciudadanos.

Operativos letales: como parte de estas operaciones se han realizado bombardeos contra presuntas embarcaciones de narcotraficantes, con un saldo de más de 70 personas muertas y sin evidencia de que realmente traficaran con estupefacientes.

Acusaciones y recompensa: Washington ha acusado sin pruebas a Maduro de liderar un cártel de narcotráfico y ha duplicado la recompensa por su captura.

Postura venezolana: Maduro denuncia que el objetivo real de EE.UU. es un "cambio de régimen" para apoderarse de las inmensas riquezas petroleras y gasísticas de Venezuela.

Falta de sustento: organismos como la ONU y la propia Administración de Control de Drogas de EE.UU. (DEA) señalan que Venezuela no es una ruta principal para el narcotráfico hacia EE.UU., ya que más de 80 % de las drogas que circulan en la región, lo hacen a través de la ruta del Pacífico.

Condena internacional: Rusia, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos y los Gobiernos de Colombia, México y Brasil han condenado las acciones estadounidenses. Expertos califican los ataques a embarcaciones como "ejecuciones sumarias" que violan el derecho internacional.


"Ucrania tiene serios problemas": Trump sobre el megaescándalo de corrupción

"Tienen un problema de corrupción, lo cual no ayuda", indicó.
El líder del régimen de Kiev, Vladímir ZelenskiYorgos Karahalis / AP


Donald Trump opina que existen graves problemas en Ucrania en el contexto del escándalo de corrupción.

"Ucrania tiene algunos problemas serios", declaró el presidente a un periodista a bordo del Air Force One este domingo.


"Tienen un problema de corrupción, lo cual no ayuda", añadió, expresando su esperanza de que "hay muchas posibilidades de que podamos llegar a un acuerdo".

Anteriormente, en el contexto del escándalo de corrupción, fue destituido una figura clave del régimen de Kiev, Andréi Yermak, considerado la 'mano derecha' de Vladímir Zelenski.

En este contexto, en las negociaciones con Estados Unidos para discutir los detalles del plan de paz, fue sustituido este domingo por Rustem Umérov, secretario del Consejo de Seguridad y Defensa Nacional de Ucrania.


Para saber más sobre el megaescándalo de corrupción que atrapa a Zelenski, lea nuestro artículo

Más información, en breve.

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viernes, 28 de noviembre de 2025

Rahmanullah Lakanwal: el atacante que regresó desde las sombras que EEUU ayudó a construir


Rahmanullah Lakanwal, exaliado de EE.UU., ataca cerca de la Casa Blanca, revelando el ciclo de violencia creado por las intervenciones estadounidenses en el mundo.

Por Alberto García Watson

Hay casos que exponen las vergüenzas de una superpotencia con la brutalidad de un latigazo. El de Rahmanullah Lakanwal, el afgano que abrió fuego contra dos miembros de la Guardia Nacional a metros de la Casa Blanca es uno de ellos. No es solo un atacante. No es solo un “sospechoso”.

Es un producto directo del aparato de seguridad estadounidense. Y ese hecho desnuda una responsabilidad que Washington intenta esconder a toda costa.

Porque aquí no hablamos de un radical aislado, ni de un infiltrado de último minuto. Hablamos de un hombre que trabajó con la CIA, que colaboró con programas de inteligencia de Estados Unidos, y que fue admitido en el país precisamente por esa colaboración. Fue considerado “aliado”, “activo útil”, “socio en el terreno”. El mismo tipo de figura que el Gobierno estadounidense lleva décadas reclutando como piezas desechables en sus guerras a medias.

Y ahora ese mismo hombre ha regresado a la capital del imperio a recordarle a quienes lo formaron que los fantasmas de la intervención no desaparecen: regresan armados.

La hipocresía oficial: fabricar combatientes y luego hacerse el sorprendido

Si algo deja claro el caso Lakanwal es la enésima demostración del cinismo estructural de Washington.
Primero recluta, entrena, arma, financia y utiliza a fuerzas locales en escenarios de guerra, Afganistán, Irak, Siria, da igual el mapa.
Luego, cuando esas mismas personas actúan fuera del guion que EE.UU. diseñó para ellas, fingen indignación, como si no supieran de dónde salió esa violencia.

Es el mismo patrón que durante décadas ha perseguido al Gobierno estadounidense como una sombra que no se quiere nombrar.

Pero esta vez la sombra tiene nombre, apellido, rostro, antecedentes documentados… y dos cuerpos uniformados heridos a dos pasos de la Casa Blanca.

El caso Lakanwal revienta la narrativa de “defensores del orden”

Lakanwal no es solo un agresor:
es la prueba viviente de un sistema que crea, utiliza y abandona operadores locales sin prever jamás las consecuencias.

Este no es un accidente imprevisto.
No es un “fallo aislado”.
Es el resultado lógico de una política exterior que lleva décadas sembrando inestabilidad y creyendo que jamás le tocará cosecharla.

Resulta grotesco ver a portavoces gubernamentales hablar del hecho como si la radicalización de un excolaborador de su propia inteligencia fuese “inexplicable”. Lo inexplicable es que la nación que más ha impulsado guerras encubiertas, operaciones clandestinas y manipulación de milicias aliadas siga creyendo que puede librarse de sus consecuencias con simples comunicados.

Del Frankenstein afgano al espejo que estalla en Washington

Los paralelos históricos son tan evidentes que escuecen.
Los muyahidines financiados por EE.UU. en los 80.
El auge de Al Qaeda en un ecosistema que Washington ayudó a fortalecer.
El ascenso de grupos que luego serían etiquetados como “enemigos eternos”, pese a haber sido parte de alianzas tácticas previas.

Hoy, Rahmanullah Lakanwal es la versión actualizada de ese mismo fenómeno.
Un hombre que creció operativamente bajo la sombra de la inteligencia norteamericana y que ahora dispara sobre la misma fuerza militar del país que lo privilegió.

Un monstruo que no se creó deliberadamente…
pero sí se alimentó, se protegió, se integró y finalmente se importó.

El golpe final: la realidad que Estados Unidos nunca quiere mirar

Tarde o temprano, toda potencia que juega a manipular guerras ajenas descubre que la violencia no reconoce fronteras, ni lealtades impuestas, ni contratos temporales.
Estados Unidos pretendió moldear a estos hombres como herramientas, no como seres humanos complejos, con historias, traumas, y consecuencias imprevisibles.

Ahora, cuando uno de ellos devuelve el golpe, los responsables corren a esconder el rastro.

Pero la verdad queda en el aire:

Rahmanullah Lakanwal no llegó a Washington para atacar a Estados Unidos.
Llegó para recordarle lo que Estados Unidos ayudó a crear.

Y mientras esa lección siga siendo ignorada, habrá más nombres, más sombras, más explosiones de pasado que regresan para hacer añicos el presente.


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