domingo, 24 de septiembre de 2023

¿Por qué la promesa de Zelenski de continuar la contraofensiva hasta el invierno es una ilusión?


Kiev va a continuar su "contraofensiva" en otoño y durante el invierno, según el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Pero ¿el país dispone de recursos suficientes para ello?

El presidente de Ucrania ha argumentado que se cometió un error al hacer una pausa el año pasado y en declaraciones a la prensa estadounidense, tras un día de reuniones en el Capitolio y la Casa Blanca, Zelenski prometió seguir luchando durante el otoño y el invierno de este año.

También prometió tomar Artiómovsk (también conocida como Bajmut) y un par de "ciudades más". Afirmó que la ayuda estadounidense debería seguir fluyendo a Ucrania, a pesar de los crecientes llamamientos en el Congreso de Estados Unidos para reducir o detener por completo la ayuda financiera.

¿Tiene Ucrania armas para mantener la contraofensiva?
Según Aleksey Borzenko, periodista militar y redactor jefe adjunto del periódico Rusia Literaria, no está claro de dónde sacaría más tropas y municiones para los prolongados combates.

"¿Quién atacará? En los últimos dos o tres meses, el Ejército ruso ha aplastado a un gran número de efectivos [ucranianos], vehículos blindados y obuses. Entonces, ¿quién atacará? Esta pregunta es muy importante. ¿A quién enviarán a la línea del frente? En realidad, pueden reunir un nuevo ejército en primavera, entrenarlo en los campos de entrenamiento, enseñarle a disparar, enseñarle a utilizar equipos", dijo Borzenko a Sputnik.

Según el experto, es poco probable que vengan con algún tipo de estrategia ofensiva sofisticada. Ya han utilizado tácticas tanto occidentales como soviéticas antiguas para atacar las posiciones de Rusia; intentaron atravesar las defensas rusas en grandes grupos y en pequeños. Sin embargo, se empantanaron, sufrieron grandes pérdidas y finalmente no lograron atravesar las defensas rusas de múltiples capas, señaló Borzenko.



Del mismo modo, es poco probable que utilicen tanques pesados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) durante el otoño y el invierno, ya que estos vehículos blindados pesados no están hechos para condiciones climáticas extremas, continuó el experto, quien sugirió que el Ejército ucraniano utilizará lo que le queda de su arsenal de T-72 de la era soviética.

"¿Qué otra arma podrían utilizar? Están esperando a la aviación, pero el F-16 no cambiará mucho las cosas", afirmó. "[Las fuerzas rusas] los cazarán y los derribarán. Pero también necesitan F-16 no para organizar combates aéreos en la línea de contacto con los cazas [rusos], sino para lanzar misiles tácticos. Son los últimos misiles que han recibido en pocos meses, y están esperando el ATACMS".

Aun así, Zelenski especificó durante sus recientes entrevistas con medios estadounidenses que esos misiles de largo alcance se utilizarían para "atacar objetivos más profundos" en territorio ruso. Esto encaja en la táctica de Kiev de lanzar ataques contra zonas civiles, centrales nucleares e instalaciones de infraestructura en Rusia. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con el equilibrio de poder en el campo de batalla.

En lo que respecta al campo de batalla, los ucranianos no disponen de munición suficiente, según el analista. Esperan recibir más proyectiles de 155 mm de la OTAN, pero les llevará tiempo. Sus reservas de munición de 152 mm también se han agotado, señaló.

"¿Cuántos proyectiles de 152 mm les quedan? Los reciben de los países del antiguo Pacto de Varsovia. Siguen siendo viejos arsenales de la década de 1980", dijo Borzenko.


¿Cómo podría desarrollarse la contraofensiva?
"Desafía la lógica y el sentido común seguir lanzando este tipo de operaciones bajo ese tipo de condiciones meteorológicas", dijo a Sputnik Michael Maloof, ex analista principal de política de seguridad del Pentágono. "También le limitará [a Zelenski] lo que tenga disponible y en qué estado estén".

A principios de este mes, el general Mark Milley, expresidente del Estado Mayor Conjunto, declaró a la prensa occidental que unas condiciones más frías dificultarían mucho las maniobras de Ucrania. "Probablemente queden entre 30 y 45 días de tiempo de combate", dijo Milley el 10 de septiembre. Los observadores occidentales advierten de que, a finales de noviembre, las fuertes lluvias transformarán el campo de batalla en "barro intransitable", lo que complicará sustancialmente los esfuerzos de Ucrania.


En declaraciones a la prensa estadounidense, Oleksandr Tarnavskyi, comandante del Grupo de Fuerzas Operativas y Estratégicas Tavriya de Kiev, intentó dejar claro que el próximo invierno no ralentizará la contraofensiva ucraniana, sino que sólo dejará al descubierto las terribles condiciones a las que se enfrentan las tropas de Kiev. Dijo que el tiempo puede ser un serio obstáculo durante un avance, pero "teniendo en cuenta cómo avanzamos, la mayoría de las veces sin vehículos, no creo que [el tiempo] influya mucho en la contraofensiva".

Tarnavskyi confirmó de facto lo que el Presidente ruso Vladimir Putin dijo en una rueda de prensa en julio: Putin explicó que las Fuerzas Armadas ucranianas "llevan gente a la línea del frente en vehículos blindados, los echan, y este equipo desaparece inmediatamente... exponiendo a la gente a los ataques de nuestra artillería". El Ejército ucraniano ha perdido más de 71.000 soldados en sólo tres meses de contraofensiva.

"Es una batalla completamente cuesta arriba", dijo Maloof. "No veo ninguna parte buena para Zelenski en su ecuación. Lo que vaya a recibir será muy limitado e incluso puede que se recorte. Y en términos de las cantidades que se proporcionarían, y luego el otro factor, por no hablar de lo que se necesitaría para superar algunas defensas rusas muy fuertes que se ha permitido construir con el tiempo. Así que es una tarea ardua".

El antiguo analista del Pentágono no espera que el régimen de Kiev avance sobre el terreno, y mucho menos que vuelva a tomar Artiómovsk.


Aumenta el cansancio de Occidente por Ucrania
Mientras tanto, los occidentales se han cansado del prolongado conflicto, según Maloof.

"Los europeos y, de hecho, la gente en Estados Unidos están empezando a estar muy, muy cansados de esto", dijo el ex analista del Pentágono. "En primer lugar, no saben qué sentido tenía que los ucranianos se resistieran a todos los esfuerzos de negociación y bombardearan desde 2014 la parte oriental, de habla predominantemente rusa".

Además, varios observadores militares estadounidenses e incluso el candidato presidencial demócrata Robert Kennedy Jr. han cuestionado por qué Washington y la OTAN hicieron descarrilar las conversaciones de paz ruso-ucranianas en marzo de 2022 en Estambul. El quid de la cuestión es que el acuerdo de paz preliminar firmado en Estambul podría haber detenido las hostilidades en el mismo inicio de la operación militar especial de Rusia.

"Están surgiendo otras cuestiones", continuó Maloof. "Sé que internamente en Estados Unidos la gente está cada vez más centrada en la situación interna, la política interna, el impacto interno de la inflación. Tenemos huelgas por todas partes. Tenemos ciudades ardiendo como en Hawai. Y por eso estamos enviando dinero, miles de millones, decenas de miles de millones de dólares en equipamiento y lo que sea a Ucrania para proteger sus fronteras. Pero no protegemos las nuestras. Esto desafía el sentido común y la lógica. Y creo que la gente, el pueblo estadounidense, desde luego desde el punto de vista de Estados Unidos, lo ve. Y estamos viendo más resistencia ahora al frente de la Cámara de Representantes a cualquier petición futura".


La prensa estadounidense reconoce que hay "grietas" en el apoyo a Ucrania "antaño sólido como una roca" en Estados Unidos y Europa. Los representantes republicanos se oponen a un nuevo y cuantioso paquete de 24.000 millones de dólares para Ucrania; Varsovia amenazó con dejar de suministrar armas a Kiev por la denuncia de Ucrania contra Polonia ante la Organización Mundial del Comercio (OMC); el candidato presidencial eslovaco Robert Fico prometió dejar de apoyar a Kiev si resultaba elegido.

Asimismo, Hungría, Polonia y Eslovaquia prohibieron los productos agrícolas procedentes de Ucrania y Budapest dejó claro que no apoyaría la integración de Ucrania en la Unión Europea.

La situación es cada vez más grave para Kiev y podría empeorar aún más si una nueva oleada de crisis energética asola Europa este invierno y si Estados Unidos cae finalmente en recesión.


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