Las divergencias entre Israel y USA sobre el programa nuclear iraní obstaculizan la resolución del problema por la vía diplomática. Mientras el país hebreo aboga por una injerencia militar, Washington no parece dispuesto a recurrir a las armas. En ese marco es que un famoso lobysta de Israel en USA habla de generar un ataque de bandera falsa para justificar un ataque a Irán.
El programa nuclear iraní, que está sobre la mesa en la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, genera nuevas divergencias entre Estados Unidas e Israel. Según muchos analistas políticos y militares, la determinación que muestra el país hebreo de cara a una eventual injerencia militar es, precisamente, lo que frena la resolución efectiva del problema.
La compleja situación en Oriente Medio, con Israel e Irán enzarzados en un fuego cruzado de amenazas, genera dudas en Washington y multiplica los interrogantes sobre una posible salida pacífica a la crisis. ¿Necesita Oriente Medio una nueva guerra? Parece que esta pregunta sigue siendo actual, al menos para Israel y Estados Unidos, que últimamente no logran consensuar su postura sobre el programa nuclear Iraní.
Otra pregunta que también está sobre la mesa de los políticos es si se debe establecer algún plazo para que Teherán cese el desarrollo de su plan atómico. ¿Cuáles serían las consecuencias de un ataque israelí?
Los dos países no pueden resolver sus divergencias sobre este asunto. Las declaraciones del gobierno hebreo se vuelven más agresivas.“El mundo le dice a Israel: esperen, hay tiempo. Y yo me pregunto: ¿esperar el qué, esperar hasta cuándo?”, declara Benjamín Netanyahu.
La postura de Washington es bien diferente, como recordó el presidente de USA, Barack Obama, ante la sesión de la Asamblea General de la ONU, celebrada estos días. “Déjenme ser claro, USA quiere resolver este asunto por la vía diplomática y cree que hay tiempo y espacio para arreglarlo”, dijo Obama.
Mientras Israel ‘blande las armas’, USA promete que no apoyará las acciones militares israelíes. “Cualquier presión que siento tiene que ver con lo que es favorable y apropiado para el pueblo norteamericano, y voy a bloquear cualquier rumor que se produzca al respecto”, explicó el mandatario estadounidense.
Al mismo tiempo, altos mandos del Pentágono son muy claros a este respecto: atacar Irán sería una mala idea. No en vano, el coronel Lawrence Wilkerson ha presentado un análisis especializado, en el que advierte de los efectos contraproducentes que conllevaría una acción militar contra la república islámica. “Creemos que un ataque estadounidense contra Irán incrementaría de manera significativa la motivación de Irán para fabricar una bomba. A este país le llevará un año o más crear un arma para uso militar desde el momento en que se tome la decisión de hacerlo. Al menos necesitará 2 años para crear una ojiva nuclear que, de manera fiable, pueda ser portada por un misil”, reza la resolución del estudio.
Wilkerson, veterano que sirvió 31 años en el Ejercito estadounidense, fue un crítico abierto de la guerra en Irak, y sigue denunciando la actual guerra en Afganistán y las violaciones a la Constitución de USA, tanto durante el gobierno de Bush como durante el de Obama. Las palñabras de Wilkerson se suman a diferentes declaraciones de mandos militares israelíes y ex jefes del Mossad que se oponen abiertamente a un ataque al país islámico.
Con las elecciones presidenciales a la vista, Washington considera este momento inapropiado para otra guerra en Oriente Medio. USA está entre la espada y la pared, presionado por Israel, lo que incrementa la tensión entre ambos aliados y disfumina la esperanza de arreglar el problema iraní por las vías diplomáticas.
Y la presión de Israel está llegando a límites insospechados. De hecho, ya los mismos lobystas de Israel en USA, se exceden en algunas de sus declaraciones.
Tal es el caso de Patrick Clawson, del influyente Washington Institute for Near East Studies, un think tank lobysta de corte neoconservador, quien sugirió abiertamente que un ataque de falsa bandera sería ideal para iniciar una ofensiva contra Irán.
El video con sus declaraciones estalla en la web y encendió la polémica, teniendo en cuenta que los activistas sobre la verdad del 11S cuestionan la versión oficial y señalan que por lo menos una facción del gobierno de USA (o su aliado, Israel) estuvo detrás del atentado.
Lo cierto es que Clawson no titubeó al mencionar otros casos en la historia de USA que sirvieron a sucesivos gobiernos para iniciar conflictos armados allí donde sus intereses encontraban trabas. Así, el lobysta menciona “banderas fasas” como el Maine (Cuba 1898) o el Lusitania (1915, Primera guerra mundial) para aludir a la necesidad de realizar un autoatentado y echarle la culpa a Irán.
Las palabras de Clawson ponen de manifiesto lasintenciones de un sector de poder que claramente está interesado en profundizar los conflictos en Medio Oriente sin importar el costo. Y eso, claramente, habla de intenciones conspirativas.
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