domingo, 19 de marzo de 2017

12 PAÍSES RECIBIERON SOBORNOS COMO PARTE DE LOS DESVÍOS DE LA CONSTRUCTORA Odebrecht efectúa donaciones ilegales para campañas hace 6 décadas

Pablo Giuliano. Corresponsal desde Sao Paulo, Brasil 

El empresario Marcelo Odebrecht (centro) cumple actualmente su condena a 19 años de prisión en la cárcel de la Policía Federal de Curitiba, Brasil. Foto: worpress
El patriarca del grupo empresarial, Emilio Alves Odebrecht, declaró ante el tribunal como testigo en la causa contra su hijo Marcelo, preso y condenado a 19 años de prisión por corrupción y lavado de activos. 
El escándalo del pago de campañas electorales en Brasil tiene por lo menos seis décadas de antigüedad, admitió el patriarca del grupo empresarial Odebrecht, Emilio Alves Odebrecht, que confesó las prácticas de la financiación de la política mediante donaciones ilegales. 
“Toda la vida existió el aporte a la caja dos, para las campañas políticas, desde mi época y la de mi padre; en mi época era más simple porque no era una empresa grande. 
En los últimos años la empresa se amplió para actuar en 20 países”, afirmó Emilio Odebrecht, padre del presidente de la constructora, Marcelo, este último preso y condenado a 19 años de cárcel por corrupción y lavado de activos. 
El patriarca de la empresa de ingeniería más grande de América Latina declaró como testigo de su hijo ante el juez Sergio Moro, en la causa por corrupción contra el exministro de Economía, Antonio Palocci, del Partido de los Trabajadores (PT), que está preso. 
La revelación de Emilio Odebrecht sobre la donación ilegal de dinero para los partidos políticos en campaña intenta aliviar la situación de Marcelo, quien asumió que montó dentro de la compañía un departamento destinado al pago de sobornos y de cajas negras para la financiación de partidos. 
En total, 12 países recibieron sobornos o donaciones de campañas como parte de los desvíos de Odebrecht a cambio de ventajas políticas. 
“Desde la época mía, la época de mi padre, siempre hubo esto de donación no contabilizada de campaña; claro que ahora no es tan simple como antes porque teníamos apenas la parte de ingeniería y petroquímica, y ahora la empresa actúa en más de 20 países”, dijo Emilio Odebrecht. 
Norberto Odebrecht, el abuelo de Marcelo y padre del testigo, fundó en 1944 la empresa. 
Emilio Odebrecht dejó en 2001 la presidencia de la empresa y pasó la posta a su hijo Marcelo, hoy el principal eje de la operación Lava Jato, en la que se investiga el desvío ilegal de fondos multimillonarios de la petrolera estatal Petrobras a través de varias empresas contratistas, con el objeto de financiar campañas electorales y beneficiar a políticos y ejecutivos. 
Antes de Odebrecht declaró por el caso de Palocci el exministro de Justicia y abogado de la expresidenta Dilma Rousseff, José Cardozo, quien diferenció los delitos de corrupción con la llamada ‘caja 2’ de la política. 
El gobierno del presidente Michel Temer espera que el fiscal general, Rodrigo Janot, eleve una lista de políticos que deben ser investigados a partir de la confesión de los 77 ejecutivos de la empresa Odebrecht que aceptaron delatar hechos de corrupción a cambio de que se les reduzcan las penas. Temer se encuentra mencionado por ejecutivos de Odebrecht por haber pedido ayuda financiera de $ 3 millones para donaciones electorales. 
El jefe de gabinete, Eliseu Padilha, nombrado como receptor de donaciones ilegales para el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), descartó su renuncia al cargo, luego de dos semanas de licencia por una operación en la próstata.
 La clase política está descolocada porque la corte suprema procesó la semana pasada al senador Valdir Raupp, del PMDB, a quien se le consideró que una donación legal para su campaña fue producto de un soborno. (I)
Los fantasmas de Temer en la residencia de Dilma Rousseff 
Al presidente de Brasil, Michel Temer, las noches no lo dejan tranquilo. Con menos del 8% de aceptación popular, acusado de golpista por sus opositores y con la sombra de las delaciones de los corruptores de Odebrecht en sus espaldas, el problema del presidente de Brasil ahora son los fantasmas.
 Jura, Temer, que nunca pudo dormir en el Palacio de la Alvorada, la residencia de los presidentes de Brasil diseñada por el mítico arquitecto comunista Óscar Niemeyer y que fue símbolo de la resistencia de Dilma Rousseff cuando su exvice la traicionó y la empujó hacia un juicio político de destitución. 
La esposa de Temer, Marcela, exestudiante de Derecho 43 años menor que el y madre del hijo de ambos, Michelzinho, no quería vivir en el Palacio de la Alvorada, que fue el búnker de Rousseff. Primero pidió la primera dama quitarle los colores rojos al edificio para no identificarlo con el del Partido de los Trabajadores y luego hizo colocar redes en los balcones para que Michelzinho, de 7 años, no se accidentara. En total se hicieron reformas por $ 7.000 a pedido de la primera dama, que finalmente desistió de ocupar el edificio modernista.
 “El Palacio de la Alvorada tiene muchos cuartos, ocho, todos muy grandes. Todo muy amplio, lindo. Pero sentí cosas extrañas allí. No podía dormir desde la primera noche. Apenas Michelzinho, que corría mucho por allí, gustaba del lugar. Llegamos a pensar si no habría un fantasma allí”, dijo Temer a la revista semanal Veja. 
Es por eso que Temer regresó a vivir luego de una semana con los fantasmas de Rousseff al Palacio de Jaburú, la residencia del vicepresidente. Precisamente en ese edificio, el Jaburú, nació el gobierno de Temer armando el juicio político de la antigua oposición con el PMDB que destituyó a Rousseff por delitos contra el presupuesto. 
Y también ese edificio está en el centro de las denuncias por corrupción de los delatores de Odebrecht. 
Es que un ejecutivo de Odebrecht delató a Temer y a su jefe de gabinete, Eliseu Padilha, de pedir dinero, unos $ 3 millones, para el PMDB en la elección de 2014. La trama continúa y debe ser motivo de investigación del fiscal general, Rodrigo Janot, quien en las próximas horas debe enviar a la corte suprema la lista de las personas que deben ser investigadas por haber recibido dinero a partir de los 77 delatores del grupo de construcción Odebrecht. 
Temer se encuentra en medio de un problema político pero también económico, ya que sus medidas de ajuste han profundizado el escenario de depresión, con el país cayendo en su economía en 2017 y 3,6%. El empresariado, que financió las campañas contra Rousseff en las calles, aún no ha dado señales de apoyo a Temer con inversiones. Le piden, sí, celeridad en reformar el sistema de pensiones y flexilibilzar las leyes laborales.
 Desde Ginebra, Suiza, la expresidenta Rousseff admitió que su máximo error fue haber promovido exenciones impositivas para evitar el quiebre de las empresas ante la crisis de 2008 en Estados Unidos. “Ellos no usaron ese dinero para reinvertir y sí lo tomaron como lucro”, acusó la exmandataria, quien alienta la candidatura de Luiz Inácio Lula da Silva para 2018. (I)

Eltelegrafo.com.ec

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