sábado, 10 de noviembre de 2018

Carrera hipersónica: Cómo EE.UU. ayudó involuntariamente a Rusia a crear superarmamento

Algunas decisiones unilaterales de Washington han sido decisivas en el progreso militar que Moscú ha conseguido en los últimos años.


A finales de septiembre, un informe de Inteligencia de EE.UU. aseguró que el sistema de antimisiles estadounidense no sería capaz a día de hoy de defender el país frente a la flota submarina rusa, equipada con ojivas nucleares hipersónicas, que se prevé esté lista para 2024. Washington expresó su preocupación y prometió que incorporará este tipo de armamento a su arsenal antes de lo que se esperaba. Sin embargo, y paradójicamente, es precisamente EE.UU. quien habría provocado el surgimiento de tales tecnologías en Rusia.
DARPA presenta el proyecto Glide Breaker, un sistema de defensa contra las armas hipersónicas
En 1972, la URSS y EE.UU. firmaron el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM, por sus siglas en inglés) con el objetivo de limitar el número de sistemas de misiles antibalísticos. Durante muchos años, esto proporcionó un equilibrio estratégico y un balance de fuerzas en el mundo. Sin embargo, Washington abandonó el acuerdo en 2002.
La carrera de armamentos entre Estados Unidos y Rusia comenzó "en el momento en que Washington se retiró del Tratado sobre Misiles Antibalísticos", aseguró el presidente ruso Vladímir Putin este año.
Durante la década de 2000, la OTAN continuó su avance al este hacia las fronteras de Rusia, y EE.UU. comenzó a construir sistemas de defensa en la República Checa y Polonia. Mientras tanto, en Moscú se presentaron informes sobre el desarrollo de armas láser e hipersónicas, pero los expertos los percibieron con escepticismo.
Punto de quiebre
En marzo pasado, en su mensaje anual ante ambas Cámaras de la Asamblea Federal (la Duma Estatal y el Consejo de la Federación), Putin presentó innovadores avances del Ejército de su país, entre ellos, misiles hipersónicos.
De acuerdo con el portal Life, las capacidades de este nuevo armamento sorprendieron no solo a Occidente, sino también a parte de la comunidad de expertos rusa. Fue inesperado ver tal poderío militar, principalmente en Rusia, que no podía permitirse gastar miles de millones de dólares como EE.UU., según el autor del artículo.
No obstante, todas las interpretaciones erróneas y las conjeturas alrededor del tema fueron desmentidas aproximadamente una semana después de la alocución del mandatario ruso, cuando el Ministerio de Defensa del país mostró una serie de imágenes de las exitosas pruebas del misil hipersónico aire-tierra del sistema aéreo Kinzhal ('daga', en español).
Estos misiles vuelan a una velocidad 10 veces superior a la del sonido y son capaces de maniobrar en todos los tramos de su trayectoria. Esto les permite superar todos los sistemas de defensa existentes, llevando cargas convencionales o nucleares a 2.000 kilómetros de distancia. La revista Military Watch señaló en junio pasado que el sistema Kinzhal puede ser un arma letal contra portaaviones e incluso "inhabilitar buques de guerra más grandes" a distancias "extremas".
Vladímir Putin asegura que parte del progreso logrado por la nación se consiguió en los últimos siete años gracias a un equipo bastante joven de expertos. Esto no solo garantizará la seguridad del país en las próximas décadas, sino que también ha generado nuevos empleos y ha abierto una nueva dirección para el progreso científico. Sin embargo, estos avances, en gran medida, no habrían sido posibles sin la presión involuntaria que provocó en Rusia la salida de EE.UU. del ABM, señala la publicación.


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