Karen Fabián
Corresponsal en México
El movimiento palestino Hamás goza de popularidad y legitimidad en la Franja de Gaza porque enarbola el clamor del pueblo palestino frente a la ocupación israelí, dijeron a Sputnik el periodista y activista por la paz Víctor de Currea-Lugo, y el internacionalista experto en seguridad, Jesús Gallegos Olvera.
El 14 de enero, el ahora exsecretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró que "hemos dejado claro durante mucho tiempo al Gobierno israelí que Hamás no puede ser derrotado solo con una campaña militar".
Seis días después, en cuanto entró en vigor el armisticio con Israel en el enclave palestino, decenas de combatientes de las Brigadas Qasam, el brazo armado de Hamás, aparecieron en público rodeados de multitudes que los aclamaban con júbilo.
"Las Brigadas Qasam son el orgullo de Gaza", le dijo a la prensa Ibrahim Jarjawi, un joven de Gaza que salió a celebrar la pausa de las hostilidades.
Añadió que el pueblo palestino se encontraba allí para "proteger a las Brigadas Qasam, al igual que nos protegen a nosotros y a nuestro honor". Un gesto que, para la mayoría de los expertos, confirmaría las palabras de Blinken.
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Hamas fighters parading in Gaza today.
A decir del periodista y exembajador de Colombia en Emiratos Árabes Unidos Víctor de Currea-Lugo, la popularidad de Hamás en Gaza demuestra que, en primer lugar, no está aislado de la sociedad.
"Queda claro que Hamás se erige como el ganador de la guerra, en la medida en que obliga a Israel a negociar y que, incluso al final de esa negociación, se da el lujo de salir en público a dar la cara como lo viene haciendo", observó de Currea en entrevista con Sputnik.
Sobre la legitimidad de los combatientes entre sus connacionales, el diplomático compartió que, al conversar con ciudadanos palestinos de diferentes sectores políticos, es común que se refieran al término muqawama que, en árabe, quiere decir "resistencia".
Sin embargo, muqawama no se reduce a la resistencia armada, explicó el diplomático, pues "los grupos de resistencia son organizaciones militares, pero también sociales, políticas y culturales".
En otras palabras, Currea sostuvo que el éxito de las confrontaciones militares no depende únicamente de variables militares, "sino que también depende de variables sociales y políticas".
Así, ponderó el diplomático, autor del documental Palestina, genocidio y resistencia, lo que se observa en el enclave palestino es el enfrentamiento de un proyecto político militar llamado Israel, "que está ocupando un territorio que no le pertenece", contra un proyecto político militar de resistencia que pelea para recuperar su territorio.
"Esa lucha no es solamente militar, también es social y existencial. Y el pueblo palestino tiene en alta estima a Hamás y a los otros grupos [que resisten frente a la ocupación israelí]. Por eso se vuelca en solidaridad con ellos", ahondó de Currea.
Con de Currea-Lugo coincide el internacionalista y experto en seguridad, Jesús Gallegos Olvera, egresado del Centro William J. Perry de la Universidad de la Defensa de Washington, D.C., para quien, "frente a la presencia no solamente de tropas de Israel, sino de otros países que han estado en la zona en el pasado", haciendo un uso desproporcional de la fuerza, la resistencia de Hamás obtiene una gran legitimidad, tanto a nivel local como internacional.
Para abundar en su afirmación, el analista recordó que, durante meses consecutivos, las tendencias en la red social TikTok han mostrado una inclinación hacia la causa palestina, al tiempo que el rechazo de buena parte de la comunidad internacional frente a las acciones de Tel Aviv se hizo visible en numerosas universidades estadounidenses, así como en Europa, Asia y América Latina.
"Nuevos escenarios de guerra"
Interrogado por las razones por las que Hamás no pudo ser eliminado por el Ejército del país hebreo —tal como prometió el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, cuando enumeró los objetivos de la guerra–, Gallegos Olvera detalló que, en primer lugar, los enfrentamientos no se llevaron a cabo en un terreno convencional. La Franja de Gaza fue el escenario de una guerra urbana, donde Hamás tenía una red de túneles subterráneos que le permitía realizar operaciones militares de manera no convencional.
"[Se trata de] nuevas guerras, nuevos escenarios de guerra que tienen que ver con las ciudades, tiene que ver con estos espacios urbanos en los que el desplazamiento, el control del área, no es sencillo", ponderó Gallegos Olvera.
"No son ejércitos regulares los que se están enfrentando [a los militares isralíes], sino fuerzas irregulares que tienen otro tipo de reglas y tácticas para llevar a cabo la defensa de sus instalaciones y el alcance de sus objetivos estratégicos. Así que fue una condición de resistencia que ha sido bastante exitosa, si pensamos que han logrado llegar a este punto en el que Israel ha decidido establecer el armisticio de manera bilateral", agregó.
¿Hamás continúa siendo una opción política?
Durante su conferencia en el Consejo Atlántico en Washington, Antony Blinken señaló también que, pese a las bajas causadas por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) a Hamás, la resistencia palestina "ha ganado tantos nuevos miembros como los ha perdido" desde el 7 de octubre de 2023.
Tel Aviv afirma que, tras más de 15 meses de bombardeos aéreos contra infraestructura civil en Gaza, sumado a las incursiones terrestres en distintas partes del enclave, ha asesinado a 17.000 combatientes de Hamás. Esto representa dos tercios de los cerca de 25.000 a 35.000 integrantes que tenía el movimiento palestino antes de los ataques del 7 de octubre de 2023.
Sin embargo, cifras recabadas por la ACLED, una ONG que enlista el número de víctimas de conflictos en todo el mundo, muestran que únicamente fueron asesinados 8.500 combatientes, o sea, la mitad de lo que clama el país hebreo.
En ese sentido, el exjefe de la diplomacia estadounidense sentenció que, "sin una alternativa clara, un plan postconflicto y un horizonte político creíble para los palestinos, Hamás (...) volverá a nacer".
Nacido en 1987 tras la primera Intifada, el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás, por su acrónimo en árabe) cobró fuerza tras el fracaso de los Acuerdos de Oslo. En el 2000, la segunda Intifada le dio más brío y, solo seis años después, ganó las elecciones en la Franja de Gaza, imponiéndose a una Autoridad Palestina profundamente desautorizada, según narra el historiador italiano Enzo Traverso en su libro Gaza ante la historia.
Así, en palabras de Víctor de Currea-Lugo, Hamás "encarna la lucha de la violencia popular contra el ocupante".
"Hamás está al frente de la gente, Hamás siente la actitud política de la gente contra la ocupación y lo asume a un costo muy elevado" y, precisamente "al apropiarse de las causas populares y de lo que la gente piensa y siente frente a la ocupación, es lo que garantiza su legitimidad (...) y hace que se mantenga, no solamente como organización, sino que tenga una altísima popularidad, a pesar de los grandes golpes que recibió durante esta fase", aseveró el diplomático.
En consecuencia, dijo de Currea, el Movimiento Islámico de Resistencia Islámica "es una expresión política de un sentimiento palestino, más que simplemente un grupo armado cualquiera".
"Hamás no es externo a los palestinos, es lo palestino. Si uno entiende eso puede entender por qué Hamás sobrevive", refirió.
"La esencia del sionismo"
Con el supuesto objetivo de eliminar a Hamás, entre el 7 de octubre y el 19 de enero de 2025, las Fuerzas de Defensa de Israel, ya sea mediante bombardeos, incursiones terrestres o tiroteos, asesinaron a más de 46.000 personas, la mayoría mujeres y niños. Sin embargo, se estima que más de 10.000 cuerpos permanecen bajo los escombros, de acuerdo con diferentes organizaciones internacionales.
Al respecto, de Currea-Lugo señaló que la decisión de Israel de asesinar a un alto número de palestinos es consustancial a su proyecto político: el sionismo, que se remonta a 1896 y que plantea la creación de un "Estado judío solo para judíos", lo que implica la "apropiación del territorio y la expulsión de los locales", por lo que "matar 40.000 o 100.000 [palestinos] es parte de la naturaleza misma de un Estado sionista, supremacista, excluyente como es Israel".
"No se trata solo de [el primer ministro Benjamín] Netanyahu, ni de este ni de otro gobierno, sino que la razón de ser, la esencia misma del sionismo, lleva necesariamente a ese tipo de acciones", finalizó.
El 7 de octubre de 2023, un ataque coordinado por Hamás contra más de 20 comunidades israelíes resultó en aproximadamente 1.200 fallecidos, alrededor de 5.500 heridos y la captura de 253 rehenes, de los que cerca de 100 fueron posteriormente liberados en intercambios de prisioneros.
En represalia, Israel inició devastadores bombardeos contra la Franja de Gaza.
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