lunes, 15 de abril de 2013

Por qué China Continuará Protegiendo a Corea del Norte

Yusuf Fernandez
El 3 de abril, responsables chinos hicieron un llamamiento en favor de la calma en Corea, mientras Washington anunció que desplegaría misiles y más tropas en Asia Oriental, la isla de Guam, Australia y la costa oeste del territorio estadounidense en medio de una crisis motivada por el programa nuclear de Corea del Norte.
Poco antes, el viceministro chino de Exteriores, Zhang Yesui, expresó la “seria preocupación” por la crisis coreana en dos sendos encuentros con los embajadores estadounidense y surcoreano. Él también apeló a ambas partes a ejercitar una contención y evitar provocaciones que pudieran generar un conflicto no deseado.
Por su parte, EEUU ha estado desplegando bombarderos nucleares, barcos de guerra y otros sistemas militares en la región. El Pentágono ha enviado dos cazas F-22 Stealth a la base surcoreana de Osan y un bombardero “invisible” B-2 en una misión de entrenamiento sobre Corea del Sur. También ha situado a dos destructores portadores de misiles guiados en aguas cercanas a la Península de Corea.
Según USA Today, los pilotos de los bombarderos estadounidenses B-1 situados en la Base Aérea de Dyess, en Texas, han cambiado su programa de entrenamiento para poner el énfasis en los vuelos hacia el Extremo Oriente en lugar de hacia Oriente Medio y Afganistán.
El secretario de Defensa de EEUU, Chuck Hagel, anunció que el número de misiles interceptores en Alaska y California se incrementará hasta los 44, 14 más que el número actual. Aunque él afirmó que esta acción era una respuesta a “las provocaciones irresponsables y temerarias” de Pyongyang, el plan para incrementar estos sistemas ha estado bajo consideración durante meses.
Al mismo tiempo, Washington ha incrementado sus amenazas contra Pyongyang. El secretario de Estado, John Kerry, dijo que EEUU “no aceptará a Corea del Norte como un estado nuclear”. El secretario del Tesoro, Jacob Lew, que visitó recientemente Pekín, pidió a los líderes chinos que utilicen su influencia económica y política sobre Pyongyang para convencer al gobierno norcoreano para que renuncie a su programa nuclear y el de misiles. Dado que Pyongyang no tiene intención de destruir su pequeño arsenal nuclear, las declaraciones de estos altos responsables estadounidenses sonaron, sin duda, amenazadoras.
EEUU está vendiendo también sistemas militares a Japón y Corea del Sur, dos de los principales rivales de China en la región, que tienen actualmente gobiernos derechistas y nacionalistas encabezados por el primer ministro japonés, Shinzo Abe, y la presidenta surcoreana, Pak Geun-hye, respectivamente. El Departamento de Defensa de EEUU aprobó el pasado 3 de abril la venta de 60 cazas -F-15 o F-35- a Corea del Sur.
Washington quiere utilizar la crisis de Corea para mostrar a Japón y Corea del Sur que ellos pueden confiar en el paraguas nuclear estadounidense. En Seúl y Tokio, algunos medios y círculos políticos han estado pidiendo a sus gobiernos que desarrollen armas nucleares. EEUU rechaza esta idea alegando que esto conduciría a una mayor proliferación de este tipo de armamento. Sin embargo, la razón real de esta oposición es que Washington quiere perpetuar la dependencia militar de estos países con respecto a EEUU.
Una estrategia contra China
Sin embargo, Washington no está sólo desplegando a estas fuerzas como resultado de las tensiones en la Península de Corea, sino como parte de su estrategia para mantener su predominio en el Extremo Oriente. China se está convirtiendo en el país más importante del mundo y está desbaratando, junto con Rusia, los planes globales norteamericanos para lograr una hegemonía global. También detenta una masiva deuda estadounidense y está bloqueando las acciones de EEUU que buscan justificar guerras contra Siria e Irán. Asimismo, ha sido uno de los fundadores de la Organización de Cooperación de Shanghai y del grupo BRICS, que desafían la hegemonía estadounidense y occidental y promueven un mundo multipolar.
Washington ha estado reforzando sus vínculos militares y sus alianzas en toda la región para contener y rodear a China. En este sentido, el objetivo de los despliegues estadounidenses no es sólo Corea del Norte, sino principalmente China. De hecho, USA Today ya mencionó el cambio de orientación en los programas de entrenamiento en la Base de Dyess, para enfocarlos hacia la región de Asia-Pacífico, en un artículo publicado en agosto de 2012. El artículo añadía que la nueva estrategia, que fue anunciada en enero de 2012 por el presidente Obama, busca “contener el creciente poder de China”.
Además, durante un reciente encuentro de Obama con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, en Washington, el presidente estadounidense anunció el envío de más barcos de guerra al área del Estrecho de Malaca, una vía de agua que conecta los Océanos Índico y Pacífico y tiene una importancia fundamental para las importaciones energéticas y el comercio de China.
El belicista senador John McCain de Arizona también ha utilizado la crisis de Corea para atacar a China. “El comportamiento chino ha sido muy decepcionante, ya sea en el tema de la ciberseguridad, en el de la confrontación en el Mar del Sur de China o en lo que respecta a contener a Corea del Norte,” señaló.
Por su parte, James Hardy, editor de la publicación Jane´s Defense Weekly, también cree que Washington “está utilizando la existencia de esta crisis como excusa para incrementar sus defensas antimisiles en Asia”. Él señaló que esta acción estaba vinculada a los planes de Washington para lograr una hegemonía en la región de Asia y el Pacífico.
Los líderes chinos han visto el reciente despliegue de los sistemas de defensa antimisiles estadounidenses como una amenaza para su país. Ellos han criticado abiertamente a EEUU por anunciar el notable incremento en sus interceptores antimisiles con base en Alaska. El portavoz del Ministro de Exteriores chino, Hong Lei, advirtió que “el reforzamiento de los sistemas antimisiles intensificará el antagonismo”.
Tanto China como Rusia se oponen al despliegue estadounidense en Asia y Europa, que no está dirigido en primer lugar contra Irán y Corea del Norte, como Washington afirma, sino a socavar la capacidad nuclear china y rusa. La capacidad para destruir misiles permitiría a EEUU lanzar un “primer ataque nuclear” contra China o Rusia, mientras evita un ataque de represalia contra su territorio. Como respuesta, Moscú y Pekín han comenzado ya a desarrollar sus propias capacidades militares, incluyendo la fabricación de nuevos misiles nucleares de última generación que son capaces de superar cualquier sistema de defensa antimisiles.
No habrá cambios con respecto a Corea del Norte
Aunque ha habido algunas afirmaciones en los medios occidentales de que China estaría considerando si mantener o no su apoyo a Corea del Norte, la verdad es que esta última continúa siendo un aliado fundamental de China. La mayoría de los chinos creen que los vínculos con Corea del Norte, a pesar de todas las dificultades y desacuerdos, continúan siendo útiles para su país. El liderazgo chino es probablemente consciente de que a Washington le gustaría ver un enfrentamiento entre los dos aliados tradicionales con el fin de hacer avanzar su propia estrategia.
Según la publicación china Global Times, la importancia económica de los vínculos entre China y Corea del Norte ha crecido en los últimos años. En términos de la actividad económica total de China éstos son todavía pequeños, pero han ganado en importancia.
Por otro lado, “las consideraciones estratégicas que han mantenido a China implicada en la Península de Corea durante cientos de años no han desaparecido de repente,” señaló Global Times. En este sentido, Corea del Norte es el único aliado de China en el Extremo Oriente y un estado colchón frente a potencias hostiles como EEUU, Japón o Corea del Sur. Cabe señalar que el Ejército chino intervino en la Guerra de Corea en 1950 para impedir la ocupación de Corea del Norte por fuerzas estadounidenses y surcoreanas. De este modo, impidió la creación de un estado pro-norteamericano en la frontera de China y una futura invasión de la propia China.
A diferencia de los países occidentales, China no ha culpado sólo a Corea del Norte por la actual crisis, sino que ha criticado también la posición de dureza y las políticas de confrontación de EEUU, Japón y Corea del Sur hacia Corea del Norte. Los medios de comunicación chinos han rechazado la idea de que Corea del Norte deba eliminar sus armas nucleares, tal y como EEUU demanda. En realidad, con ejemplos tales como Libia (denuclearizada completamente siguiendo las demandas de EEUU, pero sometida a un cambio de régimen promovido por EEUU de todas formas), el Norte no va a abandonar su programa porque es su mejor garantía de supervivencia.
Además, Corea del Norte ha sufrido ya una amarga experiencia en lo que respecta a sus negociaciones con EEUU. Durante la década de 1990 y de 2000, Pyongyang buscó normalizar sus relaciones con Washington a cambio de poner fin a su programa nuclear. En 2007, clausuró el reactor de Yongbyon, el único en el país que produce plutonio, como resultado del acuerdo de desarme nuclear con EEUU. Sin embargo, poco después el acuerdo colapsó y Corea del Norte acaba de anunciar que el reactor será reabierto y utilizado para producir más armas nucleares de ahora en adelante.
De este modo, China comprende que no puede abandonar a Corea del Norte desde una perspectiva estratégica, especialmente en un momento en el que se ha convertido en el objetivo de una política de contención y estrangulamiento por parte de EEUU y sus aliados. Pekín no puede ir más allá de plantear una “crítica suave” hacia las acciones norcoreanas. Ambos países tienen un objetivo común: oponerse a las alianzas patrocinadas por EEUU y a los despliegues estadounidenses en la región, que no están dirigidos sólo contra Corea del Norte sino también contra China. De este modo, la política china de apoyo a Corea del Norte continuará.

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