miércoles, 30 de septiembre de 2020

Serguei Lavrov: con Rusia no se habla ‎en el lenguaje de ultimátums

por Sergéi Lavrov

Serguei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa, concedió une ‎entrevista exclusiva a periodistas de la agencia de noticias Sputnik, con quienes ‎abordó temas fundamentales de la actualidad internacional –la elección presidencial ‎estadounidense, las relaciones entre Estados Unidos y la Federación Rusa, la oposición ‎entre Washington y los países deseosos de preservar el Acuerdo 5+1 firmado con Irán, ‎el “caso Navalni”, las negociaciones tendientes a resolver la situación en Siria y las ‎posibilidades de solución del conflicto libio, entre otros. ‎



Texto íntegro de la entrevista exclusiva del ministro de Exteriores de Rusia, Serguei ‎Lavrov, a periodistas de la agencia de noticias Sputnik

‎Sputnik: En el estudio del centro de prensa de la agencia internacional Rossiya Segodnya hoy están ‎mis colegas, la editora jefe de Sputnik Francia, Xenia Yemeliánova, la redactora de Sputnik ‎Árabe, Kristina Malik, y yo, Denís Bolotski, represento a Sputnik International. Tenemos en ‎línea al ministro de Exteriores de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov. Buenos días, señor ‎Lavrov.‎

Serguei Lavrov: Buenos días. Gracias por invitarme.‎

‎‎Sputnik: Me gustaría comenzar nuestra conversación con el tema de las relaciones entre ‎Estados Unidos y Rusia. Una pregunta sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos ‎que se celebrarán en menos de dos meses. La élite norteamericana, independientemente de ‎su afiliación partidaria, a menudo habla del papel excepcional de su país como el líder global ‎absoluto. ‎

‎¿Qué tan fuerte es la influencia de esa agenda interna sobre la política exterior de ‎Estados Unidos en las relaciones con sus aliados y sus socios e incluso en las relaciones con ‎Rusia? ¿Cómo, desde su punto de vista, este excepcionalismo norteamericano influye sobre los ‎procesos internacionales?‎

‎Serguei Lavrov: En general, todos ya han hecho sus conclusiones. Me refiero a las personas ‎que siguen el transcurso de la lucha política dentro de Estados Unidos de manera minuciosa y ‎profesional. La lucha política interna siempre ha sido el motivo de las posiciones que han ‎adoptado tanto los republicanos como los demócratas. Lo que vemos ahora no es una excepción. ‎Lo más importante es acumular la máxima cantidad posible de argumentos para vencer a sus ‎competidores en los campos mediáticos, de la retórica y la polémica. ‎

Pronto se celebrarán los debates entre los principales candidatos a la presidencia, uno del Partido ‎Republicano y otro del Partido Demócrata. Pues la cuestión rusa, la cuestión sobre la injerencia de ‎Rusia en los asuntos internos de Estados Unidos, algo que ya se ha establecido como un cliché, ‎ahora ocupa uno de los lugares dominantes. ‎

La verdad es que, en las últimas semanas o quizá en los últimos meses, nos desbancó la República ‎Popular China, que hoy ocupa un lugar privilegiado en la lista de enemigos de Estados Unidos, ‎que tratan de hacer todo lo posible para que en Estados Unidos sucedan procesos catastróficos. ‎En gran medida, en los últimos años ya nos hemos acostumbrado a esto. ‎

Esto no comenzó durante la Administración actual, sino durante la Administración Obama. ‎Precisamente él declaró, incluso de manera abierta, que la gestión política rusa deliberadamente ‎persigue una política encaminada a estropear las relaciones entre Moscú y Washington. Declaró ‎que Rusia interfirió en las presidenciales de 2016 y bajo ese pretexto introdujo sanciones sin ‎precedentes, incluidas la apropiación de propiedad rusa en Estados Unidos, la expulsión de ‎decenas de nuestros diplomáticos junto a sus familias y muchas otras cosas. ‎

La idea del excepcionalismo norteamericano es una idea que comparten tanto los republicanos ‎como los demócratas y, creo, todos los demás movimientos políticos en Estados Unidos. ¿Qué ‎más hay que decir? ‎

Ya hemos comentado en reiteradas ocasiones que los intentos de presentarse como los dueños ‎del destino de toda la humanidad, de presentarse sin pecados y que lo entienden todo mejor que ‎los demás, estos intentos ya han tenido lugar en el pasado y no han resultado en nada bueno. ‎

Por eso reiteramos nuestro enfoque hacia cualquier proceso político en cualquier país: se trata de ‎un asunto interno de Estados Unidos. Es lamentable que en sus asuntos políticos ellos utilicen ‎una gran cantidad de retórica que no refleja la situación real en el escenario internacional. ‎

Es triste que, para ganar la mayor cantidad de puntos en esa carrera presidencial, sin cualquier ‎duda o vergüenza, con o sin razón, se introducen sanciones ilegales contra quienes digan cualquier ‎cosa que contradiga la línea general de los representantes de Estados Unidos. ‎

Se trata de un instinto de sanciones que se formuló en gran medida en la Administración actual, ‎pero, repito, Obama también recurría a estas activamente. Lamentablemente, esto se hace ‎contagioso incluso en el continente europeo. La Unión Europea recurre al garrote de sanciones ‎cada vez más a menudo. ‎

Por eso la conclusión es muy simple: sin duda vamos a trabajar con cualquier Gobierno que sea ‎elegido en cualquier país, esto también se refiere a Estados Unidos. Pero vamos a discutir los ‎temas que interesen a los estadounidenses solo sobre la base de la igualdad, del beneficio mutuo, ‎en busca del equilibrio de intereses. Es insensato e inútil hablar con nosotros en un lenguaje de ultimátums. Si alguien no lo ha entendido, son unos políticos inútiles.‎

‎Sputnik: Señor Lavrov, usted ha mencionado la presión de las sanciones y en muchos casos ‎no se inicia en los círculos políticos, sino que se lanza a través de los medios de comunicación. ‎En Estados Unidos, en el Reino Unido, en Europa esto sucede bastante a menudo.‎

La prensa estadounidense acusó a Rusia de haber conspirado con los talibanes contra los ‎militares estadounidenses en Afganistán. Desde el Ministerio de Exteriores del Reino Unido se ‎aseveró que Rusia, con toda probabilidad, interfirió en las parlamentarias en 2019. Los países ‎de la Unión Europea esta semana discuten el nuevo lote de sanciones contra Rusia a causa de ‎las presuntas violaciones de derechos humanos.‎

‎¿Hay posibilidades de que este enfoque, esta política de demonización de Moscú cambie o de que al ‎contrario se intensifique? ¿Qué cree usted? ‎

‎Serguei Lavrov: Hasta ahora no hemos visto indicios de que esta política vaya a cambiar. ‎Lamentablemente, solo se incrementa el afán por introducir más sanciones. Los ejemplos recientes ‎son: quieren castigarnos por lo que está sucediendo en Bielorrusia, quieren castigarnos también ‎por el incidente con Navalni, aunque se niegan a cumplir con sus obligaciones según el Convenio ‎Europeo de Asistencia Mutua en Materia Penal y no responden a las solicitudes oficiales de la ‎Fiscalía General de Rusia. ‎

Los pretextos son absolutamente descabellados. Alemania nos dice: “no podemos decirles nada, ‎vayan a la Organización para la Prohibición de Armas Químicas”. Hemos ido allí en reiteradas ‎ocasiones y allí nos dicen: “vayan a Berlín”. En el idioma ruso tenemos un dicho: “Iván señala ‎a Piotr y Piotr señala a Iván”. Y más o menos de esta manera nuestros socios occidentales, ‎si me permiten decirlo, reaccionan a nuestros enfoques legales. ‎

Bueno y declaran a los cuatro vientos que han confirmado el envenenamiento, que nadie pudo ‎haberlo hecho salvo Rusia… “admítanlo”. Así fue en el caso Skripal. Estoy seguro de que ‎si no existiera la situación actual con el caso Navalni habrían inventado otra cosa. ‎

Todo está encaminado en la etapa actual a socavar lo más fuertemente posible las relaciones entre ‎Rusia y la Unión Europea. En la Unión Europea hay países que lo entienden, pero allí sigue en vigor ‎el principio de consenso, la así llamada “solidaridad”. Los países que conforman la ‎minoría rusófoba agresiva abusan de este principio flagrantemente. ‎

Ahora la Unión Europea discute, como yo entendí al conocer la descripción del informe del ‎presidente de la Comisión Europea, la posibilidad de tomar las decisiones no por consenso, sino ‎por votación. Eso será interesante porque entonces veremos quién se muestra a favor de abusar ‎del derecho internacional y quién sigue una política seria, ponderada y bien equilibrada, una ‎política basada en el pragmatismo y el realismo. ‎

Pero, seguramente, las cosas que han mencionado sobre las acusaciones de haber establecido ‎relaciones con los talibanes para incitarlos a realizar operaciones especiales contra los militares ‎estadounidenses por recompensas: los talibanes luchan por sus intereses y por sus ideas. ‎Sospechar que nosotros podemos hacer tales cosas, estas cosas criminales, creo que eso ‎está por debajo de la dignidad de los funcionarios estadounidenses. ‎

A propósito, el Pentágono tuvo que desmentir estas aseveraciones al no encontrar ninguna ‎confirmación a esta ficción. Los propios talibanes declararon que eso es una mentira total. En ‎esta época de redes sociales, cuando se lanzan noticias falsas, solo basta introducir ‎una invención y luego nadie va a leer que la desmienten. ‎

Se da el golpe, si me permiten decirlo, causan sensación, eso es precisamente lo que buscan los ‎autores de estas noticias. Por eso dijimos a los estadounidenses y a los ingleses en reiteradas ‎ocasiones: si tienen alguna queja sobre nosotros, recurramos al diálogo diplomático sobre la base de ‎hechos. ‎

La mayoría de estas quejas tienen que ver con el ciberespacio, nos acusan prácticamente de ‎hackeo, de que hemos penetrado todos los sistemas posibles de soporte vital de nuestros socios ‎occidentales.‎

Por eso ofrecimos reanudar el diálogo sobre la ciberseguridad, la seguridad informativa ‎internacional en todos sus ámbitos y declaramos que vamos a considerar las preocupaciones ‎mutuas. Tenemos registrados bastantes casos que permiten sospechar la injerencia por parte de ‎sitios web extranjeros, de hackers occidentales contra nuestros sitios web cruciales. ‎

Y tenemos un rechazo categórico y ¿saben a qué excusa recurrieron?: “nos invitan a celebrar un ‎diálogo sobre la ciberseguridad, es decir, sobre el ámbito que ustedes usan para interferir en ‎nuestros asuntos internos”. Ya está. Esto se parece a la situación con Navalni. Los argumentos ‎son los mismos: “¿Acaso no nos creen?” ‎

Cuando Rex Tillerson fue secretario de Estado en alguna ocasión él declaró de manera oficial y ‎abierta que tenían pruebas irrefutables de la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses. Me ‎aseguré de preguntarle: “Si tienen las pruebas irrefutables, ¿por qué no las compartes? Nosotros ‎mismos estaremos muy interesados en llegar al fondo de este caso. Cuando nos acusan sin razón, ‎eso no está dentro de nuestros intereses.” ‎

‎¿Saben qué me dijo? Me dijo: “Serguéi, no voy a compartir nada contigo. Tus servicios ‎especiales, que lo organizan todo, lo saben todo perfectamente. Dirígete a ellos, ellos deben ‎contarte todo.”. Así fue el diálogo sobre un tema que se ha convertido casi en el tema principal en ‎las relaciones entre nuestros países. ‎

Por eso estamos convencidos de que un día habrá que responder a preguntas concretas, habrá que ‎presentar hechos en esta situación y en la situación con Navalni y en la situación con el ‎envenenamiento en Salisbury.‎

A propósito, en cuanto a Salisbury, hace 2 años cuando este tema empezó a desarrollarse y ‎cuando nos etiquetaron como el único fabricante de Novichok, presentamos hechos bien ‎argumentados que se encuentran en acceso libre y, según ellos, varios países occidentales ‎desarrollaron sustancias de la familia Novichok e incluso fueron patentadas en Estados Unidos. ‎Se trata de decenas de patentes para el uso militar de sustancias de este grupo. ‎

Entre los países donde se realizaban trabajos de este tipo mencionamos a Suecia. Hace dos años ‎nos dijeron: “no se atrevan a mencionarnos en este contexto, nunca nos ocuparemos de los ‎trabajos vinculados con Novichok”. Ahora, como saben, uno de los dos países al que ‎los alemanes se dirigieron con la solicitud de confirmar sus conclusiones fue Suecia, además ‎de Francia. ‎

Y ellos declararon que sí, confirman que las conclusiones del laboratorio de la Bundeswehr de que ‎era Novichok, son correctas. ‎

Pero si hace 2 años Suecia carecía de la competencia para saber si se trataba o no de Novichok ‎y después de 2 años pasaron a tener esta competencia, entonces sucedió algo. Si pasó algo que ‎permitió a Suecia comprender el Novichok, entonces quizá hay que considerarlo como una ‎posible grave violación de la Convención sobre Armas Químicas. ‎

Para finalizar mi respuesta, voy a decir que estamos listos a hablar con todos, pero solo que ‎no nos obliguen a justificarnos sin presentar cualquier hecho sobre la base de preocupaciones ‎concretas y bien formuladas. Siempre estamos preparados para una conversación profesional. ‎

‎Sputnik: Señor Lavrov, además de las diferencias que aparecen entre nosotros y nuestros ‎socios occidentales sobre las noticias de la actualidad surgen temas de interpretación de la ‎historia con los que no estamos de acuerdo. En el momento actual las manifestaciones que ‎han tenido lugar en Estados Unidos causaron eventos más radicales: de hecho, comenzó la ‎revisión de la historia estadounidense y una parte considerable de la historia y la cultura ‎mundial.‎

Profanan monumentos y cambian las descripciones de ciertos acontecimientos. Incluso ha habido ‎intentos de revisar la historia de la Segunda Guerra Mundial y el papel de la Unión Soviética en ‎ella. ¿Qué cree usted? ¿Qué consecuencias tendrán para Estados Unidos los intentos de revisar su ‎historia y cuáles serían las consecuencias a nivel global?‎

‎Serguei Lavrov: Tiene razón. Nos preocupa mucho lo que está sucediendo en este ámbito, en ‎el ámbito de la historia mundial, el de la historia de Europa. Se observa, francamente, una ‎agresión histórica que está encaminada a la revisión de las bases modernas del derecho ‎internacional que se han establecido después de la Segunda Guerra Mundial en forma de las ‎Naciones Unidas, los principios de su Carta. Intentan socavar precisamente estas bases. ‎

Sobre todo, se usa una argumentación que en esencia es un intento de igualar la Union Soviética ‎con la Alemania nazi, los agresores y quienes vencieron a los agresores, quienes vencieron a ‎quienes trataron de esclavizar a Europa y de hacer esclavos a la mayoría de los pueblos de nuestro ‎continente. ‎

Nos ofenden cuando dicen directamente que la Unión Soviética es más culpable de haber ‎desencadenado la Segunda Guerra Mundial que la Alemania nazi. Al mismo tiempo, tratan de ‎hacernos olvidar cómo comenzó todo en 1938, cómo los países occidentales llevaban a cabo una ‎política de apaciguamiento hacia Hitler, sobre todo, Francia y el Reino Unido.‎

No hay que hablar mucho sobre este tema, muchas cosas ya se han dicho; en forma resumida el ‎famoso artículo del presidente Vladímir Putin seguramente contiene todos nuestros argumentos ‎clave y basándose en los documentos muestra de manera convincente la insensatez y el carácter ‎contraproducente y destructivo de los intentos de socavar los resultados de la Segunda Guerra ‎Mundial.‎

Por cierto, nos apoya la mayoría absoluta de la comunidad internacional. Anualmente ‎presentamos una resolución sobre la inaceptabilidad de la heroización del nazismo. Solo ‎2 países votaron en contra –Estados Unidos y Ucrania– y toda la Unión Europea se abstuvo. ‎

Se abstiene porque, como nos explican los países de Europa, sobre todo, los países bálticos exigen ‎no apoyar esta resolución. Pero, como dicen, “quien se pica es porque ají come”: en esta resolución ‎no hay referencia personal a ningún país, a ningún Gobierno. Simplemente toda la comunidad ‎internacional llama a no permitir los intentos de heroización del nazismo, a no permitir la lucha ‎contra los monumentos.‎

Pero resulta que los países que exigen que la Unión Europea no apoye esta resolución absoluta, evidente y ‎directamente, que no tiene ningún trasfondo, sienten que no pueden poner su firma bajo estos ‎principios. Y en realidad, es así: vemos las marchas de los antiguos miembros de las Waffen SS, ‎vemos la destrucción de monumentos. Sobre todo, nuestros vecinos polacos hacen estas cosas de ‎manera activa, hubo procesos semejantes en Chequia. Es inaceptable.‎

Y, por cierto, además de socavar los resultados de la Segunda Guerra Mundial que están ‎consagrados en la Carta de las Naciones Unidas, esto también viola los acuerdos bilaterales que ‎tenemos con esos países y con otros países sobre la protección de cementerios militares, sobre el cuidado ‎de los cementerios militares y de los monumentos erigidos en memoria de las víctimas de la Segunda ‎Guerra Mundial, en memoria de los héroes que liberaron esos países. ‎

Vamos a seguir con este trabajo y creo que hay que prestar atención a lo siguiente: quienes están ‎en contra de nuestra línea de lucha contra la heroización del nazismo invocan los derechos ‎humanos. Dicen que la libertad de pensamiento, la libertad de expresión que existen en ‎Estados Unidos y otros países occidentales no deben estar sujetas a la censura. Si esa libertad de ‎pensamiento y de expresión está limitada por la inadmisibilidad de la heroización del nazismo, eso ‎va a violar sus legislaciones respectivas.‎

Pero seamos honestos, lo que estamos viendo ahora en Estados Unidos probablemente tenga ‎algo que ver con lo que decimos sobre la inadmisibilidad de revisar los resultados de la Segunda ‎Guerra Mundial. Evidentemente hay un racismo desenfrenado en Estados Unidos y hay fuerzas ‎políticas que están tratando de incitar esos sentimientos racistas y usarlos para sus propios ‎intereses políticos. Podemos observar esto casi a diario.‎

También mencionó otras cuestiones históricas que son afectadas por las políticas del momento. ‎Bajo la mano dura de los estadounidenses que quieren destruir su propia historia y destruyen los ‎monumentos a los confederados porque estos fueron dueños de esclavos también cayó el ‎monumento al primer gobernador de Alaska, Baránov, que se encontraba en la ciudad de Sitka, en ‎Alaska, y que siempre fue respetado por la población local y por los que visitaban Alaska.‎

Es cierto que nos enteramos de que el gobernador de Alaska y las autoridades de Sitka declararon ‎que el monumento no será destruido, sino que será reubicado dignamente, como nos aseguraron, ‎en un museo histórico. ‎

Y si esto sucede como se nos promete, creo que vamos a apreciar esta actitud de las autoridades ‎de Sitka hacia nuestra historia en común. Y esperamos que la instalación del monumento a ‎Baránov en el museo histórico favorecerá a la organización de una exposición adicional especial ‎que contará la historia de la América rusa.‎

‎Sputnik: Tengo algunas preguntas sobre la agenda francesa y africana. Empecemos por ‎Francia. Emmanuel Macron ya lleva 3 años en el poder y su primera invitación oficial dirigida a ‎otro jefe de Estado fue dirigida a Vladímir Putin con el fin de mejorar las relaciones ruso-‎francesas. ¿Podría decir qué cambios reales se han producido desde entonces a nivel ‎diplomático en el trabajo con Francia? ¿Y puede aclarar si la reunión de París del 16 de ‎septiembre se pospuso debido a Alexéi Navalni? Hasta donde yo sé, se suponía que ayer iba a ‎tener lugar una reunión en París, que no tuvo lugar.‎

‎Serguei Lavrov: Ayer no. Tenía que celebrarse unos días antes, pero eso no cambia las cosas.‎

En primer lugar, Francia es uno de nuestros principales socios en la arena internacional. Hace ‎mucho tiempo que hemos caracterizado nuestra relación como una asociación estratégica. Y uno ‎de los primeros pasos en política exterior del presidente Macron, inmediatamente después de su ‎elección, fue invitar al presidente de Rusia.‎

Como resultado de esa visita, que tuvo lugar en mayo de 2017 en Versalles, los líderes de ambos ‎Estados confirmaron la intención y disposición de ambos países a profundizar nuestra asociación, ‎incluso en el campo de la cooperación bilateral y en el campo de las relaciones internacionales, ‎tanto a nivel regional como global.‎

Fruto de esa cumbre en Versalles se conformó el Foro de Diálogos de Sociedades Civiles, el ‎Diálogo de Trianon, que sigue funcionando con bastante éxito, aunque, por motivos de ‎restricciones por el coronavirus, ahora es imposible realizar eventos presenciales.‎

Desde entonces, se han producido más visitas del presidente Macron a Rusia y del presidente Putin ‎a Francia. La última reunión, que tuvo lugar en agosto pasado, fue durante la visita del presidente ‎Putin y las conversaciones con el presidente Macron en Fort de Brégançon. Allí tuvo lugar una ‎conversación muy productiva, confidencial y profunda sobre la necesidad de relaciones ‎estratégicas, destinadas a considerar los principales problemas del mundo moderno, ‎principalmente, por supuesto, en Europa y en el área euroatlántica, con el fin de fortalecer la ‎seguridad.‎

Los presidentes acordaron entonces crear mecanismos de interacción tanto a través de los ‎Ministerios de Relaciones Exteriores como de los Ministerios de Defensa. Se retomó el formato ‎‎2+2, que se creó hace mucho tiempo, pero hubo una pausa en su funcionamiento. En septiembre ‎del año pasado se celebró en Moscú una reunión ordinaria del formato 2+2.‎

Además de estos dos ministerios, se decidió discutir temas de estabilidad estratégica a través de ‎los asesores de los dos presidentes en política exterior. Con su consentimiento –con el ‎consentimiento del presidente Putin y del presidente Macron– se han formado más de 10 grupos ‎de trabajo en diversas áreas relacionadas con la cooperación en el campo de la estabilidad ‎estratégica, el control de armas, la no proliferación de armas de destrucción masiva y otros ‎temas.‎

En general, la mayoría de estos mecanismos están funcionando y tienen como objetivo que ‎nosotros, junto con nuestros colegas franceses, propongamos iniciativas que vayan dirigidas a ‎estabilizar las relaciones en Europa, a normalizar la anormal situación actual cuando se ‎profundizan las líneas divisorias, cuando la OTAN incrementa su infraestructura militar en el ‎territorio de los nuevos miembros, lo cual viola el Acta Fundacional Rusia-OTAN, firmada en los años ‎‎90 y considerada la base de nuestra relación.‎

Existen muchas tendencias alarmantes y una de sus manifestaciones es la retirada de Estados ‎Unidos del Tratado INF y la intención declarada a nivel oficial de desplegar misiles no solo en Asia, ‎sino, aparentemente, también en Europa. Esos sistemas antimisiles, que se han desplegado en ‎Rumanía y que ahora se despliegan en Polonia, bien pueden usarse no solo para lanzar antimisiles, ‎no solo con fines defensivos, sino también con fines ofensivos, porque las mismas instalaciones se ‎pueden usar para lanzar misiles de crucero, algo que había sido prohibido por el Tratado INF. Pero ‎ahora no hay tratado y los estadounidenses tienen las manos libres.‎

Hace casi un año –pronto celebraremos el aniversario de aquel mensaje– el presidente Putin hizo ‎un llamamiento a todos los mandatarios de los países europeos, y de Estados Unidos, Canadá y varios ‎otros Estados, debido a que los estadounidenses destruyeron el Tratado INF. El presidente Putin propuso no intensificar la carrera armamentista, sino declarar una moratoria mutua y voluntaria sobre las ‎mismas armas de ataque que estaban prohibidas por el Tratado INF. Ninguno de los líderes ‎respondió específicamente a esta propuesta, excepto el presidente Macron. Y lo apreciamos.‎ Eso demostró que el mandatario francés está sinceramente interesado en aprovechar cualquier ‎oportunidad de diálogo con Rusia. Y sin ese diálogo no se puede garantizar la seguridad en Europa, ‎algo que todos reconocen cada vez más abiertamente.‎

Por lo tanto, realmente teníamos planificadas reuniones en el formato 2+2, pero por razones que, ‎probablemente, solo podemos suponer –al menos los colegas franceses dijeron que necesitan ‎revisar ligeramente el calendario de nuestras reuniones– otro encuentro ministerial de los ‎ministros de Defensa y Asuntos Exteriores se pospuso para una fecha posterior. No hablaré de los ‎motivos, pero, al parecer, el ambiente general actual, el tono general que ahora se está ‎levantando en la Unión Europea hacia Rusia, por supuesto, afecta el calendario de nuestros contactos. Sin embargo, recientemente se llevaron a cabo consultas sobre una serie de cuestiones importantes: ‎tanto sobre la lucha contra el terrorismo como cuestiones de ciberseguridad. Todo esto en el ‎marco de los planes aprobados por los presidentes Putin y Macron.‎

‎Sputnik: Como señaló recientemente el representante permanente de Rusia ante la OSCE, ‎Alexandr Lukashévich, la situación con la agencia Sputnik en Francia no ha mejorado en ‎absoluto. Nuestros periodistas todavía no pueden asistir a conferencias de prensa ni a ningún otro evento en el Palacio del Elíseo. Me gustaría saber cuáles formas de resolver esta situación ‎se están considerando y si este problema se ha debatido con la parte francesa.‎

‎Serguei Lavrov: Por supuesto, se ha debatido este problema. Consideramos inaceptable que ‎tanto los corresponsales de Sputnik como los de RT sean discriminados abiertamente en Francia y, ‎en lo que respecta a Sputnik, en los países bálticos, hecho que también es bien conocido.‎

El hecho de que en los últimos años, desde 2017, ni RT ni Sputnik hayan sido acreditados en el ‎Palacio del Elíseo es, por supuesto, lamentable. Pero es aún más sorprendente que, a pesar de ‎todo su compromiso con la libertad, la igualdad y la fraternidad –y aparentemente también con la ‎sororidad–, nuestros colegas franceses declaran que no anularán su decisión. No se emitirá ‎la acreditación, porque RT y Sputnik “no son medios, sino una herramienta de propaganda”.‎

Creo que no es necesario comentar lo absurdo y ridículo que son este tipo de etiquetas, porque ‎RT y Sputnik son muy populares. La audiencia está creciendo en un número cada vez mayor de ‎países, he visto las estadísticas. Solo puedo suponer que esta es otra manifestación de los ‎temores ante la competencia por aquellos que hasta hace poco dominaban el mercado mundial de ‎la información. Planteamos estas preguntas no solo ante los franceses, exigiendo que dejen de ‎discriminar a los medios de comunicación que están registrados en Rusia.‎

Nos presentan el argumento de que existe una financiación gubernamental, pero esto es cierto ‎también para muchos medios de comunicación que se consideran faros de la democracia. Tanto ‎Radio Liberty como la BBC dependen de la financiación estatal, pero por alguna razón no se están ‎tomando medidas restrictivas en su contra. Incluso en internet, donde la censura ahora se ‎introduce abiertamente y Google, YouTube y Facebook están tomando decisiones, claramente ‎bajo presión de las autoridades estadounidenses que discriminan a los medios rusos en cuanto a la ‎posibilidad de publicar sus materiales en estos recursos.‎

Planteamos estas preguntas, como dije, no solo en encuentros bilaterales. Las planteamos en la ‎OSCE, donde hay un representante especial para la libertad de los medios; las planteamos en la ‎Unesco, que está llamada a apoyar el periodismo libre y la libertad de expresión; planteamos estas ‎preguntas en el Consejo de Europa. Curiosamente, en los años 90, en el cruce de los 80 y los 90 del ‎siglo pasado, cuando atravesamos el proceso de la perestroika y cuando se estaba formando una ‎nueva realidad política, cuando Rusia se abría al mundo, como era costumbre decir, dentro de la ‎OSCE nuestros socios occidentales eran más activos al promover el libre acceso a cualquier ‎información, tanto basada en fuentes internas como provenientes del exterior. Esto claramente ‎tenía la intención de reforzar la tendencia a revelar la sociedad soviética al mundo exterior, etc.‎

Entonces, ahora, cuando recordamos estas decisiones y exigimos que se respete el acceso a la ‎información, incluso en Francia, en relación con Sputnik y RT, nuestros socios occidentales ya se ‎sienten avergonzados de volver a confirmar las mismas decisiones que se tomaron por iniciativa ‎suya hace 30 años. La doble moral y la hipocresía son, lamentablemente, las palabras que deben ‎caracterizar su posición.‎

La próxima cumbre ministerial de la OSCE debe realizarse en diciembre de este año, estos temas ‎no desaparecerán de la agenda y nuestros colegas occidentales tendrán mucho que responder.‎

‎Sputnik: Una pregunta sobre la agenda africana. En la cumbre de Sochi se firmaron más de ‎‎90 contratos de cooperación con países africanos. Me gustaría saber ¿a qué ritmo Rusia está ‎volviendo ahora al cumplimiento de los acuerdos firmados después de la pandemia y cuáles de ‎estos proyectos son prioritarios y en qué países africanos?‎

‎Serguei Lavrov: Después de la cumbre que tuvo lugar en octubre del año pasado en Sochi y fue ‎un éxito evidente de nuestra política exterior, como todos los invitados africanos decían ‎directamente, no hicimos ninguna pausa. La pandemia cambió las formas de comunicación, pero ‎seguimos trabajando, como suele decirse, a distancia. Esto también es posible en la política ‎exterior y la diplomacia.‎

El presidente Putin habló por teléfono en varias ocasiones con líderes africanos, con los ‎presidentes de Sudáfrica, Congo, Etiopía. También hubo videoconferencias entre los ministros de ‎Exteriores de Rusia y el trío africano: el anterior, el actual y el futuro presidentes de la Unión ‎Africana, son Sudáfrica, Egipto y la República Democrática del Congo. ‎

En nuestro Ministerio se ha creado una secretaría especial, Foro Rusia-África. Tomamos la ‎decisión de crear dicho foro en Sochi. Esta secretaría ya cuenta con personal. ‎

Nos reunimos ayer con el jefe de una de las organizaciones subregionales del continente africano, ‎IGAD, donde el exministro de Exteriores de Etiopía es el secretario general y discutimos planes ‎concretos de cooperación entre Rusia y la IGAD. Tenemos este tipo de planes tanto con la ‎Comunidad de África Austral como con la Comunidad de África Occidental, con todas las ‎organizaciones subregionales, junto con la propia Unión Africana, que es una estructura ‎panafricana.‎

Y los planes de trabajo cubren consultas sobre temas que son relevantes en el continente africano. ‎Se trata tanto de la resolución de conflictos, como de la realización de eventos conjuntos en el ‎campo de cultura, educación y, por supuesto, del desarrollo de nuestra cooperación económica, ‎del apoyo a través de cancillerías, de las actividades de las empresas de Rusia en África y sus ‎socios en el continente africano. Tenemos muchos planes y este trabajo es muy apreciado por ‎nuestros colegas africanos. ‎

Por cierto, con respecto a la pandemia, decenas de países africanos han recibido nuestra ayuda ‎para resolver los problemas con suministros de sistemas de diagnóstico, equipos de protección ‎personal, medicamentos, y esta cooperación continúa.‎

Los países africanos, por cierto, junto con los países asiáticos y latinoamericanos, expresan su ‎interés en establecer la producción de nuestra vacuna Sputnik V en su territorio y ahora nuestras ‎respectivas autoridades, que se ocupan de estos asuntos, eligen posibles candidatos para establecer dicha producción, porque está claro que la vacuna será necesaria en grandes ‎cantidades.‎

Tenemos una muy buena experiencia en Guinea y Sierra Leona. Cuando padecían de ‎ébola, nuestros médicos establecieron un hospital móvil y comenzaron la producción de una ‎vacuna contra esa fiebre en Guinea. Y de muchas maneras, la experiencia de combatir la fiebre del ‎ébola ayudó a nuestros especialistas a crear rápidamente una vacuna contra el coronavirus al usar ‎la plataforma que se creó entonces para combatir el ébola.‎

Así que, en mi opinión, tenemos muy buenos planes. Por cierto, hemos acordado aumentar el ‎número de becas que ofrecemos a los países africanos. En cuanto a la cooperación económica, ‎recientemente, hace unas semanas, creamos la Asociación para la cooperación económica de la ‎Federación de Rusia con los países africanos.‎

Entonces, tan pronto como se levanten las restricciones relacionadas con la cuarentena, estoy ‎seguro de que todos estos planes se implementarán de manera aún más activa. Mientras tanto, ‎trabajamos principalmente mediante videoconferencias.‎

‎Sputnik: Señor Lavrov, le agradezco sus respuestas y paso la palabra.

Gracias, señor ‎Lavrov. Hablamos sobre la situación en Estados Unidos, sobre la situación en Europa, y nos ‎gustaría abordar los temas del mundo árabe. Me gustaría pasarle la palabra a la redactora de ‎Sputnik Arabic Kristina Malik.‎

‎- Buenos días, señor Lavrov. No puedo comenzar sin una pregunta sobre Siria. ¿Cómo evaluaría ‎el Plan César estadounidense que golpeó no solo a Siria, sino también a los socios más ‎cercanos de Damasco? ¿Cuáles son las nuevas soluciones que se pueden tomar para mejorar la ‎situación humanitaria en el país dada las difíciles circunstancias económicas?‎

‎Serguei Lavrov: Este plan, como usted dijo, lo llaman «Ley César». Presupone, en gran medida, la ‎introducción de sanciones, que les gustaría ver como un instrumento sofocante contra la cúpula ‎política de la República Árabe Siria. En realidad, estas sanciones, al igual que los lotes de sanciones ‎anteriores –hubo bastantes de ellos tanto por parte de Estados Unidos como de la Unión Europea ‎y otros aliados de Washington– afectaron en primer lugar, por supuesto, a la gente común, a los ‎ciudadanos de la República Árabe Siria.‎

Ayer mismo en Nueva York, el Consejo de Seguridad discutió cómo se desarrolla la situación ‎humanitaria en Siria y nuestros colegas occidentales, como solemos decir, defendieron muy ‎apasionada y pretenciosamente la idea de que ellos tienen razón al declarar que las sanciones solo ‎buscan limitar las acciones y las capacidades de los funcionarios y los representantes, como ellos ‎dicen, «del régimen», y que la gente común no sufre porque las sanciones prevén excepciones ‎humanitarias para los suministros de medicamentos, alimentos y otros artículos de primera ‎necesidad.‎

Todo eso es falso porque esos artículos no se suministran a Siria desde aquellos ‎países que han declarado que las sanciones son excepciones supuestamente existentes; quizá salvo algunos lotes muy pequeños. Siria comercia principalmente con la Federación de Rusia, Irán, ‎la República Popular China y algunos países árabes y el número de países que comprenden la ‎necesidad de superar la situación anormal actual y de restablecer relaciones con la República Árabe ‎Siria aumenta.‎

Cada vez más países, incluidos los países del Golfo, deciden reabrir sus embajadas en la República ‎Árabe Siria, y cada vez más países se dan cuenta de que ya se está volviendo absolutamente ‎inaceptable desde el punto de vista de los derechos humanos continuar con estas asfixiantes ‎sanciones.

Introdujeron sanciones de manera unilateral. Son ilegítimas.‎ Y justo ayer o anteayer, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, volvió a hacer el ‎llamamiento, que ya había hecho hace 6 meses, a los países que introdujeron sanciones ‎unilaterales contra países en vías de desarrollo para que suspendan esas sanciones al menos durante ‎el período de lucha contra la pandemia. Occidente permanece sordo a estos llamamientos, ‎aunque la mayoría absoluta de los Estados miembros de la ONU apoyaron estos llamamientos. ‎Trabajaremos para conseguir una mayor condena de esta práctica.‎

La ONU adopta resoluciones especiales que declaran ilegítimas e ilegales las sanciones ‎unilaterales y se confirma que solo deben respetarse las sanciones del Consejo de Seguridad: este ‎es el único instrumento legal basado en el derecho internacional.‎

En general, en cuanto al arreglo sirio, por supuesto, estamos trabajando activamente en el marco ‎del formato de Astaná con nuestros socios turcos e iraníes. Recientemente visitamos Damasco ‎junto con el viceprimer ministro ruso, Yuri Borisov. El presidente Asad y sus ministros nos ‎confirmaron su compromiso con la implementación de los acuerdos que se alcanzaron entre el ‎Gobierno y la oposición bajo la supervisión del trío de Astaná.‎

En Ginebra, el Comité Constitucional reanudó su trabajo; se reunió su comisión editorial. Las ‎partes comienzan a acordar enfoques sobre el futuro de Siria, lo que permitirá luego comenzar a ‎trabajar en la reforma constitucional. Bueno, en el terreno, el espacio controlado por los ‎terroristas se está reduciendo gradualmente, en primer lugar, esto se refiere a la zona de ‎desescalada en Idlib.‎

Los acuerdos ruso-turcos, incluidos aquellos sobre la necesidad de separar a los opositores ‎normales, abiertos al diálogo con el Gobierno, de los terroristas reconocidos como tales por el ‎Consejo de Seguridad, se están implementando gradualmente, aunque no tan rápido como quisiéramos. Pero nuestros colegas turcos están comprometidos con ellos y cooperamos ‎activamente con ellos.‎

Nos preocupa la situación en la orilla este del Éufrates, donde las tropas estadounidenses que ‎están estacionadas allí ilegalmente, evidentemente fomentan las tendencias separatistas de los ‎kurdos. Desgraciadamente, incitan a los kurdos a enfrentarse contra el Gobierno e impiden el ‎deseo natural de los kurdos de iniciar un diálogo con el Gobierno. ‎

Y, por supuesto, esto es motivo de preocupación, tanto en términos de integridad territorial de la ‎República Árabe Siria como en términos de la explosividad que estas acciones estadounidenses ‎crean en torno al problema kurdo. Como saben, es relevante no solo para Siria, sino también para ‎Irak, Irán y, por supuesto, Turquía y en esta región es un juego peligroso.‎

Los estadounidenses como de costumbre toman este tipo de acciones para crear caos y esperan ‎que sea manejable. Están lejos y en realidad no les importa mucho, pero las consecuencias para la ‎región pueden ser catastróficas si promueven aquí estas tendencias separatistas.‎

Y recientemente se dieron a conocer las decisiones de esta agrupación estadounidense ilegítima ‎desplegada en el este de Siria, que, junto con los líderes kurdos, firmaron un acuerdo que permite ‎a una empresa petrolera estadounidense extraer hidrocarburos en el territorio del Estado sirio ‎soberano. Es una flagrante violación de todos los principios existentes del derecho internacional.‎

Así que los problemas en la República Árabe Siria no son pocos, hay bastantes. No obstante, la ‎situación se ha estabilizado significativamente en comparación con lo que había hace unos años y ‎las actividades del formato Astaná, nuestras iniciativas que hemos implementado, jugaron, por supuesto, un papel decisivo en este proceso.‎

Ahora la agenda incluye la solución de graves problemas humanitarios y la restauración de la ‎economía que fue destruida por la guerra. En estas áreas, mantenemos activamente el diálogo ‎con otros países, incluidos la República Popular China, Irán, la India y los Estados árabes.‎

Consideramos importante involucrar a las organizaciones y sistemas de la ONU en actividades que ‎tendrán como objetivo movilizar la asistencia humanitaria a la República Árabe Siria como un paso ‎prioritario y en la siguiente etapa de movilización la asistencia internacional para restaurar la economía y la infraestructura que fue destruida por la guerra. Hay mucho trabajo, pero al menos ‎tenemos claro en qué dirección debemos avanzar.‎

‎Sputnik: No podemos dejar de preguntar sobre la cooperación con los países del golfo ‎Pérsico. ¿Cuáles son las perspectivas de cooperación internacional entre Rusia y los países del ‎golfo Pérsico en este momento? ¿Hay países prioritarios para nosotros en esta región? ¿Rusia ‎está considerando la posibilidad de una mediación para resolver la crisis de Catar que se viene ‎desarrollando desde hace 4 años?‎

‎Serguei Lavrov: En cuanto al golfo Pérsico, probablemente no iré contra la verdad si digo que ‎de todos los países que tienen relaciones con las naciones de la región fuimos los primeros que ‎ofrecimos comenzar a elaborar un plan a largo plazo para su desarrollo estable, normal y de buena ‎vecindad de esta zona. Ya en los años 90 propusimos un concepto para garantizar la seguridad y la ‎cooperación en la zona del golfo Pérsico. Desde entonces el concepto se ha actualizado varias ‎veces, incluida una versión que circuló el año pasado. Incluso mantuvimos una discusión sobre ‎este concepto en septiembre del año pasado con la participación de científicos, la comunidad de ‎expertos de Rusia y los países del golfo Pérsico, los países árabes e Irán.‎

El concepto, de hecho, propone aprovechar la experiencia de las reuniones sobre seguridad y ‎cooperación en Europa, cuando durante el apogeo de la Guerra Fría existían relaciones incómodas ‎entre la Unión Soviética, el Pacto de Varsovia y el bloque occidental de la OTAN, y, sin embargo, la ‎conciencia de la necesidad de convivencia alentó a todos los países de la región euroatlántica –‎Europa, Estados Unidos y Canadá– a reunirse y desarrollar normas de comportamiento basadas ‎en la confianza. Allí se establecieron medidas especiales para fomentar la confianza y ‎transparencia y los mecanismos que se establecieron en el marco de esta reunión permitieron ‎resolver todas las cuestiones que surgieron de un lado u otro.‎

Propusimos establecer los mismos principios como base para la interacción y así garantizar la ‎seguridad en el golfo Pérsico. Lo presentamos al Consejo de Cooperación para los Estados Árabes ‎del Golfo, que incluye 6 monarquías de Oriente Medio, como saben, y lo presentamos a nuestros ‎colegas iraníes. Varios miembros del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo ‎expresaron su disposición de debatirlo. Algunos de los miembros de esta organización se han ‎tomado el tiempo de estudiar más. Continuamos con el diálogo y las discusiones que se realizaron ‎a nivel de la comunidad científica, por supuesto, ayudan a promover estas iniciativas.‎

El problema es que en los últimos años, como ustedes saben, la actual Administración de Estados Unidos ‎viene demonizando a Irán. Irán ha sido además declarado como el principal problema de toda esta ‎región y otras regiones del mundo, donde Irán ha sido de una forma u otra acusado de interferir ‎en los asuntos internos de los respectivos países; y los estadounidenses están tratando de ‎reconfigurar todo el diálogo sobre los problemas de Oriente Medio y África del Norte en una vía ‎antiraní.‎

En primer lugar, eso es poco prometedor, porque los problemas se pueden resolver de manera ‎estable y confiable solo a través de acuerdos entre todos los participantes. Toda la lógica de la ‎actual política estadounidense se basa en el hecho de que Irán debe centrar todos los esfuerzos ‎para contener y castigar. Y que solo un cambio de régimen permitirá, finalmente, respirar ‎libremente a toda la región. Eso es un callejón sin salida.‎

Las sanciones con las que están tratando de ahogar a Irán nunca han funcionado y no funcionarán ‎ahora. Irán ha expresado más de una vez su disposición para el diálogo y esta disposición ‎permanece. Un diálogo que no puede basarse en esos ultimátums que periódicamente presenta la parte estadounidense. Estaremos dispuestos a ayudar en el inicio de dicho diálogo.‎

Nosotros, junto con los países europeos, con la República Popular China, defendemos el Plan de ‎Acción Integral Conjunto (PAIC) para la solución del problema nuclear iraní, que fue aprobado en ‎‎2015 por el Consejo de Seguridad de la ONU y que los estadounidenses ahora están destruyendo, ‎nuevamente guiados exclusivamente por su línea de demonizar a Irán en todo.‎

La polémica en el Consejo de Seguridad de la ONU continúa. De 15 países, 13 se han manifestado ‎categóricamente en contra de los intentos de destruir el PAIC y de culpar a Irán de todo lo que ‎sucede.‎

Ha mencionado los desacuerdos dentro del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del ‎Golfo, cuando hace algún tiempo varios países de esa organización y nuestros colegas de la ‎República Árabe de Egipto entraron en conflicto con Catar. Estamos listos para ofrecer nuestros ‎servicios de mediación en cualquier tema de conflicto, si todas las partes nos lo solicitan. Hasta ‎ahora, no hemos recibido este tipo de solicitudes. Mantenemos buenas relaciones con todos los ‎países sin excepción, incluidos todos los miembros del Consejo de Cooperación para los Estados ‎Árabes del Golfo.‎

Sé que la Administración estadounidense está tratando de reconciliar a países antagonistas y está ‎tratando de persuadir a Arabia Saudí y sus socios más cercanos para que construya puentes y firme ‎la paz con Catar. Deseamos éxito a cualquier esfuerzo encaminado a unir países, no a separarlos y ‎a crear líneas divisorias. Estaremos dispuestos a ayudar si, repito una vez más, nos lo solicitan y ‎hay interés de todas las partes involucradas.‎

‎Sputnik: La Embajada rusa en Libia reanudó su trabajo hace apenas unas semanas. ‎‎¿Puede, de alguna manera, convertirse en una plataforma para el diálogo entre el Ejército ‎Nacional Libio y el Gobierno de Acuerdo Nacional?‎

‎Serguei Lavrov: Nuestra Embajada sigue funcionando desde Túnez. A Trípoli regresará, espero ‎pronto, tan pronto como se garantice allí algún nivel básico de seguridad. Allí se encuentran varias ‎Embajadas que aún funcionan, pero la seguridad es muy, muy frágil.‎

En cuanto a la mediación entre el Ejército Nacional Libio y el Gobierno de Unidad Nacional como ‎protagonistas principales en Libia, nuestra Embajada, por supuesto, mantiene contactos con todas ‎las partes. Pero la cuestión es mucho más complicada y Moscú también participa activamente en ‎la construcción de puentes entre las partes beligerantes.‎

Desde nuestro Ministerio y el Ministerio de Defensa estamos tratando de promover pasos ‎prácticos para acordar soluciones de compromiso que ayuden a resolver la crisis libia. Pero el ‎trabajo no es fácil.‎

Permítanme recordarles que todos los problemas que vive Libia comenzaron en 2011, cuando la ‎OTAN, en contradicción con el Consejo de Seguridad de la ONU, en flagrante violación de sus ‎resoluciones, llevó a cabo una agresión militar directa contra Libia para derrocar el régimen de ‎Muamar el-Kadhafi, quien fue brutalmente asesinado bajo los vítores, como recordarán, de la ‎entonces secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, que se mostró en vivo con ‎cierto orgullo. Fue espeluznante.‎

Desde entonces, nosotros, todos los vecinos de Libia, aquellos que queremos restaurar Libia como ‎el Estado que fue destruido por miembros de la OTAN, hemos estado tratando de establecer algún ‎tipo de proceso internacional. Hubo muchos intentos: hubo conferencias en París, Palermo, ‎Abu Dabi, los acuerdos de Sjirat de 2015, muchas cosas. Y durante un largo período de tiempo, la ‎mayoría de los jugadores externos han buscado interactuar con una sola fuerza política, por la que ‎parecían apostar.‎

Abandonamos este enfoque desde el principio y, dados nuestros contactos existentes y lazos ‎históricos, comenzamos a trabajar con todas las fuerzas políticas de Libia sin excepción, ya sea ‎Trípoli, donde se encuentran el Consejo Presidencial y el Gobierno de Unidad Nacional, ya sea ‎Tobruk, donde se encuentra el Parlamento, la Cámara de Representantes. Todos los líderes de las ‎partes han visitado la Federación de Rusia muchas veces. También hicimos esfuerzos para ‎organizar reuniones personales entre el comandante del Ejército Nacional Libio, [Jalifa] Haftar, y ‎el jefe del Gobierno de Unidad Nacional, [Fayez] Sarraj, estuvieron en Moscú a principios de este ‎año en vísperas de la conferencia de Berlín. Y en gran parte gracias a estos esfuerzos, que hicimos ‎junto con nuestros colegas turcos, de Egipto y de Emiratos Árabes Unidos, pudimos preparar ‎propuestas que aseguraron en gran medida el éxito de la Conferencia de Berlín, que nuestros ‎colegas alemanes habían estado preparando durante varios meses y durante la cual se adoptó una ‎importante declaración que posteriormente fue aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU.‎

Lamentablemente, en esa etapa se prestó poca atención a asegurar que las ideas desarrolladas ‎por la comunidad internacional fueran aprobadas por las propias partes libias. Algunos de nuestros ‎socios partieron del hecho de que tan pronto como la comunidad internacional, representada por ‎el Consejo de Seguridad, por la Conferencia de Berlín, tome algunas decisiones, lo único que ‎queda es persuadir a las partes en Libia para que estén de acuerdo.‎

Ahora bien, la práctica demuestra que teníamos razón cuando advertimos contra ese enfoque, ‎porque todo se basaba en el hecho de que estos acuerdos, que se adoptaron en Berlín, ‎no fueron plenamente elaborados por las propias partes libias. De hecho, Berlín ha creado una ‎buena base, pero ahora tenemos que ultimar los detalles. Y aquí vemos cambios positivos: el ‎presidente del Parlamento de Tobruk, el señor Salah, junto con el presidente del Gobierno de ‎Unidad Nacional, Sarraj, se mostraron a favor de un alto al fuego, por una tregua estable y por la ‎reanudación del trabajo, que fue interrumpido en el formato 5+5 –es decir, el formato para ‎resolver problemas militares–, y por reanudar las negociaciones sobre asuntos económicos, ‎principalmente sobre la necesidad de una solución justa a los problemas de explotación de los ‎recursos naturales de Libia.‎

El señor Salah presentó una iniciativa muy importante sobre la necesidad de tener en cuenta los ‎intereses no solo de las regiones de Tripolitania y Cirenaica, sino también de Fezán, la parte sur de ‎Libia, que a menudo no se ha mencionado en los debates anteriores.‎

Así que ya hay ideas sobre la mesa que ya han sido probadas y aprobadas en los contactos entre ‎las partes. El encuentro que se convocó en Marruecos entre las partes libias tuvo buenas ‎repercusiones y ahora, junto con nuestros colegas, seguimos contribuyendo a estos esfuerzos ‎comunes.‎

Hace unos días, se llevaron a cabo consultas con nuestros colegas turcos en Ankara. ‎

Continuamos con este trabajo. Nos comunicamos tanto con Egipto como con Marruecos; hablé ‎por teléfono con mis compañeros ministros de Relaciones Exteriores de Marruecos y la República ‎Árabe de Egipto. Recientemente hablé con el ministro de Relaciones Exteriores italiano, quien, por ‎razones obvias, también está muy interesado en ayudar a un arreglo libio.‎

Creo que ahora ha surgido un resultado muy prometedor, intentaremos apoyar activamente este ‎proceso y contribuir al arreglo.‎

Consideramos muy importante interrumpir lo antes posible la pausa que ha durado más de 6 ‎meses con el nombramiento de un representante especial del Secretario General de la ONU para ‎un arreglo libio. El ex representante dimitió en febrero y hasta ahora Antonio Guterres no puede, ‎por algún motivo, decidir sobre el nombramiento de su sucesor. Hay razones para creer que ‎algunos países occidentales están tratando de promover a sus candidatos, pero nuestra posición ‎es muy simple: es necesario que el nombramiento del representante del Secretario General de la ONU para Libia sea ‎coordinado con la Unión Africana. Esto es obvio: Libia es un miembro activo de la Unión Africana ‎que tiene un gran interés en ayudar a resolver este problema. Les he explicado la situación actual ‎con cierto detalle. Hay motivos para un optimismo cauteloso.‎

Sergéi Lavrov

Fuente
Sputnik

Tomado de: voltairenet.org 

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