"EE. UU. denomina al despliegue de su escudo antimisiles en Europa 'paraguas'. Pues este paraguas está apuñalando tanto a los países miembros de la OTAN, como a los estados neutrales de la región", opina el vice primer ministro ruso, Dmitri Rogozin. Subraya que la defensa siempre debe estar centrada en los límites del país (alianza) que esté defendiéndose. "Si se trata de penetrar en un territorio ajeno, ya no se trata de una defensa. Es una agresión", sostiene.
"Es muy raro hablar de una defensa cuando se ven afectados estados que no quieren que alguien les controle, cuando un radio de no sé qué misiles se extiende en su territorio", acentúa. Según Rogozin, el mero hecho de que el sistema antimisiles norteamericano tenga parámetros que le permiten abatir misiles estratégicos y de que este sistema esté desplegándose en los mares norteños testimonia que el escudo tiene "un carácter explícitamente antirruso". Según el vice primer ministro, que la OTAN coloque su Marina en los fiordos noruegos no tiene un fin de responder a un posible ataque de misiles norcoreanos o iraníes. "En esta región solo está la Federación Rusa", precisa.
Washington se abstiene prácticamente de negociar la situación con Moscú, comenta el político, y detalla que EE. UU., junto a sus aliados de la OTAN, ya dispone de 1.000 cohetes aptos para derribar los misiles balísticos intercontinentales rusos. El número es casi el límite máximo establecido por el nuevo tratado START, el acuerdo bilateral entre Rusia y EE. UU. sobre la reducción de armas estratégicas nucleares que entró en vigor hace un año. Pero aun así, no hay ninguna garantía de que después de las tres fases del despliegue del escudo no haya otras tres, insiste Rogozin. Y añade que no es probable que después de 2020 Washington deje de desarrollar sus tecnologías.
"Es muy raro hablar de una defensa cuando se ven afectados estados que no quieren que alguien les controle, cuando un radio de no sé qué misiles se extiende en su territorio", acentúa. Según Rogozin, el mero hecho de que el sistema antimisiles norteamericano tenga parámetros que le permiten abatir misiles estratégicos y de que este sistema esté desplegándose en los mares norteños testimonia que el escudo tiene "un carácter explícitamente antirruso". Según el vice primer ministro, que la OTAN coloque su Marina en los fiordos noruegos no tiene un fin de responder a un posible ataque de misiles norcoreanos o iraníes. "En esta región solo está la Federación Rusa", precisa.
Washington se abstiene prácticamente de negociar la situación con Moscú, comenta el político, y detalla que EE. UU., junto a sus aliados de la OTAN, ya dispone de 1.000 cohetes aptos para derribar los misiles balísticos intercontinentales rusos. El número es casi el límite máximo establecido por el nuevo tratado START, el acuerdo bilateral entre Rusia y EE. UU. sobre la reducción de armas estratégicas nucleares que entró en vigor hace un año. Pero aun así, no hay ninguna garantía de que después de las tres fases del despliegue del escudo no haya otras tres, insiste Rogozin. Y añade que no es probable que después de 2020 Washington deje de desarrollar sus tecnologías.
Dmitri Rogozin hizo estas declaraciones unas horas después de que el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, comentara en una rueda de prensa que las medidas que Rusia está emprendiendo en respuesta al despliegue del escudo antimisiles estadounidense en Europa son un gasto inútil. "Es una forma de malgastar los recursos financieros, ya que el refuerzo del armamento ofensivo está dirigido contra un enemigo artificial que no existe", señaló.
Desde noviembre pasado, cuando el presidente ruso, Dmitri Medvédev, nombró una serie de medidas que el país lanzará para proteger el equilibrio nuclear actual, Rusia está colocando en sus fronteras sistemas de alerta temprana sobre posibles ataques con cohetes y armamentos avanzados. Según opina el analista político Lajos Szaszdi, lo que Rusia necesita no son discursos, sino garantías jurídicas firmadas por la OTAN de que el escudo no sea utilizado contra ella. Pero incluso en este caso Rusia no podrá sentirse completamente segura, acentúa.
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