jueves, 8 de diciembre de 2011

La Celac, nuestra esperanza


Nancy Bravo de Ramsey

Nancy Bravo de Ramsey

Los ojos del mundo están puestos en América Latina en estos días. El hecho especial que ha llamado la atención de la comunidad de naciones ha sido la conformación de la Celac, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, con la presencia de los representantes de 33 países de esta parte del continente y la marginación de Estados Unidos y Canadá, pues se ha considerado que ambas naciones formaron parte importante de la OTAN, la todopoderosa alianza con tantas acciones de masacre, destrucción y abusos en el mundo, así como la presencia hegemónica de USA en la OEA, que toma decisiones de acuerdo a los intereses de la nación del Norte, que convirtió a los Estados del Sur en su “patio trasero” con todas sus connotaciones.  
El sueño de Simón Bolívar y de otros grandes hombres de los pueblos de las antiguas colonias en la América Latina se está haciendo realidad. Y en este proceso de realizaciones ya avizorado doscientos años atrás por los héroes continentales, en la actualidad los días 2 y 3 de diciembre de este todavía 2011  se reunieron en Caracas los representantes de aquellas valientes y decididas 33 naciones de nuestra Patria Grande, en lo que fue la I Cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños).
Este organismo internacional de ámbito regional suma una  población de 570 millones de habitantes, que desenvuelven sus actividades dentro de una superficie total de 20’446.909 kilómetros cuadrados. He ahí la razón por la cual la unión de las 33 naciones latinoamericanas llama tanto la atención del mundo, mientras hace temblar a uno de los Estados más poderosos del orbe, que ve escaparse de sus manos su dominio sobre nuestros pueblos.
Con una historia impresionante que se remonta a la pasión de Bolívar por la unificación de los pueblos de nuestra América en una sola nación, la conformación de la Celac, a lo que se interpuso la traición de los desleales de cada tiempo -Santander y su grupo de colombianos en los años de Bolívar,  entre otros-, viene a ser la respuesta que los sectores progresistas  de la parte sur de nuestro continente  buscaba con ahínco.
Sin embargo, los jefes de Estado  progresistas y aún socialistas del grupo de la Celac -Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador, Perú, Uruguay, Paraguay, Nicaragua,  etc.- que hacen la mayoría, deberán coexistir con otros grupos de la comunidad con ideologías diferentes  -entre ellos Colombia, Brasil, Argentina, Chile, Costa Rica, México, etc.-. Esta realidad permite suponer que los días venideros de la Celac no serán tan fáciles y que los organizadores
de esta unión regional deberán avanzar con pasos firmes y medidos.
Pese a todo, se sabe de antemano que la Celac dará el empuje definitivo a la economía de sus Estados miembros,  hasta lograr posicionar a la comunidad en los puestos de mayor impacto mundial.  Y conocemos, además, que en la actualidad Latinoamérica vive un gran crecimiento económico que  atrae por ello el interés del resto del mundo.  Veamos.  Nuestra región latinoamericana tiene un PIB de cerca de 6,3 billones de dólares. Es la tercera potencia económica a nivel mundial. Además, es el mayor productor  de  alimentos del mundo y el tercer mayor productor de energía eléctrica.
Todo esto, a la par del desarrollo de otros valores, entre ellos la soberanía,  la dignidad y la plena libertad de sus pueblos, así como la independencia de organismos que han sido nefastos a sus intereses. Algo así expresó el embajador de  Venezuela ante la OEA, durante una entrevista:  Esa organización es una señora de 60 años, de muy mala reputación y caracterizada por la deslealtad y la traición. Mientras  que la Celac es un bebé recién nacido, muy fuerte y cuyo padre es Bolívar y su madre, las 33 naciones de Sudamérica.

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