domingo, 15 de enero de 2012

El imperialismo económico, ayer como hoy



Escrito por Alots Gezuraga   
El imperialismo económico, ayer como hoy El modelo colonial se completó y perfeccionó en Francia tras la Revolución Francesa (1789) y en España tras las Guerras Carlistas (s.XIX).
Todo imperialismo tiene siempre el mismo componente motivador inicial: un interés económico y político en un Estado en teoría de inferior capacidad militar o al que cree poder vencer. Siempre con la perspectiva de poder después explotar a los nacionales y los demás recursos económicos del país conquistado de modo que se justifique el gasto en que inicialmente incurre el Estado invasor.
En nuestro caso, tras la conquista tanto de las tierras nabarras continentales como peninsulares (en un proceso que empieza en 1054 y acaba en 1620), mantuvimos los nabarros mientras pudimos defenderlo del acoso imperialista nuestro propio régimen legislativo: los Fueros, basados en el derecho pirenaico que nos es propio y que marca jurídica y políticamente el Estado baskón de Nabarra, del mismo modo y al mismo nivel que el euskera es nuestro principal rasgo cultural distintivo.
El modelo colonial se completó y perfeccionó en Francia tras la Revolución Francesa (1789) y en España tras las Guerras Carlistas (s.XIX), con un reguero de nuestra sangre. Estas masacres[1] y guerras para acabar con los rescoldos de la nación nabarra, supusieron la eliminación del régimen económico propio que derivaba de una legislación propia y marca también un mayor acoso a los demás signos de identidad nabarros como es nuestro idioma, que quedaba hasta entonces salvaguardado del mismo modo por el régimen foral.
Sin embargo, una pequeña autonomía de gestión económica aunque carente de toda soberanía, se mantiene en las tierras nabarras occidentales mediante el Real Decreto 28 de febrero de 1878, conocido como primer Concierto Económico: "las Provincias Vascongadas dentro ya del Concierto Económico contribuirán al sostenimiento de las cargas públicas en igual proporción que las demás de España"[2].
También derrotadas las gentes de la Navarra reducida durante la primera de las guerras carlistas y sus leyes suprimidas, el territorio que hasta entonces mantenía el nombre de “reino” (al igual que lo hacía en la parte continental Baja Navarra), firmó un armisticio en parecidos términos en 1841, dentro de la eufemísticamente llamada “Ley Paccionada” y posteriores, aceptando con ello –por imperativo militar que no legal…- el término territorial de “provincia” española.
Las tierras baskonas conquistadas por Francia, entraron en una decadencia económica de la que no se han recuperado, alejándose los parámetros económicos de los territorios punteros de ese Imperio, todo ello dentro del plan de asimilación de las naciones conquistadas y uniformización ciudadana llevada acabo por el Estado francés.
El modelo de economía colonial hoy:
Según datos de Eurostat, el PIB por habitante español se sitúa en el 103% de la media de la UE, a la altura de Italia pero lejos de Francia, el país que le precede, con un 107%. Pero la economía española tiene una productividad y unas rentas interregionales muy descompensadas.
Dentro de España, la Comunidad de Madrid, gracias al modelo colonial de metrópoli que lleva a concentrar todo el poder y cabeceras de las grandes empresas en la capital, tiene un 137% del PIB per cápita (unos 31.000 euros), en el otro extremo, la Comunidad Autónoma con una menor productividad es Extremadura con un PIB per cápita inferior en casi un 50% al de Madrid (sobre 16.000 euros y un 74% de la media de la UE).
En España hay grandes extensiones y provincias e incluso Comunidades Autónomas enteras de dudosa viabilidad económica, auténticos erales económicos. España trata de compensar estas enormes diferencias mediante trasvases de las Autonomías más productivas a las menos productivas, pero sin un compromiso de inversión que perpetúa esta diferencia. Además, con ello, frena la evolución de la economía española sacando dinero de las CC.AA que mejor se administran económicamente sin ningún plan de aumento de la productividad de las Comunidades perceptoras, lo que genera además el consiguiente mal estar continuo entre estas Comunidades.
La Comunidad Autónoma del País Vasco (CAV) y Comunidad Foral de Navarra (CFN) son las comunidades autónomas que entre 1995 y 2002 registraron una mayor productividad o renta per capita junto con Madrid, entre el 132-137% de la media española, seguidos por Catalunya con el 123%, lo que las convierte -por su buena gestión- en deudoras del resto de Comunidades Autónomas (estos datos están recogidos en el Informe de coyuntura de La Caixa de Catalunya).
Los economistas de la UPV del campus de Sarriko han hecho números: por el cupo e impuestos pagados a Madrid por la CAV en los cuatro años que van de 1998 al 2001, el gobierno de España se ha embolsado netos en ese período (descontados los gravosos “servicios comunes” como la Casa Real española, el ejército o las embajadas): más de 1,3 billones de las entonces pesetas[3].
En el caso de Catalunya, una primera cifra asciende 22.000 millones de euros anuales de manera directa[4] (el coste de construir y llenar de obras de arte 166 museos Guggenheim como el de Bilbao al año), todo ello por el llamando “Marco español de compensación interregional”, pese a tener esas naciones un coste de la vida muy superior a las regiones españolas perceptoras de esas rentas y que no se tiene en cuenta, o pese a pagar más “impuestos indirectos” como las innumerables autopistas de peaje de la CAV y Catalunya.
Los españoles piden siempre y fácilmente solidaridad a otros, pero no parece que entre ellos sean igual de exigentes, así, el trasvase o solución para que llegue el agua necesaria al Levante, Murcia, y Andalucía Oriental, está lejos de producirse.
Este desastroso modelo ha llevado a España a un peso excesivo del sistema público, dedicado a la gestión burocrática e improductiva para el país. En España hay más de 3 millones de funcionarios con tareas muchas veces triplicadas o cuadriplicadas entre las diferentes administraciones (estatal, autonómica, provincial y local), todo por no reconocer las naciones que pretenden fagocitar en su proyecto inconcluso de Estado-nación: se llamó “café para todos”.
El déficit público de todas las administraciones españolas aumentó un 31,7% en 2010, hasta registrar 115.455 millones de euros (el 10,9% del PIB), el mayor de su entorno económico.
Es más, las economías nabarra y catalana, no responden a los patrones de la economía española, sobre todo por el enorme peso que tiene la industria y el personal especializado, por lo que tienen intereses muchas veces contrapuestos al español y no resueltos en el modelo actual, mas cuando España acude a la UE en su representación y apoya las decisiones que le interesan a la economía española de turismo-barato y que perjudican por tanto a la economía catalana y nabarra al ser, prácticamente, opuestas. En general, la política y la gestión económica española lastra seriamente las economías de estas dos naciones y por tanto perjudica el nivel de vida de sus ciudadanos.
El reconocimiento de estas naciones y de la invasión del Estado baskón de Nabarra, sería un gran alivio para la política española que ganaría en coherencia y podría comenzar a ser España una democracia (en su caso Francia), lo que sin duda redundaría positivamente en su economía, ya que, como bien dice Iñaki Aginaga en Iparla: "La libertad es una fuerza productiva directa", o como decían K. Marx y F. Engels: “El pueblo que avasalla a otro pueblo forja sus cadenas” (“Sobre el Sistema colonial del Capitalismo”, aceptado y recalcado también por Lenin en “Obras Completas” XXIV, pág. 27).
El getxotarra Federico Krutwig era aún más contundente cuando en su libro “Vasconia” (1963), cuando decía esto otro: “La política de explotación colonialista viene siendo practicada por España y por Francia de forma muy ladina en Vasconia, desde el momento en que de una forma u otra controlan el sistema jurídico y económico de todo el país (…). Es decir, se trata claramente de una conquista por la que se obliga a trabajar a los vascos a favor de los españoles (…)”.
El modelo colonial que disfrazan las Comunidades Autónomas es patente, así entre el Estado de Nabarra en su territorio peninsular (sumando sólo CAV, CFN y La Rioja) y en Catalunya (sin Baleares ni Valencia), producen casi el 1/3 del PIB de España, es decir, España sería un 30% más pobre sin sus colonias peninsulares, además perdería las economías punteras y de mayor valor añadido.
España necesita un cambio sustancial en su modelo económico que pasa también por un cambio sustancial en su modelo político, impuesto por el último dictador –que incluía al Jefe de Estado y de las Fuerzas Armadas actual- y obsoleto según se palpa incluso en las calles españolas desde el 15 M.
España necesita un modelo económico encaminado a un mayor aprovechamiento de sus recursos humanos y naturales, un cambio hacia la diversificación de los sectores productivos y la exportación, junto con la cesión de su soberanía económica a la Unión Europea controlada por gestores germánicos; pero también es necesario un modelo político más democrático y cívico que suponga por tanto un control del pueblo sobre su gobierno y sobre su economía, así como la desaparición del modelo colonial actual que supondría la recuperación de nuestra libertad y la de Catalunya.
[1] Por ser “infâmes” al no saber francés, "porque sólo hay aristócratas" o por tener relaciones con gipuzkoanos y alto navarros, supondrá la deportación del 3 de marzo a septiembre de 1794 de 4.000 vecinos de Sara, Kanbo, Larresoro, Itsasu, Mendiondo, Luhusoko, Ezpeleta o Azkain, así como de otras localidades limítrofes, con 1.600 muertos camino de las Landas o en los pantanos de las propias Landas, la mayoría mujeres y niños, en un genocidio y limpieza étnica, pues todos sus bienes fueron confiscados y entregados a franceses (según Eukeni Goyhenetxe). En Baiona la guillortina funcionó 60 veces. Los nombres en euskera de las localidades fueron cambiados por otros inventados y en francés.
[2] Para mayor información al respecto se puede leer: “El origen del Concierto Económico” y “La UE y el Blindaje del Concierto Económico” de Aitzol Altuna Enzuna: http://www.nabarralde.com/es/component/content/article/3728
[3] Datos facilitados por el profesor de economía de la UPV del campus de Sarriko Anton Borja en sendas conferencias organizadas por Orreaga Iritzi Taldea e impartidas en Galdakano.
[4] Dato cogido del artículo de Victor Alexandre en Berria el 26/11/2011: “Nazionalista ez den “spanish revolution” hori”.


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