miércoles, 11 de enero de 2012

Triángulo Unasur, China e Irán, contrapeso a EE.UU.


VISITA DE MAHMUD AHMADINEYAD

La llegada del presidente iraní pone en evidencia el interés de los países “subdesarrollados” por escribir su propia historia, sin la influencia norteamericana, cuyo modelo político y económico ha desatado una nueva crisis financiera.



Alejandro Moreano.  Foto: Emilia Albán |  El Telégrafo
Alejandro Moreano. Foto: Emilia Albán | El Telégrafo
Redacción Actualidad
El arribo del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, al Ecuador,  después de una visita relámpago a  Venezuela, Nicaragua y Cuba que empezó  el lunes,  genera opiniones divididas: unos ven a Irán como parte del “eje del mal”, calificado así por el ex presidente estadounidense George Bush; y otros  justifican  su lucha por  independizarse de la hegemonía política norteamericana.
Pese a las críticas y al pedido de la Casa Blanca para que América Latina no estreche relaciones con Irán, el Gobierno ecuatoriano recibirá  mañana al líder persa, una decisión que revela la autonomía política del país, asegura el sociólogo Alejandro Moreano, quien ha estudiado la evolución de Medio Oriente.
La derecha ecuatoriana critica las  relaciones de Ecuador con Irán y China, mientras exige fortalecer las alianzas con EE.UU. y Europa. ¿En los actuales momentos, es oportuno? 
Ellos   buscan   la reproducción del orden dado. Hace 10 años esa tesis tenía fuerza porque aún no se veía el poder de  China, India y otras economías  emergentes; pero en el marco actual querer mantener la  subordinación a los EE.UU.   es una posición desacertada. Abrirse a otros mercados siempre ha sido una tesis fundamental, más aún cuando se avizora que el dólar dejará  de ser la moneda única y que iremos hacia  una canasta de monedas, con el euro, el yen y el yuan, amén del dólar. Cerrarse a Oriente sería  una política ciega y errónea.
Sin duda,   la visita dará paso a acuerdos  comerciales,  pero  creo  que la  llegada  de Ahmadineyad es, sobre todo, para fortalecer una relación política con la región cuando es latente la  perspectiva  de emancipación de América del Sur.
EE.UU., Israel y otros países de  Europa han cuestionado a Irán  por su programa nuclear y su  supuesta amenaza a la paz mundial. ¿Existen fundamentos para afirmar aquello?
Irán insiste y ha presentado pruebas de que su tecnología y estudios son  pacíficos. Existen expertos norteamericanos que creen que Irán no tiene las condiciones para crear un arma nuclear en los próximos cinco años. Pero lo  evidente  es que quienes lanzan la acusación y la consecuente amenaza de bloqueo son los  mismos que tienen el armamento nuclear  más grande del mundo y son los únicos que han utilizado un arma nuclear: los Estados Unidos.
Entonces, ¿qué autoridad moral tienen para cuestionar a Irán, sobre todo si no dicen nada sobre el armamento nuclear israelí? Lo que sucede es que necesitan el monopolio nuclear para mantener su hegemonía militar en el mundo, con 120 bases en todo el planeta,  porque la hegemonía económica la están perdiendo.
¿Cuáles son las potencialidades de Irán?
Yo no respaldo al gobierno iraní en algunos aspectos de su política, pero es  un país petrolero con una economía muy sólida. Es la decimoséptima economía del mundo. Tiene producción industrial y una tradición histórica excepcional, pues son los persas, de donde  proviene Zaratustra y la esencia del chiismo y el sufismo, la corriente más rica y creativa del pensamiento islámico. 
Si uno analiza el panorama mundial  detecta que en Irán confluyen dos políticas imperiales. La una, la vieja política norteamericana frente a los países islámicos, a los que califica como terroristas; y  por otro lado, una nueva estrategia: la guerra fría con China, cuya potencialidad económica es demasiado fuerte y ha creado malestar en la política estadounidense.
Esa estrategia comprende  crear un cerco en torno a China, más aún cuando EE.UU. ha tenido siempre éxito en su política de amenaza militar, como ocurrió con  la ex URSS, Nicaragua y Mozambique. Eso los obliga a gastar sus  recursos  en armas y   los conduce a una militarización política y social, perjudicial para las sociedades.
China, en cambio,  ha   desarrollado  su economía sin grandes gastos militares, pues su presupuesto de defensa es la décima parte del norteamericano. Una sustitución del régimen iraní mediante una guerra sería terrible para la potencia asiática, pues rompería el equilibrio geoestratégico y la obligaría a intervenir militarmente, y a incrementar sus gastos de defensa a costa de su desarrollo económico.
Cuando el mundo es testigo del desplome de las economías más grandes del mundo, ¿qué significa que Ecuador busque alianzas en Medio Oriente, con  Irán?
Los EE.UU. están perdiendo su hegemonía  económica, propiciando el desplazamiento hacia otra región, tal como ocurrió en  los años 20, cuando ese poder pasó de  Inglaterra a EE.UU. Ahora vemos que ese rol pasará a China, que en unos  20 o 30 años  será la primera economía del mundo.
Sin China o India, como parte de las economías emergentes, actualmente estaríamos enfrentando la peor crisis económica, como ocurrió  en 1929, cuando los precios de nuestras exportaciones –materias primas y productos agrícolas- se desplomaron. La  presencia de China ha hecho que el mercado mundial no se derrumbe y que  los precios  de las materias primas   se mantengan estables, de modo que, mientras ellos están en crisis, América Latina  está relativamente bien.
En los  siglos XIX y XX, Europa mejoró  las condiciones de vida de los trabajadores para evitar una guerra civil,  gracias a que explotaban a nuestros países. En la  crisis actual no pudieron hacerlo y eso los  lleva a explotar a sus propios trabajadores, con el riesgo de que las huelgas de Grecia y de Europa se conviertan en una gran amenaza política.
¿Cuáles serían los efectos?
Las  huelgas registradas  en toda Europa presagian conflictos muy grandes. Si se toma en cuenta el movimiento  Okupa Wall Street, que  si bien no es muy grande, revela una polarización increíble, en donde los banqueros  son mal vistos por amplios sectores de la sociedad norteamericana. Esos procesos dan a entender que Europa y EE.UU. van a vivir una  crisis social. Mientras tanto, China e India han crecido entre  un 8 y 10% en el mercado mundial.
El presidente iraní vendrá acompañado de sus ministros de Comercio y Minas. ¿Habrá oportunidades para el sector empresarial ecuatoriano?
Si uno analiza las relaciones Venezuela-Irán encuentra un esbozo de lo que deberían ser las relaciones económicas Sur-Sur, no reducidas al intercambio comercial sino propiciando acuerdos de desarrollo productivo y social conjuntos.
Irán ha construido en asociación con Venezuela 17 mil casas para habitantes pobres y planea construir otras 17 mil. Por otra parte, ha impulsado la construcción de una planta procesadora de maíz y tiene otros proyectos en esa perspectiva. Irán tiene una industria  petroquímica y   poder financiero,  por lo que  sería importante para Ecuador alcanzar acuerdos.  Pero, insisto,  el mayor  beneficio es político.
¿Qué tipo de beneficios?
La visita de Ahmadineyad  se debe entender  políticamente, pues se forma un triángulo  entre  Unasur, Irán y China, como un contrapeso a la hegemonía estadounidense, que  se expresaría también en el ámbito económico. El encuentro presidencial va hacia la descentralización del poder mundial, mediante la construcción de estructuras regionales, no compuestas por potencias. En esa línea estarían Unasur, la África Subsahariana, con Sudáfrica en el polo central, y Medio Oriente que tiene conexiones con Asia Central, lo que sería un avance extraordinario.

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