sábado, 13 de diciembre de 2025

Se adentrará Trump en un campo minado si ataca a Venezuela

Fuerzas de EE.UU. en una maniobra en Puerto Rico

Un reconocido analista político advierte que, si el presidente de EE.UU. llegara a cometer la locura de atacar a Venezuela, se vería envuelto en otro Vietnam.

“Si (el presidente de EE.UU., Donald) Trump cometiera un crimen y llevara a cabo sus amenazas de un ataque terrestre, marítimo y aéreo contra Venezuela, podría encontrarse en un campo minado, y sería difícil para él soportar los elevados costos políticos, humanos y financieros de tal situación”, ha informado el periódico Rai al-Youm, en un editorial publicado el jueves y elaborado por el reconocido politólogo Abdel Bari Atwan, para analiza la movilización militar de EE.UU. alrededor de Venezuela.

Según ha constatado el editor en jefe del rotativo árabe, Trump, con semejante acción, podría hundirse en otro Vietnam, pero este Vietnam no estaría a decenas de miles de kilómetros, sino en el denominado patio trasero del sur de Estados Unidos.

Actualmente, ha proseguido, se presentan dos teorías en los análisis sobre el futuro de esta crisis, una crisis que Trump se ha creado por su propia voluntad e imprudencia. Esta crisis es producto directo de Trump, quien, con la ayuda de un grupo de especuladores inmobiliarios que lo rodean como sus consejeros, ha provocado la situación.



La primera teoría sostiene que, basándose en las múltiples amenazas previas, Trump es un presidente cobarde, y el dicho “Mucho ruido y pocas nueces” le queda perfectamente. Ya había amenazado con bombardear Moscú, anexar Canadá, Groenlandia y el Canal de Panamá, transformar Gaza en un infierno y destruir a HAMAS (Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina), pero ninguno de estos planes se materializó. Es decir, sus amenazas son principalmente guerra psicológica, que en su mayoría no tiene consecuencias. La cesión de una quinta parte del territorio ucraniano a Rusia a través de su plan de paz es el mayor ejemplo de ello.

La segunda teoría sostiene que Trump cumplirá sus amenazas y atacará Venezuela y tal vez también a su vecino, Colombia. Ambos países se han rebelado abiertamente contra la hegemonía de Estados Unidos, han roto relaciones con su aliado, Israel, y se han acercado a China, Rusia y la organización BRICS. Cualquier agresión por parte de Estados Unidos podría llevar a la unión de la mayoría de los países sudamericanos, tanto sus pueblos como sus gobiernos, contra Trump, si es que este se mantiene en el poder, dado que su popularidad sigue cayendo debido a sus políticas y su gestión fracasada.





Maduro no se rendirá ante amenazas de Trump

El informe destaca que, aunque el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, se apoya en las mayores reservas de petróleo del mundo, no es como otros líderes petroleros, especialmente en Asia Occidental. De hecho, no se someterá a las amenazas de Trump, ni abandonará el poder ni entregará trillones de dólares a Estados Unidos.

El artículo ha indicado que el mandatario venezolano ha decidido mantenerse firme en la trinchera de la resistencia ante cualquier agresión estadounidense.

Como dijo el presidente Maduro, “Venezuela está lista para partirles los dientes al imperio norteamericano, si hiciera falta”. Esta valiente postura, ha recalcado el analista, fue una respuesta inmediata al anuncio del secuestro de un petrolero venezolano por parte de los buques de guerra de Estados Unidos.


Conforme al informe, más allá de esto, Maduro ha abierto las puertas para que los ciudadanos se alisten en las brigadas de resistencia popular que él mismo ordenó establecer. Hasta ahora, más de 4 millones y 300 mil voluntarios se han unido a estas brigadas, ansiosos por defender su patria, su honor y la soberanía de su país.


El analista ha puesto de relieve que la América de Trump, cuyo gabinete en la Casa Blanca está controlado por el lobby sionista y sus dirigentes en Tel Aviv, se enfrenta ahora a una prueba histórica peligrosa y humillante en Venezuela. Estados Unidos, de cualquier manera, ya sea que ataque o se retire, saldrá derrotado y humillado.

Desde el pasado mes de septiembre, EE.UU. ha llevado a cabo decenas de ofensivas en el mar Caribe y el Pacífico oriental, dejando muchas víctimas, en el marco de su llamada lucha contra drogas.

Ante las alegaciones de EE.UU. en defensa de sus ataques en el Caribe, Caracas en reiteradas ocasiones ha tachado de “agresión” las maniobras de EE.UU. dirigidas a imponer un cambio de régimen, subrayando que el verdadero objetivo es apropiarse de los recursos estratégicos del país, como el petróleo, el gas y el oro.



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viernes, 12 de diciembre de 2025

"El quiebre sistémico ya está en marcha" tras freno indefinido de activos del Banco Central ruso, según analista

© Sputnik / Konstantin Mikhalchevsky /

La Unión Europea acordó congelar los activos del Banco Central de Rusia de manera indefinida, lo cual pone en jaque a la economía y las finanzas mundiales, consideran expertos consultados por Sputnik.

Esta medida, que fue dada a conocer por medios locales, pretende afectar los bienes, que están valuados en 210.000 millones de euros (aproximadamente 246.529 millones de dólares).

"El quiebre sistémico ya está en marcha; solo falta quién dé el golpe final. Este proceso no es hipotético, es gradual y ya está sucediendo", asevera el analista internacional argentino Tadeo Casteglione.

Asimismo, subraya que la iniciativa de Bruselas provoca fuertes riesgos para la "arquitectura monetaria global".

En este tenor, la economista venezolana Katiuska López resalta que la decisión de Bruselas es "una agresión económica. Esta pretende, de cierta manera, limitar lo que Rusia pueda hacer y la manera en la que pueda utilizar sus propios recursos".
En una charla para este medio, el analista cubano Yosmany Fernández Pacheco expone que el freno a los activos del Banco Central ruso son un hito, donde las naciones europeas demuestran que no solo atacan compañías, sino a los países.

"Sienta un peligroso precedente respecto a la confiscación selectiva de reservas de una nación soberana, constituye un ataque al sistema financiero mundial y la multilateralidad en las relaciones financieras, y mina la confianza en el derecho internacional", acota.

Al respecto, el especialista argentino Jorge Elbaum menciona que este acontecimiento es un "acto de piratería" por parte de Bruselas. "Son rupturas del derecho internacional público", insiste.

Sobre el tema, Casteglione agrega que, a pesar de la gravedad de la medida, esto podría impulsar el intercambio comercial en monedas locales, así como el avance de los BRICS "como alternativa al sistema financiero tradicional".
Los especialistas indicaron que el congelamiento de los activos rusos también es una estrategia de Europa para presionar a Estados Unidos, con el fin de que deje de mediar en una posible solución a la crisis ucraniana.

"Es un intento de entorpecer toda negociación posible, aunque creo que no van a poder porque hay dos posibilidades: o bien Rusia sigue avanzando militarmente, que es lo que está sucediendo, o se alcanza una tregua que respete la seguridad estratégica [del país euroasiático]", sostiene Elbaum.

En este sentido, Casteglione vislumbra lo acontecido como una "extorsión" contra Washington.

"O se mantiene el conflicto en Ucrania, o se pone en riesgo el sistema monetario internacional", pondera.
Los expertos estiman que el objetivo del bloque europeo es frenar, a toda costa, el avance económico de Rusia.

"Lo que buscan, en cierto modo, es aislar a los países que pueden desarrollarse por su propio pie. Debemos, por tanto, blindar nuestros sistemas financieros, nuestras reservas y todo lo que tengamos, porque así como actúa la Unión Europea, cualquier otra instancia internacional o supranacional podría, en cualquier momento y si así lo considera, hacerlo con [nuestras naciones]", analiza López.

En este tenor, Fernández Pacheco rescata que la insistencia de Bruselas de cortar todo vínculo económico con Moscú, es reflejo de un gran miedo por parte de Europa.

"Esta postura refleja un temor europeo a las represalias, que ya habían sido anunciadas por Moscú si este tipo de acciones se desarrollaban, pero todo esto plantea una erosión de la propia credibilidad de los estados europeos. Moscú ha dejado claro que no permanecerá pasivo (...)", recuerda.

Pero, a pesar de este panorama, los expertos auguran que hay alternativas, ya que estas medidas pueden dar mayor impulso a los BRICS o al comercio en monedas locales.


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Estados Unidos mueve fichas en Siria


El Ministerio de Exteriores sirio ha desmentido la existencia de un acuerdo con Washington para instalar una base militar en el sur del país.

El desmentido, en apariencia taxativo, encaja con la estrategia habitual de la diplomacia siria: guardar silencio cuando se trata de asuntos sensibles que podrían contener parte de verdad. La Cancillería —bajo la batuta del ministro Shebani— es, además, un engranaje esencial en la toma de decisiones de política exterior.

No obstante, proliferan los indicios de una coordinación tácita con Estados Unidos en el ámbito militar, lo que sugiere que la negativa siria puede ser cierta solo en el plano literal: quizás no exista una “base” en sentido estricto, pero sí una modalidad distinta de presencia estadounidense, adaptada a las nuevas necesidades estratégicas.
Un redespliegue cuidadosamente calibrado
Los movimientos de Washington en Siria parecen responder a un reposicionamiento interno, más que a un refuerzo cuantitativo de tropas. Estados Unidos ya mantiene efectivos en el este del país y en la base de Al-Tanf. Lo que busca ahora es reorganizar este dispositivo a la luz de varios acontecimientos: la reintegración de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) en la estructura del ejército nacional y el inminente acuerdo de seguridad entre Siria e Israel, cuya firma se prevé en el corto plazo.

El enviado estadounidense Thomas Brack deslizó la semana pasada, coincidiendo con la visita del presidente sirio, Ahmad Al-Golani, a Washington para formalizar la adhesión de Siria a la llamada coalición contra Daesh, que Damasco se ha convertido en un “socio esencial” para Estados Unidos. El propio mandatario sirio corroboró esa idea al definir a Siria como “aliado geopolítico” de Washington, expresión que revela una cooperación en materia de seguridad mucho más amplia de la que se admite públicamente.

En paralelo, se han registrado movimientos inusuales en la badiya (desierto sirio). El comandante del Mando Central estadounidense (CENTCOM), el almirante Brad Cooper, visitó Damasco en septiembre y octubre, una señal inequívoca de que ambas partes discuten el reposicionamiento militar. Delegaciones de la coalición internacional inspeccionaron instalaciones estratégicas como los aeropuertos de Al-Dumeir y Al-Seen, mientras nuevos blindados y aeronaves estadounidenses aterrizaban en Al-Tanf.

Todo apunta a que el cinturón rural de Damasco —desde el desierto hasta la frontera libanesa y el sur sirio— se ha convertido en el eje prioritario del nuevo dispositivo estadounidense, con operaciones de asalto recientes destinadas a neutralizar células extremistas.
Una arquitectura militar en transición
Los analistas apuntan a que la presencia norteamericana podría mutar hacia una sala de operaciones conjunta, orientada a la gestión de la seguridad y la lucha antiterrorista, como parte de una reconfiguración más amplia del despliegue estadounidense en Siria.
Las motivaciones estratégicas de Washington
Tres grandes vectores explican este rediseño:
1. Reinvención del papel estadounidense
La lucha contra Daesh ha dejado de ser una justificación suficiente. El grupo está debilitado, y las fuerzas locales han ganado capacidad. Washington intenta transformar su presencia militar en un proyecto geopolítico de mayor calado, que combine seguridad, política y economía para modelar las dinámicas del Levante en un momento de profundas mutaciones regionales.

2. Control de las dinámicas del Levante 
Contener lo que llama influencia de Irán, bloquear rutas vulnerables, dificultar el avance de China e incomodar a Rusia.
Garantizar alertas tempranas ante episodios como la Operación Tormenta Al-Aqsa, en el marco de un diseño estadounidense para una futura arquitectura de paz que Donald Trump aspira a liderar.

Simultáneamente, la Administración busca fijar las reglas del nuevo orden regional, desde las normas de enfrentamiento hasta los ritmos de la desescalada, con el propósito último de convertir Asia Occidental en lo que denomina “polo económico articulado”, donde las empresas estadounidenses participen en corredores comerciales, gasoductos y reconstrucción.

Siria, situada en una encrucijada estratégica que conecta el Mediterráneo con Irak, Turquía, Jordania y los territorios ocupados por el régimen de Israel, deja así de ocupar la categoría de “territorio marginal” dentro de la visión estratégica de Washington.

Una convergencia de intereses inédita
El renovado interés estadounidense coincide con la voluntad de varios actores regionales de garantizar la unidad territorial siria y frenar los impulsos fragmentarios de Israel. Para muchos gobiernos vecinos, la implicación de Washington es la única vía viable para impedir escenarios de disgregación, aunque en la práctica el régimen de Tel Aviv está violando todas las normas internacionales lanzando ataques contra el país levantino.

El nuevo liderazgo de Damasco, por su parte, calcula que la cooperación con Estados Unidos podría fortalecer su aparato de seguridad y proporcionarle recursos para reconstruir instituciones clave.

Lo que viene
La presencia estadounidense podría adoptar formas más discretas que las bases tradicionales. Algunos escenarios contemplan la integración de expertos militares estadounidenses en estructuras del ejército sirio, bajo el pretexto de entrenamiento y asistencia en la integración de fuerzas externas como las FDS o las milicias de Sweida.

Sea como fuere, todo indica que la fase que se abre estará marcada por un refuerzo significativo de las medidas estadounidenses para reestructurar su presencia en Siria, alineándola con una arquitectura estratégica que Washington aspira a consolidar en toda la región.

Por Mohsen Khalif

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