martes, 21 de septiembre de 2021

Resistencia mata a militares de EEUU e Israel, asesinos de Soleimani

 

El funeral del general Qasem Soleimani y Abu Mahdi Al-Muhandis en Bagdad, Irak, 4 de enero de 2020 (Foto: Reuters).

El Eje de Resistencia mata a un comandante de EE.UU. y otro de Israel, responsables del asesinato del general iraní Qasem Soleimani, en 2020, revela un informe.

En represalia por el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general iraní Qasem Soleimani, y de Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, el Eje de Resistencia ha matado a dos comandantes de alto rango, uno estadounidense y el otro israelí, en una operación militar en la ciudad de Erbil, en el norte de Irak, según informó el lunes la página web The Cradle.

El portal, que se describe a sí mismo como una publicación dirigida por periodistas que cubren la región de Asia Occidental, citando a una fuente de seguridad de alto nivel del Eje de la Resistencia, ha identificado a los dos comandantes muertos como el teniente coronel estadounidense James C. Willis, de 55 años, de la Unidad Red Horse, y el coronel israelí Sharon Asman, de 42 años, de la Brigada Nahal.

La fuente no dio más detalles sobre el momento de los ataques contra los mandos fallecidos; sin embargo, The Cradle indica que tanto EE.UU. como Israel habían afirmado que sus comandantes murieron en accidentes separados y en diferentes días.

Por su parte, el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) había afirmado el 27 de junio que Willis murió en un incidente que no fue de combate en la base de Al-Udeid de Catar, sin proporcionar más detalles. Y, según los medios israelíes, Asman perdió la vida el 1 de julio después de colapsar durante un entrenamiento físico en una base militar israelí.


A unos días del primer aniversario del asesinato del teniente general iraní Qasem Soleimani, el país persa promete una dura venganza.

Ante esas explicaciones el reporte desestima los informes de los medios de comunicación destinados a ocultar la verdad y, citando a la fuente de seguridad, remarca que las muertes de Willis y Asman ocurrieron en Erbil.

El teniente general Qasem Soleiman y Al-Muhandis, junto a otros compañeros, fueron asesinados en una operación terrorista realizada el 3 de enero de 2020 en Bagdad (capital iraquí), ordenada por el expresidente de EE.UU. Donald Trump.

El alto estratega iraní desempeñó un papel relevante en los cruentos combates contra los grupos terroristas en Irak y Siria, muchos de ellos respaldados por EE.UU., el régimen israelí y ciertas monarquías árabes, e insistió siempre en la necesidad de combatir al régimen de Israel y de la plena liberación de Palestina, razón por la cual había recibido amenazas de muerte, en concreto del servicio de inteligencia israelí, el Mossad.


domingo, 19 de septiembre de 2021

Yemen: Recientes victorias han puesto al enemigo saudí de rodillas

Integrantes del movimiento popular yemení Ansarolá en las afueras de Saná, la capital, 8 de julio de 2020. (Foto: Reuters)

El ministro de Defensa de Yemen destaca que las recientes victorias militares del Ejército y la Resistencia de su país han puesto al enemigo saudí de rodillas.

“Las recientes victorias en las áreas operativas, especialmente en Marib, han puesto al enemigo de rodillas; un enemigo que ahora está colapsando y está en sus etapas finales”, dijo el domingo Muhamad Naser al-Atefi.
El titular de Defensa yemení señaló también que los países miembros de la llamada coalición liderada por Arabia Saudí contra Yemen actualmente se encuentran en pésimas condiciones en distintos ámbitos, incluidos el militar, económico, político y publicitario.

De hecho, prosiguió Al-Atefi, hoy en día los agresores están pagando un alto precio por su tiranía, coerción y la guerra que han impuesto contra Yemen, el país más pobre del mundo árabe, desde marzo de 2015.

El ministro enfatizó que ningún agresor u ocupante permanecerá en el territorio yemení y consideró imposible que sus compatriotas acepten a los agresores, incluso con todas las conspiraciones posibles de las fuerzas malvadas y arrogantes contra la resistencia del pueblo. Los yemeníes lograrán la victoria, vaticinó.


El Ejército de Yemen, apoyado por los comités populares, anuncia la liberación de más de 1600 km cuadrados de la estratégica provincia de Marib (centro-oeste).

A pesar de que la agresión y el bloqueo impuestos por el reino árabe y sus aliados han convertido a Yemen en un “infierno”, según las Naciones Unidas, el Ejército yemení, apoyado por el movimiento popular Ansarolá, ha podido resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que ya es capaz de disuadir la agresión saudí, responder a sus crímenes y hasta golpear los objetivos militares y vitales de los agresores.
Expertos afirman que Arabia Saudí sufre un “desgaste increíble” que se puede afirmar que ha perdido la guerra en Yemen, pese a la enorme cantidad de fondos que ha gastado en el conflicto y el apoyo que recibe de parte de países occidentales, principalmente de EE.UU.


viernes, 17 de septiembre de 2021

20º ANIVERSARIO DE LOS ATENTADOS DEL 11 DE SEPTIEMBRE

Hoy todo da la razón a Thierry Meyssan

por Thierry Meyssan

Al poner en duda la versión oficial de los atentados del 11 de septiembre, Thierry ‎Meyssan abría un debate mundial en 2001. Pero la parte más importante de su libro ‎sobre el 11 de septiembre era un estudio de ciencias políticas que pronosticaba la ‎evolución futura de Estados Unidos después de aquellos crímenes. El problema no es ‎saber cómo se cometieron los atentados sino por qué Estados Unidos reaccionó ‎aquel día violando su propia Constitución y por qué adoptó de inmediato profundas ‎reformas que cambiaron la naturaleza de sus instituciones. Meyssan pronosticó ‎entonces la transformación del Imperio estadounidense, transformación que estamos ‎viendo con la planificación de la caída de Kabul. Todo lo que había anunciado ‎en 2002 se ha visto confirmado en los últimos 20 años.‎


El 11 de septiembre de 2001, sólo horas después de los atentados, ‎en declaraciones a la televisora de Nueva York Channel 9, Donald Trump desmentía ‎públicamente la versión oficial de lo sucedido. Este magnate inmobiliario irrumpió después en ‎el mundo de la política y se convirtió en presidente de Estados Unidos. Trump se había fijado ‎como misión aclarar los sucesos del 11 de septiembre. Pero no logró ese objetivo. ‎

A finales del año 2001, publiqué una serie de artículos sobre los atentados ‎del 11 de septiembre ‎de 2001 y en marzó de 2002 publiqué un libro sobre ese asunto ‎‎ [1]. Desde su publicación mi libro fue traducido a ‎‎18 idiomas y abrió un debate mundial que ‎cuestionaba la veracidad de la narrativa oficial de ‎Estados Unidos sobre los hechos del 11 de ‎septiembre. ‎

Sin embargo, la “prensa internacional” se negó a tomar en cuenta mis argumentos y ‎emprendió ‎una campaña acusándome de «amateurismo» [2], de «conspiracionista» [3] y de ‎‎«negacionismo» ‎‎ [4]. ‎

Lo más importante es que las autoridades de Estados Unidos y sus aliados redujeron ‎todo ‎mi trabajo al contenido de las primeras páginas de mi libro –las que ponían en duda la ‎versión ‎oficial sobre los atentados– y fingieron no ver que era un libro de ciencias políticas ‎que ‎denunciaba lo que aquellos atentados “false flag” [5] iban a permitir justificar: el recrudecimiento de ‎la vigilancia ‎institucional sobre la ciudadanía en los países occidentales y el inicio de la «guerra ‎sin fin» en el ‎Medio Oriente ampliado o Gran Medio Oriente. ‎

En el presente artículo voy a pasar revista a todo lo que hemos logrado saber en los ‎últimos ‎‎20 años sobre aquellos atentados. Pero veremos sobre todo si mis predicciones ‎de 2002 ‎resultaron ser ciertas o no. ‎

El presidente de Emiratos Árabes Unidos, Cheik Zayed, hizo traducir y ‎publicar mi libro «L’Effroyable imposture». Incluso firmó numerosos ejemplares y los envió ‎como regalo personal a personalidades del mundo árabe.


EL AGUJERO NEGRO DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001

‎Si alguien pregunta qué sucedió el 11 de septiembre de 2001, usted seguramente evocará ‎las ‎imágenes de los atentados contra las Torres Gemelas del World Trade Center ‎y contra ‎el Pentágono. Pero seguramente olvidará muchas otras cosas, como los casos de ‎personas que ‎se beneficiaron con la caída de las acciones de las compañías aéreas afectadas… ‎beneficios que ‎pudieron obtener porque sabían lo que iba a suceder aquel día; el incendio que ‎devastó el anexo ‎de la Casa Blanca –el Old Eisenhower Building– o el derrumbe de un tercer ‎edificio del ‎World Trade Center. ‎

Lo más sorprendente es que casi nadie recuerda ya que, a las 10 de la mañana del aquel ‎día, ‎Richard Clarke puso en marcha el «Plan de Continuidad del Gobierno» [6]. Con aquella decisión, el presidente George W. Bush y todo ‎el Congreso ‎quedaban suspendidos de sus funciones y bajo “protección” militar. ‎

El presidente Bush fue conducido a una base aérea en Nebraska, donde ya estaban –‎desde ‎la noche anterior– todos los jefes de empresas que ocupaban los pisos superiores de ‎las ‎Torres Gemelas [7], mientras ‎que todos los miembros del Congreso habían sido concentrados en ‎el megabúnker de Greenbrier. ‎El Poder quedó así en manos del «Gobierno de Continuidad», ‎que se hallaba en otro ‎megabúnker –el llamado «Complejo R» de Raven Rock Mountain [8]. ‎El Poder no fue devuelto a los civiles hasta el final de aquel día. ‎

El 11 de septiembre de 2001, al ser informado por su estado mayor de que ‎un satelite ruso había observado un tiro de misil desde un navío estadounidense posicionado ‎frente a Washington hacia el Pentágono, el presidente ruso Vladimir Putin trató de ‎comunicarse con el presidente George W. Bush. Pero no pudo hacerlo, no porque hubiese ‎dificultades con las redes telefónicas sino porque George Bush hijo había sido despojado ‎temporalmente de todas sus prerrogativas y funciones presidenciales.

‎‎¿Quiénes eran los miembros de aquel «Gobierno de Continuidad» y qué hicieron ‎durante ‎el tiempo que asumieron el Poder? Todavía no se sabe. Los miembros del Congreso ‎que plantearon esa interrogante nunca pudieron organizar una audiencia para ‎aclararlo. ‎

Es importante entender que mientras no se aclaren ese y otros aspectos de ‎lo sucedido ‎aquel día, se mantendrá la polémica sobre el 11 de septiembre de 2001. ‎El protocolo que ‎se aplicó aquel día había sido concebido por el presidente ‎Eisenhower ‎en momentos en que se temía una guerra nuclear y partiendo del principio que ‎si perecían él –‎el presidente de Estados Unidos–, los presidentes del Senado y de la ‎Cámara ‎de Representantes, así como la mayoría de los miembros del Congreso, o sea ya ‎en ausencia ‎de los poderes constitucionales, los militares tendrían lógicamente que asumir la ‎continuidad ‎del gobierno. Pero, el 11 de septiembre de 2001 no sucedió absolutamente nada de ‎eso. ‎No murió ni un solo representante de los tres poderes reconocidos en la ‎Constitución ‎estadounidense. Por consiguiente, el traslado del poder a un «Gobierno de ‎Continuidad» fue ‎una medida inconstitucional. ‎

En otras palabras, fue un golpe de Estado. ‎

Después de los hechos del 11 de septiembre de 2001, Jacques Chirac, ‎entonces presidente de Francia, viajó a Nueva York para presentar personalmente sus ‎condolencias a la población en duelo. Cuando se publicó mi libro «L’Effroyable imposture», ‎el presidente Chirac solicitó a la inteligencia francesa para el exterior (DGSE) que verificara ‎mis argumentos y los elementos que yo aportaba. Posteriormente, el presidente Chirac ‎se negó a poner las fuerzas armadas francesas bajo las órdenes de Estados Unidos ‎en Afganistán e impidió la participación de Francia en la “guerra sin fin”, durante la invasión ‎contra Irak. ‎


LOS ATENTADOS DEL 11 DE SEPTIEMBRE

En mi libro sobre el 11 de septiembre y los hechos posteriores, emití una hipótesis sobre ‎lo que ‎realmente sucedió aquel día. Pero eso carece de importancia en mi demostración. ‎La facción que ‎perpetró aquel crimen quería provocar una conmoción comparable a lo que ‎suscitaron ‎los hechos de Pearl Harbor… conforme a lo que ya habían escrito antes los miembros ‎del ‎‎Project for a New American Century, para justificar una modificación del modo de vida y ‎del ‎funcionamiento de Estados Unidos. Lo que hicieron fue contar a la opinión pública una ‎historia ‎increíble… que todos se tragaron sin chistar. ‎

Sin embargo: ‎

‎‎Hasta el día de hoy, no existe todavía nada que demuestre que los 19 individuos ‎designados ‎como “secuestradores aéreos” estuvieron realmente a bordo de los aviones ‎secuestrados. ‎Esas personas ni siquiera aparecían en las lista de pasajeros que las compañías ‎aéreas publicaron ‎aquel mismo día. Los videos que muestran a esos “secuestradores aéreos” ‎no fueron grabados ‎en Nueva York sino en otros aeropuertos donde estuvieron en tránsito.‎

‎‎Hasta el día de hoy, no existe ninguna prueba de que las 35 comunicaciones telefónicas ‎con ‎pasajeros que se hallaban en los aviones secuestrados hayan existido realmente [9]. ‎Lo mismo ‎sucede con la conversación telefónica atribuida a un pasajero que supuestamente ‎atacó a ‎los secuestradores del vuelo UA 93 y con la conversación telefónica que ‎el Procurador General, ‎Theodore Olson, decía haber sostenido con su esposa, quien viajaba en el ‎vuelo AA 77. Por el ‎contrario, el FBI especificó que los aviones secuestrados no tenían teléfonos ‎incorporados en ‎los asientos de los pasajeros y que dichos pasajeros habrían tenido que utilizar ‎sus propios ‎teléfonos celulares… que en aquella época no funcionaban a más de 5 000 pies de ‎altitud. ‎Además, en las listas de comunicaciones proporcionadas por las compañías ‎telefónicas ‎no aparecía ninguna de las comunicaciones mencionadas –ni siquiera la que reportó ‎el ‎Procurador General Olson. ‎

‎Hasta el día de hoy, no existe ninguna explicación física que permita entender el derrumbe ‎vertical (sobre ‎sí mismas) de las Torres Gemelas del World Trade y de un tercer edificio de aquel ‎complejo. Las Torres Gemelas recibieron cada una el impacto de un avión, sin que ‎eso ‎las derribara. Según la versión oficial, el combustible de los aviones ardió y el fuego fundió ‎las ‎vigas verticales que sostenían las dos torres, lo cual explicaría su derrumbe. Un tercer ‎edificio ‎del complejo también se derrumbó –sin impacto de ningún avión– supuestamente porque ‎fue ‎afectado por los derrumbes de las Torres Gemelas… pero no cayó lateralmente sino que ‎también ‎se derrumbó sobre sí mismo. Obsérvese que nadie explica las explosiones laterales que ‎reportaron ‎los bomberos y que se ven en numerosas imágenes filmadas. Nadie explica tampoco ‎la ‎presencia de vigas verticales seccionadas –no fundidas. Tanto las explosiones como la ‎presencia ‎de vigas seccionadas indican la existencia de una demolición no accidental sino ‎controlada. ‎Otro hecho, ni antes ni después del 11 de septiembre de 2001 se ha producido el ‎derrumbe de ‎ningún rascacielos como resultado de un incendio de grandes proporciones ‎ [10]‎. Y ‎después de ‎aquel 11 de septiembre, nadie ha sugerido modificar la manera de construir los ‎rascacielos para ‎evitar una catástrofe similar. Para terminar, las fotos de verdaderas “piscinas” de ‎acero fundido ‎tomadas por los bomberos y las fotos de la FEMA (la agencia estadounidense para ‎la gestión de ‎catástrofes) que muestran como se derritió la roca sobre la cual estaban ‎construidos ‎los cimientos son inexplicables según la versión oficial. ‎

‎‎Hasta el día de hoy, no existe ninguna prueba de que un avión de pasajeros se haya ‎estrellado ‎contra el Pentágono. Al día siguiente de los atentados, los bomberos explicaron en ‎una ‎conferencia de prensa que no habían encontrado allí nada proveniente de un ‎avión. ‎Las autoridades, que publicaron un comunicado feroz contra mi libro, anunciaron ‎haber ‎encontrado numerosas piezas de avión y aseguraron que estaban utilizándolas para ‎reconstituir ‎el aparato en un hangar… pero luego dejaron de informar al respecto. Por cierto, ‎familiares de ‎víctimas, inicialmente escandalizados por el contenido de mi libro, cambiaron de ‎actitud cuando ‎las autoridades les entregaron urnas funerarias con restos supuestamente ‎identificados gracias ‎a… las huellas digitales, lo cual debería ser imposible tratándose de ‎personas muertas en medio de ‎las altísimas temperaturas de un incendio de gran envergadura. ‎Algunos de esos familiares de ‎víctimas se negaron a firmar el acuerdo de confidencialidad que las ‎autoridades les proponían ‎a cambio de una fuerte indemnización. ‎

El líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro, defendió ‎los trabajos de Thierry Meyssan.‎

GENERALIZACIÓN DEL CONTROL DE LOS ESTADOS OCCIDENTALES SOBRE SUS PROPIOS CIUDADANOS

Inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre, sólo en cuestión de días, ‎la ‎administración de George W. Bush hizo aprobar en el Congreso un Código Antiterrorista, bajo ‎la ‎denominación de USA Patriot Act, la “Ley Patriótica Estadounidense”. Era un texto ‎muy ‎voluminoso que había sido redactado a lo largo de los 2 años anteriores por la Federalist ‎Society ‎‎–que contaba entre sus miembros al Procurador General Theodore Olson y al secretario ‎de ‎Justicia John Ashcroft. La US Patriot Act suspende la aplicación de la Carta ‎de Derechos ‎‎(Bill of Rights) en los casos de terrorismo.‎

Hagamos un poco de historia. Durante la formación de los Estados Unidos de América, ‎surgieron ‎dos facciones opuestas. Una de ellas, encabezada por Alexander Hamilton, redactó ‎la Constitución estadounidense con intenciones de instaurar un sistema similar a la ‎monarquía ‎británica, pero con gobernadores en lugar de la nobleza. La otra facción, encabezada ‎por ‎Thomas Jefferson y James Madison, rechazó aquella Constitución hasta que se agregaron ‎a ella ‎‎10 Enmiendas que debían evitar que los futuros gobernantes estadounidenses pudiesen ‎recurrir a ‎la «Razón de Estado». Esas 10 Enmiendas constituyen la United States Bill of Rights ‎o Carta ‎de Derechos y su suspensión mediante la Patriot Act echa por tierra el equilibrio que ‎debía ‎servir de base para la fundación de Estados Unidos. La imposición de la Patriot Act ‎favorece las ‎aspiraciones de la facción que quiso construir la nación estadounidense a imagen y ‎semejanza de ‎la monarquía británica, la facción de los descendientes de los llamados «Padres ‎Peregrinos», los ‎puritanos exiliados de Inglaterra. El presidente George W. Bush, al igual que ‎su padre ‎el presidente George H. Bush, es descendiente directo de uno de los 41 firmantes del ‎‎«Pacto del ‎Mayflower» de 1620. ‎

Para aplicar la USA Patriot Act, se creó en Estados Unidos un nuevo ministerio, ‎el ‎Departamento de Seguridad de la Patria (Department of Homeland Security o DHS), que abarca ‎toda ‎una serie de agencias que ya existían. Este Departamento de Seguridad de la Patria ‎de ‎Estados Unidos se dotó de una policía política capaz de espiar a cualquier ‎ciudadano ‎estadounidense. El Washington Post reveló en 2011 que el Departamento de ‎Seguridad de ‎la Patria reclutó 835 000 funcionarios, de los que 112 000 fueron contratados ‎en secreto ‎‎ [11], lo cual significa que esa agencia tiene un ‎espía por cada ‎‎370 habitantes, convirtiendo a Estados Unidos en el país más orwelliano ‎del planeta. ‎

Edward ‎Snowden reveló en 2013 cómo trabaja el Departamento de Seguridad de la Patria. ‎Snowden ‎no se limitó a revelar información sobre el sistema de espionaje mundial de las ‎comunicaciones ‎internacionales implantado por la Agencia de Seguridad Nacional (National ‎Security Agency o NSA) ‎sino que además divulgó elementos sobre la vigilancia interna de masas en ‎Estados Unidos. Hoy ‎vive en Rusia como refugiado político. ‎

Ese sistema de vigilancia y control interno de la población, aunque menos documentado, ‎ha venido ‎extendiéndose progresivamente en todos los Estados occidentales mediante los ‎‎“Cinco Ojos” ‎‎(Five Eyes) [12] y la OTAN. ‎

Como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo ‎Chávez ‎hizo votar en la Asamblea Nacional una moción de apoyo a la tesis expuesta en el ‎libro ‎‎«L’Effroyable imposture».‎

‎LA «GUERRA SIN FIN», DEL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2001 A LA CAÍDA DE KABUL EN 2021

‎Un mes después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, el entonces ‎secretario ‎de Defensa, Donald Rumsfeld, creaba la “Oficina de Transformación de la Fuerza” ‎‎(Office of ‎Force Transformation) y la ponía bajo la dirección del almirante Arthur Cebrowski. ‎Se trataba de ‎cambiar la función misma de las fuerzas armadas de Estados Unidos. ‎

La doctrina Rumsfeld-Cebrowski [13] es una reforma tan importante como ‎la ‎creación del Pentágono después de la crisis de 1929. Pero esta vez se trata de adaptarse ‎al ‎capitalismo financiero. Estados Unidos ya no tratará de ganar guerras sino de prolongarlas ‎el ‎mayor tiempo posible. Es ese el verdadero significado de la expresión «guerra sin fin» ‎del ‎presidente George Bush hijo. El verdadero objetivo de Estados Unidos será destruir ‎las ‎estructuras mismas de los Estados en los países cuyas riquezas pretende explotar. Con ‎la ‎destrucción de los Estados se busca evitar que los países víctimas de esa estrategia ‎puedan ‎ejercer algún tipo de control político sobre sus propios recursos. El coronel ‎estadounidense Ralph ‎Peters resumió esa doctrina en una frase: «La estabilidad, enemiga de ‎Estados Unidos» ‎‎ [14].‎

Eso es exactamente lo que acaba de suceder en Afganistán. Estados Unidos inició ‎su guerra ‎contra Afganistán justo después del 11 de septiembre. Supuestamente sería una guerra ‎de sólo ‎semanas, pero se convirtió en una guerra interminable. La victoria de los talibanes ‎a la cual ‎acabamos de asistir fue organizada –por Estados Unidos– para seguir prolongando ‎el conflicto. ‎Es por eso que el presidente Biden acaba de declarar que Estados Unidos ‎no invadió Afganistán ‎para construir allí un Estado –exactamente lo contrario de lo que ‎Estados Unidos hizo ‎en Alemania y en Japón después de la Segunda Guerra Mundial. ‎

Cuando se reunió con Vladimir Putin en Ginebra, Biden rechazó públicamente la ‎‎«guerra ‎sin fin». Pero ahora acaba de reactivarla, alineándose –como Barack Obama– tras la ‎doctrina ‎Rumsfeld-Cebrowski. ‎

Todos los conflictos iniciados después del 11 de septiembre de 2001 se han ‎prolongado ‎hasta hoy. Lejos de terminar después de la victoria militar proclamada por ‎Estados Unidos, la inestabilidad se ha instalado en Irak. Lo mismo ha sucedido en Libia, en Siria, ‎en Yemen y ‎en Líbano. Por supuesto, siempre existe el recurso de calificar lo que sucede en ‎esos países de ‎‎«guerra civil» y de acusar a sus líderes de ser «dictadores» o simplemente ‎no explicar nada. Pero ‎lo cierto es que esos países eran estables antes de las intervenciones ‎occidentales impulsadas por ‎Estados Unidos y que, cuando empezaron sus desgracias, la Libia de ‎Kadhafi y el Líbano de Aoun ‎eran incluso aliados de Estados Unidos. ‎

Bajo la administración de George Bush hijo, el vicepresidente Cheney había creado en ‎la ‎Casa Blanca un grupo secreto, encargado de definir el desarrollo de la política energética ‎de ‎Estados Unidos (National Energy Policy Development). Aquel grupo estaba convencido ‎de ‎el mundo estaba a punto de enfrentar una grave escasez de petróleo. Así que, si ‎Estados Unidos ‎destruyó Estados fue para poder explotar el petróleo de esos países, pero ‎no precisamente ‎ahora sino en otro momento. ‎

Además, la doctrina Rumsfeld-Cebrowski estipula que Estados Unidos no debe luchar contra ‎las ‎potencias globalizadas como Rusia y China sino que debe, al contrario, darles acceso a ‎los ‎recursos naturales de los países conquistados… pero obligándolas a pagar a Estados Unidos ‎para ‎obtener ese acceso. ‎

Al publicar numerosos informes internos de las fuerzas armadas estadounidenses, Julian ‎Assange ‎no reveló información realmente sensible. Pero el conjunto de documentos ‎revelados ‎permite comprobar que el Pentágono nunca trató de ganar las guerras que emprendió ‎después ‎del 11 de septiembre. ‎

Para librar esas guerras, el Pentágono se dotó secretamente de fuerzas especiales ‎clandestinas: ‎‎60 000 soldados que no portan uniformes [15] y que son capaces de ‎asesinar ‎a cualquiera, en cualquier país y sin dejar rastro. Ya en 2002, el periodista ‎estadounidense Bob ‎Woodward revelaba la operación bautizada «Matriz del Ataque Mundial», ‎que se había decidido ‎sólo 3 días después de los atentados del 11 de septiembre [16]. Por su parte, Wayne Madsen –también ‎estadounidense– publicaba los nombres de ‎las primeras víctimas en Papuasia, Nigeria, Indonesia y ‎Líbano [17].

Desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, el presidente ‎iraní ‎Mahmud Ahmadineyad explicó que, al ser utilizados como pretexto para justificar ‎guerras, ‎los hechos del 11 de septiembre de 2001 dejaban de ser una cuestión interna ‎de ‎Estados Unidos y exigió la apertura de una investigación internacional para aclarar qué ‎sucedió ‎realmente aquel día. ‎


CONCLUSIÓN

Los últimos 20 años confirmaron todas mis previsiones. Desgraciadamente, son pocos los que ‎han ‎visto con claridad la evolución del mundo. La mayor parte de la gente se niega a ver la ‎relación ‎que existe entre las revelaciones de fuentes diversas y casi nadie quiere ver la ‎responsabilidad de ‎las democracias occidentales en los crímenes perpetrados contra los países del Gran ‎Medio Oriente. ‎

El problema sigue siendo el mismo: casi nadie puede admitir que el criminal esté tan cerca. ‎

Thierry Meyssan


martes, 14 de septiembre de 2021

Atentados 11 de septiembre 2001: Dos Décadas de Impunidad

Por Pablo Jofré Leal

Este sábado se cumplieron 20 años de los atentados del 11-S cuando Al-Qaeda atacó supuestamente las Torres Gemelas en Nueva York, y el Pentágono, en Washington.

Los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Estados Unidos, sirvieron de base para desencadenar una guerra de alcance global, que explica las acciones desatadas por los grupos de poder estadounidenses, bajo la administración del ex presidente George W. Bush. Primero, contra Afganistán en octubre del 2001, luego contra Irak en el marco de la “Guerra Contra el Terror” que resultó ser una farsa monumental y que continuó con agresiones contra Libia, Siria unido a la política de máxima presión contra Cuba, Norcorea, Venezuela, la República Islámica de Irán y la Federación Rusa.

Un lustro atrás, en un artículo que titulé “11 de septiembre: la farsa ya no se sostiene” (1) señalé, que en los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono, que incluyó el secuestro de aviones de pasajeros – utilizados como gigantescos misiles - quedó en evidencia la participación de miembros de la casa monárquica saudí en el apoyo a los terroristas, que participaron directamente en los atentados y sirvió de excusa para iniciar una estrategia planetaria de agresiones, que vincula estrechamente ese 11 de septiembre del 2001 con la invasión a Afganistán en octubre de ese mismo año los objetivos perseguidos, muy lejanos de los vociferados por la administración de halcones presidida por George W. Bush.

Cuando hablo de complicidad de la monarquía de Arabia Saudita, me refiero, por ejemplo, a que quince terroristas, de un total de 19 nombres entregados por los servicios de inteligencia de Estados Unidos, eran de nacionalidad saudí. A pesar de esa evidencia clara, de indudable dirección que investigar sobre el origen de estos actos, los hechos del 11 de septiembre del 2001 servirían de excusa, para sacar a la luz pública y desarrollar la estrategia belicista que la administración presidida por Bush Junior llamó “la guerra contra el terror” y poner en acción el andamiaje militar estadounidense en la llamada Operación Libertad Duradera, que significó la invasión y ocupación de Afganistán en octubre del año 2001 y que se prolongó hasta principios de septiembre de este año 2021, cuando salió del país centro asiático el último soldado norteamericano, tras gastar 2 billones de dólares y perder 2.443 soldados en la guerra más prolongada que haya generado este país.
Muerte y Destrucción en Asia Central
Los 2.996 muertos, entre aquellos que estaban en las Torres Gemelas en la ciudad de Nueva York, el Pentágono en Washington y los pasajeros y tripulantes de las tres naves aéreas secuestradas, representan el mayor ataque terrorista en territorio estadounidense, en lugares símbolos del poder económico y militar de este país. Un día que año a año es recordado por la sociedad estadounidense, pero, donde los únicos que siguen exigiendo justicia y reparación son los familiares de las víctimas, pues la casta política y militar, a estas alturas cómplices de los financistas y avales de los atentados, se han negado a develar la real implicancia de Arabia Saudita en estos hechos. Hasta ahora, la versión de las diversas administraciones de gobierno estadounidense, desde el año 2001 a la fecha, tanto con George W. Bush, Barack Obama y en la actual presidida por Joe Biden suele callar e incluso descartar la participación de la Monarquía Wahabita en el financiamiento y apoyo al grupo de terroristas, que ejecutaron los atentados del 11 de septiembre.

Una conducta, que a contrapelo de las líneas investigativas, los nombres involucrados, las pruebas presentadas, que involucran a la monarquía wahabita, los gobiernos estadounidenses se han negado a profundizar y señalar con precisión a los responsables detrás de las sombras. En aquel entonces y hoy, me pregunto ¿Por qué negarse a investigar a fondo, denunciar y sancionar a aquel país que aparece como partícipe en la muerte de miles de sus ciudadanos? La “Pista Interior” en el seno de los gobiernos estadounidenses, es una línea que permite hilar esta siniestra madeja, que reúne a los grupos de poder político y empresarial norteamericano: lobby saudí, sionista, energético, junto al complejo militar-industrial y una clase política, capaz de todo con tal de no ver afectados sus intereses nacionales e internacionales. Una pista que señala que la invasión a Afganistán fue una guerra preparada previo a los atentados y cuyo objetivo está relacionado con el tema hidrocarburífero, oleoductos, como también geopolíticos, relacionados con el dominio de Asia Central, sus rutas energéticas, disputa con el creciente poderío de la República Popular China y el cerco a la República Islámica de Irán, cuya revolución ha sido una espina clavada en el imperialismo y sus socios sionistas y wahabitas.

Una “Pista Interior” visualizada a los pocos meses de los atentados por el francés Thierry Meyssan quien en su libro “La terrible Impostura” (2) afirma “los atentados fueron patrocinados desde el interior del aparato de estado norteamericano y no por Osama Bin Laden, que era un socio comercial de la familia del presidente estadounidense George W. Bush”. Meyssan sostiene que las investigaciones en Estados Unidos fueron impedidas por el propio gobierno pues la versión oficial no se sostiene, con un mínimo análisis crítico, pues se trata de un montaje” Meyssan menciona la imposibilidad que el ataque al Pentágono fuese efectuado por un Boeing 757 y más bien se trató de un misil disparado por las propias fuerzas estadounidenses. Igualmente consigna el derrumbe de un tercer edificio, calificándolo como un centro secreto de la CIA dedicada al espionaje económico.

El FBI dedicó sus primeros esfuerzos, no en perseguir a los autores y los involucrados, sino en facilitar la salida, en aviones autorizados por el propio gobierno estadounidense, de familiares, amigos y personas vinculadas a Bin Laden y la representación diplomática saudí. Investigaciones intencionadamente dirigidas a enfoques alejados de los realmente importantes como se ejemplifica el ocultar el atentado a una edificio cercano a la Casa Blanca (Edificio Eisenhower) Las conjeturas respecto a los atentados del 2001, sólo podrán ser contestadas con la plena apertura de los documentos clasificados, parte de los cuales, anunció el presidente Joe Biden el pasado 3 de septiembre. Documentos que serán desclasificados progresivamente, gracias a una orden ejecutiva que podría abrir algo de luz a estos veinte años de nebulosas, ocultamiento de información y presunciones (3).

A través de esta orden ejecutiva, el gobierno de Biden pretende generar una conducta de transparencia ante las víctimas y sus familiares. La idea es que los organismos e instituciones como el Departamento de Justicia y a las agencias de inteligencia “revisen todos los documentos previos y posteriores al atentado y comiencen con su desclasificación progresiva, un proceso que podría llevar unos seis meses…El objetivo de todas estas reclamaciones se basa en investigaciones que vinculan a numerosos ciudadanos sauditas –relacionados con el Gobierno de Riad– con la preparación de los atentados del 11 de septiembre. Aunque se demostró la relación de estas personas con varios de los secuestradores de los aviones, jamás se ha inculpado al Gobierno de dicho país.”

Un país como Arabia saudí que profesa, a través de la doctrina rigorista del wahabismo, una forma absolutamente distorsionada del islam, pero que no impide que la casa al Saud, figure en “el eje de los moderados” de Estados Unidos y que exista una alianza fáctica - no sólo entre un gobierno de una democracia representativa como la estadounidense, con una monarquía como la saudí - sino también entre fundamentalistas neocons protestantes y los wahabíes a despecho del odio teológico que los fundamentalistas protestantes profesan a los musulmanes y el que los fundamentalistas wahabíes profesan a los cristianos. Tras esa alianza teológicamente incomprensible, no es difícil percibir una colaboración plutocrática de intereses creados (4).

La política de silencio estadounidense, respecto a la participación de Arabia saudí en los atentados del 11 de septiembre del 2001, estaban destinadas a no afectar los activos saudíes en bancos norteamericanos, que superan los 800.000 millones de dólares y que la Monarquía Wahabita amenazó con retirar si la investigación que los compromete, respecto a los atentados, continuaba. Tienen más valor los intereses geopolíticos que Washington y sus aliados occidentales manejan en Asia Occidental, junto a la Casa al Saud, devenida en Gendarme de esos intereses y a su vez en activa agresora de los pueblos como Yemen, Bahréin, Siria e Irak. Las reservas de petróleo y los jugosos contratos que empresas estadounidenses e inglesas tienen con la compañía Aramco Service Company. Todo ello, para Washington tiene mayor valor que la muerte de sus ciudadanos, si el objetivo es la sobrevivencia de un sistema político, económico y de dominio que incluso requiere de estos mecanismos, para pretender seguir en su papel de potencia hegemónica”.

Veinte años después de los atentados de septiembre del año 2001, ha llegado la hora de desempolvar las investigaciones y señalar claramente la responsabilidad de Arabia saudí y el gobierno de George W. Bush en un atentado que generó miles de muertos en suelo estadounidense. Recordemos que existe una demanda en un tribunal federal en la ciudad de Nueva York donde se acusa a funcionarios diplomáticos sauditas de haber entregado apoyo material y protección a parte importante de los terroristas previos a los ataques del 11 de septiembre del 2001. Los dardos están dirigidos también a las diversas administraciones estadounidenses de obstaculizar las investigaciones y las peticiones de demandas y entrega de documentación que permitiera tener acceso a fotografías, videos y todo tipo de registros. Los familiares de las victimas centran también sus sospechas en el FBI, al que acusan de haber destruido pruebas que implicarían a Arabia saudita en los atentados.

Una investigación del Congreso estadounidense y 28 páginas que estuvieron bajo absoluto secreto desde el año 2002 hasta el año 2016, donde salieron a la luz pública, reveló una serie de hechos “respecto a que los autores del atentado del 2001, durante su estancia en Estados Unidos estuvieron en contacto, recibieron apoyo o asistencia de personas relacionadas con el gobierno de Riad”. En aquella investigación se menciona, igualmente, que el único preso por la causa del 11 de septiembre del 2001 Zacarías Moussauoi, francés de origen marroquí – y extrañamente detenido un mes antes de los atentados y vinculado con posterioridad - ha señalado a su abogado defensor que dos príncipes sauditas fueron los financistas de los atentados. Entre ellos el príncipe Turki al Faisal al Saud, un exjefe de la inteligencia saudí, quien financiaba a al Qaeda desde finales de 1990 (5).

El Senador Bob Graham, miembro de la Comisión Investigadora del Senado sobre los atentados del 2001 consignó que “el documento que desclasifica 30 nombres de saudíes involucrados en los atentados – llamado archivo 17 - ofrece pistas que renuevan los llamados de para aprobar una ley que permita a los miembros de las familias de las víctimas demandar al Gobierno de Arabia Saudí por tener vínculos con esos atentados". Informe que no excluyó la intervención de sociedades de corte benéfica (6) vinculadas con la monarquía saudí, que entregaron millonarias cifras en apoyo de Al Qaeda. Graham tuvo razón, pues ese documento sirvió para que el congreso estadounidense aprobará en septiembre del 2016 la llamada Ley de Justicia Contra los patrocinadores del terrorismo (7) que permitiría a los familiares de las víctimas de los atentados del 2001, demandar a Arabia saudí. Hasta ahora una utopía frente a las amenazas de Riad de retirar todos los fondos de inversiones, que tiene en la economía norteamericana e incluso poner en entredicho la presencia de las bases militares de Estados Unidos en su territorio y así dejar de ser el principal comprador de armas norteamericanas del mundo (8).

La señalada orden ejecutiva de Joe Biden debería permitir analizar toda aquella información, que no se podía dar a conocer el año 2016 mostrará las relaciones, no sólo políticas, sino también económicas y empresariales entre el complejo militar industrial estadounidenses con miembros de la familia Bin Laden, uno de los grupos inmobiliarios, construcción e inversiones más poderosos de Arabia saudí. Relaciones que el ex congresista republicano Porter Goss devela al señalar que “incluía a personajes como el ex secretario de Defensa Donald Rumsfeld y el ex vicepresidente Dick Cheney. Negocios multimillonarios que involucran a empresas como Carlyle Group – donde aparecen nombres que han estado vinculados a Bush padre e hijo, Militares del Pentágono y Congresistas – y The Bin Laden Group que hicieron millonarios contratos tras la Guerra del Golfo del año 1991 y han participado con empresas filiales en la “reconstrucción” de Kuwait, Irak y la propia Afganistán”.

Para el ex piloto de la CIA y de la DEA, Phillip Marshall quien escribió un par de libros sobre los hechos del 11 de septiembre del 2001, uno de ellos “El Gran Engaño” sostiene la teoría que dichos atentados fueron actos deliberados destinados a justificar una política de guerra preventiva contra Irak, pero teniendo como objetivo posterior a Siria e Irán. Marshall aseguró que “los 3 mil muertos en Nueva York sirvieron de excusa para provocar los cambios que han ocurrido desde el 11 de septiembre. Era necesario un ataque estilo Pearl Harbor en Estados Unidos”. Este ex piloto de agencias de gobierno estadounidense fue encontrado muerto, en febrero del año 2013, junto a su mujer y sus dos hijas adolescentes sin que hasta el día de hoy aparezcan sus responsables.

Tras dos décadas de los atentados del 11 de septiembre del 2001, de la invasión a Afganistán un mes después de esos hechos, la verdad sale a la luz encandilando con un brillo que no puede ocultar la relación estrecha, criminal y violadora del derecho internacional y los derechos humanos de millones de personas entre Washington y Riad, impulsores del terrorismo global. Los atentados del 2001 sirvieron de base, para llevar adelante empresas militares de alcance planetario y que en el caso de Afganistán han significado dos décadas de invasión, ocupación y destrucción, hasta que en septiembre de este año 2021 saliera el último efectivo militar tras el triunfo de las fuerzas de los Talibán contra los efectivos del gobierno de Kabul sostenidos por occidente. Un fracaso total que ha dejado un rastro de sangre, muerte, millones de refugiados, desplazados y el retroceso del país a niveles de los años 70.

Los 2.996 muertos estadounidenses por los atentados del 11 de septiembre del año 2001 se multiplicaron 100 veces con hombres, mujeres y niños asesinados en veinte años de ocupación en Afganistán, 200 veces si el país es Siria y 500 veces si la referencia es Irak. Destrucción, dolor y muerte. La venganza estadounidense resultó ser una farsa monumental, que ocultó objetivos menos nobles que exigir justicia, una política de caos premeditado (9) que ha servido para agredir a Afganistán, Irak, Siria, Libia, desestabilizar a la República Islámica de Irán, Venezuela, desestabilizar a Rusia y establecer una guerra económica contra China.

Es indudable, que la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán derrotadas, con la cola entre las piernas, demostrando la falsedad de los argumentos esgrimidos para invadir el país el año 2001 y sobre todo con un desprestigio que se agranda día a día, marcan el finde una etapa iniciada el 11 de septiembre del año 2001 con los atentados en Nueva York y Washington pero, no significa el fin de una política estadounidense destinada a tratar de no perder la hegemonía de la cual gozaba hasta hace poco tiempo y que hoy, marca en la bolsa de valores de las potencias mundiales, una tendencia sostenida a la baja.

Pablo Jofré Leal

Artículo de 2Paso.ConoSur

Señala un resumen de este libro elaborado por la casa del libro que “Según el autor, la versión oficial no se sostiene con un análisis crítico. Esta obra demuestra que se trata de un montaje. En algunos casos, los datos recogidos permiten reconstruir la verdad; en otros, las preguntas aún siguen sin respuesta, lo que no es una razón para continuar creyendo las mentiras de las autoridades. En cualquier caso, la tesis elaborada por Meyssan permite desde ahora poner en duda la legitimidad de la respuesta norteamericana en Afganistán”. Meyssan Thierry. “11 de septiembre 2001. La Terrible Impostura” Editorial El Ateneo. Buenos Aires. Argentina. 2002
https://www.hispantv.com/noticias/opinion/80746/charlie-hebdo,-paris-quien-apreto-el-gatillo
https://www.bbc.com/mundo/ultimas_noticias/2015/02/150204_ultnot_eeuu_11_septiembre_acusan_arabia_saudita_ng
Los propios documentos estadounidenses revelan la estrecha conexión entre el terrorismo y la Casa al Saud. Un despacho estadounidense - el denominado documento Nº 242073 - enviado por la Secretaria de Estado dirigido, en ese entonces por Hillary Clinton, a sus Embajadas de Riad, Abu Dhabi, Doha, Kuwait e Islamabad, el año 2010, y dado a conocer, junto a otros 1.100 cables, por diverso medios de comunicación en el mundo, confirmó lo que era un secreto a voces y que sustenta la acusación contra la Casa al Saud como principales financistas del terror takfirí en el Magreb, Medio Oriente y Asia Central: “los donantes de Arabia Saudita constituyen la fuente más significativa de financiación de los grupos terroristas suníes en todo el mundo…aunque Arabia saudita se toma muy en serio la amenaza del terrorismo interno, ha sido un continuo reto convencer a los funcionarios de ese país, para que aborden el financiamiento terrorista que emana de Arabia Saudita como prioridad estratégica. Este país continúa siendo una base de apoyo crítico para Al Qaeda, Los Talibán, Lashkar e Tayba y otros grupos terroristas, que probablemente recaudan millones de dólares anualmente de fuentes saudíes, a menudo durante el hach y ramadán”
Recordemos, que bajo Barack Obama las ventas de armas a Arabia saudí sobrepasaron los 120 mil millones de dólares. En la administración Trump la primera vista de este ex presidente como jefe de Estado fue precisamente a Arabia saudí e Israel. En esa gira vendió armas por 120 mil millones de dólares a Arabia saudí y 50 mil millones más a las monarquías ribereñas del Golfo Pérsico. https://radio.uchile.cl/2016/09/11/torres-gemelas-una-farsa-que-ya-no-se-sustenta/
Se define el caos premeditado como aquella estrategia formulada en su oportunidad por ex subsecretario de defensa bajo el gobierno de George W. Bush, ex presidente del banco Mundial (del cual tuvo que renunciar por acusaciones de corrupción) Paul Wolfowitz. cuyo propósito era sostener por la fuerza un mundo unipolar, liderado por Washington, de tal manera que se gestara como línea central el impedir el surgimiento de potencias rivales. “Nuestro primer objetivo, afirma Wolfowitz, es prevenir el resurgimiento de un nuevo rival que represente una amenaza parecida a la planteada anteriormente por la Unión Soviética, tanto en el territorio de lo que fue ese país como en cualquier otro lugar. Esta es la base de nuestra nueva estrategia de defensa regional y requiere esfuerzo nuestro para evitar que una potencia hostil domine una región cuyos recursos, bajo un control consolidado, serán suficientes para generar energía global”


‘Narrativa del síndrome de La Habana, científicamente inaceptable’

 El doctor Mitchell Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba, en conferencia de prensa, 13 de septiembre de 2021.

El “síndrome de La Habana”, que afectó supuestamente a diplomáticos estadounidenses en Cuba y en otros países, no es “científicamente aceptable”, según los expertos.

El llamado “síndrome de La Habana” hace referencia a un conjunto de signos y síntomas declarados por el personal de las embajadas de EE.UU. y Canadá en Cuba, que se remonta a fines de 2016. Esto se sirvió como pretexto para expresidente de EE.UU., Donald Trump (2017-2021) para retirar su personal diplomático de Cuba en 2017, así como, dañar nexos entre ambos Estados.

En una conferencia de prensa, un grupo de expertos de la Academia de Ciencias de Cuba presentó una evaluación sobre incidentes de salud misteriosos, en la cual estimó que la existencia de este síndrome no es científicamente aceptable por falta de evidencias, según informó el lunes el sitio web local Cubadebate.

El doctor Mitchell Valdés-Sosa, director general del Centro de Neurociencias de Cuba, aseveró que entre los casos informados había diferencias significativas y una variedad heterogénea de síntomas, por lo que no se puede considerarlo como síndrome misterioso.



Asimismo, aseguró que el informe de especialistas de Cuba rechaza la hipótesis de supuestos ataques con armas de energía contra los políticos estadounidenses o canadienses, al indicar que la Academia de Ciencias de Cuba rechaza como “verdad establecida” una narrativa construida sin bases científicas reales.

“Después de cinco años, ni la policía cubana, ni el FBI [el Buró Federal de Investigaciones de EE.UU.], ni la Real Policía Montada de Canadá han encontrado evidencia alguna de un ataque. No existe un síndrome novedoso”, dijo.

Es más, lamentó que las explicaciones falsas y fabricadas no basadas en ciencia que difunda la prensa internacional sobre el tema obstaculizan el desarrollo de relaciones Cuba-EE.UU. confundiendo al público.

Diálogo de Venezuela y el esperanzador escenario en Latinoamerica

Se inicia una nueva ronda de diálogo sobre Venezuela. Los representantes del Gobierno y la oposición ya se encuentran en el terreno para abordar los puntos que se encuentran en el Memorándum de Entendimiento firmado el pasado 13 de agosto en la Ciudad de México.

Para el representante del Gobierno venezolano en la reunión "Venezuela va a presentar en México un petitorio firme con todas las exigencias para la recuperación de la economía del país, se levanten todas las sanciones contra PDVSA (Petróleos de Venezuela), y se devuelva el oro robado en Londres y las cuentas bancarias en el mundo".

En Venezuela, el rotundo fracaso del proyecto de su derecha extrema, de tomar el poder al margen de la Constitución se hizo mas evidente con la participación de la misma en la mesa diálogo con el Gobierno Constitucional comandado por el presidente Nicolas Maduro. Todo en frente de un escenario regional cada vez mas esperanzador.

En los últimos años en la región latinoamericana, con el ascenso de presidentes neoliberales, se presentó un retroceso en esa lógica de potenciación de los ejes de integración que venían desarrollándose de una manera increible, tal como el Mercosur, Banco del Sur, Unasur, Celac, entre otros. El esquema de integración sudamericana, la defensa irrestricta de los valores democráticos, de solución pacifica de conflictos y crecimiento económico común pasó a ser uno de los elementos de importancia en la vida de las Naciones latinoamericanas.

UNASUR fue un ejemplo, al acertar en varios procesos para asegurar la paz y la solución de conflictos, como en el intento de golpe de Estado de 2010 en Ecuador o el derrocamiento del presidente paraguayo Lugo en junio de 2012 y los intentos de desestabilización en Bolivia.

En la reunión de Cancilleres de la CELAC, en el marco del natalicio del libertador Simón Bolívar, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hablaba a la región de una nueva convivencia y apostar por la fortaleza política y económica del continente. Además, resaltó la necesidad de sustituir a la OEA por otro organismo “verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie”.

Sin duda existe un resurgimiento regional de los gobiernos progresistas, donde Venezuela vuelve a estar acompañada por la llegada al poder de gobiernos como México, Argentina, Bolivia y Perú, y con un panorama muy alentador en Brasil, Chile y Colombia.

Paralelamente, se evidencia el descenso de la derecha neoliberal, con evidente rechazo por gran parte de sus pueblos al sistema económico y político, tal como ocurrió en Chile, Colombia, cuyas protestas terminaron en fuertes represiones por parte de sus gobiernos, torturas y masacres. El mismo descenso neoliberal se evidenció en Perú, lugar donde nace el Grupo de Lima (creado para derrocar al Gobierno Constitucional de Venezuela), lo cierto es que con el ascenso al poder de Pedro Castillo, y la declaración de su gobierno de retirarse del Grupo de Lima muestra el viraje de una política soberana, que aportará al proceso de integración regional. Fue así que desde la propia ciudad de Lima se anuncia la muerte del “Grupo de Lima”, elemento importante a considerar en el proceso de dialogo en Venezuela.

Los incesantes llamados al diálogo caracterizan al Gobierno Bolivariano. Desde el 2002, luego del Golpe de Estado contra el presidente Hugo Chavez, la revolución ha convocado al diálogo con la oposición, actitud que continuó el presidente Maduro, quien apenas habiendo triunfado en 2013, la derecha llamó a la violencia, igual ocurrió en el 2014, 2017, los años siguientes y a pesar de ello el Estado venezolano no ha desistido en convocar al diálogo con estos grupos extremistas.

Todos estos elementos y la buena voluntad de muchos actores internacionales como México y Noruega, entre otros, dieron pie a la firma del Memorándum de Entendimiento en el mes de agosto, donde la derecha extremista (la reconocida por los que han impuesto las inhumanas sanciones contra la nación suramericana), reconoce al Gobierno constitucional del Presidente Nicolás Maduro, se comprometen a cesar la violencia y por ultimo solicita el levantamiento inmediato de las sanciones que azotan a los venezolanos.

Elecciones en Venezuela
Otro gran avance fue anunciado días recientes en el país caribeño y es la participación de la derecha radical en las elecciones del próximo 21 de noviembre para la elección de alcaldes y gobernadores en Venezuela; las principales formaciones políticas, contrarias al gobierno chavista declararon: "Anunciamos a la comunidad nacional e internacional nuestra participación en el proceso de regionales y municipales del 21 de noviembre de 2021, con la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)".

Sin duda un gran avance. Aunque el Gobierno Bolivariano está claro que si bien el diálogo con los peones es importante, también es necesario tenerlo con sus amos. Por ello el presidente Maduro insiste, tal como lo hacía el comandante Hugo Chávez, en llamar al diálogo al Gobierno de Estados Unidos, principal agresor de Venezuela.

Analistas insisten que Estados Unidos, desde la Guerra Fría no ha variado su política retórica contra las naciones independientes, por ello consideran que es poco probable que la nación norteamericana levante las sanciones contra Venezuela y desista en su ataque económico y financiero, ya que sin sanciones se verificaría lo que el pueblo venezolano ha confirmado desde la llegada del Gobierno Bolivarian y es que sus derechos y el progreso económico solo se ven reconocido y representados en revolución.

Por: Laila Tajeldine

Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela y analista internacional


viernes, 10 de septiembre de 2021

EEUU y su política de tierra quemada en Afganistán



El 27 de abril de 1978, el Partido Democrático Popular de Afganistán derrocó al presidente Mohammed Davud Jan e implantó un régimen socialista.

Afganistán era importante para la antigua Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) por su frontera compartida y la amenaza planteada por la tendencia de Afganistán hacia el caos a finales de 1970. Por esta razón, la URSS invadió este país el 25 de diciembre de 1979 alegando prestar ayuda internacional al pueblo afgano. Se apoderó del gobierno, asesinó al presidente Hafizulá Amin e instaló a Babrak Karmal.

Las fuerzas soviéticas, que al principio iban solo a respaldar a su aliado comunista, tuvieron que implicarse de lleno en una guerra que, a medida que pasaba el tiempo, parecía no tener fin por la presencia de otro grupo en el campo de batalla; se trata de los combatientes “yihadistas”, que CONTABAN con el apoyo logístico de EE.UU.

Fue así cuando Afganistán se convirtió en el último campo de batalla ajeno que usaron la Unión Soviética y EE.UU.

La intervención militar en Afganistán supuso un enorme desgaste para la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, razón por la cual, en 1989, se retiró de forma estrepitoso de Afganistán.

A pesar de que los afganos conforman una de las naciones que rechazan categóricamente la presencia de fuerzas extranjeras en su país, Estados Unidos con la coordinación con Arabia Saudí y Paquistán logró crear grupos “yihadistas” para luchar contra las tropas soviéticas en Afganistán. En 1988, Al-Qaeda se formó bajo el liderazgo de Osama bin Laden en Peshawar.

La lucha por el poder y los intereses de las facciones proyihadistas provocó el surgimiento de los talibanes en Afganistán en 1994. Los miembros de este grupo se graduaron en las escuelas religiosas de Qandahar y Peshawar, que estuvieron bajo la supervisión de Arabia Saudí y Paquistán.

Una de las principales razones del resurgimiento de los talibanes fue el apoyo de Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos y Paquistán; apoyo que se realizó en total coordinación con Estados Unidos.

Estados Unidos abusó de los talibanes para reprimir a otros grupos religiosos y preparar el terreno para la llegada de este grupo extremista al poder en Afganistán; un grupo que actuara en torno a la política exterior estadounidense. Washington utilizó a Talibán como una herramienta para presionar a China, Rusia e Irán. Pero los talibanes, como otros grupos extremistas, ahora se han vuelto contra Estados Unidos.

No obstante, Arabia Saudí, aunque sus objetivos no pueden ser considerados diferentes a los de Estados Unidos, quería controlar y empoderar de los grupos con ideología extremista wahabí en Afganistán para usarlos como palanca contra Irán. Por estas razones, ningún país, excepto Paquistán, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, reconoció a los talibanes entre 1996 y 2001.

Hoy, los talibanes han regresado al poder en Afganistán de una manera que puede ser considerada sospechosa, porque en pocas semanas, a pesar del despliegue de 300 000 efectivos afganos, consiguió hacerse con el control de gran parte de Afganistán.

Política de tierra quemada de EEUU en Afganistán

La decisión del presidente de EE.UU., Joe Biden, de retirar las tropas de su país de Afganistán persigue la política de tierra arrasada en el país asiático. Estados Unidos utilizó de los talibanes como una herramienta para transformar a Afganistán en una nueva Siria, por un lado, destruyendo las ciudades y la infraestructura del país y, por el otro, poniendo a la sociedad afgana en peligro de colapso y desplazamiento.

La gran diferencia entre Afganistán y Siria es la falta de un gobierno central fuerte y, por supuesto, la falta de cohesión nacional, étnica y cultural de la gente en diferentes partes del país centroasiático.

Los estadounidenses y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han destruido en los últimos meses la infraestructura militar y policial de Afganistán, acelerando la retirada de las tropas y desmantelando sus bases en la meseta de Pamir.

Una de las primeras y más importantes consecuencias de la conquista de ciudades y provincias por parte de los talibanes es el desplazamiento de cientos de miles de sus habitantes y la afluencia de esta ola de refugiados a países vecinos, especialmente Paquistán e Irán, que tienen la mayor cantidad de fronteras y similitudes culturales con los afganos.

Lo que ha causado la invasión de Estados Unidos en Afganistán, además de asesinar a su gente, ha sido dejar una herencia ominosa al destruir sus instituciones legales. Con todo lo expuesto, se ve que Estados Unidos, como invasor, siguió la ‘política de tierra arrasada’ en Afganistán en vez de seguir el derecho internacional en este país.


Diálogo de Venezuela y el esperanzador escenario en Latinoamerica



Se inicia una nueva ronda de diálogo sobre Venezuela. Los representantes del Gobierno y la oposición ya se encuentran en el terreno para abordar los puntos que se encuentran en el Memorándum de Entendimiento firmado el pasado 13 de agosto en la Ciudad de México.

Para el representante del Gobierno venezolano en la reunión "Venezuela va a presentar en México un petitorio firme con todas las exigencias para la recuperación de la economía del país, se levanten todas las sanciones contra PDVSA (Petróleos de Venezuela), y se devuelva el oro robado en Londres y las cuentas bancarias en el mundo".

En Venezuela, el rotundo fracaso del proyecto de su derecha extrema, de tomar el poder al margen de la Constitución se hizo mas evidente con la participación de la misma en la mesa diálogo con el Gobierno Constitucional comandado por el presidente Nicolas Maduro. Todo en frente de un escenario regional cada vez mas esperanzador.

En los últimos años en la región latinoamericana, con el ascenso de presidentes neoliberales, se presentó un retroceso en esa lógica de potenciación de los ejes de integración que venían desarrollándose de una manera increible, tal como el Mercosur, Banco del Sur, Unasur, Celac, entre otros. El esquema de integración sudamericana, la defensa irrestricta de los valores democráticos, de solución pacifica de conflictos y crecimiento económico común pasó a ser uno de los elementos de importancia en la vida de las Naciones latinoamericanas.

UNASUR fue un ejemplo, al acertar en varios procesos para asegurar la paz y la solución de conflictos, como en el intento de golpe de Estado de 2010 en Ecuador o el derrocamiento del presidente paraguayo Lugo en junio de 2012 y los intentos de desestabilización en Bolivia.

En la reunión de Cancilleres de la CELAC, en el marco del natalicio del libertador Simón Bolívar, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, hablaba a la región de una nueva convivencia y apostar por la fortaleza política y económica del continente. Además, resaltó la necesidad de sustituir a la OEA por otro organismo “verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie”.

Sin duda existe un resurgimiento regional de los gobiernos progresistas, donde Venezuela vuelve a estar acompañada por la llegada al poder de gobiernos como México, Argentina, Bolivia y Perú, y con un panorama muy alentador en Brasil, Chile y Colombia.

Paralelamente, se evidencia el descenso de la derecha neoliberal, con evidente rechazo por gran parte de sus pueblos al sistema económico y político, tal como ocurrió en Chile, Colombia, cuyas protestas terminaron en fuertes represiones por parte de sus gobiernos, torturas y masacres. El mismo descenso neoliberal se evidenció en Perú, lugar donde nace el Grupo de Lima (creado para derrocar al Gobierno Constitucional de Venezuela), lo cierto es que con el ascenso al poder de Pedro Castillo, y la declaración de su gobierno de retirarse del Grupo de Lima muestra el viraje de una política soberana, que aportará al proceso de integración regional. Fue así que desde la propia ciudad de Lima se anuncia la muerte del “Grupo de Lima”, elemento importante a considerar en el proceso de dialogo en Venezuela.

Los incesantes llamados al diálogo caracterizan al Gobierno Bolivariano. Desde el 2002, luego del Golpe de Estado contra el presidente Hugo Chavez, la revolución ha convocado al diálogo con la oposición, actitud que continuó el presidente Maduro, quien apenas habiendo triunfado en 2013, la derecha llamó a la violencia, igual ocurrió en el 2014, 2017, los años siguientes y a pesar de ello el Estado venezolano no ha desistido en convocar al diálogo con estos grupos extremistas.

Todos estos elementos y la buena voluntad de muchos actores internacionales como México y Noruega, entre otros, dieron pie a la firma del Memorándum de Entendimiento en el mes de agosto, donde la derecha extremista (la reconocida por los que han impuesto las inhumanas sanciones contra la nación suramericana), reconoce al Gobierno constitucional del Presidente Nicolás Maduro, se comprometen a cesar la violencia y por ultimo solicita el levantamiento inmediato de las sanciones que azotan a los venezolanos.
Elecciones en Venezuela

Otro gran avance fue anunciado días recientes en el país caribeño y es la participación de la derecha radical en las elecciones del próximo 21 de noviembre para la elección de alcaldes y gobernadores en Venezuela; las principales formaciones políticas, contrarias al gobierno chavista declararon: "Anunciamos a la comunidad nacional e internacional nuestra participación en el proceso de regionales y municipales del 21 de noviembre de 2021, con la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD)".

Sin duda un gran avance. Aunque el Gobierno Bolivariano está claro que si bien el diálogo con los peones es importante, también es necesario tenerlo con sus amos. Por ello el presidente Maduro insiste, tal como lo hacía el comandante Hugo Chávez, en llamar al diálogo al Gobierno de Estados Unidos, principal agresor de Venezuela.

Analistas insisten que Estados Unidos, desde la Guerra Fría no ha variado su política retórica contra las naciones independientes, por ello consideran que es poco probable que la nación norteamericana levante las sanciones contra Venezuela y desista en su ataque económico y financiero, ya que sin sanciones se verificaría lo que el pueblo venezolano ha confirmado desde la llegada del Gobierno Bolivarian y es que sus derechos y el progreso económico solo se ven reconocido y representados en revolución.

Por: Laila Tajeldine

Profesora de la Universidad Bolivariana de Venezuela y analista internacional


miércoles, 1 de septiembre de 2021

Afganistán: ¿quién gana?



El fiasco de los estadounidenses en Afganistán promete su completa retirada de Asia occidental, dice un analista libanés.

Mohammed Sadeq al-Husseini, reconocido escritor y analista libanés y periodista del diario Al-Binaa , examina, en un artículo, los acontecimientos recientes en Afganistán, el fracaso de Estados Unidos y sus consecuencias: “Se están diciendo muchas cosas sobre esto, el fracaso de Estados Unidos en Afganistán y la retirada de las fuerzas estadounidenses, pero nadie ha sometido jamás las consecuencias estratégicas de Estados Unidos y la OTAN a un análisis científico concreto. "
Para hacer esto, primero debemos examinar los factores que hacen de Afganistán un país estratégico:
Factor económico: Afganistán se encuentra en el corazón del continente asiático; la ubicación que lo convierte en un punto de comercio común, no solo entre los países de Asia Occidental, sino también hacia Rusia y los países de Europa del Este hasta África y los Continentes de América.

La implementación y el desarrollo del proyecto Nueva Ruta de la Seda en Afganistán podría contribuir a la estabilidad y el progreso de Afganistán y, posteriormente, desencadenar grandes desarrollos económicos en diferentes partes del mundo después de la Segunda Guerra Mundial.

Factor político: La importancia geopolítica de Afganistán dio lugar a un conflicto entre Rusia y el Reino Unido y finalmente desembocó en una guerra contra ese país. En 1838, los ocupantes británicos invadieron Afganistán. La guerra continuó hasta 1842 y los británicos finalmente se retiraron por completo.

Estos ejemplos muestran que el hecho de que Afganistán sea un escenario de conflicto entre otros países no es nada nuevo. Sin embargo, la estabilidad política del Afganistán es muy importante para sus vecinos debido a la naturaleza estratégica de ese país. Por ejemplo, la seguridad nacional de Irán y Rusia puede verse directamente afectada por la situación en Afganistán. Ésta es la razón por la que Teherán y Moscú están a favor de establecer la seguridad y la estabilidad en Afganistán. Lo mismo ocurre con Pakistán y China.
Allí es necesario considerar los factores del declive del Imperio Americano:
- No solo en Asia occidental y central, sino también a nivel internacional, Estados Unidos y sus aliados de la OTAN, incluida Turquía, han perdido la iniciativa de actuar a favor de China, Rusia e Irán. Rusia está organizando ejercicios militares conjuntos con Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán en la frontera con Afganistán para evitar más caos en esos países de Afganistán. Aquí hay un gran progreso estratégico para Rusia en Asia Central que también sirve a los intereses de China e Irán. Allí, también debemos mencionar las conversaciones entre China e Irán por un lado y los talibanes por el otro para garantizar la seguridad de las fronteras afganas.

- El plan de ocupación estadounidense en el mundo árabe y en Asia Central se convirtió en un verdadero fiasco cuando la República Islámica de Irán decidió exportar combustible al Líbano para romper el bloqueo económico impuesto por Estados Unidos y Europa a Irán, Siria y Líbano. . Esto significa que el proyecto de guerra económica y financiera de Estados Unidos contra Siria y Líbano ha quebrado, al igual que su proyecto militar.

- La Conferencia de Bagdad tendrá lugar en presencia del nuevo Ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Hossein Amir-Abdollahian, para examinar los acontecimientos actuales en la región. Al contrario de lo que planean Washington y Tel Aviv, la Conferencia de Bagdad dará lugar a una rivalidad entre los países árabes para retomar sus relaciones con Siria y acercarse a Irán para encontrar una solución que apacigüe la tensa situación de la región. , sobre todo después de todos los logros registrados por el eje de la Resistencia.

parstoday.com