La huelga agraria en Colombia se ha extendido a 13 departamentos desde que empezó el lunes de la semana pasada. Los campesinos denuncian la represión policial, que ha dejado ya cinco muertos, mientras esperan las negociaciones con el Gobierno.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, considera que "no existe" ninguna huelga agraria en su país y que la situación está "bajo control".
A criterio del mandatario, en las protestas convocadas por campesinos, camioneros y líderes de otros sectores se han producido infiltraciones "para que no haya ninguna posibilidad de llegar a ningún tipo de acuerdo y seguir con la violencia", y de esta forma "generar una sensación de miedo en el país".
El líder colombiano apoya los reclamos de algunos sectores que piden una ayuda del Estado, pero por otro lado aclaró que hay otro tipo de personas que se están aprovechando de la situación, por lo que el Gobierno, asegura, "va a ser absoluta y totalmente contundente contra esos violentos".
Parar el paroLas protestas han tenido momentos de gran tensión y enfrentamientos entre los participantes y la Policía. Para acabar con la situación, Santos accedió a discutir a partir de este martes las reclamaciones de los campesinos, que afirman que los tratados de libre comercio les están arruinando los negocios y, entre otras cosas, denuncian el alto costo del combustible o los fertilizantes, así como los bajos precios que reciben por sus cosechas.
La mayoría de los bloqueos en las carreteras, que han causado pérdidas millonarias, son obra de productores de papa y leche que piden poner fin a las importaciones de esos productos, así como una reducción del precio del diésel.
Este lunes, tras cerca de cinco horas de reunión con los paperos, lecheros y representantes de otros sectores agrarios del departamento de Boyacá, el propio presidente Santos anunció que va a dialogar en Bogotá con voceros de tres departamentos. "He escuchado los reclamos, he escuchado las peticiones de los líderes de la protesta en Boyacá, son reclamaciones válidas, son reclamaciones que tienen todo el sentido", destacó Santos.
La decisión de abrir una mesa de negociación no implica que los bloqueos en las carreteras se vayan a levantar de inmediato, pero, según el presidente, las partes acordaron un "pacto de no agresión".
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