sábado, 20 de abril de 2019

Milicia popular en el Ejército: Venezuela sigue el ejemplo de Irán, Iraq y Siria



La fuerza popular integrada dentro del Ejército Nacional. Esta es la ideología militar que, desde Irán hasta Venezuela, a través de Iraq y Siria, neutraliza las conspiraciones estadounidenses contra las naciones vinculadas a su independencia nacional. En un artículo en Al Binaa, el analista libanés Amin Huteit discute una idea que surgió en Irán con el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica y que otros países de Oriente Medio continuaron, lo que podría desbaratar todos complots de EEUU en Venezuela.
“Después de Irán, Líbano, Siria e Iraq, ahora es el turno de Venezuela de seguir su ejemplo y declarar la movilización popular. El presidente venezolano anunció que la fuerza popular sería una parte integral del Ejército Nacional. Esta medida ha reducido las amenazas de EEUU y de los sectores violentos a su servicio. Los estadounidenses saben bien cómo sería la resistencia de toda una nación y el enfrentamiento entre una fuerza de ocupación y la milicia popular.
Tener una fuerza militar dual, compuesta de una fuerza de movilización popular incorporada en el Ejército oficial, es exactamente una ideología militar a la que EEUU aún no ha encontrado una solución. Este modelo de fuerza militar nacional se encuentra a menudo en países que, para preservar su independencia nacional, no toleran la menor influencia extranjera en sus círculos de toma de decisiones.
Esta idea se materializó en la República Islámica de Irán, con un Cuerpo de Guardias de la Revolución Islámica y una fuerza de movilización popular conocida como Bassij, considerada una fuerza militar oficial junto con el Ejército. En Iraq, las Fuerzas de Movilización Popular (Hashid al Shaabi) se han colocado junto al Ejército nacional en su lucha contra el Daesh y contra los planes de EEUU de separar a Siria e Iraq. Lo mismo sucedió en Siria, donde las Fuerzas de Defensa Nacional lucharon junto al Ejército nacional contra los grupos terroristas. Esta idea, que originalmente vino de Irán, ha hecho que hoy en Venezuela, EEUU se sintiera amenazado por la reacción dura y devastadora de una fuerza de movilización popular que cuenta con tres millones de venezolanos armados. Dicha fuerza sería capaz de derrotar, junto con el Ejército Nacional, cualquier plan estadounidense para derrocar al gobierno de Maduro y devolver al poder a un régimen subordinado a Washington.
Así es como los norteamericanos, al darse cuenta de su incapacidad para fomentar una rebelión militar, optaron por una estrategia de la guerra económica. Al principio, su estrategia implicaba recurrir a organizaciones terroristas para hacer frente a la fuerza popular, pero este plan carecía de viabilidad. El siguiente paso fue hacer la vida difícil para el pueblo venezolano y seguir esa misma política de hostilidad a través de una guerra económica.
La experiencia muestra que las organizaciones terroristas, aunque son capaces de causar graves daños en el terreno, no pueden imponer las decisiones de EEUU sobre el país objetivo. En cuanto a las presiones económicas y la guerra, a pesar del impacto muy negativo en las condiciones de vida de la población, a menudo han demostrado ser incapaces de destruir la resistencia de un pueblo decidido a preservar su independencia nacional.
A modo de prueba, cabe decir que después de varios años de guerra en Siria, EEUU finalmente decidió cambiar su estrategia y reducir sus actividades sobre el terreno.



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