La sodomización está siendo utilizada sistemáticamente en Libia como mecanismo de dominación política entre facciones rivales, según investigadores.
Combatientes rebeldes libios vigilan a un grupo de detenidos durante una lucha por expulsar a las fuerzas de Muamar el Gadafi en Trípoli, Libia, 25 de agosto de 2011.Anis Mili / Reuters
Varios años de trabajo de un grupo de investigación establecido en Túnez y el testimonio directo de un periodista de 'Le Monde' han sacado a la luz testimonios desgarradores de víctimas de violaciones, así como vídeos que muestran a hombres siendo sodomizados por varios objetos, incluidos proyectiles y mangos de escobas.
La violación masculina es un tabú en las sociedades árabes, por lo que las víctimas de abusos se sienten, por lo general, demasiado afectadas como para volver a integrarse en la vida política, militar o civil. Con estas prácticas vejatorias se busca humillar y neutralizar a los opositores en un país anárquico y dominado por las milicias, por lo que viene a ser un instrumento de guerra.
Hombres violados como arma de guerra
En una pequeña oficina en Túnez, un libio exiliado que desea ser conocido solo como Ramadán por razones de seguridad y un hombre llamado Imed, han pasado tres años recabando pruebas. "Los leales a Gadafi fueron violados durante la revolución. Una vez fueron derrotados, sufrieron la misma violencia", asegura Ramadán a 'The Guardian'.
El régimen de Muamar el Gadafi fue acusado de usar la violación como instrumento de guerra durante la revolución de 2011 que propició el derrocamiento y el asesinato del dictador.
En un vídeo que muestran los investigadores, se ve a un joven cabizbajo sentado en la arena. A continuación, el brazo de un militar lo levanta, le baja los pantalones y la ropa interior y le coloca un lanzacohetes entre las nalgas, después de lo cual la cámara se aleja.
Violar al prójimo para no morir
Un hombre llamado Ahmed relató a los investigadores que estuvo detenido durante cuatro años en una prisión de Tomina, en las afueras de Misurata.
Una vista desde un agujero en una pared muestra edificios destruidos durante una batalla entre fuerzas libias aliadas con el gobierno en Sirte, Libia, 10 de octubre de 2016Ismail Zitouny / Reuters
"Toman el mango de una escoba y lo clavan en la pared. Si quieres comer, tienes que quitarte los pantalones, introducirte el mango por el ano y no moverte hasta que el guardia vea que fluye sangre".
Ahmed también recuerda que a un hombre negro, un inmigrante, lo arrojaron a una de sus celdas y después los guardias les gritaron: "¡O violáis a este tipo o estáis muertos!", mientras grababan todo con sus teléfonos.
Otro método de violación es el denominado 'la rueda', que consiste en desnudarse y doblarse a través de un neumático suspendido del techo, lo que facilita a los torturadores la penetración.
"Nadie puede escapar a esto"
Los investigadores viajaron a Libia este año para reunir más testimonios. En el sur de Trípoli se encontraron con Mouna, un exsoldado leal a Gadafi que documentó docenas de casos.
El hombre confesó haber sido violado repetidamente. "¿Con un mango de escoba fijado a una pared?", preguntó Imed. "Todos fuimos violados así, nadie puede escapar a esto", confirma Mouna.
En un campamento al sur de Trípoli, un hombre llamado Ali les relató su experiencia. Tenía 39 años, pero tenía el aspecto de un anciano y caminaba con un bastón.
"Algunos hombres estuvimos encerrados en una habitación, desnudos, durante una noche entera con grupos de inmigrantes", les contó. "Los guardias no los liberaron hasta que violaron a todos. Afortunadamente, yo no pasé por eso, solo tuve que hacer 'el mango' y 'la rueda'". Ali admitió que ahora tiene problemas físicos, 'fugas' como los denomina él mismo.
El año pasado, la fiscal de la Corte Penal Internacional, Fatou Bensouda, solicitó al Consejo de Seguridad de la ONU más fondos para fortalecer y ampliar sus investigaciones sobre los crímenes de guerra en Libia.
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