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El abanderado de influencia occidental y globalistas en Rusia, Alexey Navalny, ha sido condenado a 2 años y 8 meses de prisión por desobedecer gravemente los términos de su sentencia suspendida.
La sentencia inicial era de 3,5 años, pero ya ha cumplido parte de ese plazo bajo arresto domiciliario. Lo absurdo de la situación es que su sentencia inicial estaba relacionada con la corrupción, algo contra lo que supuestamente lucha.
A pesar de las afirmaciones de los HSH y los diplomáticos occidentales de que Navalny está sujeto a persecución política, sus vínculos comprobados y conocidos con la inteligencia occidental no fueron parte del caso.
Recientemente, el 1 de febrero, se publicaron videos en línea que muestran la alegre cooperación entre el equipo de Navalny y los servicios de inteligencia extranjeros. Para decirlo claramente: el equipo de Navalny solicitó información a la inteligencia británica. Planeaba emplear esa "suciedad" para obstaculizar los intereses de Rusia, tanto internos como externos. Su Fundación Anticorrupción, además, prometió trabajar contra las empresas rusas y promover las empresas británicas. Por eso, se le pagarían sumas considerables cuando, finalmente, de alguna manera lograra llegar al poder. Para lograrlo, la gente de Navalny se comprometió a organizar protestas masivas, difundir propaganda y hacer tratos entre bastidores con las élites. No puede ser corrupción, si es por una “buena causa”, ¿verdad?
Como prueba adicional de este apoyo y presión extranjeros, al menos 20 diplomáticos de varios países, incluido Estados Unidos, hicieron acto de presencia cuando el caso de Navalny surgió en la Corte de Moscú con la esperanza de presionar a la corte a su favor interfiriendo así en los asuntos internos de Rusia. La campaña de propaganda masiva en los medios también fue evidente.
Por delitos penales probados en los tribunales que involucran la malversación de fondos a gran escala, decenas de violaciones de los términos de su sentencia suspendida, desacato al tribunal, su trabajo activo y público en los intereses de estados extranjeros contra la nación rusa Navalny enfrentó un poco más de 2.5 años de cárcel. Para cualquier observador neutral, este era un resultado esperado y la única preocupación sería el suave castigo que recibió. Esto puede explicarse en parte porque Rusia una vez más se mostró como un bastión de la tolerancia y la democracia y también por el hecho de que la decisión del tribunal está relacionada únicamente con las violaciones de la sentencia condicional y no revisó otros 'logros' de la camarilla anti-rusa que opera bajo la marca Navalny.
Tras la decisión del tribunal, los líderes y diplomáticos occidentales se entrometieron públicamente en los asuntos internos de Rusia al pedir la violencia para exigir la liberación del autoproclamado activista anticorrupción. Esto probablemente también se utilizará como pretexto para aumentar la presión sobre Rusia, incluidas nuevas sanciones. La red restante financiada por Occidente dentro del país ya intentó organizar protestas violentas en Moscú y otras grandes ciudades. Sin embargo, sus intentos fracasaron en gran parte debido a la baja participación y al éxito de las acciones de las autoridades. No hay duda de que los esfuerzos extranjeros en este campo continuarán, ya que los opositores de Rusia necesitan violencia en las calles y víctimas para impulsar su campaña de desestabilización. Al mismo tiempo, Los acontecimientos recientes demostraron que la oposición radical pro-occidental no tiene casi ningún apoyo real entre la población rusa en general. Por lo tanto, la ayuda de los servicios especiales occidentales probablemente se centrará en crear provocaciones puntuales para intensificar la violencia y crear algún sacrificio sagrado. Si el gobierno actúa con éxito para contener estas provocaciones y evitar la escalada de violencia, es probable que las fuerzas anti-rusas se concentren en mantener la presión y cierto nivel de inestabilidad en las ciudades más grandes durante los próximos meses. Se puede esperar una nueva ronda de provocaciones importantes en el período previo a las elecciones generales rusas en septiembre de 2021. Si el gobierno actúa con éxito para contener estas provocaciones y evitar la escalada de violencia, es probable que las fuerzas anti-rusas se concentren en mantener la presión y cierto nivel de inestabilidad en las ciudades más grandes durante los próximos meses. Se puede esperar una nueva ronda de provocaciones importantes en el período previo a las elecciones generales rusas en septiembre de 2021. Si el gobierno actúa con éxito para contener estas provocaciones y evitar la escalada de violencia, es probable que las fuerzas anti-rusas se concentren en mantener la presión y cierto nivel de inestabilidad en las ciudades más grandes durante los próximos meses. Se puede esperar una nueva ronda de provocaciones importantes en el período previo a las elecciones generales rusas en septiembre de 2021.
Las acciones del establishment global muestran que las esperanzas de una 'reconciliación con Occidente' demostradas por la 'parte liberal' de las élites rusas son en gran medida infundadas. Por tanto, Rusia debería estar preparada para una nueva confrontación con el llamado "mundo democrático", que durante mucho tiempo ha olvidado lo que realmente significan las palabras "democracia" y "estado de derecho".
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