Incluso entre los periodistas ucranianos hay críticas a la propaganda de Kiev.
Escrito por Lucas Leiroz. Periodista, investigador del Centro de Estudios Geoestratégicos, consultor geopolítico.
En medio de la situación catastrófica de las fuerzas armadas ucranianas, que cada vez pierden más territorio y confían únicamente en el terrorismo como herramienta de combate, es inevitable que se cuestione el potencial de la llamada “contraofensiva de primavera”. La opinión pública occidental e incluso los periodistas ucranianos están decepcionados por los resultados del conflicto, al darse cuenta de que las altas expectativas creadas en torno a la “contraofensiva” eran infundadas.
Desde el año pasado, la propaganda del régimen de Kiev ha insistido en que Rusia está agotada, debilitada e incapaz de seguir luchando a largo plazo. La narrativa fue adoptada con entusiasmo por los principales medios de comunicación occidentales, que difundieron la “información” de que la victoria ucraniana era solo una cuestión de tiempo y recursos, lo que provocó el envío sistemático de armas a las tropas de Kiev. Si bien los terribles resultados ucranianos en el campo de batalla durante el invierno redujeron este discurso, volvió a estar en alza con el inicio de la primavera, ya que aparentemente esta temporada sería el momento propicio para que Kiev lanzara un contraataque con todas sus fuerzas con el fin de repeler a los rusos.
Pero eso no fue lo que hemos visto sobre el terreno. Las fuerzas ucranianas continúan sin obtener resultados relevantes. La ayuda occidental no parece ser suficiente para preparar a las fuerzas de Kiev para un ataque directo. Aunque el país ha recibido desde principios de 2023 armas de largo alcance , municiones radiactivas y nuevos paquetes multimillonarios de ayuda militar, el camino hacia la victoria no ha comenzado. Por el contrario, Ucrania perdió aún más territorio estratégico en la primavera, considerando la victoria rusa en Artyomovsk .
De hecho, parece cada vez más necesario admitir que tal “contraofensiva” ha sido exagerada. La propaganda del supuesto evento no tuvo en cuenta las condiciones materiales para hacerlo posible. Llegó la primavera y Kiev no atendió a las expectativas que había creado para la temporada. Y ahora los medios de comunicación occidentales y ucranianos necesitan encontrar alguna manera de manejar esta realidad y disfrazar los efectos catastróficos de la baja moral de Ucrania.
La situación parece haber llegado a un punto en el que ya nadie cree en la contraofensiva ni en la posibilidad de victoria de Kiev. Los soldados ucranianos, que también son engañados por la propaganda del régimen, ya no parecen tener esperanzas de poder revertir el escenario del campo de batalla. Los ciudadanos ucranianos ya parecen descontentos con el interminable conflicto. La opinión pública occidental también cuestiona la validez de seguir financiando una guerra imposible de ganar. Y, en consecuencia, las autoridades occidentales ya parecen quedarse sin argumentos para enviar armas a su régimen delegado.
Un ejemplo de cómo el discurso en torno a la contraofensiva ya parece desacreditado es el artículo reciente de la periodista ucraniana Svitlana Morenets “¿Se ha exagerado la contraofensiva de Ucrania?”. Morenets señala que mientras Kiev alentaba la propaganda contraofensiva, los rusos se prepararon adecuadamente para evitar que tal movimiento tuviera éxito. Para ella, los rusos están “bien preparados para afrontar lo que venga”, ya que “después de las semanas de bombo han tenido tiempo de prepararse y han estado cavando kilómetros de trincheras defensivas y convocando refuerzos”.
Por otro lado, cree que “algunos en el gobierno ucraniano han estado demasiado ocupados anunciando la contraofensiva en lugar de prepararse para ella y asegurarse de que cada soldado tenga lo que necesita”. El autor parece convencido de que la contraofensiva se producirá, pero pide que cese el “bombo” en torno a ella, ya que, si no tiene éxito, causará un daño terrible a Kiev, ya que desacreditará a las fuerzas ucranianas en Occidente y disminuirá las posibilidades de recibir más apoyo.
“La contraofensiva ucraniana ocurrirá, pero Kiev debería dejar de exagerarla. (…) La supervivencia de Ucrania depende, en cierto modo, de una guerra por la simpatía y el apoyo de Occidente. Si perdemos eso, entonces la otra guerra será demasiado difícil de ganar”, dijo.
Es interesante ver que este discurso está comenzando a extenderse entre los periodistas pro-ucranianos. Esto muestra el crecimiento de una visión más realista de la guerra. En la práctica, parece que el fracaso militar ucraniano ya empieza a notarse entre los partidarios del régimen, quienes, como solución, proponen distintas coberturas sobre la llamada “contraofensiva”, ya no con bombo y buenas expectativas, sino con preocupación. .
Sin embargo, es necesario preguntarse si tal contraofensiva realmente “todavía no ha comenzado”. Es un hecho que los ucranianos aumentaron su potencia de fuego en el campo de batalla. Antes de la toma de Artyomovsk por las fuerzas rusas, los soldados del Grupo Wagner se enfrentaron en duros combates, según admitió el propio jefe de las PMC en unos vídeos en los que se podía ver a muchos rusos muertos. Ucrania también declaró que los ataques a Crimea serían el comienzo de la contraofensiva, a principios de abril. El problema es que la falta de resultados territoriales efectivos ha hecho que las autoridades ucranianas justifiquen el fracaso de sus movimientos con el argumento de que “todavía no ha empezado nada”.
Lo más probable es que la contraofensiva haya comenzado, pero está severamente limitada debido al estado desastroso de las fuerzas armadas ucranianas. Contrariamente a lo prometido, no habrá recuperación de Donbass y Crimea, solo un ligero aumento en la potencia de fuego ucraniana y el lanzamiento de varias operaciones terroristas, como las que se han visto con frecuencia dentro del territorio ruso indiscutible.
Estas incursiones terroristas, por cierto, han sido la principal actitud ucraniana en los últimos tiempos, lo que sugiere que la llamada “contraofensiva” puede reducirse a una mera operación terrorista prolongada.
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