En relación con la reciente confrontación entre Hamas e Israel, ni siquiera los medios oficiales alimentan la ilusión de que dichos enfrentamientos están implicadas e interesadas sólo estas dos partes. Y esto es cierto – la última guerra entre Israel y Gaza ha beneficiado a toda una serie de jugadores en la región, de modo que no había otra posibilidad: simplemente, [la guerra] tenía que producirse.
La significativa visita del Emir de Qatar, en cuyo transcurso tuvo el generoso gesto de aportar una ayuda de 400 millones de dólares norteamericanos a los palestinos discriminados por el destino, hace que nadie albergue dudas de que este gesto ha sido de todo menos desinteresado. Después de que Qatar haya tomado bajo su protección a Hamas, haciendo evacuar a su dirección de Damasco a Doha, el asunto tenía que llevarse hasta el final, poniendo al brazo militar de los “hermanos” palestinos (en el sentido de los “hermanos musulmanes”, a los que Hamas es cercano) bajo su tutela. La mala fortuna de Qatar es que, pese a que financia a las bandas de rebeldes en Siria, los logros de éstas no son precisamente de color rosa. El Ejército Sirio “procesa” – con grandes dificultades, pero de forma exitosa – las hordas de mercenarios que caen sobre Siria, de modo que las perspectivas de los agresores son más bien nebulosas. Se requieren más contingentes de carne de cañón y, por lo que parece, las reservas existentes hasta ahora se están acabando.
El sueño de cualquier árabe normal es estar sentado en una silla y practicar un poco de comercio. Hacer un poco de guerra también está bien, pero en esta pasión la forma normal de guerra es el asalto, con terrorífico griterío y los ojos en blanco. Pero una guerra de larga duración es una pesadilla para el árabe. Por eso las guerras en Oriente Próximo son cosa de profesionales, y por esta razón las monarquías árabes están encontrándose poco a poco con dificultades: pese a que el material humano no está agotado, ya no consiguen aumentar perceptiblemente el número de bandas de rebeldes. El “columpio sirio” sigue balanceándose, pero hasta una victoria – da igual de qué bando – todavía hay un largo camino.
Al Emir tampoco le están resultando fáciles las cosas en Gaza – los comandantes militares del brazo armado de Hamas no ambicionan precisamente llevar a cabo para el este trabajo sucio enviando a sus combatientes a la guerra con Siria en beneficio del interés de Qatar. Ni siquiera por dinero. Es decir, sí que están agradecidos por el dinero, pero ahí se acaba la cosa.
Por otro lado, tampoco Israel está precisamente entusiasmado con la situación. Puede que los israelís consideraran– como no podía ser de otra forma – el “plomo fundido” como una victoria, pero esta no fue completa: el brazo militar de Hamas conserva su capacidad de combate, encima la reforzó; se dotó de una nueva infraestructura y añadió a los tradicionales cohetes Qassam (tubos aserrados llenos de fertilizantes de nitrato) bonitos cohetes iraníes Fadshr-5. Entretanto Irán desmiente el suministro de los cohetes a Hamas, al parecer sólo se habría suministrado la tecnología para su fabricación. Pero hace solo un par de semanas los israelís tuvieron su momento de diversión desenfrenada en Sudán, donde destruyeron una planta de montaje de precisamente este tipo de cohetes. Diversos expertos valoraron el ataque de ocho bombarderos israelíes como acto previo de un pronto ataque masivo contra Irán, pero en realidad la cosa era mucho más simple y cercana: con el ataque, Israel tenía por objetivo impedir los suministros de cohetes a Gaza antes de llevar a cabo su ataque contra esta. El interés a medio plazo de Israel es ocupar con algo serio a los grupos militantes de Hamas – al menos durante algún tiempo. Y por qué no con “algo” en dirección a Siria.
Mientras que Bashar Al Assad siga demostrando que todavía se encuentra en condiciones de “procesar” en términos industriales a los intrusos extranjeros, se les puede brindar a los árabes la oportunidad de romperse mutuamente la cabeza y así sanear un poco la situación en Gaza. Y tampoco aquí los comandantes militares de Hamas tienen demasiadas ambiciones de ofrecer sus cabezas para los intereses de Israel.
Salafistas – perros de presa de la exportación de democracia
Finalmente los EEUU han provocado la eliminación del general Petraeus… en la mejor tradición democrática – un escándalo sexual, publicación de documentos secretos, etc. – y anunciado la renuncia de facto al gran proyecto de éste. Y es que la aniquilación de regímenes seculares en la región mediante unidades de islamista y Al-Qaeda, eran fruto del particular proceder de este general. Es lo que practicó exactamente en Afganistán, donde reunió las correspondientes experiencias que luego pudo introducir satisfactoriamente en Libia, Yemen y en Siria. Estrictamente, empezó en 1999 en Yugoslavia.
Sólo había un problema – si todo hubiera transcurrido como lo había previsto Petraeus, los islamistas habrían barrido rápidamente a los regímenes inadecuados, después de lo cual se los podía “desguazar” y sumir en el olvido. Pero sucedió de forma distinta. En primer lugar, Khadafi se revolvió y no quiso morir durante ocho meses. Después, el zorro más astuto de Oriente Próximo y Medio, Ali Abdullah Salih, ha sabido sustraerse de todas las trampas que le han sido tendidas y sigue influyendo de forma determinante la situación en Yemen. Y ahora Bashar Al Assad lleva casi tres años ofreciendo decidida resistencia a los mercenarios de Petraeus.
Los radicales y salafistas no son el tipo de gente que debiera dejarse mucho tiempo sin atar. Lentamente los EEUU están perdiendo perceptiblemente el control sobre los acontecimientos. En Libia, Yemen y Siria los salafistas están haciendo su propia guerra, y cuanto más tiempo pasa menos se corresponde con los planes de los EEUU, sino que se vuelve cada vez más autónomo. Desde esta perspectiva, el asesinato del embajador norteamericano en Benghazi resultó ser un punto culminante. Puede que el asunto aparezca de forma odiosa y que no todo lo que sucedió realmente es conocido, pero Obama no podía permitir semejante humillación pública, y encima poco antes de las elecciones presidenciales. Así que el destino de Petraeus estaba sellado, y si en la vida del general no hubiera existido la periodista agradablemente dotada en las partes adecuadas del cuerpo, se habría encontrado otro motivo para quitar del sitio al pájaro de mal agúero del general de forma no menos descortés.
Apartando a Petraeus los EEUU renuncian claramente a los salafistas como instrumento y los abandonan a su previsible aniquilación o a su propia suerte. Aquí se podrá citar el dicho del moro que ha concluido su trabajo [un dicho alemán que no conozco, N. del T.], pero no sería verdad. No han finalizado su trabajo. Ni en Libia, ni en Yemen, y mucho menos en Siria las cosas van como le habría gustado a los EEUU. Por eso… lo sentimos, queridos salafistas, no es nada personal.
Los últimos recursos humanos de Oriente Próximo a los que todavía no se ha recurrido.
Pero Al Assad tiene que desaparecer de alguna forma – y este cometido todavía no lo ha asumido nadie. Consecuentemente los EEUU han fijado su atención en los palestinos, el último recurso humano del Oriente Próximo al que todavía no han recurrido. A lo largo de los últimos meses han aparecido en los campos de refugiados palestinos en Siria un sinnumero de reclutadores con el objetivo de azuzar a los voluntarios contra el “sanguinario dictador“. Sin embargo, todavía sin resultados impresionantes – y es que los palestinos tampoco están especialmente deseosos de hacer la guerra contra Assad. Puede que haya algunos, pero ni de lejos son la totalidad. Desde principios de Noviembre de 2012 se están produciendo en los campos de palestinos en Siria – y son grandes asentamientos, de los que en Siria hay muchos – enfrentamientos entre palestinos partidarios de Bashar Al Assad y aquellos que están en su contra. Los campos de Jarmuk y Taldau ya están bajo control de comandos palestinos leales que no desean un cambio de rumbo en los acontecimientos.
Consecuentemente, en el primer plano de los acontecimientos de Gaza sólo se encuentran algunas personas, los comandantes militares de los grupos combatientes de Hamas. Así no resulta sorprendente que los ataques de precisión de los israelíes fueran dirigidos precisamente contra ellos. Resulta paradójico que el comandante de las brigadas Qassam asesinado, Ahmed Dschabari – implicado en el secuestro del caporal israelí Gilad Schalit – se haya convertido en la causa de la guerra de Israel contra Hamas. Pero no, esta implicación no ha sido el motivo para liquidarlo. Apenas Dschabari declinó agradecido el seductor ofrecimiento del emir de Qatar de pegar unos tiros en Siria, fue localizado con rapidez por Israel y aniquilado junto a su hijo.
Malas lenguas afirman que Ahmed viajaba en un vehículo que le había sido regalado por el desprendido Emir. Naturalmente la mujer del Cesar está fuera de toda sospecha – ¿cómo iba a saber un habitante del desierto de localizadores GPS con los que se marca a la persona prescindible? . En cualquier caso, en el ataque contra los comandantes militares de Hamas los israelíes han procedido con la ligereza de gatillo propia del tiro al plato.
¿Únicamente ganadores?
Hamas ha podido lanzar la totalidad de su arsenal de cohetes al cielo y ahora puede, con la conciencia tranquila, hacer nuevos pedidos [de cohetes] con los 400 millones regalados por el emir. El comandante militar de Hamas de los batallones de cohetes liquidado se ha llevado un número de secretos a la tumba, y los nuevos cuadros pueden repartirse tranquilamente el dinero qatarí entre ellos y sin testigos molestos. También el primer ministro Netanyahu puede estar satisfecho: ¿Que puede haber mejor que demostrar poco antes de las elecciones de enero la inflexible disposición para defender a los ciudadanos? Y más jubilosos están los EEUU, que ahora disponen de la perspectiva de una nueva jauría, más o menos dócil, con la que deshacerse de malvados dictadores en el Oriente Próximo. El Super-Mursi de Egipto brilla en su papel de mediador y mecenas de la paz, la Liga árabe ha podido quitarse de encima la sospecha de estar haciendo causa común con Israel condenando sin paliativos el asesinato de civiles pacíficos en Gaza. Y el Emir Hamad bin Chalifa Al Thani ha podido mostrar una vez más que es un político astuto y taimado.
Los únicos perdedores en estas circunstancias conformadas de forma tan ventajosa para todos, son los seres humanos en la franja de Gaza, a los que se sometió durante una semana a la lluvia de bombas. Pero, ¿a quien le interesa esto?
Fuente original en ruso: http://www.vz.ru/opinions/2012/11/21/608150.html
Traducción al alemán: apxwn.blogspot.de - http://www.neopresse.com/politik/naherosten/schachbrett-nahost-aktivierung-der-palastinenser/
Traducción al castellano: Pedro Aguirre
La significativa visita del Emir de Qatar, en cuyo transcurso tuvo el generoso gesto de aportar una ayuda de 400 millones de dólares norteamericanos a los palestinos discriminados por el destino, hace que nadie albergue dudas de que este gesto ha sido de todo menos desinteresado. Después de que Qatar haya tomado bajo su protección a Hamas, haciendo evacuar a su dirección de Damasco a Doha, el asunto tenía que llevarse hasta el final, poniendo al brazo militar de los “hermanos” palestinos (en el sentido de los “hermanos musulmanes”, a los que Hamas es cercano) bajo su tutela. La mala fortuna de Qatar es que, pese a que financia a las bandas de rebeldes en Siria, los logros de éstas no son precisamente de color rosa. El Ejército Sirio “procesa” – con grandes dificultades, pero de forma exitosa – las hordas de mercenarios que caen sobre Siria, de modo que las perspectivas de los agresores son más bien nebulosas. Se requieren más contingentes de carne de cañón y, por lo que parece, las reservas existentes hasta ahora se están acabando.
El sueño de cualquier árabe normal es estar sentado en una silla y practicar un poco de comercio. Hacer un poco de guerra también está bien, pero en esta pasión la forma normal de guerra es el asalto, con terrorífico griterío y los ojos en blanco. Pero una guerra de larga duración es una pesadilla para el árabe. Por eso las guerras en Oriente Próximo son cosa de profesionales, y por esta razón las monarquías árabes están encontrándose poco a poco con dificultades: pese a que el material humano no está agotado, ya no consiguen aumentar perceptiblemente el número de bandas de rebeldes. El “columpio sirio” sigue balanceándose, pero hasta una victoria – da igual de qué bando – todavía hay un largo camino.
Al Emir tampoco le están resultando fáciles las cosas en Gaza – los comandantes militares del brazo armado de Hamas no ambicionan precisamente llevar a cabo para el este trabajo sucio enviando a sus combatientes a la guerra con Siria en beneficio del interés de Qatar. Ni siquiera por dinero. Es decir, sí que están agradecidos por el dinero, pero ahí se acaba la cosa.
Por otro lado, tampoco Israel está precisamente entusiasmado con la situación. Puede que los israelís consideraran– como no podía ser de otra forma – el “plomo fundido” como una victoria, pero esta no fue completa: el brazo militar de Hamas conserva su capacidad de combate, encima la reforzó; se dotó de una nueva infraestructura y añadió a los tradicionales cohetes Qassam (tubos aserrados llenos de fertilizantes de nitrato) bonitos cohetes iraníes Fadshr-5. Entretanto Irán desmiente el suministro de los cohetes a Hamas, al parecer sólo se habría suministrado la tecnología para su fabricación. Pero hace solo un par de semanas los israelís tuvieron su momento de diversión desenfrenada en Sudán, donde destruyeron una planta de montaje de precisamente este tipo de cohetes. Diversos expertos valoraron el ataque de ocho bombarderos israelíes como acto previo de un pronto ataque masivo contra Irán, pero en realidad la cosa era mucho más simple y cercana: con el ataque, Israel tenía por objetivo impedir los suministros de cohetes a Gaza antes de llevar a cabo su ataque contra esta. El interés a medio plazo de Israel es ocupar con algo serio a los grupos militantes de Hamas – al menos durante algún tiempo. Y por qué no con “algo” en dirección a Siria.
Mientras que Bashar Al Assad siga demostrando que todavía se encuentra en condiciones de “procesar” en términos industriales a los intrusos extranjeros, se les puede brindar a los árabes la oportunidad de romperse mutuamente la cabeza y así sanear un poco la situación en Gaza. Y tampoco aquí los comandantes militares de Hamas tienen demasiadas ambiciones de ofrecer sus cabezas para los intereses de Israel.
Salafistas – perros de presa de la exportación de democracia
Finalmente los EEUU han provocado la eliminación del general Petraeus… en la mejor tradición democrática – un escándalo sexual, publicación de documentos secretos, etc. – y anunciado la renuncia de facto al gran proyecto de éste. Y es que la aniquilación de regímenes seculares en la región mediante unidades de islamista y Al-Qaeda, eran fruto del particular proceder de este general. Es lo que practicó exactamente en Afganistán, donde reunió las correspondientes experiencias que luego pudo introducir satisfactoriamente en Libia, Yemen y en Siria. Estrictamente, empezó en 1999 en Yugoslavia.
Sólo había un problema – si todo hubiera transcurrido como lo había previsto Petraeus, los islamistas habrían barrido rápidamente a los regímenes inadecuados, después de lo cual se los podía “desguazar” y sumir en el olvido. Pero sucedió de forma distinta. En primer lugar, Khadafi se revolvió y no quiso morir durante ocho meses. Después, el zorro más astuto de Oriente Próximo y Medio, Ali Abdullah Salih, ha sabido sustraerse de todas las trampas que le han sido tendidas y sigue influyendo de forma determinante la situación en Yemen. Y ahora Bashar Al Assad lleva casi tres años ofreciendo decidida resistencia a los mercenarios de Petraeus.
Los radicales y salafistas no son el tipo de gente que debiera dejarse mucho tiempo sin atar. Lentamente los EEUU están perdiendo perceptiblemente el control sobre los acontecimientos. En Libia, Yemen y Siria los salafistas están haciendo su propia guerra, y cuanto más tiempo pasa menos se corresponde con los planes de los EEUU, sino que se vuelve cada vez más autónomo. Desde esta perspectiva, el asesinato del embajador norteamericano en Benghazi resultó ser un punto culminante. Puede que el asunto aparezca de forma odiosa y que no todo lo que sucedió realmente es conocido, pero Obama no podía permitir semejante humillación pública, y encima poco antes de las elecciones presidenciales. Así que el destino de Petraeus estaba sellado, y si en la vida del general no hubiera existido la periodista agradablemente dotada en las partes adecuadas del cuerpo, se habría encontrado otro motivo para quitar del sitio al pájaro de mal agúero del general de forma no menos descortés.
Apartando a Petraeus los EEUU renuncian claramente a los salafistas como instrumento y los abandonan a su previsible aniquilación o a su propia suerte. Aquí se podrá citar el dicho del moro que ha concluido su trabajo [un dicho alemán que no conozco, N. del T.], pero no sería verdad. No han finalizado su trabajo. Ni en Libia, ni en Yemen, y mucho menos en Siria las cosas van como le habría gustado a los EEUU. Por eso… lo sentimos, queridos salafistas, no es nada personal.
Los últimos recursos humanos de Oriente Próximo a los que todavía no se ha recurrido.
Pero Al Assad tiene que desaparecer de alguna forma – y este cometido todavía no lo ha asumido nadie. Consecuentemente los EEUU han fijado su atención en los palestinos, el último recurso humano del Oriente Próximo al que todavía no han recurrido. A lo largo de los últimos meses han aparecido en los campos de refugiados palestinos en Siria un sinnumero de reclutadores con el objetivo de azuzar a los voluntarios contra el “sanguinario dictador“. Sin embargo, todavía sin resultados impresionantes – y es que los palestinos tampoco están especialmente deseosos de hacer la guerra contra Assad. Puede que haya algunos, pero ni de lejos son la totalidad. Desde principios de Noviembre de 2012 se están produciendo en los campos de palestinos en Siria – y son grandes asentamientos, de los que en Siria hay muchos – enfrentamientos entre palestinos partidarios de Bashar Al Assad y aquellos que están en su contra. Los campos de Jarmuk y Taldau ya están bajo control de comandos palestinos leales que no desean un cambio de rumbo en los acontecimientos.
Consecuentemente, en el primer plano de los acontecimientos de Gaza sólo se encuentran algunas personas, los comandantes militares de los grupos combatientes de Hamas. Así no resulta sorprendente que los ataques de precisión de los israelíes fueran dirigidos precisamente contra ellos. Resulta paradójico que el comandante de las brigadas Qassam asesinado, Ahmed Dschabari – implicado en el secuestro del caporal israelí Gilad Schalit – se haya convertido en la causa de la guerra de Israel contra Hamas. Pero no, esta implicación no ha sido el motivo para liquidarlo. Apenas Dschabari declinó agradecido el seductor ofrecimiento del emir de Qatar de pegar unos tiros en Siria, fue localizado con rapidez por Israel y aniquilado junto a su hijo.
Malas lenguas afirman que Ahmed viajaba en un vehículo que le había sido regalado por el desprendido Emir. Naturalmente la mujer del Cesar está fuera de toda sospecha – ¿cómo iba a saber un habitante del desierto de localizadores GPS con los que se marca a la persona prescindible? . En cualquier caso, en el ataque contra los comandantes militares de Hamas los israelíes han procedido con la ligereza de gatillo propia del tiro al plato.
¿Únicamente ganadores?
Hamas ha podido lanzar la totalidad de su arsenal de cohetes al cielo y ahora puede, con la conciencia tranquila, hacer nuevos pedidos [de cohetes] con los 400 millones regalados por el emir. El comandante militar de Hamas de los batallones de cohetes liquidado se ha llevado un número de secretos a la tumba, y los nuevos cuadros pueden repartirse tranquilamente el dinero qatarí entre ellos y sin testigos molestos. También el primer ministro Netanyahu puede estar satisfecho: ¿Que puede haber mejor que demostrar poco antes de las elecciones de enero la inflexible disposición para defender a los ciudadanos? Y más jubilosos están los EEUU, que ahora disponen de la perspectiva de una nueva jauría, más o menos dócil, con la que deshacerse de malvados dictadores en el Oriente Próximo. El Super-Mursi de Egipto brilla en su papel de mediador y mecenas de la paz, la Liga árabe ha podido quitarse de encima la sospecha de estar haciendo causa común con Israel condenando sin paliativos el asesinato de civiles pacíficos en Gaza. Y el Emir Hamad bin Chalifa Al Thani ha podido mostrar una vez más que es un político astuto y taimado.
Los únicos perdedores en estas circunstancias conformadas de forma tan ventajosa para todos, son los seres humanos en la franja de Gaza, a los que se sometió durante una semana a la lluvia de bombas. Pero, ¿a quien le interesa esto?
Fuente original en ruso: http://www.vz.ru/opinions/2012/11/21/608150.html
Traducción al alemán: apxwn.blogspot.de - http://www.neopresse.com/politik/naherosten/schachbrett-nahost-aktivierung-der-palastinenser/
Traducción al castellano: Pedro Aguirre
Tomado de:
http://elintersocial.blogspot.com
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