El espectacular desarrollo de los acontecimientos en Libia es explotada por el gobierno para tratar de romper el poder de las milicias armées.Des pruebas convincentes sugieren que Trípoli y los países vecinos acordaron poner un poco de orden en el caos este país desde la caída del poder del coronel Gadafi en octubre de 2011.
Un llamado a las partes relacionadas con el gobierno, las manifestaciones de activistas y ciudadanos en Trípoli contra los dictados de Libia y las milicias armadas extorsión en tragedia, Viernes, 15 de noviembre 2013, cuando las milicias armadas de Misrata abrieron fuego contra la multitud sin previo aviso. Causando la respuesta de otras milicias rivales y civiles armados. El ejército libio localmente llamado fuerza móvil, trató de intervenir, pero no pudo detener la lucha. En el momento de escribir estas líneas, una evaluación preliminar reporta 35 muertos y más de 310 heridos.
El ejército libio defectuoso ha movilizado todos sus recursos. Una movilización general incluso se promulgó. El gobierno está hablando de desarmar a las milicias de Libia y la restauración de la autoridad del Estado. Dos días antes, el primer ministro libio evocó palabras apenas cubren la situación de seguridad en Libia había alcanzado un nivel intolerable y estaba considerando seriamente la posibilidad de utilizar la ayuda extranjera para restablecer el imperio en Libia. Los países vecinos, como Argelia , la Italia y Túnez crecen Trípoli para actuar en este sentido.
El desarme de las milicias como formidables como los de la ciudad costera de Misrata significa un riesgo real de crisis prolongada. Otros más o menos legalista como el Zentène tienen más armas que el gobierno central.
En nombre de la "legitimidad revolucionaria" después de la guerra de Libia en 2011, las milicias han asumido los derechos y funciones de gobierno. Se repartieron las zonas de influencia y control, así como formas de contrabando.
Misrata es uno de los más odiados en Libia para la crueldad y los numerosos crímenes cometidos por los miembros de la milicia. Estos están nerviosos, ya que su jefe militar fue misteriosamente neutralizado por un comando desconocido no menos de dos semanas. Milicias de Misrata sigue en guerra con las ciudades vecinas y especialmente con las tribus Warflla se mantuvo más o menos fieles al antiguo régimen. También incide en Trípoli yBenghazi . El riesgo de una guerra civil es mayor.
Sin embargo, esto no es la centralización de las ventas de petróleo con la aparición de feudos semi-independientes que rompió la espalda del camello.
El ejército libio ha fallado ¿Tiene la capacidad de competir con la milicia? Por supuesto que no. Inevitablemente habrá una intervención de terceros. Los informes indican que la ciudad de Misrata, construido de facto república independiente, se está preparando para la guerra. Más al este, la provincia de Cirenaica se prepara para la secesión.Los grupos terroristas deambulan libremente del país y la inmigración ilegal procedente de Libia nunca ha llegado a un nivel sin precedentes. El reinado permanente de la milicia amenaza a todos los países vecinos y la seguridad del Mediterráneo occidental. No se sabe si Trípoli se librará de las milicias. Pero lo cierto es que doblan las campanas de Misrata.
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ENTREVISTA CON GADAFI
Hace unos días puse un pie en el más allá para entrevistar a Muamar el Gadafi. Lo hallé en un desierto abismal, dentro de una sencilla tienda. Me invitó a pasar y me senté frente a él, en una alfombra raída. Me sorprendió su austeridad y se lo comenté.
-Éste es el limbo que he elegido –me dijo.
-Pero esta escueta tienda, esta alfombra o la sábana que le cubre, permítame insistir, señor Gadafi, contrastan mucho con los lujos de su vida mundana.
-No preciso más para meditar, que es lo que aquí hacemos.
-¿De qué se arrepiente?
-De casi todo. A usted también le pasará cuando cruce el umbral.
-Bueno, creo que su vida fue más intensa de lo que es la mía…
-Eso sí que es verdad: la suya es muy anodina. Pero se arrepentirá de las cosas que no ha hecho lo mismo que yo de las que sí he hecho.
-Dígame algo que no repetiría si volviera a nacer.
-No sé… Quizá un par de atentados… Poca cosa con respecto a lo que se me atribuye en los libros de donde usted viene.
-¿Por qué se sublevó su pueblo?
-Nunca lo hizo.
-¿Cómo que no? Trípoli se levantó contra su mandato al calor de la primavera árabe.
-No hubo primavera árabe en Libia. Se utilizó como escusa para que una gangrena de mercenarios y descontentos incendiaran la ciudad. Aquello fue un golpe de estado. Peor: un golpe de talón con muchos ceros.
-¿De quién era el talón?
-De los servicios secretos estadounidenses y franceses.
-¿Por qué querrían los gobiernos de Estados Unidos y Francia derrocarle?
-Porque exigí el pago de mi petróleo en una moneda distinta al dólar: en dinares respaldados con oro.
-Pero a usted le bombardeó el ejército francés de Sarkozy. Y la moneda francesa es el euro…
-Sarkozy quería el petróleo libio para comercializarlo en dólares. Francia se lo apropiaba, y Estados Unidos reforzaba su petrodólar. Ambos salían ganando. Y todos respiraban tranquilos. La venta de mi petróleo en dinares, euros, rublos o cualquier otra moneda suponía un peligro para las finanzas del mundo. Y no se podía consentir. De la misma manera que tampoco se lo permitieron a Saddam Hussein.
-Pero Saddam Hussein fue un déspota y un asesino; por eso lo derrocaron.
-Lo que usted quiera, pero fue el primero en vender el petróleo en euros. Y encima convirtió a euros el fondo de reserva de la ONU, el llamado "petróleo por alimentos", un fondo de 10.000 millones de dólares.
-Vaya, vaya… Los estadounidenses son los malos de la película. Como siempre.
-Los estadounidenses son como usted o como lo fui yo. Los hacedores de este tipo de guerras son los que controlan la Reserva Federal de los Estados Unidos.
-¿Los muertos mienten? –atajé.
-Tanto como los vivos –sonrió como un niño-. Es más, cuando vuelva al mundo terrenal, no le quepa duda de que esta entrevista le parecerá un sueño.
-Una mentira no es lo mismo que un sueño.
-Créame, desde mi actual posición, yo no estaría tan seguro.
-Se han cumplido ya dos años de su ejecución. ¿Cómo la recuerda?
-Pues imagínese, sagaz interlocutor, fue una experiencia inolvidable: me cogieron, me escupieron, me insultaron, me meé y me cagué de miedo, me golpearon hasta hartarse y me metieron tres disparos a quemarropa: dos en el estómago y uno en la cabeza.
-¿Guarda en su corazón algún reproche?
-¿Reproches? No, no crea… Aquí no se reprocha nada. Nací en Libia como Muamar Muhamad Abu-minyar el Gadafi y me tocó lo que me tocó. No hay nada que objetar. Si bajo de nuevo a la Tierra, no me importaría ser un agricultor de Kentucky.
-A ver, tengo una docena de preguntas que me gustaría...
-No hay tiempo -zanjó.
-Pensaba que los muertos tenían todo el tiempo del mundo, vamos, la eternidad.
-Yo sí, pero usted no: están a punto de despertarle.
Ricardo García Nieto.
http://lacomunidad.elpais.com/ricardogarcianieto/2013/11/15/entrevista-con-gadafi
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