jueves, 26 de junio de 2014

Gaddafi, Líder visionario, en 2007: “EEUU intenta separar a Europa de Rusia, y busca provocar una confrontación catastrófica”

Al-Gaddafi habla: Provocando a Rusia (2007)

Todos los movimientos expansionistas que Europa emprendió hacia el este tuvieron como objetivo a Rusia. Todas las potencias occidentales movilizaron sus ejércitos hacia Rusia. A comienzos del siglo XIX, Napoleón invadió muchos países europeos en su intento por llegar a los ricos recursos de carbón, mineral de hierro, petróleo, gas y oro de Rusia. En la II Guerra Mundial, Hitler siguió el mismo camino y dirigió sus vastos ejércitos hacia Rusia.

En la actualidad, la OTAN está siguiendo los pasos de Napoleón y de Hitler para llegar a Rusia. La OTAN desea explotar el vacío generado por la desintegración de la Unión Soviética.

Occidente declaró la victoria en la guerra fría contra el bloque oriental liderado por la Unión Soviética. Consideró que la derrota y la desintegración soviética eran un logro histórico.

Tras haber incorporado como miembros a la mayoría de los países otrora socialistas adyacentes a Rusia, ahora está tratando de incluir a las ex-repúblicas soviéticas que abarcan desde el Asia central hasta el Mar Negro y el Báltico, con el fin de rodear completamente a Rusia. Rusia consideró que ese intento correspondía a un acto de peligrosa provocación cuyo propósito era rodearla desde todos los ángulos. Y en verdad así es. La implosión y la desintegración de Yugoslavia proporcionaron el eslabón que faltaba en la cadena de la OTAN que rodeaba a Rusia.

Sin embargo, tanto en la historia distante como en la reciente, hay abundantes pruebas de que Rusia no es una potencia a la que se pueda asediar, quebrar o derrotar con facilidad. Rusia posee el mayor arsenal nuclear del mundo que consiste en alrededor de 16.000 ojivas. Esas ojivas pueden ser lanzadas desde silos terrestres, submarinos y bombarderos estratégicos que sólo Rusia posee. El trío nuclear integrado por los misiles balísticos intercontinentales, los bombarderos estratégicos y los submarinos nucleares, compensa cualquier deficit de capacidad militar que pueda tener Rusia en materi de entrenamiento, movilización o logística.

Sobre la base de nuestro gran interés en la paz mundial, formulamos un llamamiento para que se evite cualquier nueva aventura que a diferencia de lo ocurrido con las dos guerras mundiales pueda causar la destrucción, o incluso la aniquilación de la humanidad.

La provocación contra Rusia y los intentos de rodearla, generan la amenaza de una nueva e innecesaria conflagración (nuclear) total. La amenaza resulta particularmente real habida cuenta del hecho de que en muchos casos, los EEUU han basado su posición en información inventada, en análisis ingenuos, y en opiniones miopes e interesadas.

Cuando occidente respaldó con entusiasmo la independencia de Kosovo esperaba acaso que las repercusiones de ese hecho llegarían a Abjasia y a Osetia meridional y las llevarían a reclamar su independencia? Era consciente de que los análisis que llevaron al dilema de los EEUU se basaron en informaciones de inteligencia inventada y no confirmada proporcionada con la esperanza de congraciarse con la CIA por agentes que habían huído de su país.

El hecho de que la OTAN haya seguido existiendo y se haya expandido tras la destrucción de la Unión Soviética y tras el final de la Guerra Fría, puede deberse a un único motivo: Ocupar Rusia y luego el resto del mundo.

Al igual que todos los demás países del mundo, los EEUU tienen el derecho de defenderse. Su distante situación geográfica, entre el Océano Atlántico al este, el Océano Pacífico al oeste, el mar glacial ártico al norte y los débiles vecinos situados al sur, que no pueden plantear ninguna amenaza para su seguridad, le permite ser un refugio seguro para los inmigrantes y los refugiados que desean alejarse de los conflictos y de las ambiciones de los continentes del Viejo Mundo. Son una potencia universal. Todos los pueblos del mundo han contribuído a su formación y a su prosperidad. Si regresan a esa tradición, serán dignos de ser los anfitriones de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad.

No obstante, la posibilidad de que los EEUU continúen siendo, como lo son actualmente, parte en todo acto de agresión que tiene lugar en el mundo, constituye una importante amenaza para la paz, la seguridad y la estabilidad en el mundo.

Los EEUU deben regresar a la doctrina Monroe, por la que abogó el presidente James Monroe en 1823 y en la que se afirma que los EEUU no se injerirán en los problemas de Europa y que las potencias europeas ya no se injerirán en los asuntos de los estados recientemente independizados de las Américas. Los EEUU deben ampliar la doctrina para que abarque la no-injerencia a los asuntos del mundo entero.

Europa tiene derecho a convertirse en una entidad política, económica y militar independiente y unificada. Tiene derecho a convertirse en un nuevo polo de política internacional. Rusia en su calidad de potencia histórica y potencia emergente, debe gozar de la libertad que necesita para desarrollar su poderío político, económico y militar, para fines de legítima defensa.

La Europa unida, si no está atada a los distantes EEUU, puede servir como amortiguador estratégico entre Rusia y los EEUU. El Océano Atlántico también podría servir como amortiguador entre Europa y los EEUU. Europa debería seguir aprovechando los abundantes recursos petroleros y gasíferos de Rusia.

Rusia, y no el continente americano es el socio demográfico natural de Europa. Si Europa se guiara por una evaluación lógica de sus propios intereses, y no por motivos raciales o por una continuación del hecho consumado generado por la ocupación estadounidense de Europa tras la II GM establecería lazos de amistad con Rusia.

La estupidez y la codicia van a arrastrar a la Humanidad a una nueva catástrofe. No quedará nadie para coshechar los beneficios de esa guerra, que será una guerra entre partes que poseen armas nucleares letales y destructivas.

El mundo haría bien entener en cuenta mi advertencia de que Rusia no es la Unión Soviética. La Unión Soviética era un vasto imperio multinacional, se impuso a muchas naciones antiguas. Se basó en una doctrina ideológica en la que los pueblos de la Unión Soviética no creían. En verdad, los propios dirigentes del Kremlin no creían en esa ideología. Por el contrario, Rusia ahora no está defendiendo una convicción filosófica ni una ideología política y económica. Está defendiendo a la nación Rusia propiamente dicha. Cuando la ideología marxista de la Unión Soviética llegó a su fin, los pueblos soviéticos no murieron con ella. Siguieron existiendo, incluso celebraron la caída de la Unión Soviética y de su ideología.

Lo que está en juego ahora, es la existencia misma de la nación rusa. No se puede permitir que fracase, porque ello implicaría la desaparición de la vida, de la libertad y de la existencia de la nación. Sería preferible la muerte antes que esa posibilidad.

No hay que equivocarse en cuanto a la situación. Hay que tener plenamente en cuenta las enseñanzas adquiridas a partir del enfrentamiento con la Unión Soviética. No hacerlo sería suicida. Para algunas potencias resultaría destructivo reiterar hoy contra Rusia las maniobras del pasado. Las políticas imperialistas que se aplicaron en el pasado contra la Unión Soviética resultarían devastadoras si se las utilizara contra la Rusia de hoy.


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