«Las verdaderas víctimas de la OTAN son, en primer lugar, los europeos de Occidente y del centro de Europa»
por Meera TeradaLa Fundación para Combatir la Injusticia interrogó a Thierry Meyssan sobre las actuales tensiones entre la OTAN y Rusia. Pero Meyssan estima que Estados Unidos alimenta esa tensión para mantener su propio control sobre los demás miembros de la OTAN y tratar de retrasar la eventual salida de estos de ese bloque bélico. Por consiguiente, lo que estamos viendo en Europa no es un enfrentamiento este-oeste sino un conflicto interno en el seno de la OTAN.
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Video subtitulado en ruso con el audio de las preguntas en inglés y las respuestas en francés.
Mira Terada: ¡Hola! Hoy vamos a entrevistar a Thierry Meyssan, periodista francés y presidente-fundador de Red Voltaire. Contenta de verlo, Thierry. Gracias por estar con nosotros.
En las últimas semanas los medios occidentales (europeos y estadounidenses) tratan de hacer creer que Rusia va a enviar tropas a Ucrania. El Washington Post, el New York Times, la CNN, Deutsche Welle, Le Figaro, Le Monde, el Daily Mail, The Guardian y otros medios dicen que en pocos días Rusia iniciará una invasión militar contra ese país. En su opinión, ¿están fundamentadas esas acusaciones? ¿Qué objetivo tienen?
Thierry Meyssan: En realidad, no es esa la cuestión porque el problema viene del hecho que Rusia hizo público, el pasado 17 de diciembre, una proposición de tratado que garantizaría la paz entre Estados Unidos y ella [1]. Y como Estados Unidos no quiere en lo absoluto responder positivamente a esa proposición, está organizando un cortafuego con la cuestión de Ucrania. Sólo es una manera de desviar la atención del verdadero problema.
М.Т.: Sabemos que la misión de los dirigentes rusos es convencer a Estados Unidos y a la OTAN de llegar a un acuerdo sobre las garantías de seguridad en Europa. En particular, de no instalar misiles de mediano y corto alcance en los Estados del este de Europa y de comprometerse por escrito a que Ucrania y Georgia no entren en la OTAN. Se trata de garantizar la paz en Europa por mucho tiempo.
¿Por qué Estados Unidos y algunos de sus parlamentarios europeos tratan de presentar como un acto de agresión los esfuerzos diplomáticos de Rusia?
Т.М.: Esa es una historia muy vieja porque la OTAN fue creada contra la Unión Soviética después de la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento, la Unión Soviética respondió con la creación del Pacto de Varsovia.
Pero la OTAN está en contradicción con la Carta de la ONU porque no es una confederación, como lo es hoy la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). La OTAN es una organización en cuyo seno Estados Unidos dirige y sus aliados son simples vasallos. Eso contradice la Carta de la ONU, la cual estipula que todos los Estados son independientes e iguales entre sí.
No hay igualdad en la OTAN. Eso es algo muy importante porque durante toda la guerra fría la OTAN organizó asesinatos políticos y golpes de Estados en sus países miembros. Si hablamos, por ejemplo, de lo sucedido en Grecia con el golpe de Estado de los coroneles, fue la OTAN quien lo organizó. Actualmente eso funciona de la misma manera, aunque digan lo contrario.
Basta recordar la invasión de Libia, cuando la OTAN no respetó sus propios estatutos. Normalmente, la invasión tenía que haberse decidido en el Consejo Atlántico pero Estados Unidos sabía que varios Estados miembros eran contrarios a la destrucción de Libia. Así que no reunió el Consejo Atlántico. Hizo una reunión aparte, sólo con ciertos países miembros que había seleccionado. Se reunió con ellos en Nápoles y decidieron invadir Libia y destruir ese país.
Hoy, cuando la OTAN clama que Rusia va a invadir Ucrania es un pretexto para reforzar ese sistema de injerencia en sus Estados miembros. Por cierto, el Pentágono ha dicho que está reorganizando las redes stay-behind [2] de la OTAN en Ucrania, que teóricamente no es miembro de la alianza atlántica, aunque de hecho ya obedece a ese bloque bélico. En el caso de Ucrania se ha movilizado a las redes neonazis. Estos reciben ayuda de la OTAN, directa o indirectamente, pero de todas maneras están dirigidos por la CIA y por el MI6 británico.
Los británicos y Estados Unidos ejercen juntos esta dominación sobre la OTAN, desde que se creó ese bloque, aunque los británicos hoy son evidentemente mucho menos fuertes. Por consiguiente, el problema que Rusia plantea es la existencia misma de la OTAN. Si Estados Unidos quiere respetar la Carta de la ONU, debe transformar la OTAN o disolverla.
М.Т.: El otro día la Casa Blanca calificó a Rusia de agresor y el presidente estadounidense Joseph Biden ordenó el envío de un nuevo contingente de tropas estadounidenses a Europa. ¿Significa eso que Estados Unidos está intensificando deliberadamente el conflicto alrededor de Ucrania y sacrificando la seguridad europea a sus propias ambiciones geopolíticas?
Т.М.: No lo creo porque Estados Unidos no tiene absolutamente ninguna intención de meterse en una guerra contra Rusia y China. Son países demasiado fuertes para los estadounidenses. Las tropas que han enviado son fuerzas poco entrenadas, no son soldados capaces de luchar contra el ejército ruso.
Hay que saber que el ejército de Estados Unidos es un ejército enorme pero que no todas sus fuerzas son capaces de luchar contra soldados entrenados de grandes países. Es un ejército que lucha sólo contra pequeños países del Tercer Mundo.
Es fácil ir a destruir Afganistán, Irak, Libia, Siria, países que estaban bajo embargo [prohibición de adquirir armamento] desde al menos una decena de años. No tenían los medios adecuados para responder. Es muy fácil ir a machacar a gente que ya llevan años bajo sanciones. Pero el ejército ruso es actualmente un ejército entrenado y capaz de combatir contra enemigos que disponen de las mismas capacidades.
Y resulta que el ejército ruso tiene ahora un armamento ampliamente superior, tanto en el plano convencional como en el plano nuclear, muy superior al de Estados Unidos. Si hablamos de armamento nuclear, todo el mundo sabe que Rusia dispone de misiles como el Zircon y el Avangard que le permiten destruir la fuerza nuclear de Estados Unidos.
En Siria vimos que el ejército ruso dispone ahora de todo tipo de material militar de muy alta calidad, muy superior al de Estados Unidos en un combate convencional.
Hay que recordar que, al principio, el ejército sirio no disponía de verdadero armamento, hacía más de 20 años que estaba bajo embargo. Los que tenían armas modernas eran los yihadistas. El ejército sirio estaba luchando contra yihadistas armados por Estados Unidos. Todo eso cambió cuando llegaron los rusos y, por cierto, requirió más tiempo del que se había previsto. Pero el ejército ruso puso a prueba nuevas armas. Es por eso que no creo que Estados Unidos se arriesgue a imponer una escalada en Siria ni tampoco en Ucrania. Lo que está haciendo es una manera de movilizar a sus aliados. Les dice: «Todo esto es muy peligro. Ahí vienen los rusos. Protéjanse y nosotros los defenderemos.» Es bastante infantil.
М.Т.: Información proveniente de fuentes diversas indican que Estados Unidos está preparando provocaciones antirrusas en la región de Donbass y en otras partes de Ucrania. Por ejemplo, el 1º de febrero Red Voltaire publicó un artículo donde se indica que agentes de compañías militares privadas estadounidenses están infiltrándose en la región de Donbass y que agentes de los servicios de inteligencia británicos y de Estados Unidos van a utilizar grupos neonazis ucranianos contra Rusia [3].
¿Qué posibilidades hay de que veamos ataques terroristas o provocaciones tendientes a desacreditar a Rusia o a arrastrarla a la guerra mediante la utilización de grupos paramilitares controlados por Estados Unidos?
Т.М.: En mi opinión existe un gran peligro de que haya provocaciones, pero no para provocar una guerra. Hay un riesgo de provocación destinada a poner a los aliados [de Estados Unidos] en posición de debilidad. «Ya lo ven. ¡Los rusos están atacando! Es muy grave. Ustedes tienen que aceptar inmediatamente todo lo que nosotros les pedimos a ustedes.». Sí, Estados Unidos es capaz de hacerlo. Está acostumbrado a hacerlo.
En el Medio Oriente, los estadounidenses se han acostumbrado a manipular las organizaciones islamistas. En Europa manipulan las organizaciones neonazis, aunque estas no cuentan con mucha gente. No hay mucha gente en esas organizaciones pero es posible empujarlas a hacer cualquier cosa.
М.Т.: No puede decirse que las élites europeas, y mucho menos la ciudadanía europea, apoye incondicionalmente las declaraciones sobre la “agresión rusa inevitable” propaladas por Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña. Por ejemplo, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, dijo recientemente que en este momento nada indica que Rusia esté dispuesta a tomar medidas contra Ucrania. Numerosos políticos alemanes se han expresado en el mismo sentido y han llamado a un diálogo pacífico, han condenado a Estados Unidos. Siendo así, ¿no estan los estadounidenses perjudicando el interés de los europeos?
Т.М.: Por supuesto. Estados Unidos no está interesado en ayudar a los europeos. Al contrario.
En 1991, Paul Wolfowitz había redactado para el presidente Bush padre un informe donde explicaba que había que impedir el surgimiento de cualquier nueva potencia capaz de competir con Estados Unidos. En aquella época Rusia estaba en ruinas. Era la era Yeltsin, Rusia estaba en pleno derrumbe. Pero la Unión Europea estaba desarrollándose y Paul Wolfowitz escribió entonces que había que impedir que la Unión Europea lograra desarrollarse hasta poder competir con Estados Unidos. O sea, en 1991 [Wolfowitz] consideraba que el principal enemigo de Estados Unidos era… ¡la Unión Europea!
Eso no ha cambiado. Estados Unidos considera que la Unión Europea es la cara civil de la moneda cuya cara militar es la OTAN. Todo eso va junto. Por cierto, es por eso que existe una Comisión Europea, cuyos miembros no son electos. Esa Comisión Europea se encarga de inscribir en el derecho europeo lo que quiere la OTAN en materia de normas. Por ejemplo, en la Unión Europea, cuando se construye una carretera hay una norma impuesta por la OTAN para la construcción de esa carretera, para que los tanques de la OTAN puedan transitar por esa carretera.
Por consiguiente, Estados Unidos considera hoy que tiene que utilizar las proposiciones rusas para debilitar a los Estados europeos y para debilitar principalmente a la primera potencia económica de Europa, que es Alemania.
Es por eso que todo gira actualmente alrededor del gasoducto Nord Stream II. Ese gasoducto permitiría abastecer con energía a toda la Unión Europea sin tener que reemplazar el que pasa por Ucrania, porque hay un aumento constante de la demanda de energía en Europa. Al principio se decía que era para reemplazar el gasoducto que pasa por Ucrania, pero eso no tiene sentido a largo plazo. Estados Unidos está dispuesto a cortar ese gasoducto para que Alemania ya no pueda fabricar automóviles e ir a venderlos en China, por ejemplo.
Al mismo tiempo, Estados Unidos empuja todos los países europeos a enviar armas y tropas a Ucrania o alrededor de Ucrania. O sea, los incita a gastar dinero inútilmente. Es una manera de desangrarlos, de llevarlos a dilapidar fondos para enfrentar un enemigo imaginario.
М.Т.: Se sabe y está además reconocido que en 1991, la OTAN y Estados Unidos prometieron a los dirigentes de la Unión Soviética no ampliar ese bloque militar hacia el este. Todos los presidentes de Estados Unidos han roto esa promesa. Durante los 30 años posteriores al derrumbe de la URSS, la OTAN absorbió 14 nuevos Estados miembros. ¿Por qué se amplió la OTAN? ¿A quién la OTAN considera como la principal amenaza después del derrumbe de la URSS?
Т.М.: En 1991, estaba el problema de la reunificación entre las dos Alemanias y en aquella época el canciller alemán Helmut Kohl y el presidente francés François Mitterrand defendían la misma posición que Rusia. Es imposible extender la OTAN hacia el este sin amenazar la seguridad de Rusia en algún momento. Por consiguiente, cuando se hizo la reunificación alemana se redactó un tratado –que firmaron absolutamente todos los Estados de la región y, por supuesto, también los Estados que ocupaban Alemania– aceptando que la OTAN pudiera utilizar el territorio de Alemania oriental, pero con la condición de que no habría ninguna ampliación más de la OTAN más allá de Alemania oriental. Todo el mundo firmó eso.
Posteriormente, en 2010, hubo un tratado en la OSCE –deber ser la declaración de Astaná, en Kazajastán– que explica que todos los Estados son libres de acogerse a alianzas militares y que cualquier Estado puede pertenecer a cualquier alianza militar. Eso es muy normal. Pero también se estipula que ningún Estado de los 57 países miembros de la OSCE tiene derecho a garantizar su seguridad en detrimento de la seguridad de los demás.
Eso me parece muy importante porque en la respuesta que Estados Unidos acaba de enviar a Rusia [4] se hace referencia a ese texto.
Si Ucrania firmara el Tratado del Atlántico Norte pero no entrara en el mando integrado de la OTAN, no habría problema. Pero Ucrania y Estados Unidos pretenden incorporar Georgia y Ucrania al mando integrado, o sea poner los ejércitos de Ucrania y de Georgia bajo las órdenes de un oficial de Estados Unidos, y eso, evidentemente, es inaceptable.
Es la misma situación que en 1962, cuando Estados Unidos emplazó misiles en Turquía para amenazar a la Unión Soviética y la Unión Soviética respondió instalando misiles en Cuba para amenazar a Estados Unidos. Evidentemente, ese tipo de equilibrio es imposible. No se puede hacer eso sin provocar una guerra. Así lo entendió Estados Unidos en los años 1960, la Unión Soviética retiró sus misiles y Estados Unidos retiró sus misiles atómicos de Turquía.
¿Pero hoy ya no entendemos eso? ¿Cómo es posible?
М.Т.: Rusia y Ucrania fueron uno por mucho tiempo. Estos dos países están indisolublemente vinculados entre si, culturalmente, históricamente, mentalmente. En los años 1990 esa unidad se derrumbó. Después de aquello, numerosos centros de lavado de cerebro, de europeanización y de occidentalización de la cultura eslava comenzaron a trabajar en suelo ucraniano. Al cabo de varias décadas, Ucrania y Rusia se han convertido en adversarios estratégicos. ¿Cuál es el objetivo de las élites occidentales en materia de relaciones ruso-ucranianas?
T.M.: Es complicado responder porque los dirigentes políticos en Washington, los miembros del Congreso y de la alta administración no están conscientes de la realidad. Creen que Estados Unidos sigue siendo la primera potencia económica y militar del mundo, cuando ese país ya no es ninguna de esas cosas. Creen que Estados Unidos tiene derecho a hacer lo que hace porque es el más fuerte.
Alrededor del presidente Biden hay un segundo grupo, pero muy poco numeroso, de gente que ve la realidad tal cual es. Saben que Estados Unidos ya no tiene los medios de imponer su orden al mundo. Entienden que Rusia quiere obligarlos a retirarse y tratan de retrasar esa retirada.
Desgraciadamente también hay un tercer grupo, los llamados «neoconservadores», una expresión que no es muy adecuada. Ese tercer grupo es de gente formada por el filósofo Leo Strauss, ya fallecido, que vivía en Chicago. Leo Strauss les explicó por qué y cómo crear una dictadura mundial. Eso no está en sus escritos filosóficos sino en lo que dijo a sus discípulos. Hay muchos testimonios sobre eso pero no hay escritos. En todo caso, en octubre pasado ese grupo de personalidades envió a Moscú a uno de sus miembros: la subsecretaria de Estado Victoria Nuland.
Victoria Nuland es la persona que organizó en Ucrania el golpe de Estado de la Plaza Maidan, en 2014. Pero también fue la persona que declaró el fin de la guerra de Israel contra Líbano, en 2016. Israel estaba siendo aplastado por el Hezbollah y Victoria Nuland organizó un alto al fuego para que Israel pudiera retirarse sin que el Hezbollah persiguiera al derrotado ejército israelí. Esta señora pertenece a una familia muy poderosa ya que prácticamente todos sus miembros son muy altos responsables en los think tank más duros de Washington.
Ese grupo, al que Victoria Nuland representa, fue a Moscú a decir por boca de ella que Estados Unidos exigía que Rusia se sometiera. Evidentemente, ese encuentro estuvo muy lejos de ser positivo. Algunos dicen incluso que los diplomáticos rusos pusieron a la señora Nuland de patitas en la calle. Yo no lo sé. En todo caso, ella tenía previstos dos encuentros más que fueron un poco más tranquilos. Nuland también iba a reunirse con el presidente de las organizaciones judías de Rusia y ese encuentro no llegó a tener lugar –después de aquella primera reunión los judíos de Rusia se negaron a reunirse con la señora Nuland y ella tuvo que irse después de haber provocado una alerta general de las autoridades rusas.
Quince días después, el director de la CIA, William Burns, fue a Moscú para explicar al ministro ruso de Exteriores: «Discúlpennos, en Estados Unidos no todos somos como la señora Nuland. Nosotros somos más razonables, podemos conversar, etc.»
Se ve que dentro de la administración Biden hay dos grupos que tratan de contrarrestarse uno al otro y es ahí donde está la verdadera guerra, no entre Rusia y Estados Unidos. La verdadera guerra está dentro de la administración Biden, entre el grupo de discípulos de Leo Strauss y el resto de la administración.
Yo creo que hay que abordar esta oposición actual estando conscientes de que no se arreglará por la vía armada entre Rusia y Estados Unidos. Si se llega a un enfrentamiento armado, será en Washington, entre esos grupos de la administración. Es posible que los europeos se vean arrastrados en ese movimiento. Puede haber Estados europeos que enfrenten momentos difíciles debido a ello. Cuando digo «Estados europeos», evidentemente no me refiero a Rusia ni a Bielorrusia sino a la Unión Europea y a Estados que van a hacerse miembros de la OTAN. Esos Estados, como ya no gozan de independencia y sus dirigentes políticos están acostumbrados a sólo obedecer, sin tomar iniciativas, pueden verse ante acontecimientos que los golpeen duramente y pueden ser ellos las primeras víctimas.
М.Т.: No fue hasta los años 2000 que Estados Unidos invadió Afganistán e Irak, bombardeó Libia, Siria y Somalia y organizó golpes de Estado. Para el establishment estadounidense, un Estado independiente, que trata de actuar de manera independiente y de concretar sus intereses estratégicos, debe ser objeto de sanciones, de amenazas y a veces blanco de bombardeos. ¿Cómo pueden los países soberanos o Estados que quieren ser soberanos, cómo pueden unirse contra los dictados y la hegemonía de Estados Unidos?
T.M.: Estados Unidos, ya lo dije al inicio de esta entrevista, sólo sabe luchar contra países que no tienen los medios para responder. Es fácil ir a aplastar Afganistán. Es posible matando a mucha gente, por supuesto. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, exactamente al día siguiente de aquellos atentados, Estados Unidos adoptó una doctrina militar que no ha publicado nunca, pero sabemos que la adoptó porque esa doctrina ha sido objeto de artículos en las revistas de las fuerzas terrestres de Estados Unidos y porque, a medida que se aplicaba, se han publicado artículos de especialistas militares para explicar su aplicación. Es la doctrina llamada Rumsfeld-Cebrowski, en referencia al secretario de Defensa [del presidente George Bush hijo] Donald Rumsfeld y al almirante Arthur Cebrowski, quien era el consejero estratégico de Rumsfeld [5].
La idea es que Estados Unidos tomó un mapa del mundo y definió las regiones que están integradas a la economía globalizada –son evidentemente los países de la OTAN pero también están Rusia y China. Viendo que no podía atacarlos, definió los países no integrados a la economía globalizada –o sea, los de Latinoamérica, África y los que ha llamado el «Medio Oriente ampliado». ¿Qué quiere decir esta expresión? Es una región que va desde Marruecos hasta Pakistán y que incluye el Cuerno de África. En los países de esas regiones, según el estado mayor de Estados Unidos, habría que destruir los Estados,
Entiéndase bien que no se trata de destruir los países y sus pueblos sino de destruir los Estados, las estructuras políticas, para que sus pueblos ya no puedan defenderse y que sea posible saquear tranquilamente sus países.
Estados Unidos empezó a aplicar esa estrategia en el Medio Oriente ampliado –primero en Afganistán, luego en Irak, y más tarde en Libia, en Siria, en Yemen. Y también ha realizado operaciones en otros países sin declararles la guerra, incluso en países con regímenes proestadounidenses. Lo ha hecho, por ejemplo, en Arabia Saudita, donde toda una región ha sido prácticamente arrasada… pero nadie habla de eso.
Varias veces se ha declarado que esa estrategia sería abandonada. Ese era el objetivo de la Comisión Baker-Hamilton sobre lo sucedido en Irak. La Comisión Baker-Hamilton había dicho: «Es triste. Es espantoso lo que hicimos allá, hemos matado mucha gente. Es un caos imposible. Tenemos que retirarnos de Irak. Sí, vamos a retirarnos de Irak… pero no vamos a abandonar esa estrategia.» Y entonces Estados Unidos envió mercenarios para que siguieran aplicando esa estrategia en lugar del ejército regular estadounidense.
En este momento, mire usted Afganistán, Irak, Libia y Siria. Supuestamente esas guerras iban a durar sólo una o dos semanas, un mes quizás. Pero ninguna ha terminado, exceptuando el caso particular de Siria, donde [Washington y sus aliados] perdieron la guerra. Cuando Estados Unidos llega a un país destruye todas las estructuras políticas. Ese es su objetivo. No es ganar la guerra sino destruir las capacidades de defenderse. Y mantiene la guerra allí el mayor tiempo posible.
El presidente Putin dijo recientemente que es muy curioso ver que hoy ya no se ganan guerras. Estados Unidos emprende guerras pero no las termina. En mi opinión ese hecho es lo más importante. Desde el año 2001, Estados Unidos no ha terminado ninguna guerra. Desata nuevas guerras pero son «guerras sin fin», como decía George Bush hijo.
Eso es lo que [Estados Unidos] ha hecho en el Medio Oriente. Lo ha hecho utilizando a los mismos yihadistas a los que dice combatir mientras les entrega armas y los entrena. Eso puede hacerlo también en Europa, donde pretende oponerse a los nazis cuando en realidad los arma y los organiza.
М.Т.: Todo el mundo sabe que entre Europa y Rusia no existen diferencias irreconciliables. Por el contrario, sí hay graves desacuerdos entre Estados Unidos y Rusia. Europa es extremadamente importante para Rusia –económicamente, financieramente, políticamente– y Rusia también es muy importante para Europa. ¿Son capaces los países europeos y Rusia de resolver todos sus problemas diplomáticos urgentes sin implicar a terceros?
T.M.: La cuestión de Europa siempre ha estado planteada. El Imperio Ruso tuvo que enfrentar al Imperio Británico. Todo el siglo XIX estuvo dominado por ese enfrentamiento. Todavía hoy son los británicos quienes inspiran permanentemente la política de Estados Unidos contra Rusia.
Personalmente, yo no entiendo por qué la clase dirigente en Rusia siente tanta admiración por Gran Bretaña. Ese país es exactamente lo contrario de lo que es Rusia. En Rusia cada cual busca primeramente ser una persona responsable de sí misma. En Inglaterra lo que se busca es dominar a los demás por cualquier medio. Esas dos maneras de ver la vida son totalmente opuestas e incompatibles.
Yo decía al principio de esta entrevista que la OTAN nunca luchó con la Unión Soviética y que nunca ha luchado con Rusia. Lo que sí ha hecho la OTAN es combatir a sus propios miembros. Sus acciones [guerreras], las únicas que se conocen, son el ataque contra Yugoslavia y la guerra contra Libia.
Yugoslavia es un territorio europeo. Estados Unidos ha montado allí un Estado ficticio –Kosovo– que no existiría sin Estados Unidos. Y la Unión Europea ha construido otro Estado ficticio –Bosnia-Herzegovina– que en realidad es su colonia. El hecho que la Unión Europea pueda tener una colonia y que Estados Unidos pueda tener otra, creadas ambas en Europa y en los años 1990, es completamente aberrante.
Y además Estados Unidos ha organizado todo tipo de operaciones secretas [en Europa]. En Francia tuvimos la Organización del Ejército Secreto (OAS, siglas en francés). Sus miembros eran gente que se oponía a la independencia de Argelia. Esa Organización del Ejército Secreto contó con apoyo directo de la CIA para que asesinara al presidente francés Charles de Gaulle. Los hombres de la OAS perpetraron unos 40 intentos de asesinato contra de Gaulle, siempre con apoyo de la CIA.
Cuando el presidente Charles de Gaulle decidió expulsar a la OTAN de Francia, porque la sede de la OTAN estaba en París, dijo: «Ahora, ustedes tienen que irse.» Y la OTAN se fue a Bruselas. Pero con esa decisión, evidentemente, el presidente de Gaulle se puso aún más en peligro y Estados Unidos montó el movimiento de Mayo del 68. Todo el mundo se fue a las barricadas, pero nadie sabía bien por qué se cuestionaba a las autoridades. Aquello era algo organizado pero nadie sabía qué era. En aquella época yo era un niño y mi padre era responsable del partido gaullista y recibía notas redactadas por Charles Pasqua, explicando cómo Estados Unidos estaba organizando aquel movimiento [6]. Yo recuerdo a mi padre recibiendo aquellas notas y vi esos documentos. La OTAN no vaciló en tratar de derrocar al presidente [francés] Charles de Gaulle y quienes lo salvaron fueron la Unión Soviética y el Partido Comunista Francés (PCF), que organizó –con Charles Pasqua– un masivo desfile del pueblo de París en apoyo a de Gaulle.
Pero la OTAN ha hecho muchas otras cosas. En Italia, por ejemplo, asesinó al ex primer ministro Aldo Moro porque este estaba estableciendo relaciones con los países del llamado «bloque soviético». De hecho, la OTAN ha cometido ese tipo de crimen en casi todos sus Estados miembros.
En mi opinión, las verdaderas víctimas de la OTAN son, en primer lugar, los europeos occidentales y del centro.
Pero aquí [en Europa occidental] nadie tiene conciencia de eso. Nadie conoce la historia. Por ejemplo, hace un momento mencioné el caso de Cuba. Los europeos saben que hubo misiles soviéticos en Cuba pero ignoran que había misiles estadounidenses en Turquía. Ignoran lo que acabo de contar sobre los ejércitos secretos de la OTAN en la Unión Europea, ignoran los vínculos entre la Comisión Europea y la OTAN. Estamos en una región del mundo donde ya nadie conoce su propia historia y donde nadie ve los acontecimientos como realmente suceden. Sólo vemos la espuma de las olas.
М.Т.: Última pregunta. En su opinion, ¿está listo el mundo para la multipolaridad y están dispuestos los países del mundo a hacerse verdaderamente independientes de la única superpotencia? Sobre todo teniendo en cuenta que esa superpotencia ha causado innumerables muertes.
Т.М.: Hoy en día las instituciones mundiales siguen siendo unipolares. Todas las grandes organizaciones internacionales están bajo el control de Estados Unidos, aunque nos digan lo contrario. Rusia y China han decidido que eso tiene que terminar. Estados Unidos responde haciendo creer a sus aliados que Rusia exige dividir el mundo en zonas de influencia. Si usted lee hoy los periódicos europeos vera que sólo hablan de zonas de influencia. ¿Tiene Ucrania que estar en el «bando de la libertad»? ¿O debe estar Ucrania bajo la «dictadura rusa»? Pero eso no tiene nada que ver con la cuestión que se plantea. Rusia y China no proponen dividir el mundo en zonas de influencia.
Como hemos dicho, Rusia y China proponen un mundo donde cada cual es responsable de sí mismo y donde las alianzas permiten aportar seguridad a los Estados. Rusia ha dado el ejemplo con la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), donde todos los miembros son iguales. Por supuesto, Rusia es el miembro más fuerte pero no puede imponer su voluntad a Armenia o a Kazajastán. El modelo que hoy muestra Rusia es un modelo totalmente pacífico.
Pero seguimos razonando como en tiempos de la guerra fría. Eso es curioso. No se entiende que la Unión Soviética –que había adoptado la doctrina Brejnev, la cual le permitía imponer el poder de la URSS sobre los demás Estados del Pacto de Varsovia– ya no existe. Desapareció.
Rusia no razona como la Unión Soviética. Razona como Rusia. Ese asunto de las zonas de influencia lo que muestra es la manera como seguimos pensando desde hace 70 años y como probablemente pensábamos ya antes, cuando existían los imperios coloniales de los siglos XVIII y XIX. Nunca hemos considerado a los pueblos de Latinoamérica, de África o de Asia como pueblos independientes. Es cierto que muchos no lo fueron en aquella época. Pero también había entonces Estados que merecían respeto. Y eso no lo vemos, no lo entendemos y hoy, cuando nuestros dirigentes políticos hablan, siguen sin tener conciencia de ello.
Hace un momento usted hablaba de Jean-Yves Le Drian [el ministro de Exteriores de Francia]. Para mí ese señor razona como en el siglo XIX. La única diferencia es que, según él, Francia pertenece al «Imperio americano». ¡Ahí lo tenemos! Y es un buen alumno de Estados Unidos con algunos privilegios en ese imperio. Me parece extremadamente triste.
Espero que ustedes, en Rusia, sigan desarrollándose de manera independiente y que, en algún momento, nosotros sigamos ese ejemplo.
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