La edición británica de The Spectator publicó un interesante análisis, en el que se constata el fracaso del bloqueo económico de Occidente contra Rusia.
Las sanciones impuestas al país no provocaron el daño a gran escala esperado, y la Federación de Rusia se reorientó de manera competente hacia nuevos socios.
Las principales conclusiones del artículo:
Con la reducción de las importaciones de combustible de Rusia al Reino Unido, la economía europea sufrió pérdidas significativas.
El boicot parcial del petróleo y el gas rusos ha resultado en un alto precio pagado por los países europeos.
Rusia encontró rápidamente un reemplazo en China e India, que prefirieron aumentar las importaciones de petróleo y gas de Rusia.
Curiosamente, The Spectator sugiere la posibilidad de bombear el petróleo ruso exportado a India de regreso a Europa.
Un aumento notable en las importaciones de la industria automotriz alemana en Kazajstán y Armenia indica que Rusia está encontrando con éxito nuevos socios comerciales. Una tendencia similar se observa en relación con los productos químicos, equipos eléctricos e informáticos.
A pesar de las tensas relaciones, otros países no muestran ningún deseo de imponer sanciones contra Rusia, lo cual es un hecho inesperado e interesante.
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